Abril 2013.
YiFan jugaba con una pluma de ganso sobre la espalda desnuda de su prostituta favorita, Rinah.
Le gustaba follársela y sin saber por qué, le dejó de interesar las demás, bastaba con entrar al salón de ese apartamento y las chicas ya sabían que estaba buscando a Rinah. A veces ella estaba ocupada y se limitaba a beber un vaso de whisky hasta que ella acabase.
Comenzaba a desagradarle que estuviera con otros hombres, incluso le propuso ser su único cliente, pero ella lo rechazó.
Los sentimientos de YiFan no eran de amor, eran de posesión, le daba asco el pensar que la polla de otro hombre había estado ahí dentro no hacía tanto, mientras él se la tiraba en esos momentos.
Rinah no era coreana, era china. Eso fue algo que le gustó desde un principio, miraba sus rasgos y no veía a esas mujeres recauchutadas de la industria del kpop. Era una belleza salvaje, morena y le gustaba esas caderas más anchas de lo normal.
-Rinah ¿Cómo te llamas en realidad?
-A ti te lo voy a decir.
-Bueno, tampoco es para que te pongas así-le dijo retirando la pluma de su espalda.-De dónde eres exactamente.
-De Dongtian, una aldea del Condado Autónomo Rongshui.
YiFan abrió los ojos sorprendido, no entendía qué hacía ella tan lejos de su casa, qué la motivó abandonar su aldea natal y venirse a Seúl.
Posiblemente, esa chica tendría una educación muy básica. Su pueblo se dedicaba a la cría de ganado y cultivo de campos, un pueblo netamente agrícola, autosuficiente, y hasta el gobierno de Beijing le concedió a la región un status político especial.
Ellos pertenecían a la etnia miao, conocidos por los tocados de sus mujeres y los vestidos coloristas, famosísimos por seguir tejiendo en los telares manualmente.
-¿Eres de la etnia miao?
-Ajá.
-¿Y por qué dejaste tu aldea?
Rinah se dio la vuelta, mirándolo fijamente, le incomodaba tantas preguntas, no entendía por qué quería saber de ella, simplemente quería que fuera un cliente que hiciera lo que tuviera que hacer y se marchara.
Abrió su mesita auxiliar y se encendió un cigarrillo, un vicio que se aficionó con su llegada a la capital.
-Por qué quieres saber mi historia.
-Es que me parece raro que dejaras tu aldea natal para acabar así.
Aquel comentario le molestó enormemente, como si la vida que llevaba hubiera sido de su elección.
-¿Acabar como una puta? ¿Es eso YiFan?
-No quería ofenderte, no sé ¿te obligaron a ello?
Ella se reía de su ingenuidad, se reía porque a pesar de que aparentaba ser más maduro, no sabía nada de la vida.
-Era una muchacha feliz en mi aldea, ayudaba a mi madre a cultivar los campos de arroz y llevaba una existencia tranquila, sin más aspiraciones que levantarme para el siguiente día. A los dieciséis años me casé con mi novio de toda la vida.
YiFan abrió lo boca sorprendido, le costaba creerse que hubiera gente que se casase a esas edades.
-¿Te sorprende? Bueno, en mi pueblo es común, algunas incluso se casan cuando tienen su primera regla. Nacimos para procrear YiFan, para qué esperar, son las costumbres de mi etnia y hasta el gobierno chino lo respeta.
-Si no digo que no...pero igualmente me parece que la gente allá se casa muy joven.
-Me casé sin obligación, y él tampoco. Éramos novios desde los doce años y nos moríamos por vivir juntos y por lo que ya sabes...la única manera era casándonos...
-Bueno, no necesariamente uno debe de casarse para tener sexo-objetaba.
-YiFan, es tradición llegar virgen al matrimonio y es una costumbre inquebrantable. Si se descubre que la novia no lo es, puede provocar que la expulsen de la aldea, para nosotros, es un tema muy serio.
Rinah se quedó callada, como si lo que tuviera seguir contando, le estuviera golpeando en el pecho, cerró los ojos para serenarse, intentando controlar sus emociones.
-Tuvimos nuestro primer hijo al siguiente año, toda la comunidad lo celebró por todo lo alto y fue uno de los días más hermosos de mi vida-le narraba con una leve ensoñación en sus ojos-sin embargo un día, mi marido se fue con los hombres del pueblo a talar unos árboles, estábamos preparándonos para el invierno y necesitábamos madera.
No podía continuar con su relato, el cigarro se consumía lentamente, mirando el humo como se elevaba hacia el techo de la habitación y se expandía.
Una nebulosa de sentimientos se rompieron aquel día, cuando los hombres del pueblo corrían hacia su casa, y ella sujetaba a su hijo de tres meses con sus brazos.
-Supongo que algo le pasó a tu marido...
-Así es, uno de los árboles le cayó encima, calcularon mal la inclinación y acabó completamente aplastado.
-Dios...lo siento Rinah...
-Lo trajeron sin vida a la aldea, no me dejaron verlo, no querían ver en qué estado había quedado, pero pude tocar su mano, aún estaba caliente, y por mucho que intentaba estrecharla, él no me respondía. Al final se lo llevaron para prepararlo para la sepultura y yo me vi inmersa en una terrible depresión por su muerte.
YiFan la abrazó, sintiendo compasión por ella, tan joven y viuda a la vez.
No se lo quería ni imaginar.
-YiFan estoy bien, todo eso pasó hace ya mucho tiempo-le dijo separándose de él.
-Lo siento, no quería incomodarte...
-No lo haces, simplemente ahórrate tenerme lástima, es algo que odio.
-Pero yo no...
-YiFan, lo que me pasó no es comparable de lo que me pasó después.
Ella se levantó de la cama completamente desnuda, YiFan saboreaba esas anchas caderas, comprendiendo el por qué eran así ahora, comprendiendo esa tez morena y esos rasgos tan únicos de su rostro.
-Al quedarme viuda, ningún hombre se haría cargo de mí. Nadie quiere cargar con el hijo de otro, así que me refugié en mi familia, ya de por sí era numerosa y los gastos de un bebé eran considerables.
-¡Pero es injusto!
-¡Son nuestras costumbres YiFan! ¡Si el marido muere, es la familia de la mujer la que debe hacerse cargo!-le gritó exasperada al ver que él lo veía desde un prisma cultural equivocado.
YiFan bajó la cabeza, jurándose a sí mismo no volver a interrumpirla. No quería censurar su etnia, ni lo que hicieron, aunque para él internamente, era abominable.
-Conocí a un hombre que me ofrecía la posibilidad de trabajar en Corea, como asistenta. Y yo me lo creí como una imbécil, nos embarcamos y arribamos a la ciudad de Goseong, allá descubrí que me había vendido a unos traficantes de tratas y comenzó mi infierno, me metieron en un club de alterne trabajando 14h, sin ningún tipo de protección o seguridad.
YiFan también se levantó, doliéndose de su terrible relato. No quería consolarla, pero tenía la necesidad de manifestarle la impotencia por lo que tuvo que sufrir, apoyó sus manos en la ventana, observando la ciudad de Seúl durmiente.
-Y qué pasó.
-Pasó que recibía palizas, me obligaban a prostituirse sin condón e incluso drogarme cuando mi cuerpo ya no podía más.
-Dios...
-Sufrí tres abortos en ese tiempo. Nada les importaba, me amenazaban que algo le pasaría a mi hijo si no pagaba mi deuda, y yo desesperada obedecía a lo que me decían. Estaba aterrorizada, en un país que no conocía y un idioma que no hablaba. Un día me dijeron que me llevaban a Seúl, que mis rasgos exóticos podrían gustar en la capital y poder ganar más dinero. La situación cambió un poco, los clientes debían usar condón por obligación y al menos la habitación estaba más limpia. Por esa época ya me había endurecido y las cosas ya no me afectaban tanto, sólo quería pagar mi deuda y trabajar de algo en la capital, necesitaba dinero para ayudar a mi familia, para mantener a mi hijo.
-Y así fue como llegaste a Seúl.
-Ajá. Conocí un cliente, la verdad es que era muy bueno conmigo y me pagaba más de lo que debía ser. Estaba enamorado de mí.
-Vaya, al menos algo bueno te pasó.
-No te creas, el tipo pagó mi deuda a cambio de que me fuera con él. Yo con tal de salir de ahí, ni lo dudé. Por desgracia, ese tipo era un empresario conocido en el ramo de la hostelería, casado y con tres hijos, yo no quería pasar a ser su ramera exclusiva, así que huí de él.
YiFan seguía oyendo su relato, preguntándose si algo peor le podía pasar.
-Buscaba trabajo de lo que fuera pero nadie me contrataba, mi dicción al coreano era pésimo y por lo que tenía entendido, mis maneras también. Así que me dediqué a lo único que sabía hacer, a prostituirme, pero al menos el dinero ganado, sería para mí. Me labré una buena reputación y mi caché subió, conocí a varias chicas en mi misma situación, chicas que se prostituían voluntariamente y les propuse de comprar este apartamento y establecer aquí nuestro negocio.
-Interesante, y así fue cómo te dedicaste a la prostitución de lujo.
-Así es, comenzamos a seleccionar a nuestros clientes y bajo nuestras condiciones, hombres con un alto poder adquisitivo, políticos, idols, actores, empresarios.... ni te imaginas la cantidad de hombres poderosos que han pasado por aquí.
-¿Nunca pensaste en intentar de nuevo en tener una vida normal?
-Para qué, ahora vivo bien y sé que mi hijo está bien cuidado.
-Nunca pensaste en volver a tu aldea, por él...
-No, de hecho ni sabe que existo, me avergüenza que descubra que soy una puta, piensa que su madre es mi hermana-le dijo apretando levemente los labios.
-Pero es tu hijo...-insistía YiFan sin comprender por qué decidió alejarse de esa forma de su hijo, podría haberle dicho que era asistenta, camarera, lo que sea, no era necesario que supiera que era un puta.
-YiFan, perdí a mi hijo el día que abandoné mi hogar. Y las cosas están bien así, él ya tiene nueve años. Todo es mejor así.
-Rinah, no soy nadie para juzgarte, la vida nos hace lo que somos. Eres una superviviente y te admiro, admiro tu valentía de cómo afrontaste las cosas, nunca echando la vista hacia atrás.
-Querido, claro que a veces echo la vista hacia atrás y claro que me acuerdo de mi hijo, pero miro el lujo que me rodea y de las comodidades en las que vivo ahora y pienso que es lo mejor, para mí y para él. Si lo miro fríamente, yo le di da vida, pero mi hermana es la que lo está criando. Ella ahora mismo se podría decir que es su madre, no yo.
Los gritos de Yuri irrumpieron por la apartamento, YiFan rápidamente se puso los pantalones y salió corriendo hacía el salón, temiendo que algo malo hubiera pasado.
-Es Minseok...está desquiciado en la habitación.
YiFan comprendió la situación, volvía a tener otra crisis, aunque desconocía el motivo. Ordenó a todo el mundo que no lo siguiera y se fue a la habitación.
Minseok estaba desnudo hecho un ovillo junto a una de las patas de la cama, asustado y respirando agitadamente.
-Minseok...
Él alzó sus ojos temblorosos, sus hermosas pestañas se empañaban con sus lágrimas dejándolas caer lánguidamente por sus mejillas.
-YiFan...
-Todo está bien Minseok, no ha pasado nada-le decía mientras ordenaba la habitación que estaba hecha una leonera por el estropicio que había provocado.
-Lo siento...ella...me dijo que me iba a volver loco....y me puse muy nervioso...
YiFan cerró los ojos.
Las cosas no podían seguir así, no podía arriesgarse que le diera un ataque en medio de una actuación o una entrevista.
Y no era por el daño que le podría provocar al grupo, si no a él mismo.
-Vístete Minseok, nos vamos.
Minseok asintió mientras que YiFan seguía ordenando la habitación. Cuando terminó se fue hablar con YuRi, para pedirle perdón y pagar los desperfectos de su ataque de histeria.
Miró a Rinah pero no le dijo nada, a pesar que ella le hubiera dicho que ahora estaba satisfecha con la vida que llevaba, no se lo creía.
Simplemente no la culpaba, todos poseemos una coraza para protegernos, velando que esa carne viva que duele, nadie le ponga un dedo encima.
Ella lo hacía y él también.
