ABYSSO: La ciudad amurallada...

By Animalito-de-la-luz

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Abysso es una ciudad aislada, decadente y consumida por la violencia. Con una sociedad dividida injustamente... More

GUÍA OMEGAVERSE
PRÓLOGO
CAPÍTULO 1 "DESCALZOS"
CAPÍTULO 2 "CONSECUENCIAS"
CAPÍTULO 3 "COMO UN CACHORRO"
CAPÍTULO 4 "LIMBO"
CAPÍTULO 5 "LUJURIA"
CAPÍTULO 6 "GULA"
CAPÍTULO 7 "AVARICIA Y PRODIGALIDAD"
CAPÍTULO 8 "LAZO CONSAGRADO"
CAPÍTULO 9 "EL QUINTO CIRCULO"
CAPÍTULO 10 "HEREJÍA"
CAPÍTULO 11 "EL PEOR ALFA"
CAPÍTULO 12 "FLOR DE LOTO"
CAPÍTULO 13 "DULCE CRIATURA"
CAPÍTULO 14 "MARCADO"
CAPÍTULO 15 "VIOLENCIA"
CAPÍTULO 16 "LAVANDA Y JAZMINES"
CAPÍTULO 17 "CELO" (PRIMERA PARTE)
CAPÍTULO 18 "CELO" (SEGUNDA PARTE)
CAPÍTULO 19 "ÉXTASIS"
CAPÍTULO 20 "ARRULLO"
CAPÍTULO 21 "CIRCULO DE SANGRE (PRIMERA PARTE)"
CAPÍTULO 22 "CIRCULO DE SANGRE (SEGUNDA PARTE)"
CAPÍTULO 23 "SOMBRAS DOLIENTES"
CAPÍTULO 25 "VÍNCULOS INVISIBLES" (PRIMERA PARTE)
CAPÍTULO 26 "VÍNCULOS INVISIBLES" (SEGUNDA PARTE)
CAPÍTULO 27 "EL ORFANATO"
CAPÍTULO 28 "MADERA AMARGA"
CAPÍTULO 29 "ALIANZA ETERNA" (PRIMERA PARTE)
CAPÍTULO 30 "ALIANZA ETERNA" (SEGUNDA PARTE)
CAPÍTULO 31 "EL NOVENO CÍRCULO: INFIERNO DE HIELO" (PRIMERA PARTE)
CAPÍTULO 32 "EL NOVENO CÍRCULO: INFIERNO DE HIELO" (SEGUNDA PARTE)
CAPÍTULO 33 "EL NOVENO CÍRCULO: INFIERNO DE HIELO" (TERCERA PARTE)
CAPÍTULO 34 "REVANCHA"
CAPÍTULO 35 "EL HEDOR DE LA SANGRE"
CAPÍTULO 36 "EL HEDOR DEL MIEDO"
MENSAJE DE LA AUTORA
CAPÍTULO FINAL "DESTERRADO"
ANDRAS: En el corazón del Infierno

CAPÍTULO 24 "FLORES EN INVIERNO"

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By Animalito-de-la-luz

CAPÍTULO DEDICADO A: inesortega17 LouisBeMyCat SoyUnNekoMiau JennifherFr KeniaElizabethGuido _lanadelarry Aye_Alexandra143 Me4nywhere_ miskstyles28 17Black28 zayniners Hada_Rabiosa96 Rewindercat JajajajaSioNoRASA Staybrave28 MaylinDalguerre Milena_Guzman LouGatitoHS XIIO_CAKE02 tomlinsun28 _TaEkOoKeNtUaReA baobbab MeeyCoxma NiallxDrugsx -loukiwi samiaexotic harrybarbiepink 00PenNy00 Batracia-16 MagiaNocturna HoranMiau Harreh2417 Larry_23u ItsNotImportantbby StilinskiXXIV sowindg cigarettesmoke15 JanniVM27 He_is_home xXxAshCaroxXx MeriChepeStylinson sauri2711 StylinsonJonas Nneydelow mymedicineislou NothingIsReal_NM DoctoraStaxx Ximmen13 Luziernaga19 

