MAZKLAN
Los padres de Milán se me quedaron observando y luego ensancharon más su sonrisa.
—Discúlpame por no presentarme antes querido, en ese momento solo tenía ojos para mi niño— dijo su madre de forma tranquila.
—Págame mujer— dijo su padre mientras levantaba la mano en espera de... ¿Su pago?
—Eres un hombre con una suerte, que te envidio— dijo la madre de Milán al señor, mientras veía que del pequeño delantal sacaba varios billetes de diez y cinco dólares.
—¿Qué está pasando? — pregunto Milán.
—Hace unas semanas fui a la ciudad a traer la carga del café, ahí a la camioneta se le descompuso un neumático, por lo que tuve que ir al mecánico, mientras esperaba que repararan a Marvin, comencé a leer una revista a pesar de que el mecánico me dijo que esa ya tenía unos meses de haber salido, me llamo mucho la atención la portada, era una foto tuya —señaló a Milán —mirando a la cámara haciendo tu dichosa seña obscena, ahí decía que "La pareja del empresario Gates, respondió de forma grosera, para algunos, a unos reporteros que lo atacaban con preguntas ofensivas" incluso me traje la revista para mostrársela a tu madre, pero ni aun así creyó que fueras tú, así que apostamos cincuenta dólares a que nos ibas a dar la noticia de que tenías novio, pero te lo tenías bien escondido que en las llamadas ni lo soltabas— dijo mientras su padre reía y contaba sus cincuenta dólares.
—En la foto no se veía bien, además, tenía años sin ver a mi niño, la ultima vez que se fue, tenía la cara llena de acné y el cabello corto— dijo la señora.
No me imagino a un Milán con acné, ahora tiene una piel de porcelana, que hasta mi hermana Maldrec ya le pregunto "sus secretos" para esa piel.
Creo que por esa razón todas las noches lo veo haciendo sus mascarillas naturales para su cara.
—Bueno, dejando eso de lado, Mazklan, el es Justin mi padre y ella es Jane mi madre, papá, mamá, el es Mazklan Gates— les sonreí y me acerqué para saludarlos.
—Un placer conocerlos, Milán me ha hablado mucho de ustedes— dije mientras a su padre le daba la mano y a su madre un beso en la mejilla.
—No te cohíbas hijo, llámame Jane— dijo la madre de Milán. — ¡Oh! Pero que tonta, no les he ofrecido algo de comer, deben tener hambre, ¿No están cansados de tantas horas en auto? — habló rápidamente.
—Venimos en avión mamá, no te preocupes, mi estomago viene un poco revuelto— dijo Milán.
—No sé preocupe por mi señora, yo también vengo con el estómago lleno—dije mientras lo sujetaba, lo cierto es que el apetito se estaba comenzando a abrir con el olor a café, pero si Milán dice que esta bien, pues entonces esta bien.
—Entonces vayan a descansar a la casa, nosotros cerraremos la cafetería temprano para que podamos cenar y hablar— dijo esta vez su padre.
—De acuerdo papá, iremos a la casa, me da mucho gusto estar aquí nuevamente— Milán los abrazo y se despidió de ellos, yo también me despedí y justo cuando Milán iba a abrir la puerta de la cocina, su madre dijo algo que lo desconcertó.
—Por cierto, Alexandro llego hace una semana, ahora que ambos ya son adultos, deberían de hacer las pases y ser los mismos mejores amigos de siempre, su niño ya esta tan grande— dijo su madre mientras sonreía y Milán se giró a verla, con una sonrisa forzada contesto.
—Tra... tratare de pensarlo, debemos irnos, nos vemos después— me tomo de la mano y me jalo sin prestar atención a las miradas cuando pasábamos por la cafetería hasta llegar al auto.
Sin decir nada más que las instrucciones llegamos a una casa, medianamente grande, con un bonito jardín delantero y con la típica verja de madera pintada de blanco.
—Es muy bonita tu casa, me gusta— dije sinceramente, a pesar de que no era del tamaño de las casas en las que he vivido, esta tiene algo que me gusta.
—Era de mi abuelo, él era de Francia, pero se mudo a este pequeño pueblo y con el dinero que tenía compro esta casa, puso una pequeña cafetería y se caso con mi abuela, en la parte trasera esta un patio muy grande y tiene un pequeño lago— dijo mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad.
