El inesperado cliché

By karina2019

18.6K 1.6K 166

En un instituto donde las cámaras son el motivo de alegría, las porristas son la sensación, y los futbolistas... More

Sinopsis:
Capítulo 1 ( ¿Debería llevarte a tu casa? )
Capítulo 2 (Quizás quieres que te encuentren)
Capítulo 3 (¿Te gustan los parques?)
Capítulo 4 ( ¿Te gusta? )
Capítulo 6 ( Eres efímero? )
Capítulo 7 (Entrégamelo, y lo cuido por ti)
Capítulo 8 ( El juego y la pantalla )
Capítulo 9 ( ¿Te sirvió de algo? )
Capítulo 10 ( Un melodrama )
Capítulo 11 (Desastre)
Capítulo 12 (¿y si lo intentas y es peor?)
Capítulo 13 ( Y eso me estaba doliendo )
Capítulo 14 (Dos deseos)
Capítulo 15 ( El caos )
Capítulo 16 ( Prometí convertirme en tu prioridad )
Capítulo 17 ( Eres un hermoso desastre )
Capítulo 18 (Tienes que estar bromeando)
Capítulo 19 ( ¿Puedes volver a mí? )
Capítulo 20 (Decepciones)
Capítulo 21 (Pagar por tu error)
Capítulo 22 (Algo que nunca esperé)
Capítulo 23 (El primer paso)
Capítulo 24 ( Cuando tuve el placer de conocerte )
Capítulo 25: (¿Qué pensaste la primera vez que me viste?)
Capítulo 26 (Tú y yo hacemos arte)
Capítulo 27 (Capítulo final)
Anuncio

Capítulo 5 ( Nos veremos pronto )

828 67 13
By karina2019


Había pasado ya una semana desde que tuve aquella pequeña conversación con Alexis. Les había explicado más o menos las cosas a Kathe y a Jeanine, y por suerte pudimos arregla todo. Lo único que me preguntaba era, ¿Dónde estaba Ashton? Habíamos quedado de vernos al día siguiente, pero nunca pasó, y cuando creí que me buscaría en la semana para organizar lo de la entrevista que él necesitaba, me preocupé, porque no pasó.

Empezaba a pensar que tal vez no era lo que él quería, lo que él buscaba o necesitaba, quizás a alguien más abierto, realmente no lo sé.

Me encontraba en aquella cafetería donde la chica me había (accidentalmente) tirado el café. No la encontré y eso me hizo mirar seriamente a Jeanine. En cuanto sintió mi mirada sobre ella, desvió la suya de su celular a mi rostro.

—No  lo hice yo —dijo adivinando mis pensamientos con total soltura, como si no fuera nada importante.

—¿Quién fue entonces? —me crucé de brazos aun sentada, recostándome de la silla.

—No lo sé todo, Eve —respondió rodando los ojos.

—Sabes que la despidieron, lo dijiste anteriormente, debes saber entonces por qué al menos, o me equivoco? —claro que ella lo sabía, le conocía bastante bien.

—Mira, creo que el novio se la llevó, ¿Okey? No tengo idea de lo que en verdad pasó.

—¿Y por qué razón el novio se la llevaría?

—¿Tienes algo que hablar con la chica, Eve? Te veo muy intrigada con el asunto.

—Quizás porque le hiciste una escenita muy grande, ¿No crees? —se entrometió Kathe sin dirigirnos mirada alguna, prestándole atención a su celular.

—Sabes que soy muy dramática, pero sigo diciendo que lo había hecho a propósito —hizo un puchero, como si avergonzar a la chica no hubiera sido nada.

—El video está en línea, tiene muchas vistas, lo supuse —miré extrañada a Kathe en cuanto dijo aquello.

—¿Qué video? —pregunté

—El de Alexis, él tendrá que ver qué hacer con ese problema, me imagino que le dará dinero, o algo así.

Me quedé inmóvil en mi lugar aun con el signo de interrogación en grande encima de mí.

¿Un video de Alexis? ¿Un problema? ¿Dinero? ¿qué carajos significaba aquello?

—Me imagino que te dijo algo de eso, ¿No? — Jeanine me sacó de mi trance.

—No sé de qué video hablan, déjame verlo —en cuanto tomé el dispositivo pude visualizar el espacio donde ocurría todo. Era la fiesta a la que habíamos ido, donde había pasado aquel "accidente" con el chico de rulos rubios, pero eso no fue lo que me dejó sorprendida.

Alexis estaba ahí parado, con una cara de pocos amigos mientras una chica le gritaba cosas y mi cabeza hizo click. Era la chica que había escuchado, la que gritaba con la voz entrecortada, no era una discusión, él no respondía absolutamente nada, solo dejaba que ella le dijera todo lo que debía, para luego ordenar que se la llevaran.

Me quedé con el celular en mano aun cuando el video había acabado. Sentía la ira recorrer mi cuerpo. Ya me veía exigiéndole una respuesta, no me disponía a articular palabra alguna o a moverme, me había quedado inmóvil por todo lo que había visto y escuchado. Y pensar que él no me había si quiera hablado del tema, intentar explicarme algo, me lo debía, o no? Todo el mundo estaría viéndome la cara de estúpida en estos momentos y me sentí como una idiota.

Apreté el celular con fuerza respirando profundo para no hacer ningún drama. Necesitaba expulsar la rabia que sentía en esos momentos. Nadie, NADIE me iba a hacer pasar por esto, apenas si estábamos arreglando nuestros asuntos como para sumarle ese estúpido video.

Le devolví el dispositivo dirigiéndome hacia el área del colegio. No me había despedido, salí de ahí sin más.

Ya sabía lo que él hacía a estas horas. Estaría entrenando lo suficiente como para decirme que estaba cansado y que estaría solo. Pues hoy me aguantaría.

No estaba para controlarme, y no deseaba hacerlo.

Sentía que de un momento a otro todo era solo mentiras, puras maniobras y por primera vez me pregunté: estaría engañándome? Porque si fuera así podía dar por terminada esta relación.

No era de las personas que hablaban sin saber, pero en ese momento quería definir bien en claro lo que estaba pasando y desquitarme porque uno de sus errores fue ocultarlo.

Llegué al área donde se daba dicho deporte y en cuanto lo vi a lo lejos, me fui acercando a paso rápido. Habían varias personas sentadas en las gradas, anotando y tirando fotos a no sé quién, en cuanto me vieron dejaron de hacerlo para mirarme extrañados. En cuanto estuve más cerca, el entrenador hizo sonar el silbato que tenía colgando en su cuello intentado llamar mi atención, pero estaba tan enfocada en descargar mi rabia, que si había alguna idea de hablar como personas civilizadas, se fue a la mierda.

En cuanto se giró a mi le deposité una gran bofetada en su mejilla derecha.

Todo pareció paralizarse, sentía que el mundo decía " hey, mira a esa loca " pues sí, estaba incontrolable en ese momento.

Mi respiración era pesada, y en mis ojos sé que irradiaba todo el coraje que contenía dentro.

—Más te vale tener una maldita razón para explicar lo del video —expulsé aquellas palabras con rabia.

—Eve, no creo que este sea el...—intentó defenderlo el novio de Jeanine, Jorge

—Tu te callas —le interrumpí mirándolo con cara de pocos amigos.

—¿Desde cuando te gusta montar escenitas, Eve? —sabía que él odiaba que le tocaran la cara, para él era algo sagrado.

—¿Desde cuando te has vuelto tan mentiroso, Alexis? —le dije de la misma manera.

—Eve, tenemos práctica, no puedes hacer estas cosas, debes irte —el entrenador llegó a nosotros hablando en un tono fuerte.

me quedé mirándolo con odio hasta que decidí hacer lo que me pedía.

—Claro, como usted mande —respondí sin mirarle, aún permanecía con mi mirada en Alexis y él no articulaba palabra alguna.

Me fui alejando lentamente hasta llegar a uno de los baños del centro.

Intenté sostenerme del lavado ¿Qué diablos pasa en mi vida? Esto es obra del dueño de mi historia o qué?

—No es nada divertido, si eso es lo que piensas, espero que tengas buenas razones para hacerme esto —dije hablándole a quien sea que estuviera escribiendo esto.

De acuerdo, estoy loca.

No iba a llorar, nunca fui de hacerlo por estos tipos de cosas, pero esto no pasaba. De esta manera, a este grado? No.

¿Me sentía mal? ¡Claro! Es mi novio, y la idea de haber desperdiciado 4 años de mi vida con él es sofocante.

Temblaba de la rabia, de lo que contuve por no montar una escena más grande delante de todos.  Salí deprisa para llegar a casa, no quería hablar con nadie, los chismes se esparcían rápidamente, y más si se trataba de él. Sentía mi corazón latiendo a mil, los sentimientos a flor de piel, qué debería de hacer? Me sentía desorientada.

Pero vamos, soy Eve, ¡Por Dios! a mí nadie me derrumbaba, si me rompía yo solita me arreglaba, nadie iba a hacer de mi lo que quisiera, y menos un hombre. Soy lo suficientemente fuerte para saber lo que quiero y lo que debo dejar, él claramente se había vuelto un error que era necesario. Lo amo, pero primero estoy yo.

No me quedaré a consentir el suelo. El amor, más que un te quiero, es un te cuido, y está muy claro, de que ya le ha estado valiendo lo que me pase, desde cuándo? Lo primero que me vino a la mente fue otra chica. Claro, si le gustaba otra, por qué querría estar conmigo? Sentí que estaba aumentando al máximo mi coraje pero intenté contenerme.

Sentía que en cualquier momento el vendría, me daría algo más que un silencio hiriente. Pero presentía por otro lado que no lo haría, justamente por eso...

Él ya no era mi Alexis.

Y me odie primero a mí por permitirlo, por dejar que se alejara, pero reaccioné, yo solo doy razones para que alguien se quede conmigo, si no lo hizo, ¿Pues que puedo yo hacer más que esperar sanar?

Extrañaba como éramos antes de darme cuenta de todo esto, antes de sentirme tan rota.

Pero me estaba perdiendo...

En otoño también puedo ser primavera- me repetía una y mil veces. Recordaba decirle esas palabras a Ian cuando se sentía mal. Vaya que lo necesitaba. Se me estrujó un poco el corazón ante el recuerdo.

Mis pensamientos fueron interrumpidos al sentir una mano agarrar la mía.

Miré un poco espantada a la persona a mi lado, era un chico, uno que no conocía...

Apretó mi mano como si me conociera de toda la vida y mi rostro expresaba la total impresión que tenía en aquel momento. Era un chico de más o menos mi edad, cabello negro, ojos marrones, era bastante alto pero...

Quién diablos era este chico y por qué me está tomando de la mano? Estaba tratando de recordar el número de la policía antes de que él se dignara a hablar.

—Agárrame, me vienen persiguiendo, actúa normal — ¿Actuar normal? ¡¿Normal?!

Intenté caminar con naturalidad pero me sentía como si estuviera en una película, como si me iban a robar o algo así. Los nervios me subieron a mil, y me repetía mil veces aquel número de emergencias.

¿En qué estaba metida ahora? no salgo de una.

Miré hacia atrás luego de unos minutos caminando en silencio, no vi nada.

—¿Quién te está siguiendo? —dije en un hilo de voz apenas audible, tragué con dificultad.

—La ganas de hablarte —respondió riéndose —¿Cómo te llamas?

Me paré al instante en cuanto pronunció aquellas palabras. Habíamos estado varios minutos en silencio, uno que al parecer no le había afectado en nada, PERO A MI Sí!

¿Quién diablos se creía él para hacer este tipo de bromas?

Intenté contar hasta diez y me repetía aquel versículo de la biblia "no matarás" Efectivamente parecía que la situación le parecía tan divertida que se burló de mí en mi cara.

—¿Qué te causa tanta risa? —pregunté en un tono fuerte cruzada de brazos.

—Hey, tranquila fiera, te había visto en la calle así toda " forever alone " con una cara de que ibas para un funeral y para anteponerme a lo que dirás, de nada- hizo una reverencia.

—Ah, te gusta el sarcasmo, ya entendí.

—También —respondió simple.

Respiré profundo para no maldecir.

—Cuéntame, ¿Qué ha pasado? Soy un buen psicólogo —dijo con total confianza.

—Mira, no estoy en aguantar pendejas hoy, de verdad  —me crucé de brazos.

—Es lo más bonito que me han dicho —se llevó la mano al pecho fingiendo entusiasmo.

—¿Qué quieres? ¿No tienes algo mejor que hacer? —mi actitud cortante estaba encendida en esos momentos y a él parecía no molestarle, al contrario, es como si le diera razones para mirarme más divertido —. ya entendí, te gusta joder a la gente por la calle- dije como si fuera lo más obvio.

—Además de eso —admitió  —me atraes —soltó

—¿Disculpa? —respondí dando una risa sarcástica.

—Verás, cuando te atrae alguien es como si te halara hacia esa persona, ¿Entiendes?

—¿Me estás tomando el pelo? —solté indignada.

—Oh, eres gruñona, perfecto, eso me gusta —él hablaba como si fuera una conversación normal con alguien que conoce desde muchos años —aparte de pasar un buen rato conmigo, ¿Cuáles son tus otras aspiraciones? —no, esto era el colmo.

Reí por aquel estúpido comentario.

—No tienes vergüenza, esto es lo último.

—No es lo último, no he terminado de hablar —su rostro de " ¿Me estás ignorando? " era para matarse de la risa.

—Ah, entonces, lo que me dices es que quiero pasar un buen rato contigo.

—Sí, creo que es lo que acabo de decir —se cruzó de brazos inclinando su cabeza mientras miraba el cielo como si estuviera pensando profundamente.

—¿Oh Dios, te imaginas? Pues así no va a pasar —respondí dando una de mis mejores y sarcásticas sonrisas.

Soltó una carcajada que me pareció contagiosa.

—Vendré en mi limusina, tienes que esperarme y luego te llevo a un bonito lugar.

—No me pidas que te espere, a mí, que jamás he esperado a que se me sequen las uñas para seguir con mi vida —me reí como si fuera lo más patético que alguien podría esperar de mí.

En ese momento reímos mientras nos mirábamos como si dijésemos "no tenemos solución"

—Elijo bien, ¿Verdad? —dijo refiriéndose a mí.

—Soy demasiado, pero sí —respondí intentando sonar con el ego a mil.

—Claro que sí —contestó con una pequeña sonrisa —Evans —extendió su mano.

Lo pensé un momento, enserio estaba hablando con un chico que no conozco de esta manera? Pues sí, ya me pasó dos veces.

—Eve —Tomé su mano.

—Es un gran placer hablar contigo, nos encontraremos más adelante

Le miré extrañada.

—¿Qué? ¿Me seguirás?

—Ya veremos —respondió divertido—. Antes de, responde esto, es importante.

—¿Qué?

—Si tuvieras la edad de tu whatsapp, ¿Cuál sería? Contaré hasta 5 y tienes que responderlo rápido —lo miré aún más extrañada por aquello—. uno, dos...

Tardé un poco en responder, pero lo hice, y en cuanto lo dije, su sonrisa triunfante me hizo darme cuenta.

—Cogiste mi número telefónico —dije recelosa pero un tanto divertida por cómo se las ingeniaBa.

—Nos veremos pronto, Eve —empezaba a alejarse en reversa mientras lo decía.

Esto fue una de las cosas más extrañas que me ha pasado en la vida.

Había estado bebiendo tazas de chocolate durante todo lo que restaba del dia.

Había hablado con Ian, cosa que hizo que me tranquilizara, lo extrañaba de sobre manera y pensar que vendría pronto era una de las razones por las que aún no me ponía a llorar.

Me había pegado fuerte, claro que sí, y ahí estaba yo, como toda una adolescente con mal de amores. La habitación sin un rayito de luz, oscuridad que absorbía toda la esencia de una persona y el profundo y terrible sentimiento de ser una estúpida.

Oí unos golpes en la ventana, como si estuvieran arrojándole piedritas pequeñas.

Pensé que eran cosas mías, pero no...

Me acerqué más y pude visualizar a aquel chico castaño, ese que me dejó con toda esta rabia el día entero, el que me había defraudado.

Me quedé estática viendo como esperaba ahí abajo.

Lo último que tenía en esos momentos era paciencia, y desde luego, la última persona que quería ver era él. Me apoyé de la pared mirándolo aún, su insistencia me parecía hasta una falta de respeto ¿Ahora viene? Sentía que había estado con otra, se cansó y era momento de ir conmigo. Pues no. La rabia volvió aunque de una manera más ligera. Cogí el florero que permanecía en la mesita de noche, ese que contenía agua. Abrí la ventana y traté de llevar las cosas como toda una persona madura.

Así que le eché el agua encima.

Bueno, madura así madura, no... Pero, me servía.

Lo miré intentando detectar cada una de sus facciones. Se quedó paralizado como si no pudiera creer lo que había hecho. Lo de él no era nada comparado con esto.

—Baja en estos momentos —ordenó lentamente intentando tranquilizarse.

Ni de broma iba a estar con él después de lo que pasó.

—¡Eve!

Estaría bien... yo estaría bien sin él, aunque doliera como los mil demonios.

Cerré la ventana y me acosté intentando dormir, pero sus llamados eran tan irritables que tuve que tener opciones.

Pobrecito, él ahí debajo en la fría madrugada, claro que tenía que hacer algo al respecto, no toleraba esos llamados. Con toda la paciencia del mundo, cogí mis audífonos y empecé a escuchar música a todo volumen.


Problema resuelto.
***

—Bien, mañana es la competencia entre los Tigres ( GREYS ) contra Águilas, hoy debemos entrenar hasta que nos duelan los pies, está claro? —habló Jeanine con autoridad.

Todas asintieron. Empezamos la rutina de nuevo. Cada una en su respectiva posición.

Ellas no querían que participara en esta ronda, pero vamos, a mí nadie me niega estar con mi equipo y menos en las primeras competencias.

—Cinco, seis, siete y...

La música empezó y nos movíamos sincronizada mente. Todo estaba saliendo perfecto para el día de mañana. Empezaba a recordar cuando caí pues tenía que dar una pirueta por los aires.

Pero el chico de rulos no estaba ahí, tranquilízate, Eve.

Escuchaba como la voz de Jeanine resonaba por encima de la música contando cada paso para poder hacerlo como es debido. En ese momento nos subieron a las 3 mientras manteníamos la rectitud y nos manteníamos en una sola pierna para después dejarnos impulsar por sus manos y caer en sus brazos. El equilibrio y la sincronización lo eran todo, lo teníamos.

Empezamos a hacer volteretas para acercarnos al final de la rutina que era obviamente la pirámide. Cuando finalizamos con el corazón en la mano, nos bajamos de un tirón y me tiré a la grama cansada.

—Debo hacer ejercicio—dijo Jeanine tirándose a mi lado, seguido de Kathe.

—Yo también —respondió la ojos azules.

—No cuenten conmigo —contesté riendo.

—Estoy agonizando.

—Jeanine, ¿Te hemos dicho lo dramática que eres? —me reí más por el comentario de Kathe.

—¿Te he dicho qué estas más parlanchina?

—Disculpen, quería saber cuántas horas nos faltan de ensayos —una chica se nos había acercado.

—3 horas más —respondió la pelirroja.

Respiré hondo porque enserio necesitaba aire.

—¿Necesitas irte? —le pregunté mirándola desde donde me encontraba.

—Es que, tengo una emergencia —dijo un tanto tímida.

—Puedes ir a hacer lo que necesites, solo llega a tiempo mañana

—Gracias, lo haré —me dedicó una gran sonrisa antes de irse.

—Esa sonrisa es de que la van a coger —habló divertida Kathe.

—¡Eve! —gritó Jeanine intentando sonar molesta.

—Aquí vamos

—Mejor me callo —dijo rendida.

—Sí, es lo más sensato que he escuchado de ti hoy.

Le había molestado que tomara la decisión por todas de dejar ir a la chica.

—¿Cómo vas con el asunto de Alexis? —preguntó cambiando el tema.

Respiré hondo antes de...

—Fatal, creo que terminaremos —miraba el cielo como si estuviera pidiéndole alguna respuesta al universo.

—Sé que te duele aunque no lo demuestres, está bien, Eve. Fue mucho tiempo junto a él, estás en tu derecho.

—No quiero hablar de él, prefiero olvidarlo así, sin oír su nombre, sin nombrarlo, nada, todo pacíficamente.

—Bueno, de pacífico no hay nada después de tremenda galleta que se te zafó ayer.

Y nos reímos por ello.

—¿Hay fotos cierto?

—¿Fotos? Hay videos y hasta gift —soltó Kathe

—Mierda —me tapé la cara aguantando la risa.

Era tan extraño que algo que doliera tanto, comentarlo con ellas sea motivo de risa, pero así éramos...

—¿Hay que irte buscando novio o qué? —habló Jeanine.

—Estaré bien así, no moriré por no tener a alguien a mi lado.

—Sabes que no tienes otro novio por que no quieres —dijo en broma.

Cualquiera pensaría que es una "cualquiera" cuando se le escuchaba hablar, pero muchas veces, ella solo hablaba por joder, aunque de las tres, ella es la más liberal.

—Me vendría bien estar sola, tomar tiempo solo para mí —dije pensándolo bien.

—Es cierto, quizás es momento de ser tú, para tí —Sonreí por el comentario de Kathe—. ¡Abrazo! —gritó y al instante se nos tiró encima.

—¡Que no me gustan los abrazos! ¡Quítate, quítate! —nos reímos aun cuando nos faltaba el aire.

Minutos después escuché mi celular sonar por un mensaje. Era un número desconocido, nunca los leía, pero el mensaje llamó mi atención

"Juntémonos en la cafetería"

Desde cuando me invitaba un número privado a salir de esa manera.

Me reí por aquello. Pero me permití responder.

"Ya. Quién eres?"

Pensé que me contestaría tiempo más tarde pero al parecer esperaba mi mensaje.

“El amor de tu vida"

No jodas, hasta apodo se puso.

"Me gustaría conocerlo, no lo he visto "

"¡Pues ven!"

No le di importancia luego al mensaje hasta que escribió de nuevo.

"¿Apenas me conoces y ya te olvidaste de mí? Que mala novia "

Ese sentido tan sarcástico, sin duda era el chico de ayer y me reí al recordar su manera de ser. No contesté pero si me dirigí a la cafetería del colegio. Antes de siquiera sentarme una JEEP blanca se mantuvo a mi lado. Pensé que me iban a robar o me pedirían dirección, esperaba todo menos a Ashton ahí dentro.

—Sube, rubia —dijo tranquilo con esa pequeña sonrisa.

Sin siquiera pensarlo, lo hice.

Mi cuerpo había estado adolorido por todas las horas de práctica y solté un quejido.

—Al parecer has dado mucho de qué hablar últimamente —mantenía una mano en el volante y la otra en una de las palancas que nos separaba.

Vestía una camisa azul con un jean que le quedaba bastante bien la verdad. Su pelo castaño con pequeños rizos me daba ganas de tocarlo, pero no me lo permití.

—Al parecer. ¿Y dónde has estado tú?

—He estado un poco ocupado con eso del periódico la verdad, no he tenido mucho tiempo, es más, ahora debería de estar trabajando —hablaba como si el mundo se le estuviera cayendo encima pero para él es un jardín muy bonito y no se dará mala vida por ello.

Reí por lo bajo, pero él lo notó

—¿Qué? —dijo riéndose un poco.

—No, nada.

—Anda, Eve, quiero saber —pidió como un niño.

—Es divertido escucharte pasar por un calvario con un aire de "me importa poco"

—La vida es corta —dijo como si fuera obvio —hablando de pasar las mil y una, ¿Que tal te va?

Mis ojos se agrandaron al escucharlo.

Claro que debía saber todo lo que había pasado.

Me aclaré la garganta pensando bien en que responderle.

—Digamos que, estoy bien —fue lo mejor que se me ocurrió

Me miró como si adivinara mis pensamientos y eso me asustaba, él parecía sabia todo y yo nada, me sentía estúpida.

—Bien, espero que así sea —respiró profundo antes de cualquier cosa. Sentía que quería decirme algo, pero no se animaba.

—¿Quieres decirme algo? —pregunté dando el paso.

Se quedó callado unos segundos que para mí fueron un infierno.

—¿Quieres salir?

Sentí que mi sangre no pasaba como debía, que mi cuerpo no estaba reaccionando, y así era. Antes de que me imaginara otra cosa, el aclaró.

—No hablo de... una cita, sino, salir, de literalmente pasear, no se —tartamudeó un poco. ¿Se había puesto nervioso?

Sin razón aparente me pareció muy tierno y me sentí bien conmigo misma al saber que lo ponía así.

—Sí, me gustaría salir.

—Vale —dijo más tranquilo —pensé que te haría bien hacer algo distinto.

Lo pensé bien y, en cierto modo sí, pero quería hablar un poco lo que me pasaba, él siempre tenía las palabras adecuadas, así que decidí decirlo.

—Tengo dos cosas que preguntarte —estaba un poco nerviosa por su respuesta.

—Bien, dime —respondió con ese tono tan calmado que ablandaría a cualquier persona.

—Crees que después de todo, puedo seguir en una relación de esa manera? —ambos sabíamos de lo que hablábamos. Todo el mundo sabía muchas cosas, pero sé que él al estar en esa área, sabía de más, no fue necesario articular más palabras.

Ashton era un chico amable, tenía las palabras correctas, en el tiempo correcto y eso me hacía sentir a salvo, en un lugar donde bajo mis defensas.

—Tener un buen corazón te pondrá en muchos momentos difíciles, Eve- soltó con amabilidad —puedo estar al tanto de lo que se dice que pasa, otra cosa es lo que en verdad ocurre, en cierta manera, no vivo entrometiéndome en otros asuntos, pero siempre llegan a mí, quiera o no, lo sabes.

—Y que quieres decir con lo de tener un buen corazón? —entendía que no quisiera decir específicamente las cosas por si me lastimaba, pero lo necesitaba —dímelo sin maquillaje por favor, quiero saber bien lo que piensas sin rodeos.

Se acomodó en el asiento, imagino que pensando cómo decirlo.

—Eres muy buena persona, y quizás, él no es tan sincero y te daña aun sabiéndolo. Para mí eso quiere decir que no te ama lo suficiente como para hablar las cosas con claridad, evitarte un daño.

Y no pudo estar más en lo cierto.

—Nadie sabe cómo son las cosas en verdad, solo tú y él, bien? Qué crees tú que es lo correcto? —su mirada buscó la mía.

—No tengo idea, siempre al parecer estoy perdida, nunca sé que hacer —me sentía frustrada en esos momentos.

Él paró el carro haciéndome girar mi rostro hacia él extrañada.

—Escucha, tú piensas en los dos, Eve ¿Por qué debes sentirte de esa manera, si el que está mal es él? No es justo, no tienes que culparte de nada. Si te van a querer, tiene que ser constante, hoy, mañana y siempre, ¿De acuerdo?

No aguanté más y empecé a llorar.

Me enojaba conmigo misma por estar en esa situación, por dejar que me vea de esa manera. Me estaba odiando. Sentí sus brazos rodearme al instante en un abrazo acogedor y luego me susurró:

—Tienes permitido ser débil, pero quiero que sepas que no lo eres.

Lloré aún más. Cada parte de mi se sentía rota, aguanté tanto tiempo todas las lágrimas que justamente en este momento las sacaba a flote, y lo peor, delante de él. Quería sentirme bien, fuerte, pero sus palabras aunque me hicieran sentir segura, a la vez, abrían esa puerta que me ayudaba a cerrarme por completo.

Él no me permitía mentirle, algo en él me hacía actuar un tanto impulsiva con mis sentimientos, y odiaba sentirme así, expuesta.

—Hey, mírame —tomó mi rostro entre sus manos intentando verme con claridad.

Secaba las lágrimas que mantenía en mi rostro con tanta delicadeza como si no quisiera romperme más.

—¿Dime, de qué tienes hecho el corazón ? —cerré mis ojos con fuerza y cuando los abrí vi su mirada triste en mí.

—¿No sé, de sangre? —dije sarcástica y el rio.

—Tu corazón es muy bonito, no dejes que lo manchen. Por lo menos a mí me gusta mucho — dijo dándome esa sonrisa tranquilizante—. ¿Sabes que puedes hacer arte con el corazón destrozado?

Negué con la cabeza lentamente, mientras mantenía su mirada en mí.

—¿Qué te gusta hacer? —preguntó aún quitando los rastros de lágrimas.

Busqué en uno de los rincones de mi memoria. Para mí el grupo de porristas lo era todo, pero recordé cuando le hacía dibujos a Ian para que pudiera pintarlos. Nunca me había puesto a pensar en ello, pero disfrutaba aquello así que le dije:

—Pintar —mi voz se escuchaba entrecortada, mi cuerpo tenso y adolorido.

Me dedicó una sonrisa con un pequeño asentimiento como si saboreara mis palabras.

—Bien, píntame algo entonces —respondió.

—¿Pintarte algo? Abrí mis ojos de más. Nunca lo había hecho para alguien más que no fuera Ian, y no estaba segura de querer hacerlo.

—Haz un poco de arte para mí —me puse nerviosa por lo que me pedía tanto así que no tuve agallas para decirle que sí.

—No sé nada de ti —respondí a cambio—. disculpa, esto debe de ser muy...

—Muy importante —me interrumpió  —porque eres importante, y no debes de sentirte menos. Sé que no lo haces constantemente —se rio por eso  —siempre demuestras quien eres, la parte fuerte, un tanto diva a veces —tonteó un poco con mis mejillas de forma divertida —siempre demuestras que tienes un gran carácter, digno de una líder. Pero nunca había visto esta faceta y me alegra saber que me permitas hacerlo –soltó mis mejillas pero su mirada penetraba hasta el alma.

—Haremos algo. Tú te dedicas a ser tú en todo tu esplendor y yo te demuestro quien soy —dijo con un tono calmado.

—¿Por qué me quieres ayudar? Por qué quieres... no sé.

—Porque me llama mucho la atención una chica como tú.

Quedamos en un silencio, aunque no fue incómodo.

¿El estaría diciéndome algo? O yo estaba pensando mal. Él pareció saber mis pensamientos así que agrego:

—Como amigos. No quiero que pienses que me aprovecho de la situación —sonó honesto. Él era una persona transparente y eso me facilitaba todo entre nosotros.

Asentí levemente.

—Bien, vámonos entonces —dijo volviendo a encender el auto.

—¿Dónde vamos? —normalmente cuando le preguntaba a Alexis donde iríamos, siempre respondía " ¿Dónde quieres ir? " o cosas así, donde yo nunca sabía que decirle. Pensé que él me diría lo mismo, pero se me olvidó que no era Alex, era Ashton, dos personas con una personalidad totalmente distinta.

—Haremos muchas cosas —dijo con total seguridad.

Y eso me gustaba bastante.

Pasó ese sentimiento dentro que intenté tirarlo lo más lejos posible.

Nos habíamos mantenido conversando en todo el trayecto. El me hacía olvidar cada cosa de mi vida que me hacía mal y se lo agradecía, amaba la espontaneidad con la que se desenvolvía y como hacia todo a su alrededor lo que él quisiera.

Era una persona maravillosa, ese tipo de persona que quería en mi vida.

Yo quería a Ashton en mi vida.












Continue Reading

You'll Also Like

212K 12.2K 84
"La indiferencia hace sabios, la insensibilidad...monstruos." Él creía que lo tenía todo. Ella todo lo contrario. Él era un monstruo. Y ell...
54.4K 2.9K 35
_Segunda Temporada de "El Internado" podrás encontrarla en mi perfil_ La pantilla del internado, los adolescentes que se metían en problemas y el amo...
292K 40.1K 44
*Fueron los libros los que me hacían sentir que quizá no estaba completamente sola, y tú me enseñaste que el amor solo es una debilidad.* Isis descub...
35.3K 2.7K 33
//TERMINADO// Lena y Adam son mejores amigos desde que nacieron, pero un día Adam se aleja para regresar irreconocible. Pronto, Lena se verá envuelta...