Louis había terminado cayendo de rodillas en el suelo. Sus piernas no habían sido capaces de seguirlo sosteniendo y el dolor que sentía en el pecho, lo tenía jadeando. Estaba ahogándose con sus propias lágrimas y había perdido la capacidad de preocuparse por ser silencioso. Ni siquiera podía recordar en qué lugar se encontraba, lo único que era capaz de captar su atención, era aquel cuerpo oculto en la penumbra, tumbado en el suelo. Sin vida.

Uno de sus dos mejores amigos estaba muerto frente a él. En medio de un charco de sangre putrefacta. Tirado como basura entre el hedor y las moscas.

Aquello no podía estar sucediendo.

Se encogió sobre su propio cuerpo, con el rostro oculto entre sus manos y las rodillas heladas y adoloridas contra el suelo. Podía escuchar sus propios sollozos. Las náuseas se le acumulaban en la garganta cada que intentaba respirar y no podía tomar más aire, porque la peste a carne muerta calaba en sus pulmones de manera insoportable.

Louis había quedado sumido en una especie de estupor que no le permitía ni siquiera sentir, que una mano estaba firmemente sujeta en uno de sus hombros y zarandeaba su cuerpo, intentando hacerlo reaccionar.

La voz se escuchaba tan lejana.

—Louis. Louis, por favor. Bebé, cachorrito. No es él. No es Niall.

Louis solo fue capaz de reaccionar hasta que escuchó la mención del nombre de su amigo. Parpadeó con los ojos llenos de lágrimas y levantó la mirada. Harry estaba hincado frente a él. Sentía el tacto de esas manos gentiles, acunando sus mejillas, con la delicadeza que siempre tenía para él. Con esa aura protectora rodeándolo como una cálida manta.

—¿No... no es él? —balbuceó con la voz rota, apenas audible. Harry negó con la cabeza y lo apretó contra su pecho cuando lo vio derrumbarse en un quejido lloroso. En parte para consolarlo. En parte para mantener el silencio. Si Louis no podía estar en calma, él no debía olvidar el lugar en el que estaban.

Lo dejó desahogarse y tranquilizarse por un par de minutos solamente. Debían salir de aquel edificio lo más rápido que les fuera posible, así que en cuanto dejó de sollozar, Harry lo separó de su pecho para poder mirarlo bien y cerciorarse de que se encontraba mejor. Sintió como se le apretaba el estómago al mirar su rostro mojado por las lágrimas. El olor de la angustia que emanaba su omega, lo estaba mareando también a él.

—Tenemos que seguir buscando —mencionó. Louis asintió entre hipidos y talló su rostro con las mangas de su chaqueta. Ambos se pusieron de pie.

Antes de retirarse, Harry volvió a escanear el lugar con la luz de la linterna. Aparte de las cajas y del cuerpo de ese pobre infeliz, la habitación estaba prácticamente vacía. Louis se preguntó si debían intentar averiguar quién era aquel hombre. Si dejarlo perderse en el anonimato era algo demasiado cruel. Probablemente era mejor no meterse en asuntos que no les incumbían. A pesar de eso, Harry regresó. Louis se quedó de pie, recargado en la pared con las piernas inestables, mientras el alfa registraba aquel cuerpo, cubriéndose el rostro con la mano para ser capaz de soportar la peste.

Como era de esperarse, no había identificaciones, pero había una pequeña tarjeta con un teléfono y un papel doblado en una de las bolsas interiores de su chaqueta. Harry los tomó sin detenerse a revisar. Cuando estaba a punto de ponerse de pie, distinguió algo que llamó su atención.

—Era un policía —susurró para sí mismo. El tatuaje en el interior de la muñeca de aquel alfa, se apreciaba borroso, pero él fue capaz de distinguirlo. Harry acercó su pulgar y talló la piel. Su dedo quedó sucio con el maquillaje que lo cubría. Frunció el ceño—. Se estaba escondiendo.

—¿Encontraste algo? ¿Sabes quién era? —Louis se había acercado a él y estaba mirando el cuerpo de aquel hombre con una mueca de desagrado en los labios. Harry negó con la cabeza.

—No, no sé quién era. Pero era un policía. Está tatuado. Y se estaba escondiendo de alguien.

—Pensé que ya no hacían eso. Señalarlos de esa manera es peligroso. Los hace vulnerables a las oposiciones, a las mafias, ¿no es así?

—En esta ciudad los que tienen algún tipo de autoridad son los más peligrosos. Probablemente este estaba infiltrado. Aunque no sabemos en cuál de los dos lados se estaba escondiendo. —Louis frunció el ceño con confusión.

—No entiendo.

—Lo torturaron, Louis. Tiene marcas de cortes y quemaduras en el estómago y... ¡maldita sea! —Harry había estado a punto de caer de sentón, luego de girar un poco la cabeza del hombre y dirigir la luz de la linterna hacia su rostro.

—¿Qué?

—A este alfa le sacaron los ojos. —Louis sintió un escalofrío recorriéndole la espalda. Harry se puso de pie y guardó el papel y la tarjeta en la bolsa de su pantalón—. Aquí nadie pierde el tiempo torturando a un cualquiera. Este debía algo grande... O sabía algo importante.

Louis soltó el aire de sus pulmones. Tuvo que reprimir una arcada cuando el aroma putrefacto llegó de lleno a su nariz. Cubrió su rostro con las manos.

Estaban a punto de salir de la habitación cuando Louis se detuvo justo enfrente de la puerta. Se llevó la mano al pecho y empezó a palpar las bolsas de su chaqueta. El corazón le martilleaba fuerte contra las costillas.

—Vibra... —murmuró Louis. Harry comprendió a qué se refería cuando lo vio girar sobre sus talones para quedar frente a él. Sacó el teléfono que le había dado el omega de Liam... Omega de Liam, Harry repitió mentalmente. Sacudió la cabeza, pensando en lo extraño que aquello sonaba—. Es una llamada —continuó Louis, con las manos temblorosas. Su nerviosismo no lo dejó responder. Harry tuvo que atrapar el teléfono cuando estuvo a punto de escaparse de sus manos.

—¿Sí? —respondió con prisa. Sintió el cuerpo de Louis pegándose a su costado. Se había puesto de puntillas para intentar escuchar—. ¿De verdad? ¿Qué tan mal está? —preguntó y aunque Louis no había alcanzado a escuchar nada, comprendió de inmediato que se referían a Niall. Un escalofrío lo recorrió completo. Su mano se cerró en un puño, sobre la camiseta de Harry—. Sí, claro, saldremos enseguida. Nos vemos afuera. —Colgó la llamada y guardó el teléfono en el bolsillo de su pantalón. Louis lo observaba con los ojos muy abiertos. El mentón le estaba temblando ligeramente. El alfa soltó un largo jadeo.

—¿Qué pasa? ¿Lo encontraron?

—Tenemos que salir de aquí.

—¿Lo encontraron? —Harry asintió.

—Sí, pero... Louis... él está demasiado mal.

El omega sintió que se le aflojaban las piernas. Se obligó a tragar el nudo en su garganta porque no quería llorar de nuevo. Su amigo estaba vivo y por el momento eso era lo único que le importaba. Él sabía que Niall era un beta muy fuerte y que sería capaz de salir bien librado de lo que sea que le hubiese sucedido.

Harry tomó a Louis de la mano y juntos se apresuraron a salir de aquella habitación. Contrario a lo que hubiesen podido pensar, salir estaba resultando mucho más difícil y tardado que entrar. Habían estado a punto de ser descubiertos un par de veces. No había solo cuatro alfas como Luka había pensado. Harry no había sido capaz de verlos a todos, pero había distinguido el olor de al menos siete de ellos.

