Aria's pov
La alarma de mi celular ya había sonado un par de veces y aun no era capaz de levantarme, incluso podía escuchar entre mis sueños los gritos de mi madre desde el otro lado de la puerta mientras que me cubría el rostro con la almohada intentando que los rayos del sol no me dieran directo en la cara.
- ¡ARIA! - Gritaba mi mamá al otro lado de la puerta -. Si no te levantas de una buena vez te irás sin desayunar - Fue lo último que escuche antes de que sus gritos cesarán.
Sin dudarlo me levanté de la cama pues sabía que mi mamá era capaz de eso y más si no me levantaba de una vez. Así que con pereza intente ponerme adecuadamente las pantuflas, lo cual me tomó cierto tiempo lograrlo. Cuando por fin salí de la habitación empecé a bajar las escaleras con torpeza, ya que aún no me encontraba en mis cinco sentido, y he de decir que fue un completo logro para mí llegar a la cocina sin haberme caído en el camino.
Al entrar a la cocina lo primero que pude ver fue a Mike intentando contener la risa mientras que mi mamá me servía el desayuno.
- ¿Que pasa? - Pregunte aún adormilada mientras me frotaba los ojos con el dorso de mi mano.
Mike solo se reía ante mi pregunta, pero inmediatamente mi mamá lo fulmino con la mirada para que se callara.
- Tienes visitas - Dijo con seriedad mi mamá mientras apuntaba en dirección a la sala.
Di un fuerte bostezo antes de darme la vuelta y dirigir la vista hacia donde había señalado mi madre hace apenas solo unos segundos.
- ¿Spencer? - Dije aún medio dormida, sin poder aun entender lo que sucedía.
- ¡Buenos días! - Dijo con una hermosa sonrisa posando en sus labios y acercándose a mí para darme un corto y cálido abrazo.
Aún no entendía lo que pasaba, pero al sentir ese agradable aroma a vainilla dentro de mi casa, fue que mi cerebro automáticamente entendió que Spencer estaba en mi sala. No supe qué decir, ya que aún me encontraba algo desconcertada por tenerla frente a mí. Incluso llegue a frotarme un par de veces los ojos con el dorso de mi mano para comprobar que no fuera ningún sueño. Pero por más que me pellizcaba y frotaba mis ojos... ella aún seguía aquí... frente a mí.
Algo desconcertada aún dirigí lentamente la mirada hacia donde se encontraba mi madre que se encontraba viéndome con una dulce sonrisa en sus labios, mientras que por otro lado Mike solo se moría de la risa.
- Creo que no debí haber venido sin avisar - Hablo Spencer dulcemente, provocando que enfocará nuevamente mi mirada en ella.
- No, no, no... esta bien, es solo que me sorprendió verte - Fueron las primeras palabras que había logrado pronunciar desde que me levante -. ¿Qué haces aquí? - Me acerqué a ella hasta poder envolver su mano entre la mía.
- Pensé... ¿Que tal vez te gustara...ir a la escuela... conmigo? - Su nerviosismo era demasiado notorio, pero eso para mí la hacía ver tan tierna.
No pude evitar sentir tanta ternura al verla de esa manera tan linda, era tan adorable que me fue demasiado difícil contenerme las ganas de darle un beso ahí mismo.
- Bueno, yo ya me voy - La voz de Mike había logrado sacarme de la burbuja en la que me había metido -. Si yo fuera tu iría a cambiarme - Me susurro al oído apenas pasó junto a mí al momento de salir de la cocina con mi mamá a su lado para que se fueran juntos a la escuela.
Lo miré algo extrañada por su comentario, pero después caí en cuenta de que aún me encontraba en pijama y no era cualquier pijama, sino que era una de las pijamas más infantil que pudiera tener en mi armario hasta ahora, y sin contar que seguramente mi cabello estaría hecho un desastre. No pude evitar soltar un fuerte grito antes de salir corriendo a mi habitación y prepararme rápidamente para ir a la escuela con Spencer. Quien esperaba aún estuviera esperándome en la sala después de tremendo grito que había dado.