Jungkook
2 de mayo, año 22
Miré hacia arriba y me encontré frente al contenedor. Abrí la puerta y entré. Me acurruqué y me cubrí con toda la ropa que pude encontrar. Sentía frío y mi cuerpo temblaba. Era difícil recomponerme y quedarme quieto. Tenía ganas de llorar, pero las lágrimas no salían.
La escena de Yoongi de pie en medio de las llamas se repetía en mi mente. Llamas ardían desde las sábanas. No podía pensar. No sabía qué hacer. No era un buen hablador. Ni siquiera podía expresar mis propios sentimientos, mucho menos persuadir a alguien más. Las lágrimas brotaron y tenía un nudo en mi garganta. Se hizo aún más difícil hablar. Las únicas palabras que pude pronunciar al saltar a las llamas fueron: "Pensé que todos íbamos a ir al mar juntos".
—¿Qué sucede? ¿Estás teniendo una pesadilla?
Alguien sacudió mi hombro. Abrí los ojos para encontrar a Namjoon. Una sensación de alivio me sobrevino. Namjoon puso su mano en mi frente y me dijo que tenía fiebre. Eso era cierto. El interior de mi boca se sentía como si estuviera ardiendo, pero hacía mucho frío al mismo tiempo. Me dolía la cabeza y la garganta. Apenas podía tragar las pastillas que me había traído Namjoon.
—Vuelve a dormir. Hablaremos más tarde.
Asentí antes de preguntarle:
—¿Podré llegar a ser un adulto como tú?