Para ser una semana desde que Yoongi y Jungkook habían discutido, el pálido sentía que habían pasado años. Y exageraba por una simple y sencilla razón:
¡Jungkook no le hablaba!, el castaño le estaba aplicando la ley del hielo.
Y era el golpe bajo más doloroso e infantil que había recibido.
Y aunque estaba en todo su derecho de hacerse el indignado, Yoongi nunca aceptaría tal juego, uno muy estúpido y frustrante.
Después de su extraña actitud sobre tener un... un... ugh, un asqueroso bebé, y que Jungkook se fuera del departamento sin decir nada, creyó que todo había vuelto a la normalidad, pues el castaño regresó tres horas más tarde, no venía ebrio como pensó, pero tampoco habló con él, sólo se quitó la ropa y saltó a la cama, justo a su lado, para quedarse dormido al instante, como siempre.
Todo iba a estar bien. Seguramente Jungkook había tenido que reflexionar un poco las cosas él solo, ellos hablarían de ese maldito tema que tanto le desagradaba, y serían felices.
Ajá, perfecto tonto.
Más no fue así.
Jungkook no le dirigió la palabra a la mañana siguiente. Tampoco le dejó preparar el desayuno, y menos darle el beso de buenos días y el de "que te vaya bien en el trabajo, cielo, nos vemos en la tarde".
ㅡ¿Así será a partir de ahora, idiota?ㅡgruñó el pálido detrás del más alto que estaba frente al espejo de la entrada acomodando su cabello. Ignorándolo.
ㅡTe pregunté algo.
No recibió respuesta. El castaño salió de la casa, haciendo caso omiso de su presencia.
Ahí fue cuando se dio cuenta de que en verdad Jungkook estaba molesto con él. Pero seguía sin entender bien, ¿porqué?, ¿porqué se había enojado?, tan sólo no quería un bebé en casa, y sí, fue muy exagerada su reacción, pero no tuvo tiempo, ni el coraje para aclararle la situación.
Así pasaron los días sin hablar ni mirarse. El pálido por su parte, cuando Jeon se descuidaba, aprovechaba para observarlo y lamentarse en silencio, preguntándose un montón de veces cuanto más iba a durar ese ridículo juego.
Para el sábado, Yoongi se quebró totalmente. Lloró como un niño desconsolado. Jungkook era más distante con él, ya ni siquiera dormían juntos en la recámara, y tenía que pasar la noche pegado a la pared, con una almohada que tenía el perfume de su novio para no ir a la siguiente habitación y rogarle por un abrazo.
Porque el orgullo podía más.
Prefería dejar ir al otro en lugar de detenerlo para hablar, si que era idiota.
Así que, con otra mañana solito en el departamento, con la cara hecha mierda de tanto llorar, llamó al trabajo para pedir el día, porque realmente no quería ir a la biblioteca y que las personas lo vieran.
Desayunó sólo un vaso de leche, y regresó a la cama. Se sentía horrible, su pecho dolía, y su garganta lastimaba por el llanto anterior, no estaba en buenas condiciones ese día, y menos para visitas inesperadas.
Llamaron a la puerta por tercera vez y tuvo que ir a ver quien carajos venía a molestarlo. Abrió de mala gana, y su ceño se frunció al ver la radiante sonrisa de su compañero de turno; Jung Hoseok.
ㅡ¿Qué?
ㅡMierda Yoongi, te ves terrible.ㅡJung bromeó.
ㅡEso ya lo sé. ¿Qué quieres?, ¿No se supone que tendrías que estar en la biblioteca?
ㅡSe supone, pero la señora Choi me mandó a verte. Creyó que podías necesitar algo ya que eres nuevo por aquí.
ㅡNo necesito nada. Estoy bien.ㅡcontestó apagado.
ㅡVamos cariño.., ㅡHoseok le tomo del hombroㅡ sé que la gripe que finges tener, no te está haciendo ver así, ¿Tienes problemas con Jungkook?ㅡpreguntó bajo y preocupado. Yoongi era su amigo, su mejor amigo para especificar. Desde que se conocieron formaron una amistad demasiado fuerte, por eso Hoseok lo conocía perfectamente.