Avanzó en silencio hasta las escaleras, con Louis muy pegado a su espalda, agazapado como un animalito herido, incluso si aquella no era la forma en la que él actuaba. Estaba temblando. El aura y el aroma en ese lugar solo gritaba una cosa; gritaba muerte. Cada una de las paredes de ese edificio estaba manchada con sangre y Harry lo sabía en el momento en el que se detuvo de súbito frente a una puerta y sintió el tibio cuerpecito de Louis estrellándose contra su espalda de forma repentina. Casi lo escuchó soltar un bajo chillido que fue amortiguado por el rostro del omega golpeando contra la parte trasera de su chaqueta.

—¿Qué pasa? —susurró bajito, parándose enfrente de él y Harry se estremeció con el dolor de los recuerdos acumulándose en su pecho, cuando hizo puño la mano que le recordaba lo que había sucedido en esa habitación. No lo lamentaba, sin embargo, al menos no de una manera que lo hiciera querer volver el tiempo atrás y cambiar las cosas. Todo lo que había sucedido con su vida en los pasados meses, lo había hecho llegar al lugar en el que se encontraba. Con Louis. Con su omega. No se arrepentía de nada, incluso cuando su propia sangre también había manchado aquellas paredes.

El alfa volteó por un segundo y se dio cuenta por la fiereza de aquellos ojos azules que le devolvían la mirada, que Louis había sentido su dolor y por un momento, creyó ver el miedo del omega desapareciendo poco a poco de su rostro y la venganza y el rencor se dibujaron como una mueca, antes de que Louis hablara.

—Vamos a cobrarle esto algún día. Tú y yo vamos a hacerlo pagar y se va a arrepentir con sangre —mencionó mientras tomaba su mano que alguna vez hubiese estado herida y acariciaba el dorso con su pequeño pulgar. Parecía tan determinado en lo que estaba diciendo, que Harry pudo sentir la rabia del omega, hirviendo en su propia sangre.

No le agradaba que Louis se llenara con deseos de venganza y aunque probablemente el omega sería capaz de clavar uno de sus cuchillos en la frente de cualquiera que lo hubiese dañado, Harry no quería que la ira llegara a carcomerlo. No por su causa. A pesar de todo eso, también supo al mirar esos ojos llenos de determinación, que realmente había encontrado a la persona correcta. Un omega fuerte que era capaz de completar cada una de sus propias carencias. Un omega que incluso en una casa de oro, había sufrido mucho más de lo que él había sufrido estando en las calles y que a pesar de eso, nadie había logrado arrancar su voluntad.

—Yo no quiero que...

—¡Cuidado!

Todo había sucedido tan rápido, que incluso Harry había sido incapaz de registrarlo. Quizá el hecho de que se encontraba de espalda, tampoco había ayudado mucho. Louis había tardado una fracción de segundo en empujarlo contra la pared y en lanzar dos cuchillos a una velocidad increíble. Uno de ellos había ido de lado a lado en la mano y el otro terminó clavado profundamente en la pierna de aquel alfa que estaba detrás de Harry.

La pistola que el tipo sostenía, había caído al suelo y Louis había tenido que saltarle encima para poder cubrir su boca y ahogar aquel grito que había estado a punto de soltar.

Había sido rápido. Todo con los movimientos calculados de una persona que había entrenado por años para tener una capacidad de reacción que pocos tenían y una velocidad que quitaba el aliento a cualquiera.

—¡¿Qué mierda?! —Harry se había quedado como pegado en el piso, con la boca medio abierta por la sorpresa de haber sido sorprendido con la guardia baja.

Si hubiese estado solo... si él hubiese estado solo.

Casi estuvo a punto de perder el aliento, cuando vio como aquel hombre, un alfa de estatura mediana, pero visiblemente más corpulento que Louis, luchaba por soltarse del agarre del omega, con sus ojos oscuros clavados en él, mientras era asfixiado, con una calma y unas agallas que helaban la sangre.

En menos de un par de minutos, aquel omega lloroso y asustado, había dejado ver una parte de sí mismo, que Harry desconocía. Una parte que parecía bien arraigada, bien entrenada y que no titubeaba, ni siquiera frente a un alfa.

Louis puso al hombre en el suelo, sacó el cuchillo de su mano y lo guardó de nuevo en el estuche que colgaba del lateral de su pantalón. El cuchillo en la pierna del alfa, lo sacó con más cuidado. La sangre empezó a brotar a borbotones y sus manos se tiñeron de rojo en un instante.

—Presiona aquí —pidió. Harry parpadeó un par de veces, confundido, como intentando procesar lo que acababa de suceder en tan solo unos segundos.

—¿Cómo?

—No está muerto, solo lo he desmayado. Presiona la herida. Creo que he dado en la arteria femoral. No quiero una muerte en mi conciencia.

Harry tardó un par de segundos en asentir, pero se arrodilló en el piso y puso ambas manos encima de la herida del alfa. Presionó fuerte, conteniendo la sangre. Sus manos también se mancharon de inmediato y podía sentir la tibieza del líquido llenando sus manos y escurriendo por la tela del pantalón hasta el suelo.

Con el mismo cuchillo que había sacado de la pierna del alfa, Louis rasgó un par de tiras de tela de la camiseta que vestía, que de hecho era de Harry y le quedaba lo suficientemente larga, como para poder prescindir de una parte de ella. Un pedazo de la tela lo dobló en un pequeño cuadro y lo colocó encima de la herida. Enrolló la otra tira alrededor, haciendo un nudo apretado para ser capaz de contener momentáneamente la hemorragia.

—Tenemos que salir rápidamente de aquí —mencionó Harry, mientras se limpiaba las manos en un pequeño pañuelo que guardaba en su chaqueta y el resto en la tela de su propia camiseta. Hizo una mueca—. En cuanto encuentren a este tipo así, van a empezar a barrer todo el terreno para encontrarnos. Si no somos capaces de salir del edificio ya, no vamos a hacerlo nunca.

—Para cuando lo encuentren ya no vamos a estar aquí —Louis mencionó y lo tomó de la mano.

Dejaron al alfa en una de las habitaciones frente a la puerta por la que habían entrado. Querían ser capaces de escapar, pero tampoco querían esconderlo hasta que muriera sin atención. La capacidad de los alfas para sanar, era muy rápida, pero tampoco era mágica. Louis se había encargado de cubrir lo mejor que posible la herida y esperaba que para cuando el alfa fuese encontrado, ellos ya estuvieran muy lejos.

Como era de esperarse, cuando llegaron al lugar en donde habían dejado el coche de Liam y donde habían quedado de verse con él y con Luka, ya no había nada. Harry sacó el pequeño teléfono y se dio cuenta de que tenía un par de llamadas perdidas. Sintió que el corazón le martilleaba fuerte en el pecho. Empezó a marcar el número del teléfono de su amigo. Nadie respondió.

—¿Qué hacemos? ¿A dónde vamos? —A Louis le habían empezado a temblar un poco las manos nuevamente.

—Caminar. Tienen que haberlo llevado a la clínica del centro. No hay otra parte en la que... están llamando. —Respondió y se llevó de inmediato el teléfono a la oreja. Frunció el ceño y apretó la mano de Louis ligeramente. Empezaron a avanzar rumbo al camino en el bosque, por el que habían llegado. A Louis se le dificultaba mantener el paso acelerado de las enormes zancadas de Harry—. Sí, está bien. Entiendo. Sí. Ya vamos para allá.

—¿Eran ellos? ¿Está bien? ¿Niall está bien?

—No, Louis. No está bien.

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Habían tardado más de dos horas en regresar a la ciudad, sintiendo en todo momento que el peligro corría justo a sus espaldas. El espeso bosque no les había dado tregua y a pesar de las preciadas habilidades de rastreo y orientación de un alfa, al final había sido Louis quien los había sacado a ambos de aquella espesura de árboles.