—¡Oh! Así que tienes descendencia francesa— subí y bajé las cejas, mientras él negaba y reía.
—En lo que bajas el equipaje yo abriré la puerta— salió del auto y yo hice lo mismo, mientras bajaba las dos pequeñas maletas y caminaba a la casa, sentí mi celular vibrar.
Dejando las maletas en la entrada, saque mi celular de mi bolsillo, era de mi padre.
—Papá—
—Hola Mazklan, solo quiero saber si llegaron bien del viaje, Milán no contesta su teléfono—
—Si, llegamos bien... sabes, yo, quiero disculparme, sé que lo que hice estuvo mal, sé que soy un idiota por volver a caer en lo mismo, pero estoy dispuesto a cambiarlo, Milán y yo hemos hablado y creo que ambos ya estamos bien, pero aún así no estoy tranquilo si no estoy bien contigo papá, ¿Puedes perdonar a este idiota? — escuche un suspiro del otro lado de la línea.
—Sabes que eres mi hijo y no puedo negarme a cualquier cosa que me digas, a pesar de que se que eres un tonto, ya Milán se encargara de instruirte por el camino del bien, ahora necesito que me lo pases para hablar del problema que tuvo con mi pasante—
—¿Problema? — pregunté mientras lo miraba salir de lo que creo es la cocina con un vaso de agua.
—Ya te lo contara él, solo pásamelo— insistió.
Me encogí de hombros mientras le tendía el celular a Milán.
—Diga— se alejo un poco lo seguí hasta lo que era un pequeño comedor, en el cual se sentó en una de las sillas.
—Sí, lo acepto, pero el motivo que esta diciendo él es completamente falso, Caroline esta de testigo, además, no lo golpee en la nariz, solo le di un golpe en la mejilla y él se abalanzo sobre mí, Caroline reacciono y lo golpeo en la nariz como ella dijo... no se preocupe, yo me encuentro bien— enarque una ceja viéndolo, mientras él seguía hablando unos minutos más con mi padre.
Cuando termino la llamada lo miré pidiendo una explicación.
—Fue ayer, una de las guardaespaldas de tu papá se me acerco, notificándome acerca de la nueva aplicación en el celular que diseñaron los jefes de seguridad para la familia, justo cuando se iba a despedir llego Ian diciendo que como era de puta barata, que con solo abrirte las piernas me diste el proyecto de la remodelación del parque Gates y que mientras el se esforzaba yo con un maldito revolcón lograba todo, obviamente me enfade y le propine un puñetazo en la mejilla, justo cuando él se iba a lanzar contra mí, Caroline trato de protegerme y le propino otro puñetazo pero en la nariz— se encogió de hombros.
—Por dios Milán— dije, mientras quería reír al imaginármelo con la cara inexpresiva y golpeando a ese pasante, que a mi por supuesto tampoco me cae.
En una ocasión trato de seducirme en una junta, mientras se mordía el labio y me miraba con unos ojos "excitantes", en otra ocasión lo escuché hablar con otra de las secretarias acerca de que fue lo que "vi" en Milán y que él me iba a seducir.
Aunque lo de Milán y lo mío no es real, no me atrevería a estar con él. A leguas se ve que es un interesado, además, debo admitirlo, Milán esta mucho mejor que él, sus labios son más carnosos, sus ojos, son más hermosos, su rostro, a pesar de la inexpresividad, es mucho mejor, su figura, ni se diga, admitámoslo, Milán tiene buenos glúteos y piernas, además, con él, nunca te aburrirás.
Pero, en fin, estoy comenzando a divagar y eso no es bueno.
—¿Tú estas bien? — pregunte.
—Sí, nada que un buen golpe no haya solucionado, la peor parte fue de él, Caroline le golpeo— sonrió.
—Bueno, hasta creo que tuvo un poco de suerte, si hubiera estado Channel, Drake o Mike lo destrozan vivo— el solo sonrió y encendió la portátil.
La verdad era que todos en mi familia lo apreciaban mucho, a pesar de que al inicio no se quería acoplar bien, porque según él no esta acostumbrado a viajes, comidas extravagantes, como él les llama, ni a grandes fiestas o a como comportarse delante de todos, pero salió de la zona de confort cuando conoció al tío Jared, a Grey, el hijo del pelirrojo tío, mi hermano Ethan y Alec, entonces, se dio cuenta, que mi familia, es como cualquier otra.