El pálido asintió cabizbajo. Sus ojitos empezaron a picarle de las lágrimas que deseaban salir. Sollozó frente a su amigo.
ㅡOh, Yoongi, ¿Qué ocurre?, puedes decírmelo.ㅡlo abrazó.
Llevándolo dentro para ir a la sala, y sentarse. Yoongi lloraba en silencio. Mientras él acariciaba su espalda para darle confort.
ㅡC-creo qué Jungkook va a terminar conmigo.ㅡsoltó después de un rato.
ㅡ¿Cómo?,ㅡse sorprendió ㅡ¿Porqué dices eso?
ㅡLo hice enojar.
Lágrimas largas, caían de sus ojos hasta su mentón. Su nariz roja, e irritada de tanto limpiarse con un pañuelo. Hoseok sintió su corazón quebrarse.
ㅡPero dime porque se enojó contigo.
ㅡJungkook quiere o quería, ya no sé, que tuviéramos un...ㅡ pausó, sintiéndose avergonzado y asqueado al mismo tiempo, por recordar aquelloㅡun... un maldito bebé, y yo me negué.
ㅡ¿Por lo de tu problema con los bebés?ㅡpreguntó al instante el otro.
ㅡ¡No tengo ningún problema con los bebés, Hoseok!ㅡgruñó exacerbado el pálidoㅡ, sólo no me gustan, ¿bien?, y parece que Jungkook no va a comprenderlo nunca.
ㅡ¿Le dijiste sobre tu probl-...ㅡla mirada furiosa del de menor complexión lo hizo cambiar su comentarioㅡ ¿Le has dicho ya?
ㅡNo.
ㅡ ¿Cómo esperas que Jungkook comprenda tu situación si no se lo dices?
ㅡ ¡No creí que fuese necesario explicárselo!, ¡Conoce a mi familia, mi maldito entorno antes de ser novios!, es demasiado obvio que no me agrada el ambiente de los pañales y biberones, el idiota aquí es Jungkook.ㅡcruzó sus brazos disgustado.
ㅡ Ambos lo son.ㅡYoongi iba a protestar, pero el pelirrojo alzó su dedo para que guardase silencio y poder continuarㅡ No seré tu terapeuta para cuándo tengas este tipo de problemas todo el tiempo, ¿lo sabías?, pero como única recomendación que puedo darte, es que hables con él...
ㅡ Ni siquiera quiere verme, ¿cómo piensas que voy a hacerlo?, ¿llevándole flores hasta su oficina y arrodillándome frente a todos?
ㅡ Sería una buena opción.
ㅡ¡Hoseok!ㅡchillóㅡ Eso va contra mis principios.ㅡinfló una de sus mejillas.
ㅡ A Jungkook le encantará verte arrodillado.
ㅡEres un cerdo.ㅡrió.
Los dos rieron después. La atmósfera triste y preocupante fue sustituida por un nuevo ambiente, más relajado, esperanzado y listo para recibir otra bomba.
ㅡ Uh, Yoongi...
ㅡ Dime.
ㅡ Estoy esperando un bebé.ㅡ dijo el pelirrojo tan rápido. Yoongi palideció, incluso más de lo que ya estaba. Sus pequeños ojos se abrieron por la sorprendente revelación, y su boca estaba de un momento a otro totalmente abierta y seca, ¿Qué mierda?
¡¿Todo el maldito mundo estaba en medio de una fiebre de bebés o que carajos?!, ¡maldita sea!, así como iba terminaría muriendo rodeado de tontos niños babeantes, no, no, no, no...
ㅡ¿Qué?ㅡmurmuró.
El silencio del de cabellos rojos era eterno, y creyó que podía ser una broma, pero su rostro se veía sereno y algo preocupado.
ㅡJusto antes de venir a verte pase a la clínica por mis estudios de sangre, y bueno, Seokjin fue el primero en saberlo y ahora tú...ㅡ rió nervioso.ㅡ¿Estás enfadado?, parece que vas a regañarme.
