A Través De Ti [Hidalgos#2] ✔...

By Ariana_Godoy

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¡'Hidalgos' la trilogía original de Wattpad que inspiró las películas de Netflix! La última película se estr... More

Prólogo
1. "¿Qué se siente vivir con tres chicos hermosos?"
2. "Las chicas siempre quieren más que solo sexo."
3. "Tú eres la excepción."
4. "Te he dicho que olvides ese nombre."
5. "¿Qué estas haciendo, Apolo?"
6. "Estas disfrutando esto, ¿no?"
7. "Eres muy fácil de complacer."
8. "Creando un espacio."
9. "¿Qué es lo que quieres, Artemis?"
10. '¿Y si me estoy equivocando?'
11. 'Hola, Iceberg.'
12. "Hola, sexy."
13. 'Ellos ya están grandecitos, van a estar bien'
14. "¡Dios, lo siento tanto!"
15. "¿The bro code a la mierda?"
16. "Claudia, a ti te estaba esperando."
17. "Es por él, ¿No es así?"
18. "Más tonto eres tú."
19. "Esto fue una mala idea."
20. "Mierda, esa chica te tiene mal"
21. "No estoy hablando contigo."
22. ¿Jugando rudo, no?
23. "Nunca es tarde para cambiar tu vida, Artemis."
24. "Artemis, no me gusta la oscuridad."
25. "Haces que me duela el corazón por tí."
26. "Mi silencio es su respuesta."
27. 'Pensé que ya me habías derretido.'
28. "¿Cómo no querer a este hombre?"
29. "¿Enamorada yo? ¿De ese Iceberg?"
31. "Eres muy sexy, Artemis Hidalgo."
32. "Hice algo estúpido."
33. "Ya nos conocemos, ¿no es así, Claudia?"
34. ¡Cómo me has preocupado!
35. "No juegues con algo así, Claudia."
36. "Ya soy un desastre."
Capítulo Final
Epílogo
¡A través de ti en papel!

30. ¿Estás coqueteando conmigo, Artemis?

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By Ariana_Godoy

- 30 -

Artemis

Claudia no me respondió.

Ella no me dijo que también me amaba cuando lo dije y no me di cuenta lo mucho que esperaba que lo dijera y lo mucho que me importaba eso hasta que no lo dijo.

Con increíble exactitud, recuerdo como su pequeño rostro se estiró en sorpresa, como sus labios se abrieron ligeramente pero aún así nada salió de su boca y en ese preciso momento, Apolo tocó la puerta para decirle que su madre estaba preguntando por ella.

Y así se fue, desapareciendo de mi vista después de haberle dicho que la amaba.

Le doy vuelta al lapicero en mis manos, estoy en mi oficina pero mi mente sigue repitiendo esa escena en mi cabeza una y otra vez. Una parte de mi se alegra de que mis pensamientos estén enfocados en eso y no sobre la discusión que tuve con mi madre.

Me paso la mano por la cara, acariciando mi ligera barba y suspiro, echándole un ojo a los papeles frente a mi. Tengo tantas cosas que dejar preparadas antes de irme de la empresa, quisiera que fuera tan fácil como dejar de venir un día y todo estaría bien pero siendo el gerente, muchas cosas están bajo mi responsabilidad y para irme, tengo que hacerlo en un proceso lento y apropiado para que la empresa no se vea afectada de ninguna forma.

Aunque esta empresa no haya sido mi elección, aún así no causaré daños a mi padre y de alguna forma, después de estar este tiempo aquí, también tengo un sentido de pertenencia y de respeto. Este lugar fue uno de los primeros que mi padre levantó con su esfuerzo, sacrificio y dedicación. Gracias a este lugar, es que a mis hermanos y a mi nunca nos faltó nada y pudimos vivir una vida cómoda.

Así que lo respeto, y lo respetaré hasta el final.

Tomo mi teléfono y presiono el botón para conectarme con mi secretario. John responde con rapidez.

—¿Señor?

—Llama al gerente de finanzas, que venga a mi oficina.

—Si, señor, en seguida.

No puedo creer que este llamando a Alex, con lo molesto que es y lo que me costará que se vaya de mi oficina pero él y yo tenemos que hablar y ponernos al día con las cosas de la empresa.

Unos diez minutos después, estoy pasando una hoja del montón en mis manos para leer la siguiente cuando Alex entra, ajustando su corbata roja como si estuviera muy apretada.

—Señor Hidalgo.— me dice en tono burlón.

—No me llames así.

—¿Por qué? ¿Por qué suena como si fueras un anciano?— Alex se sienta al otro lado de escritorio, aflojando su corbata finalmente, —¿Para qué soy bueno?

—¿Cómo te preparas?

Alex suspira.

—Artemis.

Bajo mis papeles y pongo ambos codos sobre mi escritorio para mirarlo.

—¿Qué pasa?

—Mira,— Alex aprieta sus labios, —aprecio que me propusieras a mi ante tu padre para ascender al puesto de gerente pero la verdad, no creo que pueda hacerlo.