Minseok permanecía absorto en sus pensamientos dentro del coche de YiFan, los dos iban en silencio a casa, uno posiblemente avergonzado por su comportamiento y el otro pensando cómo solucionar su problema.
-Minseok.
-Dime.
-Debes de contactar otra vez con tu psiquiatra, necesitas ayuda.
-YiFan, no sé si debería, tengo miedo que me descubran, además perdí el contacto cuando entregué mi antiguo móvil.
-Vamos Minseok, seguro que tus padres lo tendrán por ahí. Tienes que hablar con él, no sé cómo coño lo haréis pero es necesario que vuelvas a terapia.
-¡No puedo presentarme a su consulta! ¡Todo el mundo me vería!
YiFan intentaba guardar la compostura, no era plan que él también se pusiera a gritar como un energúmeno.
-Minseok, no tienes por qué ir tú, que venga él.
Minseok guardó unos segundos de silencio, no le pareció mala idea y tal vez podría recetarle esas pastillas que tan bien le hacían.
-Ok, hablaré con mis padres.
El silencio volvió al habitáculo del coche, un silencio que YiFan no soportó.
-Qué sucede ahora, por qué estás tan callado.
-Siento lo que pasó, lo siento por YuRi, debe de pensar que estoy loco. Tengo que volver a verla y pedirle perdón, yo...yo no soy así.
-No te preocupes, ya se las di de tu parte.
-¡Quiero volver a verla!
Ese grito asustó a YiFan, provocando que pisara el acelerador sin querer, sin poder creerse que en el trasunto de esta historia, había mucho más.
-No me jodas que te has enamorado de esa puta.
-No la llames así joder, se llama YuRi.
"¿Dejará de ser una puta?"
-Repito la frase, no me jodas que te has enamorado de YuRi.
-Es buena conmigo YiFan, hablamos mucho y es divertida.
"Espero que hagas algo más que hablar, que me cuesta un dineral sus servicios"
-¿Sólo habláis?
-No por dios YiFan, hacemos más cosas, pero me gusta sobre todo hablar con ella-le respondió sonriente.
"Puta madre que me parió, se me ha enamorado"
-Sabes que no puedes tener nada serio con ella, lo sabes verdad...
-Claro, y ella tampoco. Pero estamos bien así, nos sentimos bien así.
YiFan resopló, los veía como un par desgraciados que se lamían las heridas mutuamente y de tanto lamerse, acabaron por enamorarse como un par de gilipollas.
Sólo deseaba que esa extraña relación que tenía con YuRi, no saliera escaldado.
Hacía un sol resplandeciente, brillante, como eran los pelos de Baekhyun cuando le tiñeron de rubio.
Y lo que era peor, con rizos.
Estaba tan avergonzado que ayer salió de la SM con su recién peinado inmaculado, poniéndose una gorra nada más salir del edificio, con la esperanza de que esos rizos se aplastaran.
De poco sirvió, volvían a subir como si le hubieran injertado muelles en la raíz.
Estaba agobiado porque hoy iban 10 Corso Como Seoul Melody, para celebrar el quinto aniversario de ese complejo de tiendas y restaurantes. No solamente iba Exo, también Shinee, Girl's Generation, Super Junior y f(x), vamos, la flor y nata del momento de la SM.
Los conocía a todos y desarrolló una especial relación con Taeyeon, la líder de Girl's Generation, por ayudarlo tanto en su etapa de trainee, se hicieron amigos y le enseñó algunos trucos para esquivar a los fans.
También creó una bonita amistad con Jonghyun, cuando la SM le puso al principal vocalista de Shinee para reforzarlo en el canto, le encantó su sencillez y su humildad.
Creía que eran dos grandes personas con una enorme calidad humana, pero que sin embargo entre ellos, se ignoraban mutuamente, ni siquiera se saludaban en los pasillos de la SM.
No lo entendía.
Y luego estaba Heechul, era como una oveja díscola de la SM, pero su personalidad atraía a millones de fans para su grupo y por eso lo mantenían, le gustaba porque no tenía pelos en la lengua y era divertido, muy divertido.
-¡¡BAEKKHYUNNNN!! ¡¡EL DESAYUNNOOO!!-se oyó gritar a Jongdae.
-¡¡VVOYYYY!!
Baekhyun se volvió a mirar el peinado, si algo tenía claro es que no iba dejar que esa imagen saliera ni el mv que se iba a preparar ya para el mes que viene, y mucho menos en el drama.
Se negaba a ir tan rubio.
-Buenos días Baek, estás divino de la muerte-se mofaba Kyungsoo.
-¡Ah Soo! Por favor, no seas cruel, estoy tan avergonzado que ni me miro al espejo.
-Pues yo creo que el rubio no te queda tan mal, lo jodido son esos rizos-rumiaba LuHan.
-Mmmmmm lo que me extraña es que te hayas dejado hacer eso-le comentaba Chanyeol.
-¿Y qué querías que hiciera? Cuando me di cuenta de lo que pretendían hacer, ya era tarde, mañana hablaré con el jefe de los estilistas, que me oscurezca el pelo o me lo alise, me niego a llevar estos pelos.
-Y si se niega...-le insinuó YiXing.
-Pues me rapo la cabeza, así de claro.
-Coño Baek, no seas tan exagerado, mira a Sehun, va de rubio y rosita y no se queja tanto-le recriminó YiFan.
-Eso es porque no sabes cómo es el peinado para el mv de Wolf-le decía mordíendose los labios.
-¿Y cómo es?-le preguntó.
-Mejor no preguntes...-se limitó a contestarle volviendo a coger su cuchara y meterla en el plato sopero.
Alguien llamó a la puerta, dejando con las ganas de YiFan de seguir insistiendo, JunMyeon se encaminó a la puerta para ver quién era.
Choi lo saludó alegremente, incluso demasiado.
-Buenos días Choi, estamos desayunando.
-¡Holaaaa a todos! No pasa nada JunMyeon, es que hoy no había atasco y por eso vine antes. Comed, comed, aún tenemos tiempo, os llevo a la SM para que os maquillen, os peinen y nos vamos al evento de 10 Como.
-¡Choi no quiero ir con estos pelos!-lloriqueó Baekhyun.
-Ba..Baek, bueno no sé, quizá si te miras mucho, te acabas acostumbrando.
Las risas se esparcieron por la mesa, todos mirando sus platos soperos como si dentro hubiera un tesoro pirata escondido.
-¡Vete a la mierda Choi!
Choi dejó un largo suspiro, se fue al comedor y se sentó en el sofá, canturreando una canción.
JunMyeon ya se dio cuenta de su extraña exagerada alegría, estaba seguro que algo tuvo que haber pasado.
-Choi, te ha pasado algo que se pueda contar...
-Bueno, la verdad es que sí, mi mujer está embarazada y hace dos días fuimos para que se hiciera la primera eco y la verdad es que estamos muy contentos. Afortunadamente parece que todo está bien, aunque la verdad yo poca cosa vi ahí dentro-les explicaba muy emocionado.
YiFan se levantó súbitamente de la silla y se fue directo hacia él, abrazándolo efusivamente.
-¡PERO ESO ES GENIAL CHOI! ¡ME ALEGRO POR TI!
-Gra...gracias YiFan-le respondió asombrado por el empuje del líder.
-¡Felicidades Choi!-exclamó Minseok igualmente contento.
Los parabienes se sucedían, alegrándose todos de la noticia, incluso Baekhyun no pudo evitar acordarse cuando él fue con YooRa a la clínica, y vieron una pelotita con cola, riéndose porque le parecía un renacuajo.
-Cuánta razón llevas, hay que hacer un verdadero ejercicio de imaginación para poder ver algo dentro ahí.
Todos se lo quedaron mirando, sin llegar a comprender esas palabras.
-Baekhyun ¿Ahora te da por mirar ecografías de señoras embarazadas por internet en tus ratos muertos o es que has descubierto que quieres ser ginecólogo?-le preguntó JongIn.
-¿EH? No, es que recuerdo una vez que me mandaron hacer un trabajo en el instituto sobre la evolución del feto humano-respondió mintiendo y observando las caras de confusión de todos.
-¿Eso os mandaban hacer?-preguntó Tao.
-Pues sí.
-Mmmmm, a mí nunca me mandaron hacer eso-comentó Kyungsoo.
-Ni a mí-secundaba Jongdae.
-Igual-afirmaba Minseok.
De hecho nadie había hecho un trabajo sobre la evolución del feto humano y tampoco conocían a nadie que lo hubiera hecho, Baekhyun era el primero.
-Bueno chicos qué queréis que os diga, en mi instituto sí-manifestó muy incómodo por la situación.
Realmente le dolía tener que ocultar la existencia de Baekkie, se moría por contarlo, hacer partícipes a sus amigos de su alegría, deseoso de explicarles los avances de su hijo, pero sabía que no podía.
-¿Os queda mucho? No tenemos que ir...-preguntó Choi.
-Yo ya acabé, voy por una gorra y estoy listo-comentó Baekhyun levantándose de la mesa con el desayuno a medias.
Se fue a su cuarto aún con el nerviosismo aplastando sus sienes, cómo pudo ser tan imbécil de hacer semejante comentario.
Debería ser más cauteloso a partir de ahora.
Mientras buscaba una gorra en el armario, alguien tocó en su puerta con los nudillos.
Era LuHan.
-Se puede Baek.
-Claro.
LuHan cerró la puerta, dejando extrañado a Baekhyun, parecía que tuviera algo que decirle y que nadie le oyera.
-Baek, antes me pareció que estabas hablando desde la voz de la experiencia, me refiero a lo de la eco, no como un recuerdo de un trabajo de instituto.
Aquello le dejó impactado, se puso la gorra, escondiendo los ojos, debía procurar contener sus emociones tanto como le fuera posible.
-No digas tonterías LuHan.
-¿No estás ocultando algo?
-¿Quién? ¿Yo? ¿El que iba a ocultar?
LuHan se sentó en la cama de Chanyeol, que estaba hecha unos zorros y comenzó a jugar con la punta del nórdico, sin estar muy seguro de cómo empezar a hablar.
Para él no era nada fácil.
Decidió abrir su billetera y sacar una pequeña foto, en blanco y negro, era una ecografía de un bebé de doce semanas y se la entregó a Baekhyun.
-¿Qué es esto LuHan?
-La única foto que tengo de mi hijo.
Baekhyun necesariamente tuvo que sentarse en su cama, observando esa eco, pareciéndole igualmente un renacuajo.
-¿Cómo que tu hijo?
-Cuando vivía en Beijing tenía novia y bueno, tuvimos un desliz y la dejé embarazada, me enteré de su situación cuando ya estaba en Seúl, hacía pocos meses que me había contratado la SM y me veía entre la espada y la pared, no sabía si volver a Beijing para que hablásemos del asunto o quedarme aquí. Tenía miedo que me despidieran, mucho miedo...ya sabes cómo son ellos.
Baekhyun prefirió no decirle nada y seguir escuchando, por lo que veía le estaba costando una barbaridad confesarle todo eso y creyó que era mejor que lo soltara todo, sin ser interrumpido.
-El tema es que después tres semanas de que me lo dijera, ella decidió abortar, por suerte en mi país no es como el tuyo, es legal y lo cubre la sanidad pública. Pero me dolió que tomara esa decisión sin consultarme, sé que éramos muy jóvenes y ella tenía planes de ir a la uni y un hijo le iba francamente mal, además yo estaba aquí, sintiéndome tremendamente mal por no haber estado a su lado.
-Lo siento LuHan, siento que hubiera acabado todo así...
-Más yo lo siento yo Baek, cuando abrí mi portátil y vi su mail, con esa foto y su mensaje algo dentro de mí se removió, no te voy a negar que estaba cagado de miedo, no estaba seguro si debíamos tenerlo o no, pero sabes, a veces miro esa foto y me dio cuenta que esto podría haber tenido otro final...podríamos haberlo intentado ella y yo...-le dijo sintiendo como su voz comenzaba a entrecortarse y sus ojos a tornarse vidriosos.
-LuHan...-musitó sentándose a su lado.
-Ni te imaginas lo que duele la pérdida de un hijo, nunca conoceré su cara, ni sabré si era un niño o una niña, sólo tengo esta puta foto que me recuerda todos los días que debí hacer hecho las maletas y haber regresado a Beijing-le confesó sollozando en silencio.
-Mierda LuHan, de verdad que lo siento, a veces la vida nos pone en situaciones muy difíciles y muy poco tiempo para decidir.
-Baek...daría media vida ahora por haberlo visto nacer-seguía sollozando roto por el dolor.
Baekhyun alzó sus ojos al techo, muy afectado por sufrimiento de LuHan y de su triste historia. Realmente no sabía que hubiera pasado si en su país hubiera sido legal el aborto, sólo le preocupaba la seguridad de YooRa y le daba pánico que entrase en una clínica ilegal y a saber con qué resultados.
Era posible que hubieran decidido dar ese paso que tomó la ex novia de LuHan, era lo más lógico y mejor para los dos.
Un escalofrío atravesó su columna vertebral, pensando en la de cosas que se hubiera perdido, de esos mágicos momentos que estaba viviendo cuando estaba junto a él, a pesar que eran escasos y fugaces.
-Por eso te preguntaba si a ti te pasó lo mismo.
Baekhyun le miró, debatiéndose en contarle o no la verdad.
Mierda, LuHan le estaba abriendo su corazón y él se resistía a confesarle la existencia de su hijo.
Estaba teniendo una batalla encarnizada en su mente hasta que por fin tomó una decisión.
Se levantó de la cama y buscó en su mochila el móvil con que solía hablar con YooRa, lo encendió y buscó una de las fotos más recientes que tenía, donde aparecía ella y Baekkie en una cafetería. El pequeño estaba manchado de chocolate y no pudo evitar reírse para sus adentros, YooRa siempre se quejaba lo difícil que era quitar las manchas de chocolate.
Se volvió a sentarse al lado de LuHan y le extendió el móvil, enseñándole la fotografía.
-Es mi hijo, se llama como yo pero lo llamamos Baekkie.
LuHan por unos segundos se quedó sin aliento, contemplando la fotografía y acariciándola con la yema de sus dedos.
-Baek...
-Tiene diecisiete meses, y ellos son lo más importante de mi vida.
-Baekhyun, qué cojones estás haciendo aquí, deberías estar con ellos y no malgastando tu vida miserablemente aquí-le reprochó amargamente.
-LuHan, la SM nos manipuló. Firmamos un contrato en que aceptábamos no vernos más, yo les debería una millonada si me marchara, pero ella ni te imaginas, siendo obligada a devolver todo lo que le han pasado hasta ahora y por supuesto la indemnización por incumplimiento del contrato. No quiero que mi familia salga a la luz pública, tengo miedo de lo que pueda pasar, miedo que les pase algo...
LuHan lo miró conmovido, realmente conmovido por lo que tuvo que sufrir su amigo en silencio.
-Qué hijos de puta son, cada día los detesto más.
-Ahora entiendes porque siento tanto rechazo por la SM, no es tanto el hecho de que esta vida no es la que me imaginaba, si no porque me impiden estar con mi familia.
-Y pesar de todo, lucháis en seguir adelante...
-Sin duda, hacemos lo que podemos, pero no es nada fácil-suspiró volviendo a mirar la foto de su móvil-nada fácil.
-¿Puedo o hay algo que no debería ver?-le preguntó con intenciones de deslizar la pantalla.
-Bue.. bueno, espera mejor-le respondió quitándole el móvil de las manos y buscando un archivo donde ponía Baekkie solo.
Y volvió a entregárselo.
LuHan miraba entusiasmado aquellas fotos, con la mirada brillante y sonriéndose bobamente, Baekhyun en cambio miró la ecografía que estaba a un lado de la cama, sintiendo mucha lástima por ese bebé no nato.
Aquello le dio más fuerza de su decisión de ser una estrella del kpop, era la única manera.
Se quitó la gorra y se tocó esos rizos horrorosos, peinándoselos con los dedos.
Se sentía ridículo pero ese día entendió muchas cosas, entendió que debía granjearse la simpatía de la SM y lo más importante, de los fans.
😥 😥 😥 😥
Qué triste la historia de LuHan, a veces hace falta cosas así para que nos den una bofetada en toda la cara para replantearte las cosas, como le pasó a Baekhyun.
Graciassss por las lecturas, comentarios y estrellitas 🤓