Yoongi intentaba asimilar la noticia, primero Namjoon y Jimin, ahora él, ¿querían volverlo loco acaso?, ¿tan mala persona era que su condena era pagar en vida con esa tortura?
ㅡ¿Yoongi?ㅡllamó su amigo.
ㅡVoy a bañarme.
El pelinegro se levantó rápido, definitivamente nunca tendría paz.
ㅡ¿No vas a decirme algo por mi embarazo?ㅡpreguntó inseguro.
ㅡ Felicidades ㅡ fingió alegría, su semblante volvió a ser el mismo cuando se acercó a la puerta de su recámara, renegando una y otra vez por lo estúpidos que eran sus amigos al embarazarse, quería pegarse un tiro.
Él obviamente no estaría así.
Yoongi no sabía si las flores que tenía le agradarían a Jungkook, tampoco conocía todas las alergias que el castaño tenía, y por ende estaba nervioso de traer ese ramo de jazmines.
No se preocupaba por su apariencia, había tardado una hora arreglándose ㅡcomo siempreㅡ, sabía que se veía bien.
Estaba interesado en recuperar a su amado, en mantener su relación en orden y por eso, se animó con el plan más tonto que se le ocurrió.
Pararse en la oficina de Jungkook, con un obsequio, para poder hablar. Sentía muy en el fondo que estando en ese lugar, Jungkook no iba a negarse a dirigirle la palabra.
Estaba siendo muy estúpido, lo sabía, pero, ¿no podía llevarle flores a su hombre?
Hoseok lo acompañaba. Incluso cuando le dijo que se quedase en el departamento, insistió en ver como hacía el ridículo.
Claro que no lo haría, pfff eso es de perdedores.
Aún así, el de cabello rojo le deseó suerte una vez que subieron al piso donde Jungkook se encontraba. Con los pulgares en alto, y una sonrisa feliz, le dijo que le iría de maravilla.
Ignoró por supuesto a los empleados que le veían con sumo interés al haber llegado con las flores a un lugar donde los machos abundaban. Lanzandole piropos y besos mientras hacia su travesía hasta la oficina de su amado.
ㅡ Uh, ¿Jeon Jungkook está?ㅡ preguntó a la chica que tecleaba algo en su computador, muy concentrada.
ㅡ¿Eh?, ¿Yoongi?, oh, si, Jungkook está adentro, pero está ¿ocupado?ㅡhizo una seña con sus dedos.
ㅡ¿Ocupado?, ¿Con quién?
ㅡ Realmente no sé, yo-, él me dijo que- ㅡtitubeóㅡ, ¡agh!, me pidió que no te dejara pasar si venías por aquí.
ㅡ ¿Porque mierda haría eso?, ¡Soy su novio! ㅡ dijo molesto.
ㅡMe contó que pelearon, y- bueno, esas fueron sus órdenes, no dejarte pasar...
Yoongi frunció el ceño ante tal confesión. ¿Su novio con ella?, pero, qué confianza se tenían, caray. No lo podía creer.
La chica notó el disgusto en el rostro del pálido y se apresuró a contestar:
ㅡ Si pero no es lo que tu crees Yoongi, somos compañeros de trabajo, ya sabes, yo-
El pálido apretó sus puños con fuerza. Sin importar que el ramo de flores se viera afectado por su rabia, se sentía traicionado. ¡Estaba enojadísimo!
ㅡ Tú... ㅡ señaló a la mujer que con miedo se ocultaba detras de un libro ㅡ ugh, ¡Jeon te odio!
ㅡ Yoongi en verdad, no es nada de lo que te estás imaginando...ㅡ intentó aclarar las cosas.
ㅡ Déjame pasar.
ㅡ Yoongi...
ㅡ ¡Maldición!, déjame pasar ahora.
Un Yoongi enojado era la cosa más tierna del mundo, era como ver a un niño haciendo un berrinche hasta conseguir lo que deseaba, pero también era temible si no se le trataba bien. De eso estaba seguro Hoseok, que, al verlo demasiado alterado y gritándole a la joven secretaria, enseguida supo que se había colmado su paciencia. ¿Debía intervenir?