Jamás habían vivido una noche tan tensa. Seokjin seguía sollozando en el sillón, sus tres hijos más pequeños se habían encerrado en la habitación de Jungkook mientras Hoseok tartamudeaba tratando de aclarar la situación.
Namjoon negó, apuntando hacia las escaleras –Vete a tu cuarto, Hoseok, es suficiente por hoy. –Hoseok pasó saliva, quería aclarar todo, quería dejar las cosas en claro pero sabía que ni él estaba en condiciones de hablar ni sus padres de escuchar. Prometía ser la peor noche de sus vidas.
Asintió susurrando una disculpa antes de subirse, mirando con bastante rencor la puerta del cuarto de su hermano mayor y deseando que el llamado karma golpeara fuerte a su hermano.
Apenas ambos adultos quedaron solos en la sala, Nam caminó para sentarse al lado de su lloroso esposo, dejándose caer en el respaldo mientras miraba con un rostro inexpresivo al techo. Habían pasado demasiadas cosas en menos de 20 minutos.
-Namjoon –susurró Seokjin sin poder ser capaz de detener el llanto, jadeó-, ¿Qué vamos a hacer?
El hombre de cabellos negros no lo sabía, no podía pensar luego de esa gran explosión de emociones. Solamente estaba seguro de algo.
-Lo sabremos cuando podamos calmarnos.
-¿Cómo quieres que me calme si nuestro hijo acaba de –preguntaba de manera rápida y violenta, apuntando a las escaleras, pero su cuestionamiento fue interrumpido por un veloz movimiento de su esposo.
-Deja de elevar la voz Seokjin, ya fueron demasiados gritos –se señaló a la boca pidiendo silencio-, ya basta, mierda. Deja de hacer eso.
Jin frunció el ceño, poniéndose de pie –No me mandes a callar cuando TÚ también estabas gritando, por tus gritos fue que Yoongi nos dijo que se va a ir al maldito servicio militar.
Pronto también el menor de los padres se puso de pie para enfrentar a su esposo –¿Vamos a buscar culpables? ¡Bien! Yo toda la vida les he escuchado, les he dicho que si quieren hablar conmigo lo hagan ¿¡Y tú?! ¡Has evadido este tema desde siempre y provocaste que no nos lo dijeran! ¡¿Es que ni si quiera con tus hijos puedes dejar de ser tan egoísta e infantil!? ¡Nos necesitan!
-¡Ya lo sé! ¡Y te juro que lo intento pero no me eches la culpa de esto Namjoon! ¡Tampoco te lo dijeron a ti y fue por algo!
Aun con las puertas cerradas, la discusión era audible para los adolescentes de la casa. Los más pequeños desde el cuarto de Jungkook, ya estaban soltando lágrimas por la pelea, por la situación, por sus hermanos, por todo que parecía desmoronarse frente a sus ojos.
Ni siquiera estando juntos ahí con sus mascotas, tratando de distraerse en lo que fuera, podían alejar el dolor que ya les consumía. Arriba, Hoseok estaban sentando en su cama con su teléfono en mano, escribiendo a Suyun pues sabía que su mejor amiga ya estaba dormida y no podría despertarla ni llamando. Cuando un nuevo grito se escuchaba apretaba el teléfono y permitía que más lágrimas salieran, incluso, en medio de su dolor, no pudo evitar escribir una maldición en el chat que tenía con su hermano mayor, pero no lo mandó, se quedó en borradores.
Y Yoongi, con la música casi reventando sus oídos, intentaba dormirse pero le era imposible. El dolor no se lo permitía, parecía intensificarse cada vez más en su estómago, provocando que se mantuviera en posición fetal y que respirara con dificultad. Por otro lado, la adrenalina causada por la rabia comenzaba a disminuir, comenzaba a apreciar claramente lo que hizo y lo que sucedió.
En medio de su sufrimiento, deseó que la puerta se abriera y por ella entraran sus padres, como cuando era niño y se enfadaba, para hablar con él buscando llegar a una solución. Intentó imaginarlos a los pies de la cama, sonriéndole con calma y hablando con él para poder aclarar todo, y entonces, recibir un tan anhelado abrazo. Yoongi temió tanto haber arruinado todo, que sus acciones llegarán tan lejos como para no tener arreglo. Pudo verse solo, completamente solo, y eso le llenó de pánico.
Amaba a su familia y lo que menos quería era que se alejarán de él, pero dio por hecho que así sería, que causó el suficiente daño como para que tanto sus hermanos como padres desearan lo que él había propuesto, que se enlistara pronto. Yoongi no se consideraba como alguien que se echaba para atrás, que se arrepentía de sus acciones, pero esa noche deseó enormemente retroceder en el tiempo.
******
La discusión entre los padres no duró tanto, pronto se percataron de que se gritaban más por estar sensibles y enojados con la situación que con ellos mismos. Cansados, prefirieron solamente marcharse a dormir con la esperanza de que el siguiente día viniera con tranquilidad y la posibilidad de poder hablar con calma.
Las luces de la casa fueron apagas pero eso ni significó que quienes vivían dentro de ella pudieran dormir, el insomnio no se los permitió a más de uno. Pasaron horas para que la mayoría cerrara los ojos y se dejara llevar por el sueño, sin embargo eso no significaba que descansaran.
En una habitación en particular de la casa, las lágrimas no paraban. Yoongi ya ni siquiera era capaz de moverse.
Lo que creyó que sería un leve malestar en el estómago a causa del revoltijo de sentimientos, terminó siendo un dolor insoportable que le forzaba a permanecer doblado, sintiendo un dolor tan intenso que apenas y podía removerse en su lugar. Se había desplazado, el dolo se deslizó por su cuerpo hasta el costado de su vientre, punzando y mandándole descargas intensas de dolor que parecía no tener fin.
El adolescente suplicaba por paz, porque todo terminara ya, el dolor se marchara y le dejara descansar pero este permanecía aferrado a su cuerpo. Cuando inició el dolor fuerte, Yoongi asumió que aguardaría hasta que se disipará y podría dormir, pero como aquello no sucedió, comenzaba a pensar en qué podría hacer pues parecía que el dolor no le dejaría.
Temiendo que fuese algo grave, abrió la boca jadeando con la intención de gritar, pero por su mente pasó el fugaz pensamiento de que quizá solo se trataba de un verdaderamente intenso dolor que se hacía presente más fuerte que nunca debido a que jamás había sufrido un arranque de furia igual. Pero tan rápido como llegó ese pensamiento, se fue a causa de un jadeo que le hizo arquearse, se encontraba mareado, sudando y seguramente muy pálido.
Necesitaba ayuda.
Pasó saliva por su garganta, costándole trabajo a horrores el poder moverse por la cama para poder levantarse e ir a la puerta para pedir ayuda, quizá sus padres sabrían qué hacer, pero apenas pudo removerse un poco antes de detenerse porque incluso respirar le dolía.
Por un momento temió que de hablarles a sus padres estos no escucharían o le ignorarían pensando que estaba exagerando, quizá por estar molestos ni siquiera querrían ayudarle, pero le dolía mucho, así que con desesperación gritó -¡APPAAAAA!
Jadeó por el dolor, sintiendo sus ojos lagrimear más cuando se percató de que no había gritado tan fuerte como esperaba, su garganta dolía » ¡ALGUIEN POR FAVOR!
Esperó, pero no escuchó nada fuera de la habitación, nadie venía » ¡APPAAAAAA! –arrugó su rostro antes de removerse, comprendiendo que o no le escuchaban o le estaban ignorando. Recordó que había estado escuchando música por horas hasta que decidió quitarse los auriculares. Su teléfono y estos estaban bajo la almohada.
No tuvo más que moverse un poco para alcanzarlo, sus dedos moviéndose por la pantalla que no podía ver gracias a lo mucho que le cegaba la luz de momento y las lágrimas acumuladas. Marcó el número de Namjoon, rogando porque lo escuchara.
En la otra habitación, Seokjin estaba sentado escuchando con atención. Había sido despertado por lo que creyó fue un grito pero luego de unos segundos no escuchó nada. Algo asustado, se removió en su cama y pasó una mano por su cabello, fijándose en su esposo que dormía dándole la espalda.
3:14 A.M.
El adulto se recostó otra vez, suspirando y acomodándose en la cama cuando una luz iluminó parte de la habitación. Se asustó cuando la música sonó, pero solo le tomó un momento relacionarlo con la el teléfono de su esposo que se encontraba sobre la mesa de noche. Jin se volvió a sentar al tiempo que su marido se removía incómodo, gruñendo cuando comprendió que era una llamada. Sin embargo, una llamada en la madrugada significaba que algo serio estaba ocurriendo.
El hombre peli negro se sentó estirando su brazo para alcanzar el teléfono, revisándolo y parpadeando varias veces cuando creyó leer mal el nombre. A su lado, Seokjin identificó la foto con la que tenía registrado a su hijo.
-¿Qué es esto? –preguntó Namjoon frotándose uno de sus ojos. Seokjin se levantó rápido con la intención de ir a ver.
Namjoon le siguió en seguida, todavía medio dormido sin considerar lo serio del asunto, al menos no fue así hasta que Seokjin intentó abrir la puerta pero se encontró con que tenía seguro -¡APPA!- gritó Yoongi desde el interior, alarmando a ambos padres.
-Abre la puerta Yoongi. –pidió Seokjin tratando de abrir y chocando contra la puerta, asustándose y entrando en desesperación.
Yoongi intentó moverse otra vez, poniendo todo su esfuerzo. El escuchar la voz de sus padres le dio fuerzas, le impulso lo suficiente para sentarse a pesar del horrible dolor. No había recordado que puso seguro al subir -¡Yoongi abre! –ahora habló Namjoon.
El adolescente chocó con la puerta alertando a ambos padres por el sonido, pero segundo después, el seguro fue retirado. La puerta fue abierta con la suficiente rapidez para que Yoongi casi cayera al suelo por el inesperado movimiento, Seokjin entró encendiendo la luz y viendo a su hijo inclinarse casi cayendo, a lo que el hombre le tomó del brazo evitándolo.
Ayudándole, le guío a la cama con sus ojos revisando el cuerpo del adolescente, tratando de encontrar qué era lo que tenía a su hijo gritando –Me duele mucho –se dobló un poco más, arrugando el rostro-, me duele.
-¿Dónde? –preguntó Namjoon hincándose frente a su hijo. Al señalar a su estómago los peores escenarios vinieron a la mente del adulto de cabellos castaños, por ejemplo, que el adolescente se tomara una gran cantidad de pastillas buscando el suicidio.
Negó con su cabeza eliminando el pensamiento, de ser así, Yoongi no les habría llamado. Seokjin pasó una mano por la frente de su hijo, sintiendo la fiebre en su piel –Tiene la temperatura muy alta –le dijo a su esposo. Namjoon frunció el ceño, acercándose a su hijo para llevar su mano a la zona señalada. Apenas tocó el costado del lado derecho en el abdomen inferior, cerca del hueso de la cadera, Yoongi gritó cuando el adulto apretó un poco en la zona inflamada.
-¡Duele! –Seokjin quitó la mano de su esposo y le miró. El menor de los padres se levantó señalando fuera de la habitación.
-Bájalo, llevémosle al hospital.
Yoongi negó, no se quería mover, pero esa acción no fue vista por Namjoon quien salió corriendo de la habitación, sin percatarse de una puerta abierta. Hoseok miraba junto a sus dos hermanos la habitación abierta de Yoongi, dudando sobre si asomarse o no pues los gritos les habían puesto los pelos de punta.
Terminaron por hacerlo cuando Yoongi gritó otra vez, viendo que Seokjin intentaba hacer que se levantara otra vez de pie pero el peli negro no quería, el dolor era completamente intenso –Yoongi, vamos, levántate –pidió Seokjin sintiendo una gran desesperación por ver a su hijo así y no poder ayudarle-, tenemos que ir al hospital, vamos.
-¿Qué pasa con hyung? –preguntó Taehyung en un susurro, sin que nadie pudiese responderle. Seokjin escuchó un grito de Namjoon apurándole así que se decidió por no perder más tiempo. Tomó por debajo de la axila al adolescente para levantarle, pasando el brazo por debajo de sus hombros para guiar a su hijo.
El pálido chico gritó más fuerte, pero puso de su parte para avanzar, saliendo de la habitación junto a su padre y bajando las escaleras con sumo cuidado hasta la planta baja. De pronto la casa estaba iluminada de nuevo, Namjoon había encendido las luces para evitar una caída o algo parecido -¿Qué pasó? –preguntó Jungkook arrugando el rostro por lo encandilado que se sentía por las luces. No notó cómo traían a Yoongi, ni a sus hermanos bajando las escaleras.
El mayor de los hermanos dejó de andar por el dolor, creando más peso en los hombros de Seokjin -¡Namjoon! –gritó el castaño a su esposo cuando su hijo se dobló.
No tardó en llegar, ayudando a su esposo con el muchacho. Notando la presencia del resto de sus hijos (e ignorando el miedo plasmado en sus rostros) pidió –Traigan nuestros abrigos, rápido. –Jimin fue quien salió disparado para buscarlos mientras ambos padres prácticamente cargaban al adolescente hasta el carro. Fue sentado en el asiento trasero, pero se dejó caer ante un fuerte dolor, chillando mientras la puerta era cerrada.
Jimin llegó corriendo no solo con los abrigos de sus padres y hermano, también les trajo las pantuflas de los adultos mirando con preocupación el vehículo. Seokjin rodeó el vehículo colocándose la prenda y los zapatos mientras Namjoon se dirigía a sus hijos que les observaban con los ojos bien abiertos –Cierren la puerta con llave.
-Queremos ir con hyung. –Taehyung dijo.
Namjoon negó retrocediendo –Tenemos que irnos ya, les llamaré y vendré por ustedes en un rato ¡Cierren! –se subió a la camioneta y cerró la puerta, arrancando y alejándose de la casa mientras los adolescentes se quedaban con una gran incógnita en el aire. ¿Qué le sucedía a Yoongi?
*****
Nada más doloroso que ver a su hijo alejándose en una camilla seguido de enfermeros y una doctora. Ambos padres sintieron un horrible apretón en sus corazones al ver a su hijo desaparecer tras la puerta de emergencias, solo les quedó mirarse, olvidando por completo todo lo que sucedió antes de abrir la puerta de su hijo y encontrarse en ese estado.
Se abrazaron, ahogando todo ese dolor y lágrimas antes de moverse y sentarse tomados de la mano, esperando por una respuesta que no tardó demasiado en llegar. La doctora que los recibió salió a la sala de espera en emergencia, ubicando a los padres en seguida porque la zona estaba bastante desierta –Somos los padres de Kim Yoongi –Seokjin dijo de manera rápida, queriendo que la doctora ubicara de quien hablaba para que les dijera qué ocurría con el paciente-, e-el muchacho pálido y de ca-cabellos negros que acaba de entrar. Él ti-tiene un fuerte dolor aquí –señaló su costado derecho-, ti-tiene inflamado y-y- -Namjoon le abrazó buscando que se calmara un poco y dejara hablar a la doctora.
La mujer habló con seriedad –Tendremos que hacer exámenes, una ecografía abdominal solo para confirmar, pero los síntomas que tiene su hijo son de una apendicitis. Si es así, se les comunicara de inmediato y procederemos a hacer una extracción de emergencia, tendrán que firmar una autorización para esta operación.
Se preparó para las preguntas, siempre venían -¿Qué? ¿Ape-pendicitis? –preguntó Namjoon carraspeando al final.
Asintió –Esta es una operación de poco riesgo, pero al final de cuentas, es una operación y hay riesgos que cuidaremos en evitar. Su hijo está pasando en este momento por los exámenes, yo misma vendré a informarles de los resultados.
Seokjin negó –N-no lo entiendo, ayer estaba... bien, no se quejó de ningún dolor en la mañana ni cuando se fue a dormir –"de haberle dolido, no nos habría dicho", pensó. Frunció el ceño-. Discutimos con él, uh, fue muy fuerte la discusión ¿Es por eso? ¿Fue nuestra culpa?
Su marido le apretó más fuerte en sus brazos, tratando de calmarle y de borrar ese pensamiento. La mujer negó –Esto iba a pasar caballeros, no tiene nada que ver la discusión, la apendicitis es causada por la obstrucción de su luz, es decir, del conducto interno del apéndice. No es su culpa.
Seokjin soltó lágrimas, asintiendo agradecido mientras se soltaba de los brazos de su esposo y susurraba –Mu-muchas gracias doctora, cuide de mi hijo.
A su lado, el peli negro suspiró -Podría ser otra cosa, ¿Cierto? –ella asintió.
-Es una posibilidad.
-¿Nos dirá qué tiene nuestro hijo y que le harán? –preguntó, ya sabiendo la respuesta pero necesitando volver a oírla.
Ella sonrió –Se los aseguro. –dada una reverencia, se marchó dejando al par de padres. Seokjin fue otra vez envuelto por los brazos de su esposo, él también le dio un abrazo y ambos sintieron las lágrimas caer.
-Yo... le dije cosas horribles, Jin. –se lamentó el menor de los padres.
Seokjin cerró con fuerza sus ojos –Va a estar bien, nuestro fanático de Kumamon va a estar bien, tenemos que hablar con nuestro bebé.
Namjoon rió entre lágrimas por el apodo, asintiendo y soltando a su esposo para sentarse otra vez con sus manos unidas, dispuestos a esperar las horas necesarias para ver a su hijo en buen estado. Solo cuando las lágrimas pararon, Seokjin llamó a sus hijos para darles la noticia, prometiéndoles que en unas horas pasarían por ellos para que vinieran a esperar junto a sus padres.
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Para que duela más, el mismo título que use en la primera temporada :P
Ya, ya, ya, ahora sí que se viene el amor y la reconstrucción familia, je.
Hemos pasado por el momento obscuro del fanfic, pero todavía falta que se solucionen las cosas, lo saben, lo sé, y tendré que publicarlo entre mañana o pasado mañana porque el cumpleaños de Yoongi ya está casi aquí y DAAAAAAMN.
Me retiro porque todavía tengo tarea, wuh. Bye, bye, les amo galletitas.