—¿Por qué? ¿No es un puesto que te interese?

—No es eso, sabes mejor que nadie que es el último escalón laboral en esta empresa y sería un honor pero yo... no se si tenga los requerimientos para esa posición.

Noto la indecisión en sus palabras, su inseguridad. Alex provenía de una familia de bajo recursos cuando entró a la universidad donde asistimos juntos, él con una beca por la que tuvo que mantener notas perfectas. Luego, hizo varias pasantías donde lo hizo fenomenal, sus cartas de recomendaciones no paraban de llegar. Él hizo sus pasantías aquí antes de convertirse en un empleo de tiempo completo, y escalar hasta ser el gerente de finanzas. Ahora tiene estabilidad económica y ayuda a su familia, aún recuerdo como él lloró de felicidad cuando pudo comprarle un auto a su madre que toda la vida trabajó muy duro pero nunca pudo comprarse uno.

Siempre lo he admirado pero creo que nunca se lo he dejado saber, creo que nadie le ha dejado saber lo inspirador que es y por eso en este momento, esta dudando.

—Alex.— le digo seriamente, —¿Crees que te he recomendado a mi padre porque eres mi amigo? ¿Crees que no puedo separar las relaciones personales de las laborales? ¿O que pondría en riesgo la empresa de mi padre solo porque eres mi amigo?

Alex no dice nada.

—Si te he recomendando es porque sobrepasas los requerimientos porque no he conocido a nadie más trabajador y dedicado que tu. Porque has luchado para escalar laboralmente en esta empresa, dejando un camino impecable de trabajo bien hecho. Porque te lo mereces, Alex. Este no es un ascenso por amistad, es un ascenso bien merecido.

Sus ojos se enrojecen ligeramente pero él me sonríe para ocultarlo con sus bromas como siempre.

—¿Estás coqueteando conmigo, Artemis?

Le devuelvo la sonrisa.

—No más dudar de ti mismo, ¿de acuerdo? Serás el jodido gerente de este lugar, y empieza a celebrarlo.

—Si señor.

—Ahora, a trabajar.

Comenzamos a repasar los papeles sobre mi mesa: adquisiciones, posibles proyectos, contratos, contrataciones de empresas externas, etc. Se nos va el día con todo esto, hasta el punto de que ya no estamos en el escritorio, nos hemos movido al sofá, con todo nuestro desorden de papeles en la mesita frente al mismo.

Ya nos hemos quitado las corbatas y las chaquetas de nuestros trajes, solo quedando en nuestras camisas blancas y pantalones negros.

Un toque en la puerta nos interrumpe y le digo que pase.

Es la secretaria de Alex, viéndola de frente me doy cuenta de lo joven que luce aunque lleva puesto un traje rosado de falda que llega a sus rodillas, camisa blanca y blázer rosado. Su cabello cae ondulado alrededor de su rostro. Ella tiene una bolsa en la mano.

Ella se aclara la garganta.

—Di-disculpen,— ella empieza, nerviosa, —señor.— me saluda con respeto, y yo le sonrío en un intento de calmarla, he olvidado lo mucho que teme todo el mundo.

Alex sigue revisando sus papeles sin mirarla.

—¿Qué pasa?

Las pequeñas manos de la chica aprietan la bolsa frente a ella.

—Yo... salí al almorzar, y... pensé, bueno, les he traído almuerzo,— dice, lamiendo sus labios, —cuando llamé al secretario del Sr. Hidalgo me dijo que no habían comido así que pensé... espero no molestar.

Me enderezo en el sofá.

—¿Cómo te llamas?

—Chimmy, quiero decir Chantal, es que mis amigos me dicen... es Chantal, señor.

Es adorable, me recuerda a la novia de Ares.

—Mucho gusto, Chantal.

Alex sigue sin mirarla cuando le responde:

—Pon el almuerzo sobre la mesa, Chantal y puedes irte.

Puedo ver la decepción en la cara de la chica.

—Si señor.

Le doy una mirada fría a mi mejor amigo pero le sonrío a Chantal cuando la veo poner el almuerzo sobre la mesita.

—Muchas gracias, Chantal, gracias por pensar en nosotros, es muy amable de tu parte.— le digo honestamente.

La decepción en su rostro se desvanece y su pequeño rostro se ilumina.

—De nada, señor, que lo disfruten.

Y se va.

Apenas deja la puerta, le golpeo el hombro a Alex.

—¡Ah!— se queja, —¿Qué?

—Pensé que el frío de este duo era yo.

—¿Qué he hecho ahora?

—¿Por qué la tratas así?

Oh, la ironía, yo interrogando a Alex, preguntado porque es frío con una chica, creo que me estoy viendo a mi mismo reflejado en él cuando volví a la casa y traté mal a Claudia, aún me arrepiento de eso.

—¿Así como?— Alex parece no darse cuenta de nada.

—Nos ha traído almuerzo cuando no tenía que hacerlo, y ni siquiera la has mirado ni le has agradecido.

—Esta saliendo con alguien.

—¿Ah?

Alex suspira, poniendo los papales sobre la mesa con fuerza.

—Chimmy esta saliendo con alguien.

—¿Chimmy? Pensé que solo sus amigos la llamaban así.

—Eramos amigos.

—¿Eran? Alex, no entiendo.

—O somos amigos, ya ni se pero no se, desde que ella comenzó a salir con ese idiota, cada vez que la veo, me enojo.

Oh.

—Te gusta.

—No.

—Oh, estas loco por ella.

—No, Artemis, es solo que...— él abre la bolsa del almuerzo, sacando el suyo, —ella siempre ha estado enamorada de mí, desde que comenzó a trabajar como mi secretaria, muchas veces la escuché por accidente contarle a otras trabajadoras y estaba bien con eso, nunca le di alas, ni nada por el estilo, sabes que no soy así.

Arrugo mis cejas, escuchando.

—Ella siempre estuvo ahí para mi, incluso cuando pasó lo de...— no es necesario que lo diga, lo de su prometida que le fue infiel, —supongo que acostumbré a ser su todo.

—Y, ¿Qué pasó?

—Ella se me declaró, la rechacé, seguimos siendo amigos, y todo estaba bien hasta que...

—Hasta que empezó a salir con alguien y dejaste de ser su todo.

—Exacto, no es que me guste, tal vez solo soy egoísta.

—Alex.

—¿Qué?

—Creo que por primera vez me toca a mi darte consejos de amor.— digo incrédulo, —quien lo diría, puedes engañarte a ti mismo pero creo que Chimmy te gusta, de hecho creo que va más allá de eso pero tienes miedo porque sabes que ella tiene el potencial de enamorarte, de volverte vulnerable de nuevo.

—Estas loco.

—De cualquier forma, es injusto que la trates así por tu falta de control. No seas como yo, te arrepentirás a la larga cuando recuerdes tratarla así y aunque te disculpes, no puedes devolver el tiempo.

Alex me ojea, serio.

—Suenas como si te hubiera pasado.

Suspiro, sacando el otro almuerzo de la bolsa y destapándolo.

—¿Todo bien?

No se si es el tono de la conversación que acabamos de tener pero le cuento lo de Claudia.

—Eso debe doler,— Alex me comenta, tomando un bocado de su comida, —pero mírale el lado positivo, por lo menos ella fue honesta, Artemis. Es muy fácil mentir y decir un te amo sin sentirlo solo por no incomodar a la otra persona, ella no hizo eso.

—Pensé que ella y yo sentíamos lo mismo.

—Oh, vamos, después de todo lo que ustedes dos han pasado, no dudes de sus sentimientos solo porque no te dijo que también te amaba. Todos somos diferentes, nuestros sentimientos se desarrollan a un paso propio, inigualable. Ya llegará el momento en el que ella lo sienta y te lo diga.

—Eso espero,— tomo una pausa, —bueno, almorcemos y sigamos trabajando.

-

Silencio y vacío me recibe al llegar a la casa y estoy bien con eso. No quiero enfrentar a mis padres, o a Apolo y honestamente, ver a Claudia después de el te amo no correspondido no suena como la mejor opción.

Sin embargo, me sorprende las luces apagadas de la cocina y del pasillo que lleva a su cuarto, ¿Estará en la universidad? Aflojando mi corbata, subo las escaleras a mi habitación.

Al abrir la puerta de mi cuarto, no me recibe oscuridad, si no la ligera iluminación de velas por todo el lugar. Arrugo las cejas, entrando y mi pecho se aprieta al ver a Claudia sentada en mi cama.

Mi cuerpo se enciende de inmediato al verla: Lleva puesto su informe de sirvienta, su cabello en trenzas a los lados de su hermosa cara. La parte de arriba de su uniforme esta ligeramente abierta, dándome un vistazo de la curva entre sus pechos, se ha subido la falda un poco revelando sus muslos cremosos, esos muslos que me rodearon la otra noche y que el solo recuerdo empeora el calor bajando de mi estomago a mi ya endurecido miembro. Ni siquiera la he tocado y ya siento que me voy a venir en mis pantalones como un adolescente primerizo.

Trago grueso, cerrando la puerta con seguro detrás de mi y cuando me giro hacia ella, me sonríe con picardía.

—Bienvenido, señor. 

--------------------------------------------

Nota de la autora: ¡Los he extrañado, bolitas! Muchas gracias por la paciencia, me ha alegrado tanto verlos esperar actualizaciones con paciencia, sin presionarme así que creo que hemos crecido juntos y eso me llena el corazón. 

El próximo capítulo estará que arde ya lo estoy escribiendo pero quiero dejarlo en excelente estado antes de subirlo el sábado que viene o antes así que preparense, recuerden que Claudia es Fuego. 

Por cierto, ya he publicado el prólogo de #Atravesdelalluvia que es la historia de Apolo. Esta en mi perfil, pero solo será el prólogo hasta que termine #Atravesdeti así que por eso tiene el pronto entre paréntesis como Heist. Vaya, lea y la guarda en su biblioteca para que cuando comience a subirla, ya la tenga. 

Muakatela,

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