A pesar de su naturaleza arrogante, a Harry le agradaba lo que ambos eran capaces de ser y hacer si estaban juntos. Louis lo buscaba de forma tan natural, que parecía que siempre hubiesen estado uno al lado del otro. Se apegaba a él como si fuese un cachorrito miedoso, tomaba su mano y secretamente olfateaba hacia él, llenándose de ese olor amargo de la madera. Louis confiaba. A pesar de su férrea voluntad y de que era mucho más fuerte de lo que cualquiera pudiera pensar, también estaba descubriendo que era capaz de abandonarse al arrullo de un alfa y era capaz de arrullarlo también, de ser uno con él.

Le había salvado la vida.

Louis había salvado la vida de Harry enfrentándose a un alfa que había puesto un arma apuntando contra su cabeza, pero había llorado como un chiquillo luego de que recibieran una llamada de Liam, diciendo que habían tenido que irse sin ellos, porque Niall estaba lo suficientemente mal como para morir si no se daban prisa en llegar a la clínica. Sus sentimientos parecían ser volubles, pero no lo eran.

Él se adaptaba, había aprendido a hacerlo. Y era bueno y tenía un corazón enorme que sufría por otros, pero también era aguerrido, capaz de mostrar todas las habilidades que había aprendido a través de los años, si tenía la necesidad de defender a quienes amaba.

Louis era especial. Era su omega y no era uno como tantos había. Parecía haber nacido en la casta equivocada, pero era perfecto así... porque era suyo y Harry quería pertenecerle de vuelta, más de lo que había deseado otra cosa.

Ahora le debía más que su vida.

—Creo que es por allá —mencionó el omega, con esa voz dulce que a veces no parecía ir acorde con sus acciones. Harry sonrió. Acababan de llegar por fin al borde del bosque, a un pequeño camino de terracería que conectaba con la carretera que los llevaría a la ciudad y todavía faltaban al menos cuarenta y cinco minutos para llegar al centro y luego a la clínica, pero ya habían pasado por lo más difícil. Los primeros rayos de sol se podían apreciar en el lejano horizonte; por fin estaba amaneciendo. Por un momento Harry se había desorientado en el terreno, pero había sido su cachorrito quien había sido capaz de encontrar el camino para salir del bosque y llegar de nuevo a la civilización... por llamarlo de alguna manera. Harry sabía que seguían en un sitio peligroso, pero estaba tan orgulloso de él, tan sorprendido, que sus manos y su cuerpo entero, estaban quemando por la necesidad de tomar un poquito de su omega... Solo un poquito—. Yo creo que si tomamos la avenida que va hacia...

Louis había dejado escapar un chillido que había sido amortiguado con los labios de Harry chocando con los suyos de forma tan sorpresiva, que le había tomado un rato reaccionar y darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Sintió una calidez extendiéndose por todo su cuerpo y de inmediato sintió las piernas flojas e inestables. El brazo de Harry lo rodeó por la cintura y él tuvo que aferrarse a sus hombros para no caer.

Quizá Harry estaba tomando más que solo un poquito de su omega, pero cuando su cerebro le decía que debía controlarse, su alfa le gritaba que abriera la boca y se llevara todo el aliento de su cachorrito y todo el sabor de esos labios dulces e inocentes.

Lo había besado antes, pero por algún motivo, con Louis siempre se sentía como una primera vez. El omega había estado tan encerrado en esa cárcel de oro a la que llamaba hogar, que era inexperto a todos esos temas y reaccionaba de forma visceral e inocente, abierta y sincera. Era como una esponja que se empapaba de nuevas experiencias y era codicioso, porque se quedaba con todo lo que Harry tenía para darle y exigía más y besaba torpemente, pero con una dulzura que estaba enloqueciendo a Harry.

—Estoy... no respiro —murmuró en medio del beso y su voz sonaba eróticamente resquebrajada. Harry jadeó cuando algo se apretó en su estómago, porque aquel omega no se daba cuenta de las cosas que le hacía con tan solo respirar.

El aroma de Louis no era precisamente dulce, era una mezcla de algo cálido y algo floral. Era un aroma limpio y adictivo. Como flores en invierno. Como estar de pie en un enorme jardín en una de las tardes más frías, con el rostro helado, pero con los rayos del sol acariciando la piel y el olor de las flores impregnándolo todo. Louis estaba llenándolo con su aroma en ese momento.

Harry se separó un poco y lo miró. El pecho del omega subía y bajaba de forma irregular. Tenía los ojos cerrados y los labios medio abiertos, brillantes y muy rojos. El alfa tenía ganas de besarlo de nuevo. Besarlo hasta ya no poder más.

—Eres hermoso, cachorrito. Eres...

—No digas esas cosas —se quejó el omega. Estaba abultando sin darse cuenta su labio inferior y había abierto los ojos, que parecían incluso más azules de lo que Harry recordaba y él deseaba morder ese pequeño puchero.

—¿Cómo me pides que no diga que eres hermoso, si andas por la vida luciendo así?

—Idiota. —Louis estrelló su puño en el pecho de Harry. Quería parecer molesto, pero la sonrisa traidora de sus labios, no estaba ayudando. Se sentía avergonzado, porque jamás alguien le había dicho cosas como esa y en algún momento de su vida, se había hecho a la idea de que se quedaría solo, de que jamás pertenecería a alguien y que nadie le pertenecería tampoco. Lo tenía completamente asumido. Y de pronto había llegado Harry, con su voz grave de palabras imposiblemente dulces y había puesto su mundo patas arriba y ya no sabía qué era lo que debía de esperar del futuro, porque era la primera vez que realmente deseaba tener uno. Un futuro juntos—. Esto sigue siendo muy raro —mencionó, bajando la mirada. Presionó los dientes en su labio inferior y soltó un suspiro—. Quisiera no tener la mente tan llena de tanta mierda.

—No es tu mierda, Louis. Es la de tu padre y no tienes la necesidad de lidiar con ello. Ya no. Ahora somos un equipo tú y yo.

—Equipo...

—Lo somos.

—Lo somos, sí.

Y como todas esas cosas repentinas que Louis hacía sin siquiera darse cuenta y que lograban robarle el aliento a Harry, el omega se aferró a él en un abrazo tan apretado que casi fue doloroso. Casi. Hundió el rostro en el cuello del alfa y respiró profundo mientras hurgaba entre sus rizos.

Harry se estremeció. Era la primera vez que, de forma consciente, Louis hacía evidente su necesidad de él; su necesidad de llenarse de su olor. Su necesidad de reconocerlo, de entremezclar sus esencias y volverse uno, porque ya lo habían dicho. Eran un equipo. No eran solamente un alfa y su omega. Eran una pareja, cada uno con debilidades y fortalezas. Cada uno con las piezas necesarias para completar al otro. Se separó luego de un par de minutos.

—Lo siento —se disculpó Louis, dando un pasito atrás. Harry se sintió vacío al instante—. Yo... esta noche ha sido asquerosa. Realmente lo necesitaba... tú. Todo es más sencillo si estás tú. —Sintió un repentino nudo en la garganta, porque iba a pasar mucho tiempo hasta que fuera capaz de hacer cosas como esa, sin escuchar la voz de su padre, repitiéndole lo asquerosos que era, lo mucho que lo avergonzaba y la poca dignidad que tenía por necesitar a un alfa—. No quiero ser ese tipo de omega pegajoso que...

—No. No vuelvas a decir eso. Yo... Tú puedes hacer conmigo lo que tú quieras, cachorrito. Tienes que saberlo. Te lo dije una vez. Si en algo te ayuda mi presencia, toma lo que necesites y saca todo. Hasta que no te quede nada. Hasta que todo lo malo y todo lo sucio y todo lo erróneo que tu padre haya sembrado en ti, sea arrancado con todo y sus raíces. Louis asintió.

Un ruido no muy lejos de ellos los hizo alejarse cuando el omega estaba a punto de unir sus labios de nuevo. Voltearon de inmediato a donde las sobras de los árboles que acababan de dejar atrás, se apreciaban apenas en la penumbra, con la luz del amanecer. Dos alfas aparecieron de repente y de lo primero que se dio cuenta Harry, era que no había olor en el aire. Los alfas habían escondido su olor para poder seguirlos y fueron conscientes del peligro hasta que una pistola estaba apuntando justo hacia Louis.

El sonido del disparo había resonado en los oídos de Harry, como un rechinido agudo que había taladrado en lo más profundo de su mente. Doloroso, caótico y que lo había hecho moverse sin pensar. Lanzó a Louis hacia su espalda y apretó los dientes, esperando sentir ese dolor lacerante que ya había conocido algunos años atrás, en aquel asalto a mano armada en el que había participado. Uno en el que había tenido mucha suerte.

El dolor nunca llegó.

En su lugar, un fuerte gruñido animal, mezcla de dolor y rabia, atravesó el aire y cimbró las hojas de los árboles.

El enorme lobo blanco cuyo pelaje se acababa de teñir de un intenso carmín, cayó a la tierra, aullando y retorciéndose un poco por el dolor.

Louis se había quedado pasmado, con los ojos muy abiertos y un repentino nudo en la garganta, porque todo ese tiempo había pensado que estaba muerto y estaba de nuevo ahí, frente a él. Herido.

—¡Radna!

El lobo había hecho un enorme esfuerzo para levantarse y saltar encima de ese alfa que no había alcanzado a disparar de nuevo su arma, porque su brazo, había terminado en el hocico de aquel enorme animal. Para su suerte, el seguro de la pistola del otro tipo, se había atorado. Incluso contra un lobo herido, ninguno de los dos tenía posibilidades de sobrevivir.

Había desgarrado piel y músculo e incluso si no era la primera vez que Louis veía a su lobo atacando a una persona para defenderlo, tuvo que girar la cabeza cuando los colmillos del Radna se clavaron en el cuello y en el rostro de aquellos pobres infelices.

El lobo terminó jadeando y con el hocico manchado de sangre. Le dio una última mirada a Louis, antes de caer de costado a un lado de los cuerpos destrozados de aquellos dos alfas.

—No, por favor. Levántate. —Louis corrió hasta su lobo y se dejó caer de rodillas a su lado. Acarició el pelaje de su cabeza y los ojos azules del animal, se abrieron ligeramente al sentir el contacto de su mano. Lloriqueó un poco a causa del dolor y Louis sintió las lágrimas acumulándose en sus ojos—. No puedes dejarme tú también. Por favor, Radna, necesito... ¡No! No lo toques, es muy agresivo y está herido. Puede hacerte daño.

Harry se había tumbado a un lado de Louis y tuvo que quedarse con la mano en el aire ante la advertencia, a muy poco de tocar al lobo.

—Entonces díselo tú. Estoy seguro de que te entiende, dile que no voy a hacerle daño. —Harry quería inspeccionar la herida del animal. Al parecer la bala había dado en la parte superior de una de las patas delanteras. Si no era capaz de caminar, él sería quien tendría que cargarlo. Necesitaba que lo dejara tocarlo.

Louis se acercó a Radna y susurró algo en su oreja. Había desarrollado esa costumbre, luego de darse cuenta de que había cosas que no podía decir enfrente de su padre. Se había acostumbrado a esconderse, a ser sigiloso, a estar siempre callado en su presencia. Estaba seguro de que sus lobos podían entenderlo, de que eran capaces de calmarse con los susurros de su voz. Jana siempre había sido un poco más independiente, más rebelde y renuente. Radna hacía lo que él pidiera con tan solo susurrar.

—Pon tu mano en su cara —pidió—. