Amor vikingo

Capitulo 8

Ragnar aparece en la orilla de la playa descalzo sintiendo sobre sus pies la calida arena, ahí es donde se encontraba sentado su único y mejor amigo se sentó a su lado permaneciendo unos minutos en un total silenció.

Floki: Vamos ha quedarnos aquí quietos sin hacer nada.
Ragnar: ¿ No confías en tu hija y en los míos?.
Floki: No.

Ragnar solo se rió, siguió contemplando las vistas.

Ragnar: Anda mueve el culo carroza.

Aila: Os dije que estaría aquí.

Los dos hermanos me apuntaron cada uno con su espada haciendo que soltará el hacha que llevo en la mano el cuál estaba limpiando y afilando, mi amiga con la cuerda con la que yo le ate me ató las manos. Ubbe me cargo y me puso en su caballo, intente golpearle unas cuantas veces pero como ya intuí no me dió ninguna oportunidad de conseguir darle.

Ubbe: ¿ Dónde vamos?.
Aila: Estoy pensándolo, vigilarla.

Les saque la lengua pero los dos se ríen de mí, por suerte Ivar no está (por suerte para mí); él me habría matado sin pensárselo dos veces.
Parece que ya tienen un destinó, Ubbe  se montó como pude me agarré a él para no caerme, ¿ ha que habrás venido Lagertha?... De pronto se pararon lo cuál me saco de mi único pensamiento y hizo que mirase hacia delante para ver porque nos hemos parado, al ver ha Floki y Ragnar con sus caballos mirándome fijamente trague saliva... (Ahora sí que estoy muerta).

Ubbe: Padre.
Ragnar: Bajala.

Ubbe se bajó del caballo con cuidado me bajo al suelo, me desató las manos mire a los demás con algo de miedo y rencor, fui hacía él me cogió de la mano me atrajo hacia su pecho y me abrazó. Aquel acto me sorprendió bastante igual que a sus hijos ninguno entendió lo que ocurría.

Sigurd: ¿ Dónde están padre, Ubbe y Hvithserk?.
La madre\reina siguió comiendo, el chico la mira algo molesto pero se acaba sentando y empieza también a comer.
Aslaug: Margareth.
No pasaron muchos segundos hasta que la chica apareció en escena.
Margareth: ¿ Desea algo?.
Aslaug: sirveme más vino.
La chica asintió y le llenó la copa a la reina de vino, se fijó en que dos sillas se encuentran vacías lo cuál la entristeció un poco. Ivar la llama pero la muchacha sigue mirando las dos sillas vacías, no le hizo caso y el chico término cabreandose.
Ivar: ¿ Que le ocurre a esa idiota?.
Sigurd: No es ninguna idiota.
Ivar: La he llamado y ha pasado de mí.
Sigurd: No me extraña.
Ivar: Hermano, ¿ que insinuas?.
La madre de los dos chicos pegó un golpe fuerte a la mesa y hizo que sus hijos se callarán y permanecieran comiendo en silencio.

Llegamos hasta una cueva grande que nos resguarda de la lluvia y gracias al fuego que acabamos de encender apenas tenemos frío, acerque mis manos al fuego para calentar cerré los puños de la rabia acumulada que tengo.

Ragnar: Desprecias tanto tu vida que la quieres tirar por la borda.

Todos se quedaron en silencio sigo mirando el fuego respire hondo y me arme de valor alce la mirada vi como se ríe siempre hace lo mismo este hombre, los chicos solo nos miran suspire no entiendo como nadie me comprende.

Ragnar: Yo la quería mucho y yo más que nadie se lo duro que es perder a un ser querido.

- La mató sin ninguna piedad, a sangre fría y así es como la pienso matar.
Aila: No comprendes que así te acabará matando ella.
- No sí lo hago yo antes.
Ragnar: Con esa actitud morirás muy rápido.

Me levanté quería salir de está cueva en la que me han metido a traición, ninguno me paro salí de ella me senté en una gran roca que había, no me importa la llueve ni que me esté empapando simplemente estoy cansada de que nadie me tome enserio. De pronte, note una presencia a mi lado no me moví estoy tan cansada de vivir que ya todo me da igual.
De unos arbustos detrás de mí apareció Ubbe, la verdad es que no me percate de que no estaba dentro de la cueva; se sentó a mi lado, como hizo aquel día en el árbol.
Ubbe: Se que no solemos hablar mucho, pero lo digo de corazón me importas.
- Agradezco lo que hacéis, pero no voy a cambiar de opinión.
Ubbe: Hagas lo que hagas siempre te apoyaré.