Kateggat
Termino el entrenamiento por hoy me a dejado algo agotada, pero en vez de ir al río a bañarme, de uno de los árboles que hay a mi lado en una de las ramas cojo una deliciosa y exquisita manzana. Camino de nuevo al establo para seguir charlando con él, hablo con los dos guardias para que nos dejen hablar de nuevo a solas; al entrar le miro pero él a mí no, le sonrió mientras camino hacia él y me siento en frente suya.
Edmond: Creí que después de contarte todo lo que él me conto estábamos en paz y dejarías que me vaya.
-Habido un cambio de planes.
Edmond:¿ Me has mentido?.
-No cielo, nunca te he mentido... ¿ no te quieres vengar de lo que te hizo?.
Edmond: Porqué crees que estoy ansioso de marcharme.
Le sigo mirándole sonriendo parece que mi plan está resultando aunque no me fio del todo, saco de una manga la manzana y también he robado un poco de vino para ganarme su confianza. Pongo en el suelo las dos copas, le ayudo a quitarle una de las esposas, no me hizo ningún daño pero no dejo de observarle; lleno las dos copas y brindamos por nuestra victoria.
-Hagamos un trato.
No deja de engullir y beber como si le fuera la vida en ello, no me sorprende que no diga nada dado que aún no se fía de mí y mucho menos de mi reinado; pero no me preocupa ya que se me da genial hablar con los hombres.
-Bien, yo hablo y tú escuchas mi propuesta. Lucharas codo con codo con mis hombres y mujeres... me obedecerás al menos delante de ellos y será toda tuya.
Quito la oreja de la puerta y alguien puso en mi hombro derecho su mano, por el rabillo de un espejo que había me encontré con un viejo amigo de la infancia. Nos abrazamos hacia mucho que no nos vemos pero todo este tiempo no he olvidado a los buenos amigos como mi querido Bjorm.
Bjorm: ¿ Cuándo has regresado?.
Floki: El establo tiene un aspecto diferente.
Bjorm: Tenemos muchas cosas que contarnos, ven bebamos y hablemos.
Caminamos alejándonos del establo pero giro la cabeza por si veo salir a otra vieja amiga, la cuál me debe una explicación.
-¿ Qué me dices?.
Edmond: Recibir y cumplir ordenes nunca se me ha dado bien.
-Solo te pido que lo intentes.
Edmond: Cristiana será para mí, sin excepsiones.
-¿ Lo sellamos?.
Ivar
Abro los ojos reviso donde me encuentro y no tardo ningún segundo en recordar donde me encuentro, me puse las "protesis" en las piernas; cojo mi bastón y con su ayuda consigo levantarme de la cama y camino despacio hasta la puerta. Pongo la mano libre en el picaporte iba a abrirla pero entonces mi hermano Hivthserk la abrió sorprendiéndome.
-¿ Qué haces?.
Hvithserk: Tienes que ver esto.
Me carga a caballito no me dio tiempo para que pudiera quejarme, me cogió sin esperármelo para nada; al salir de la cabaña me fije en que no hay nadie pero sigo pendiente de que mi hermano no me tirara para atrás.
Al llegar al puerto vi algo hermoso, parece que mi hermano tenía razón nuestro tío se ha unido a nuestra causa, delante de mis ojos estoy viendo centenares de soldados franceses que ahora son de los nuestros.
Hvithserk: Ya te dije que nos ayudaría.
Me dejo sentado en el suelo pero no dejo de mirar ese desfile de soldados, ahora si tenemos otra oportunidad y con ellos lograremos nuestra victoria y mi ansiada venganza. lagertha tienes los días contados igual que ese cristiano Hivthserk puse una de sus manos en uno de mis hombros, lo mire él también está bastante contento ya que los dioses nos están sonriendo.
Hvithserk: Antes de que lo olvide, Harralf quiere verte.
-¿ Ahora?.
Hvithserk: Te llevo, me pilla de camino.
-¿ Ahora?.
Hvithserk: Te llevo, me pilla de camino.
Rechace su oferta de que me vuelva a llevar a caballito, detesto que me lleven no necesito ayuda de nadie yo solo puedo ir donde quiera; me traslado donde yo quiera, me doy cuenta de que algunos soldados me están mirando.
Cuándo llego a su gran cabaña iba a entrar pero alguien me cogió del brazo y tira de mi hasta llevarme a una habitación, al ver que se trata de aquella esclava que casi me besa fui rápido y la aparte con brusquedad. Parece que no lo pillo, ya que se desnudo delante mía y me tapo con la mano los ojos, aprovecho eso para acercarse a mí y planto sus labios sobre los míos.
La empujo haciendo que cayera al suelo no dije nada, le lanzo una manta para tapar su cuerpo y salgo de la habitación.
Harrald: Veo que ya has recibido mi regalo.
Le pregunta mientras le está dando la espalda al chico, está sirviendo en unas copas hidromiel para cada uno, él chico no parece nada contento con la sorpresa que le dio; de nuevo se giro y le entrego su copa, pero no la coge le da un manotazo tirando la copa. Él tullido se sienta en su trono sin dejar de mirarle desafiante, pero él hombre no hizo nada ni se inmuto de ello y no le importo, solo cogió un plato lleno hasta arriba de comida y dejo la copa para coger una jarra grande.
Ivar: ¿ Qué es lo que pretendes?.
Harrald: Lo mejor para mí y los míos.
Ivar: La tienes miedo o es que tú mujercita no quiere que le ocurra nada a su amante.
Aquel comentario desagradecido no le gusto lo más mínimo y sin previo aviso se abalanza hacia él joven cogiéndole del cuello agarrándolo muy fuerte, quería ahogarle pero Ivar no se lo puso nada fácil; ya que consiguió sacar uno de sus pequeños cuchillos y le iba con el a atravesar su estomago, pero alguien le golpeo con algo muy duro en la cabeza y cayo inconsciente en el trono.
Astrid: ¿ Porqué os habéis peleado?.
Harrald: No importa.
Se levanta de encima del tullido se da la vuelta vuelve a la mesa y coge el plato de comida sin mirar a su esposa y la futura madre de su hijo o hija.
Ivar
Esos ingratos como se han atrevido a hacerme daño y humillarme, obtendrá su gran merecido de eso no me cabe ninguna duda, pero aún tengo que esperar el momento adecuado para ello.
Alargo el brazo derecho hasta tocar el pomo de la puerta y me las apaño para abrirla, me arrastro dentro del cuarto, cuándo consigo llegar a la cama tiro el bastón y cierro los ojos necesito pensar en la próxima jugada.
Ragnar: Veo que estaba equivocado.
Abro los ojos mirando todo el cuarto con mi cuchillo en mano esperando ver a la persona que hablo.
-¿Quién ha dicho eso?. MUESTRATE .
-Aparece el espíritu de Ragnar Lothrock- Ya ni reconoces la voz de tú padre.
En frente de mi cara aparece su fantasma y del susto caigo de la cama hacia atrás, el fantasma de padre se empieza a reír de mí. Asustado me voy echando hacia atrás sin dejar de mirar aquella alucinación, se ve tan real.
Ragnar: No te fuerces tanto.
-No...tú no, no eres real.
Ragnar: Piensa lo que quieras, pero vas a prestarme atención.
-MÁRCHATE.
Comienzo a lanzarla cualquier objeto que consigo atrapar pero es inútil ya que los atraviesa todos mientras sigue riéndose, parezco un estúpido.
Tenerle tan cerca de mí, vi en sus ojos aquel brillo que hacia mucho tiempo que no veía y que creí que nunca volvería a ver; entonces abro los ojos y si ese espíritu es padre.
-Padre...lo siento mucho.
Ragnar: Ivar, debes ser más inteligente. Demuestra a toda la humanidad de que pasta estás echa.
-Eso estoy intentando hacer.
Ragnar: Eres brillante, no lo intentes HAZLO.
-Padre...
Kateggat
Torvi: Bjorm, ¿podemos hablar?.
Dejo de ayudar a su hijo mayor a vestirse y la pareja salieron de la habitación, la chica parece nerviosa por algo lo que le puso en atención constante.
Bjorm:¿ Qué te preocupa?.
Torvi: Antes de que te lo cuente, me tienes que prometer que no se lo contaras a Ubbe.
Bjorm:¿ Qué pasa?.
Torvi: Cuándo regresamos aquí, vi a Margareth y pensé que...
Se le empezó a hervir la sangre no la dejo terminar lo que le estaba contando, fue directo buscando a la joven y detrás de él va la madre de sus hijos.
Consiguió pararle los pies antes de que llegara a hacer algo de lo que luego igual se iba a arrepentir, le prometió que no le diría nada a su hermanastro, pero si ve a la muchacha ira a por ella y no precisamente para hablar.
Lagertha: ¿Porqué tienes esa cara?.
Margareth: Disculpe.
Lagertha: Acaso Ubbe y tú tenéis problemas.
La muchacha dejo la jarra haciendo ruido en la mesa no pidió disculpas simplemente se marchó del comedor, la reina ni se inmuto cogió la pieza de carne de su plato y comenzó a comer tranquilamente. Las puertas del comedor se abren dejando entrar a aquel cristiano que solo llevaba una bata negra que le pertenece a ella. Debajo de aquella prenda no lleva nada, se acerca hasta la mujer y la besa para a continuación sentarse en frente suya.
Lagertha: Veo que has dormido bien.
Edmond: Necesitaba descansar, después de todo el ejercicio que he echó.
Lagertha: Debes mejorar tus halagos.
Edmond: Los hombres de dios no mentimos.
Lagertha: Ha Ivar le mentiste.
Edmond: Nunca te diré nada, ni hicimos ningún trato.
Lagertha: Dudo que lo ayudaras así sin más.
Edmond: Tenía mis razones.
Empezó a comer mientras era observado por la mujer que aún desconfía un poco de él, se pusieron a disfrutar de la comida, pero de nuevo le vino algo a la mente. Deja de comer y lo recordó intento no llamar mucho la atención para que no sospeche, se miraron a los ojos y se regalaron sonrisas falsas.
Edmond:¿ Quieres preguntarme algo?.
Nuevamente las puertas vuelven a abrirse y está vez es su único hijo, al verle se levanta de su asiento y camina hasta él y se funden en un cálido y tierno abrazo. Cuándo se separan él se dio cuenta de que también estaba ese cristiano que mira la escena en silencio.
Bjorm:¿ Qué haces cenando con él?.
-Estamos charlando.
Bjorm: Necesito que me prestes a Margareth.
-Desconocía que te gusta.
Bjorm:¿ Me la prestas o no?.
-MARGARETH.
La muchacha se dio prisa en aparecer ya que no quiere ser castigada, pero al ver a Bjorm sus piernas le empezaron a temblar un montón; su respiración se acelero, sus manos le empezaron a sudar mucho y casi se desmaya, pero sigue intacta ya que si hace eso o sale corriendo será peor para ella.
Margareth:¿ Desea algo?.
-Mi hijo te reclama.
Bjorm: Vallamos a otro lado.
Los dos salen de los aposentos de Lagertha siendo observados por ella, que cuándo salieron se vuelve a sentar y bebe de su copa.
Ivar
Parpadeo un par de veces para saber donde me encuentro, me canse y abro ya los ojos de una vez; me intento levantar pero no llevo las prótesis de las piernas, así no puedo hacerlo por mi mismo. Así que aquí estoy tumbado mirando el techo sin saber donde me encuentro.
Harald: Ya estás despierto, que alegría.
Me pongo las manos tapando mis ojos mientras sigo sin comprender lo que está pasando, estaba hablando con padre y ahora no se donde estoy ni que ha pasado.
-¿Y mis prótesis?.
Hvithserk: Te las he quitado.
-¿ Con que derecho?.
Harald: Estaba tirado en el suelo, gritando "padre, padre..."
-¿ De que hablas?.
Hvithserk: Tiene razón, te encontré yo y me decías que nuestro padre te dijo que hagas algo increíble que haga que toda la humanidad te recuerde por siempre.
-Eso es imposible, padre está muerto.
Harald: Ivar todo este tema te empieza a afectar, deberías retirarte y descansar.
-Lo único que hacéis es decir tonterías, una de tras de otra.
Hvithserk: Estoy de acuerdo con Harald, deberíamos abandonar.
El silencio inundo aquella habitación en la cuál hay muchísima rabia, decepción, impotencia y por último satisfacción.
La puerta de la habitación se abre pero ninguno se giro para ver de quién se trata, pero al oír la voz tan conocida de la joven se giran a mirarla.
Aila: Helena acaba de despertar, Ivar quiere verte.
-Yo a ella no.
Desería en estos momentos tener mis prótesis pero me las han quitado, me tiro al suelo y con ayuda de mis manos me arrastro sin mirar a ninguno de los tres, me marcho sin pronunciar ni una sola palabra más y Harald también se marcha dejando sola a la pareja de casados.
Aila: Preguntaría, pero la verdad es que ni me interesa.
Hvithserk: Ya te lo explicare.
Aila: ¿ Es una anécdota divertida?.
Hvithserk: Cree haber visto y hablado con padre.
Arrastra a la muchacha cogiéndola fuerte del brazo derecho, la lleva así desde que salieron de la gran choza, la arrastra hasta el pozo que no hay nadie, la suelta tan fuerte que se tropieza con unas piedras y cae de rodillas al suelo. Se da la vuelta mirando a Bjorm con miedo en los ojos, la mira con desprecio y se pone a su altura agachándose.
Bjorm:¿ Qué les hicistes?.
Margareth: No entiendo.
Bjorm: No soy Torvi, a mí si me tienes que tener miedo y mucho.
Ubbe:¿ Qué la estás haciendo?.
Margareth: Ubbe...