—¿Qué tanto piensas? Mejor ven a ver los avances que ya tengo para la nueva área del parque— me saco de mis pensamientos y me dirigí a su lado, me comenzó a explicar, también acerca del tiempo que se llevaría a cabo, lo cierto es que al terminar las remodelaciones del parque de diversiones que hizo mi padre Lance, iban a quedar geniales, más porque mi papá Marshall decidió hacerle un jardín privado con una estatua, un jardín que solo podría visitar la familia.
Si por mi padre fuera, lo hubiera cremado y andaría con sus cenizas todo el tiempo, pero mis abuelos, dijeron que papá siempre quiso ser enterrado, así que papá Marshall lo cumplió.
Hablando de los abuelos, necesito llamar a la abuela, en unas semanas será su cumpleaños y hace meses que no la veo.
—¿Esta área que para qué es? — señale un área en la computadora que aun no tenia nada.
—Aún no me lo dice el señor Gates, solo me dijo que en los planos dejara lo de diez hectáreas libres—
Seguimos hablando durante una hora acerca del proyecto y los cambios que le había hecho, además de darle algunas sugerencias, yo no era un gran diseñador ni arquitecto, pero lo poco que había aprendido de mi papá Marshall, era bueno.
Cuando termino de hacer unos cambios y guardar el informe que más tarde le enviaría a mi padre, ambos subimos a la alcoba, eran aproximadamente las cuatro de la tarde.
Nos adentramos a su habitación, porque iba a ser raro que durmiéramos separados cuando "éramos una pareja"
El se lanzó a su cama y mientras yo leía un contrato en la silla de su escritorio, lo observe que poco a poco se durmió.
Según lo que el me ha dicho, es que el jet lag le afecta mucho, así que lo deje dormir.
Mis ojos dolían, por lo que me levante y deje mi Ab-Tab de lado, me desperece y en una de sus paredes note que tenia un pequeño mural de madera con muchas fotos, la mayoría era de su adolescencia, es lógico, por lo que me ha contado, desde que salió de la preparatoria no ha vuelto aquí.
Entonces la curiosidad me gano, me acerque a las fotos y comencé a verlas, pero algo que me llamo la atención, es que había una foto muy arrugada detrás de otra de un gato, así que la tome, era de Milán, de algo estoy seguro, a pesar de tener las mejillas con acné, el cabello mejor peinado y corto, esos brackets y su vestuario de niño super bueno, lo reconocería por esos ojos, pero en esta fotografía hay algo que me deja impactado.
Esta sonriendo, esa inexpresividad no está, él sonríe como un adolescente normal mientras su brazo lo pasa por los hombros de otro chico que tiene una chaqueta de al parecer futbol americano.
Ambos sonríen mientras ese chico lo toma por la cintura.
Dejé la fotografía en su lugar y me recosté en la cama, a lado de Milán.
Se veía tan indefenso. Iba a cerrar los ojos, cuando sentí mi celular vibrar, lo saqué de mi bolsa y observé que tenía una notificación de Instagram, o mejor dicho varias.
Varios le habían dado un corazón a mi última fotografía, otros eran mensajes acerca de porque no subía ninguna foto con Milán, otros preguntándome por el Instagram de Milán y uno que hizo que el corazón se saliera por mi boca.
Grece
Preguntándome si todo estaba bien y si podíamos hablar.
Solté un suspiro y me lleve el celular al pecho, me dolía un poco, escuche que Milán soltó un suspiro y eso me saco de mis pensamientos, lo miré durante unos minutos y regrese mi vista a mi celular.
Simplemente conteste con un "Nada esta bien contigo, y no, no podemos hablar"
Despues de eso, me salí de su chat y deje de seguirlo no lo iba a bloquear porque no sabía cómo, despues le preguntare a Maldrec o Ethan.
Entonces escuche que Milán comenzó a murmurar algo.
Y lo grabe justo en la parte de "No voy a comer ese pollo" o al menos eso fue lo más entendible y eso grabo la cámara de Instagram durante los diez segundos que te otorga.
Lo que no me di cuenta, es que, en lugar de descargarla, lo subí.
Y ni siquiera me di cuenta, hasta que alguien había respondido a mi historia.
Era demasiado tarde para borrarla porque tenía más de 182k visualizaciones.
Jodida mierda, las redes sociales eran peligrosas.
Pero más peligroso será Milán si se entera.
Lo ultimo que hice antes de dormir, fue eliminar ese video.
De verdad rogaba por que Milán no se enterara.
...
Sentí que alguien jalo mi mejilla, no con cariño, si no que con algo de brusquedad. Abrí mis ojos y observé que era Milán.
—¿Qué pasa? — pregunté mientras me levantaba, estaba recostado sobre un brazo de Milán.
—Pasa que casi me dejas sin brazo y tu no despertabas— me sentía aún con sueño, pero a pesar de eso, sonreí.
—Lo siento, pero no solo por eso, al parecer también te deje con cicatrices— le señale su rostro que tenía la marca de mi botón de mi camisa.
—Ni si quiera se como terminamos así— nos señaló, a pesar de que su cama era matrimonial, no se comparaba con la que dormíamos nosotros, bueno, en el departamento nuestras habitaciones tienen camas más grandes. Y si, debo de admitir que duermo un poco feo, pero nunca lo había visto dormir, él también dormía feo.
¡Habíamos terminado en diagonal!
Comencé a reírme mientras él se levanto y se fue a su baño.
—Creo que mis papás ya llegaron, escuche la puerta hace unos minutos. — asentí mientras me levantaba y de mi maleta de mano sacaba un cepillo de dientes, me dirigí al baño igual, porque si Milán deja la puerta entreabierta, eso significa que no hace nada malo ¿verdad? —
Efectivamente, se estaba lavando la cara.
Tardamos unos minutos en bajar y cuando lo hicimos, su madre estaba en la cocina mientras veía lo que al parecer eran novelas. Estaban en español, pero con subtítulos en inglés.
—Nunca cambiaras mamá— le susurró Milán asustándola un poco.
Me senté en el taburete a lado de su padre que estaba haciendo unas cuentas.
Comenzamos a hablar amenamente mientras la comida estaba lista, hasta que su madre, saco algo que dejo a Milán en un silencio sepulcral.
—Mañana en la mañana vendrán algunas personas, vieron mi felicidad y les dije que habías venido a visitarme, el señor Petta quiso venir a visitarte, a lo mejor también viene Alexandro, le dije a su padre y dijo que se lo iba a decir, tu padre se encontró con Bonnie y prometió venir también con algunos de tus excompañeros— eleve una ceja mientras Milán solo se quedaba mirando a la nada en silencio.
Al parecer su madre comprendió que no le gusto la idea, pero a pesar de eso, Milán no dijo nada.
La cena se había convertido en algo incomodo, hasta que yo rompí el silencio.
—Milán me ha hablado acerca de que están buscando a alguien que hiciera sus planos para su remodelación de la cafetería— dije mientras llevaba un sorbo de agua a la boca.
—sí, estamos recortando unos presupuestos, porque nos van a salir un poco costosos— dijo el padre de Milán.
—No tienen porque recortar gastos, por eso estamos aquí, la verdad es que le insistí mucho a Milán acerca de ser yo quien haga sus planos, si me permiten, mañana podemos ir a la cafetería y me pueden decir que es lo que tienen pensado— seguimos hablando por más tiempo, hasta que nos dieron las diez de la noche.
Entonces nos dirigimos a la habitación.
Pero Milán, seguía sin hablar.
—¿Pasa algo? — pregunté mientras buscaba mi ropa en mi maleta para tomar una ducha. —¿Quieres hablar de algo? —
El solo negó y se sentó en la orilla de la cama, lo seguí y me senté a su lado.
—Recuerda que aquí estoy si necesitas hablar— le susurré.
—No te preocupes, solo, necesito digerir algunas cosas— susurró mientras se lanzaba de espaldas. Acaricié su suave mano y la apreté, él me devolvió el apretón, despues de unos segundos me metí a bañar.
¿Por qué presiento que su actitud tiene que ver con el chico que su madre menciono en la cafetería y nuevamente en la cena?
Creo que esa cara inexpresiva, tiene una historia.