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-𝐒𝐮𝐞𝐥𝐭𝐚 𝐚 𝐦𝐢 𝐚𝐦𝐢𝐠𝐨, 𝐦𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 𝐳𝐨𝐫𝐫𝐚

Aparezco por la puerta como si fuera un fantasma, con ayuda de un bastón. Ubbe me mira sorprendido, me rasco la frente con mi mano derecha y Lagertha empieza a reírse, pero no suelta a Hvithserk.

L:𝐐𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐡𝐚𝐛𝐥𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐬𝐨𝐥𝐚𝐬

U:𝐍𝐢 𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐧̃𝐚

L:𝐔𝐛𝐛𝐞 𝐭𝐞 𝐫𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐭𝐮́ 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐚́ 𝐞𝐧 𝐦𝐢𝐬 𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬

-𝐃𝐞 𝐚𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨, 𝐚𝐡𝐨𝐫𝐚 𝐬𝐮𝐞́𝐥𝐭𝐚𝐥𝐨 𝐲 𝐝𝐞𝐣𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐜𝐡𝐚𝐪𝐮𝐞𝐞

L:𝐍𝐨 𝐜𝐫𝐞𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐀𝐢𝐥𝐚 𝐥𝐞 𝐡𝐚𝐠𝐚 𝐠𝐫𝐚𝐜𝐢𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐇𝐯𝐢𝐭𝐡𝐬𝐞𝐫𝐤 𝐦𝐞 𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬𝐞𝐞

U:𝐘𝐨 𝐥𝐨 𝐚𝐫𝐞́

L:¿𝐘 𝐪𝐮𝐞́ 𝐩𝐚𝐬𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐠𝐨?

U:𝐄𝐥𝐥𝐚 𝐞𝐬𝐭𝐚́...

-𝐓𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞́𝐧 𝐦𝐞 𝐯𝐚 𝐚 𝐞𝐱𝐚𝐦𝐢𝐧𝐚𝐫

L:𝐁𝐢𝐞𝐧

Suelta a Hvithserk, los dos hermanos la miran mal. Les hago un gesto para que no la toquen, suspiro y la miro con desprecio.


Ubbe se acerca a Lagertha para examinarla si tiene más armas escondidas por todo su cuerpo. Hvitherk y yo nos miramos, va a ser una charla muy corta y una de las dos no saldrá con vida de está cabaña.

U:𝐍𝐨 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐧𝐚𝐝𝐚

L:𝐀𝐡𝐨𝐫𝐚 𝐥𝐞 𝐭𝐨𝐜𝐚 𝐞𝐥 𝐭𝐮𝐫𝐧𝐨 𝐚 𝐋𝐚𝐮𝐫𝐚. 𝐓𝐞 𝐯𝐚 𝐚 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚𝐫, 𝐬𝐞𝐫𝐚́ 𝐭𝐮 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐚𝐜𝐭𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐮𝐧 𝐡𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞

Ubbe se acerca hacia mí, no le miro, la risa de Lagertha no deja de resonar en mi cabeza. Entonces siento una electricidad eléctrica en cuanto Ubbe me pone sus manos en mi cuerpo, se que solo lo hace para revisarme. Pero inevitablemente me gusta su tacto y no debería gustarme, vuelvo a mirar a esa zorra.

U:𝐄𝐬𝐭𝐚́𝐬 𝐥𝐢𝐦𝐩𝐢́𝐚

L:𝐀𝐡𝐨𝐫𝐚 𝐝𝐞𝐣𝐚𝐫𝐧𝐨𝐬 𝐬𝐨𝐥𝐚𝐬

-𝐄𝐬𝐭𝐚𝐫𝐞́ 𝐛𝐢𝐞𝐧, 𝐢𝐫𝐨𝐬










                                                                                  Ivar

Freidis y yo nos quedamos a solas, ya por fin, la miro muy cabreado y cierro los puños. Ella agacha la cabeza, su cuerpo está completamente rígido y se aleja de mi. Me deshago de mi abrigo de piel, intento contar hasta diez, para no cometer un error. 

Amor vikingoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora