El inesperado cliché

By karina2019

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En un instituto donde las cámaras son el motivo de alegría, las porristas son la sensación, y los futbolistas... More

Sinopsis:
Capítulo 1 ( ¿Debería llevarte a tu casa? )
Capítulo 2 (Quizás quieres que te encuentren)
Capítulo 3 (¿Te gustan los parques?)
Capítulo 5 ( Nos veremos pronto )
Capítulo 6 ( Eres efímero? )
Capítulo 7 (Entrégamelo, y lo cuido por ti)
Capítulo 8 ( El juego y la pantalla )
Capítulo 9 ( ¿Te sirvió de algo? )
Capítulo 10 ( Un melodrama )
Capítulo 11 (Desastre)
Capítulo 12 (¿y si lo intentas y es peor?)
Capítulo 13 ( Y eso me estaba doliendo )
Capítulo 14 (Dos deseos)
Capítulo 15 ( El caos )
Capítulo 16 ( Prometí convertirme en tu prioridad )
Capítulo 17 ( Eres un hermoso desastre )
Capítulo 18 (Tienes que estar bromeando)
Capítulo 19 ( ¿Puedes volver a mí? )
Capítulo 20 (Decepciones)
Capítulo 21 (Pagar por tu error)
Capítulo 22 (Algo que nunca esperé)
Capítulo 23 (El primer paso)
Capítulo 24 ( Cuando tuve el placer de conocerte )
Capítulo 25: (¿Qué pensaste la primera vez que me viste?)
Capítulo 26 (Tú y yo hacemos arte)
Capítulo 27 (Capítulo final)
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Capítulo 4 ( ¿Te gusta? )

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By karina2019

Había pasado una noche espectacular, maravillada de las tantas realidades del mundo, esa a la que nadie le dedicaba tiempo a pensar. Me sentía apegada al estilo de Ashton, a su manera de ver las cosas, sentía la ausencia de cosas triviales para enfocarme en los pequeñas detalles, esas que son aún más importantes que ninguna otra. Sentía ansiedad, quería saber más, más de lo que él podía ofrecer. Para ser más específicos, sentía un remolino en mi interior, indiscutiblemente ese chico despierta esa curiosidad, esa necesidad, algo nuevo en mí y más que todo, me gustaba estar con su persona, me sentía cómoda, bastante la verdad.



Estaba decidida a pedir perdón a mis amigas. Ashton me había dado varios consejos que se quedaron clavados en mi mente como si tuviera algún examen importantísimo que debía pasarlo, sí o sí.



Una vez que nos estábamos dirigiendo a mi casa, empezamos a escuchar su música favorita, me quería enseñar de donde sacaba inspiración, además de las imágenes, yo lo escuchaba atentamente sin perderme nada, como obviar aquello cuando le brillaban los ojos al explicar cada cosa que le fascinaba?



-Esta es muy buena, seguro la has escuchado -dijo entusiasmado como si de un niño se tratara.



Una canción de Ed Sheeran sonó " Thinking out loud"



¿Qué si la había escuchado? Me encantaba aquella canción.



-Es hermosa, claro que la conozco, es uno de mis artistas preferidos -respondí mirando la radio.



-Es inexplicable, me calma y a la vez me dan ganas de tener novia -me reí a carcajadas por su comentario y el me siguió.



-¿Me dirás que no tienes novia? -pregunté enarcando una ceja.



-Digamos que, no es lo mío -quizás era cosa mía, pero en su mirada pude destacar un poco de nostalgia y eso me puso un poco alerta.



¿Le habrá pasado algo? No me permitía preguntarlo, no quería incomodarlo.



No dije nada, me limité a verlo detenidamente.



-¿Qué? -preguntó calmado.



-Nada -me percaté de que siempre me quedaba mirándolo. Debía de dejar de hacer eso.



Intenté coger otro rumbo de conversación y lo primero que se me ocurrió fue:



-La primera vez que hablamos, me habías dicho que me estabas llamando, ¿Para qué? -alzó las cejas como si se estuviera recordando, mientras asentía.



-Que bueno que me lo recuerdas, lo había olvidado. La verdad es que, como sabes, estoy en el área de periodismo y cada uno tiene que hacerle una entrevista digámosle así, a una persona cualquiera del colegio. Había pensado que sería buena idea pedirte una oportunidad para hacerla sobre ti, sería bastante interesante.



Me quedé callada por unos segundos pensándolo bien.



-¿Interesante por qué? -pregunté hasta que caí en cuenta -ah, ya, claro...una de las capitanas del equipo de porristas -no sé por qué, pero lo había dicho un poco desanimada, me salió de esa manera y me arrepentí al instante en responder. La verdad era que me había olvidado hasta de mi vida en el colegio, de cómo era, me había olvidado de que era "la reina del colegio" como suelen llamarme. No sé por qué razón me sentí de esa manera, como si estuviera abrumada al recordarme a mí misma. Era difícil de explicarlo.



-No exactamente -respondió simple.



Volteé a verlo lentamente.



En mi cabeza sentí una tormenta de preguntas.



-Quería sacar a la luz otras cosas. Sabemos que eres la reina del colegio- respondió riendo un poco- pero quería relucir tus otros grandes talentos, tus hobbies, algo que tú quieres decir. No sé si te vaya a sonar mal esto que te diré pero, quería ponerte distinta, no como una reina, sino como una persona, que siente, que puede estar desorientada igual que cualquiera, que te puedan estimar por algo de tu persona, no por tu belleza, o cosas físicas.



Sonreí al escucharlo. Cada vez me sorprendía más de sus comentarios.



Me miró y me dedicó una pequeña sonrisa.



-¿Sonó feo? No quería que lo mal interpretaras, de verdad, solo...



-Sonó...perfecto -interrumpí buscando bien la palabra, la adecuada para responder.



Me dedicó una pequeña sonrisa.



-¿Qué dices? ¿Te gustaría? -claro que le ayudaría.



-Puedes contar conmigo -le dediqué una pequeña sonrisa que me devolvió al instante.



-Creo que tienes compañía el día de hoy, Eve -lo miré desconcertada, hasta que entendí la razón. Miré adelante.



Alexis estaba ahí al frente de mi casa...



Esperándome



Sentí mi sangré calentándose, quería decirle que nos fuéramos, que llegáramos mas tarde, o que dormiría en otro lugar, pero él ya nos había visto, en cuanto lo hizo, su rostro se tornó serio.



Quería esconderme debajo de una roca. ¿Qué hacia él ahí? No quería verlo, seguía enojada. Aunque mi temperamento en esos momentos había sido el mejor, solo con verlo todo cambiaba. No era fácil estar ahí sabiendo lo que venía mientras me inventaba que decir.



Pero puse mi cara en alto, a mí nadie me iba a sentir menos por nada, y nadie tenía el derecho de joderme luego de por fin buscar algo de tranquilidad, esos años se pueden ir a la mierda si así debe de ser, nunca fui dependiente de nadie, y no sería la primera vez, mi temperamento era bastante fuerte, y cuando ocurría una pelea con él, chocábamos bastante, pero nunca como esa...



Para todo hay una primera vez, y si cree que bajaré la cabeza por esto, está equivocado.



-Gracias por traerme, Ashton, el lunes te veo en el colegio, búscame -hablé como si nada pasara.



El me miró y luego giró su vista hacia un Alexis enojado, cruzado de brazos.



-Estás segura que quieres quedarte aquí, lamento si te causé problemas con él, de verdad, no era mi intención, puedo solucionarlo, déjam...



-Tranquilo, sé tratar con él, no ha sido tu culpa no pienses eso, al contrario, te debo una, gracias por hoy -le dediqué una sonrisa sincera, enserio le agradecía por este día.



Abrí la puerta y antes de salir me agarró disimuladamente la mano, deteniéndome.



-No creo que sea buena idea dejarte sola, Eve -sus ojos mostraban la preocupación que sentía en esos momentos, un gesto nuevo que veía en él- déjame hablar con él, no se ve muy feliz, y lo entiendo.



Apreté más su mano, agrediéndole el gesto, pero no, esto lo resolvería yo sola.



Ni que me hubiera cogido con medio mundo, no había hecho nada malo, por qué el sentía que lo había ocasionado él?



-Cuídate -fue lo único que articulé.



Oí como respiró profundo antes de yo cerrar la puerta.



Mientras me iba acercando a mi casa, al mismo tiempo lo hacía Alexis.



Caminé tranquilamente, intentando tomar control de la situación. Lo miraba seria y él igual.



No dije palabra alguna cuando llegué a su lado para abrir la puerta.



Entramos sin más, sin comentarios, hasta que cerré la puerta y llegamos a la espaciosa sala.



Había puesto la llave en una de las esquinas de la cocina antes de voltearme y verlo cruzado de brazos con su semblante serio.



-¿Me explicas?



-¿Qué quieres que te explique? -dije recostándome de la meseta.



-¿Enserio, apenas querías terminarme ayer y ya hoy estás buscando otro tipo de diversión?



-Básicamente no me divierto contigo, si eso es lo que te preocupa -respondí tranquila sin desviar la mirada.



-¿Qué diablos te pasa? Estas actuando bastante...



-¿A qué vienes? -le interrumpí.



Bufó



-¿No te duele si quiera lo que pasó? -fue más una afirmación que una pregunta.



-Mira, si quieres que te guarde luto, no creo que este sea el momento -respondí sarcástica.



Negó con la cabeza, mientras me miraba como si me hubiera salido otra cabeza.



-¿Qué hice exactamente para ganarme tal coraje? Creí hacer todo lo que querías, todo lo que necesitabas. Siento que esto no se debe por lo de la fiesta.



-Pues sientes mal -dije cortante.



Él sabía cómo era, conocía mi temperamento. Claro que parecía que exageraba, pero lo cierto es que, solo estaba lo bastante enojada como para responderle de esa manera. Me sacaba de mis casillas al escucharlo hablar como si fuera una estupidez. Yo puedo enojarme por lo que a mí me dé la gana, nadie tiene el derecho de decirme que no, a las personas le duelen las cosas de manera diferente. ¿Qué si me dolía si rompemos? Claro, lo amo, pero no tengo que estar explicándole al otro lo que sabe que está haciendo mal.



-Estoy a punto de estallar, Eve -dijo más bajo tratando de calmarse.



-Yo también, no siempre se trata de lo que tú quieras



-¡¿Qué mierda debo hacer para que te quedes?! -alzó más la voz, encogiéndose un poco de manera estresada.



Intenté calmarme cuando le escuché. No quería hacerle daño, más bien, solo quería por primera vez hacer algo distinto, sentirme distinta. Siempre traté de encajar en lo que a él le gustaba, y aunque había hecho muchas cosas por mí, necesitaba más.



-Necesito más de ti, Alexis, Más disposición -dije luego de unos segundos de silencio.



-Siempre he estado dispuesto para lo de nosotros -dijo suavizando la mirada.



-Siempre has estado dispuesto para una relación en sí, pero no especialmente para mí, no sé si entiendas lo que te digo.



-No sé lo que quieres, Eve, tienes que decírmelo.



-Te lo dije, ¿Y sabes qué me respondiste? "Hablamos luego" -dije intentando mostrar la indiferencia de ese comentario con mis gestos.



Respiró profundo antes de llevarse las manos hacia su cabello castaño en forma de frustración.



-Bien, quieres quedarte conmigo en las fiestas, ¿Es todo? -preguntó mirándome fijamente, aunque impaciente.



-No lo digas como si estuvieras hablando con una nena, no soy estúpida, las cosas no son así.



-Nunca dije que lo eras -respondió a regañadientes frunciendo el ceño.



-No lo dijiste, lo insinuaste. No importa si para ti es estúpido, a mí me duele, y si te digo que me incomoda algo, creo que tu parte es entenderlo.



Bufó



Respiró profundo varias veces intentando tomar el control de la situación. Lo estaba intentando, lo sabía, y eso estaba más que bien.



-Bien, haré lo que quieras -dijo finalmente.



-No te estoy pidiendo que hagas lo que yo quiera -me crucé de brazos.



Era como una guerra. Me estaba desesperando un poco aunque no lo diera a relucir, y sabía que él estaba igual. Me miraba de una manera tan distinta a lo usual.



Cerró los ojos y apretó sus labios con fuerza.



-Intentaré hacer todo lo posible para ser una buena pareja -corrigió.



-Bien -respondí intentando culminar todo.



Quedamos en un pequeño silencio mirándonos.



-El lunes vendré por ti, no te vayas con ese chico -claro, no podía faltar los celos, aunque no me molestaba, siempre y cuando se controlara.



-Bien -volví a decir.



-¿Te gusta? -la pregunta me vino repentina y abrí los ojos más de lo normal.



¿Me agradaba? Claro, bastante, pero no me gustaba, apenas lo conocía, además, estaba con él.



-No -solté cortante, no sé por qué.



-No seas así, por favor -esa mirada... como si me lo estuviera suplicando.



-Lo siento, por hoy estaré así, Alex, mañana se me pasará, dame espacio.



Se acercó lentamente a mí, posicionando sus dedos en mi barbilla obligándome a verlo.



Volteé la mirada para evitarlo, pero me lo impidió.



-Quiero que me mires -ordenó con una voz apenas audible -¿Quieres seguir con esto? -el temor en sus ojos era notorio y eso me dolía.



-Claro que quiero, Alex -dije un tanto rendida con la voz más calmada.



-Bésame -lo dijo tan cerca de mis labios, que podía sentir el roce de ellos, su aliento dando contra el mío.



Le miré unos cuantos segundos. Estaba indecisa de si hacerlo, quería y a la vez no, intentaba averiguar lo que de verdad necesitaba en esos momentos antes de permitirme dar ese paso.



Junté nuestros labios. Lo besé de una manera suave, delicada empezando a calmarme un poco más, a bajar la guardia, dejando los muros alrededor de mí. Lo amaba, y él lo sabía. Sentía que una parte de mí se arreglaba con aquel gesto y en ese momento sentía sus manos adueñarse de mi cintura lo cual despertó algo más.



Su aliento fue más pesado, sabía lo que sentía él en esos momentos, su beso era desesperado, Sentía la necesidad de acercarlo más a mí. Enredé mis dedos en su cabello, como tanto me gustaba. La rabia se iba desvaneciendo, quería permanecer así, en sus brazos.



Me sentía vulnerable en esos momentos.
















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