2da parte~
Recuerden que este "Taehyung" no es nuestro Tae, es alguien que Namjoon ve parecido a Taehyung.
Cuando papá y yo bajamos del autobús desde el hospital el sol ya se había puesto. Los grandes copos de nieve de antes habían seguido creciendo y se habían vuelto montones de nieve. El autobús se arrastraba a lo largo. Le tomó el doble de lo usual para llegar al hospital y volver a casa. Caminé hasta casa cargando a papá en mi espalda sin nadie que sostuviera un paraguas para nosotros. Mi cabello estaba húmedo y mis manos que lo sostenían estaban entumecidas por el frío.
Tomé un descanso bajo un árbol zelkova pasando el camino en el terraplén. Contuve el aliento y levanté la vista. Me encontré con una vista panorámica del poblado. El pueblo cubierto de nieve parecía tranquilo y pacífico. Luces de un color amarillo cálido fluían de las ventanas de las diferentes casas por aquí y por allí. El aroma de arroz cocido y estofado abrieron mi apetito. Cuando entramos al callejón luego de cruzar el puente, unos perros comenzaron a ladrar. Aunque ya habíamos vivido en este pueblo por varios meses, los perros aún me ladraban como a un extraño. Mamá se levantó cuando llegamos.
—Necesita recibir tratamiento ambulatorio por al menos tres días más.
Dejé a papá en su dormitorio y salí. Aún no había signos de que la nieve amainara.
—¿Por qué me odian tanto? Al menos díganme la razón —les grité a los perros que ladraban.
Escuché sobre el accidente de Taehyung al día siguiente.
Cuando llegué al restaurante junto al arroyo, vi al dueño hablando con un oficial de policía. Me quedé congelado de forma instintiva. Pensé que habían venido a por mí. Había dañado la scooter el día anterior. Podía meterme en problemas por conducir siendo menor de edad y sin licencia. ¿Debería correr de vuelta a casa? Pero el autobús no volvería hasta dentro de una horas. No era posible huir con papá en su condición.
—¿Escuchaste? —dijo la dueña de otro restaurante vecino.
Ella dijo que el accidente había sucedido cuando Taehyung estaba conduciendo cuesta abajo luego de la entrega. Su cuerpo había quedado allí por más de tres horas hasta que alguien que pasaba en automóvil lo encontró. Un residente del pueblo llamó al dueño del restaurante, pero nadie había salido a buscarlo.
El oficial de policía dijo que Taehyung era un conductor no cualificado. También lo culpó por no llevar un casco. Vi un casco, que nunca había visto antes, ubicado en el mostrador del restaurante. El dueño seguía diciendo que él nunca había forzado a Taehyung a hacer la entrega e incluso trató de hablarle para que no lo hiciera. Era cierto. Taehyung y yo insistimos en que estábamos bien haciéndolo. Todos los vecinos se metieron. Era un pueblo pequeño donde todos conocían a todos. Todos tenían al menos un recuerdo o dos sobre todos allí, ya sea que fuera sobre una pelea con puños, rumores, o engaños. Una serie de episodios sobre él llegaron fluyendo. Vivía con su mamá y su hermana, y no tenía padre.
La mamá de Taehyung se retorció en agonía frente al restaurante y se quejaba. "Devuélvanme a mi hijo. Devuelvan a mi pobre, pobre hijo. Es una muerte injusta..." Al principio, los vecinos trataron de calmarla y lloraron con ella. Pero hacía frío y el sol se puso temprano. En la noche, la mamá de Taehyung había quedado sola y el aroma de la comida cocinada se filtraba por las ventanas como siempre. Cada vez que el viento soplaba a través de los árboles junto al arroyo, la nieve caía de a bultos. Ella solo estaba sentada en el medio de eso.
La vi sentada sola mientras estaba llevando a papá a casa desde el hospital. Sin darme cuenta, dejé de caminar y recordé el lugar del accidente. Luego de oír sobre Taehyung, había caminado a lo largo del camino por mí mismo. Mi aliento se congeló y cayó al piso como cristales de hielo. La silueta de Taehyung dibujada con un contorno blanco en la ruta estaba a medio borrarse. Me detuve a sus pies. Hojas húmedas estaban dando vueltas, y los grises rastros de cloruro de calcio aún quedaban atrás. Podría haber sido yo tirado allí. Si hubiese hecho esa entrega, podría haber sido yo en vez de Taehyung, entonces este sería mi contorno. Podría ser mi familia llorando en el banco en vez de la de Taehyung.
Aminoré mis pasos luego de que papá tosió violentamente.
—Namjoon —me llamó papá cuando estábamos a punto de entrar al callejón luego de cruzar el puente.
Tan pronto como desaceleré mi ritmo, los perros comenzaron a ladrar. Papá continuó con una voz débil y frágil. Era difícil oírla, perdida en medio de los feroces ladridos. Pretendí que no lo había escuchado.
Una semana más había pasado. El poblado volvió rápidamente a la normalidad. La mamá de Taehyung algunas veces lloraba amargamente en frente del restaurante, pero nadie compartía su dolor. La gente simplemente la ignoraba hasta que la hermana de Taehyung se la llevaba. Algunos decían que solo había sido un accidente de tráfico. Yo comencé a trabajar en otro restaurante. De hecho, yo era encargado con todas las entregas para el pueblo con área de descanso. Otra fuerte nevada más siguió, y el sendero continuó congelándose y descongelándose. Las órdenes de entrega solo estaban llegando ahora, pero nadie aplicó para hacerlas. Hice cinco y seis entregas al día, y mis ingresos crecieron bastante. Siempre me aseguraba de llevar el casco y equipo de protección. Nunca sacaba mis ojos de la ruta con cada uno de mis nervios en guardia.
La última noche, hice mi última entrega. No sabía que iba a ser la última entonces, pero lo sería. El resto del área cerró por los meses del invierno de todas formas. Cuando fui allí, la gente estaba reunida en la oficina. Parecían estar discutiendo las ventas del lugar. No reconocí algunas de las caras. Debían de ser extraños que se acababan de mudar. Mientras dejaba la comida y tomaba el dinero, uno de ellos comenzó a hablar del accidente de Taehyung. Otro extraño chasqueó su lengua y mencionó lo peligroso que era montar en motocicleta en un día nevado. El extraño que había mencionado el accidente de Taehyung en primer lugar me advirtió de siempre tener extra de cuidado. Le agradecí por preocuparse por mí, pero no lo decía en serio. Si él de verdad estaba tan preocupado sobre la pendiente cubierta de nieve y mi seguridad, no habría ordenado comida en primer lugar.
—¿Sabes lo que es realmente peligroso? —el extraño dijo bruscamente justo antes de que cerrara la puerta detrás de mí. —Cloruro de calcio y hojas húmedas, no la nieve en sí. A menos que seas un muy buen conductor, patinarás si las pisas. ¿No nevó ese día? Entonces él debe...
Su últimas palabras no se oyeron ya que la puerta se cerró. Crucé por la sala de descanso vacía y sombría. Pasé por la estrecha cafetería y el mostrador del descuento especial local y me dirigí a la salida.
Bajé los escalones uno por uno. La temperatura estaba bajo cero, pero no sentía tanto frío. Las llaves seguían resbalándose por mis dedos, y yo seguía girándolas en vano. Apreté y aflojé mi puño. La vieja scooter crujió como loca y finalmente arrancó. Salí del resto del área lentamente. Una curva comenzaba en la señalización del área de descanso. Giré hacia la derecha en un amplio círculo, bajé por una corta sección recta, y llegué a otra curva que iba a la izquierda. Este fue el lugar donde me había resbalado antes y por lo que Taehyung se había metido en problemas.
Mantuve mi vista al frente y pasé el lugar rápidamente. Traté de convencerme a mí mismo que no estaba sacando los ojos de la ruta para estar a salvo, pero era porque me sentía culpable. Culpable por sobrevivir solo. Culpable por sentirme aliviado de que era yo el que todavía estaba vivo. Culpable por no ser capaz de avanzar. Culpable por no hablar para defender sus habilidades de conducir y por no confesar que yo nunca había visto un casco en el restaurante. Tal vez yo solo era un hipócrita pretendiendo tener una conciencia culpable.
Había dispersado las hojas húmedas en el lugar donde Taehyung había caído. No era mi intención hacerlo, pero era responsable por todo aquello. Fui yo quien había rociado el cloruro de calcio. Con buenas intenciones, para prevenir que la ruta se congelara. De hecho, lo hice por mí mismo, ya que de verdad creía que haría la siguiente entrega y la otra después de esa. "¿Sabes lo que realmente es peligroso?" Lo que había escuchado en el área de descanso se reprodujo de nuevo en mi mente. "Debe haber pasado por encima y se resbaló" Si yo hubiese removido las hojas, si no hubiese rociado cloruro de calcio, ¿él habría estado a salvo?
Varias personas ya estaban en la parada del autobús, esperando al primer autobús del día. Asentí con mi cabeza como saludo y entonces la mantuve gacha. Traté de no hacer contacto visual con nadie. El primer autobús del día vino a la vista.
El autobús se detuvo gradualmente. Con mi cabeza aún gacha, subí a él después de los otros pasajeros. No tenía un plan específico, solo me estaba escabullendo. De la cara exhausta de mamá. De mi hermano extraviándose. De papá luchando contra su enfermedad. De la fortuna de nuestra familia yendo cuesta abajo. De mi familia pidiéndome sacrificio y obediencia. De mí tratando de resignarme a mi destino. Y, más que nada, de la pobreza. La pobreza se come en el corazón de la vida. Vuelve lo que es precioso en algo sin significado. Te hace renunciar a lo que no deberías renunciar. Te hace dudar, temer y desesperarte.
La última noche, dejé área de descanso, pasé por el restaurante y entonces fui a casa. No recuerdo a quién me encontré y sobre qué charlé y pensé en el medio. Todo mi cuerpo y mi mente se sentían entumecidos. No puedo recordar si estaba ventoso, si hacía frío, cómo olía, o con quién me crucé. Mi cerebro parecía haberse congelado. Me estaba moviendo de forma mecánica como un zombi inconsciente de quién era, qué había hecho, qué estaba haciendo y qué estaba pensando. Fueron los perros que ladraban los que me sacaron fuera de eso en la boca del callejón que llevaba a casa. En ese momento, todos mis sentidos que habían sido paralizados, se despertaron a la vez, e incontables escenas de mi pasado pasaron frente a mis ojos: los días saltando de un lugar a otro, el momento en que me resbalé en la ruta, yo rebajándome frente al dueño del restaurante y compitiendo con los otros chicos para entregar pedidos, los chicos que se rieron de mí, y las miradas de mis pares en sus uniformes de escuela esperando por el autobús. El sonido de los perros ladrando y la vista de sus ojos amenazadores llenos de odio fueron añadidos a esas escenas.
Casi grité "¡Paren! ¿Qué quieren que haga?". Pero me contuve. La voz de papá sonó en mis oídos. Su voz débil y frágil. Pensé en lo que me había dicho esa noche cuando volvimos del hospital... Lo que pretendí no escuchar pero lo escuché tan claro como el día a través del ladrido de los perros. En lo que había dado vueltas una y otra vez desde ese día. En lo que trataba de no pensar. "Ve, Namjoon. Tú debes sobrevivir".
El autobús salió, listo para llegar a Songju algunas horas después. No había dejado un mensaje cuando dejé Songju hacía un año. Ahora, estaba volviendo a la ciudad sin dar ningún aviso. Pensé en mis amigos. No me había mantenido en contacto con ninguno de ellos. Me pregunté qué estarían haciendo si todavía estaban allí. No podía ver hacia afuera por la ventana cubierta en escarcha. Lentamente escribí en ella con mi dedo índice: "Debo sobrevivir".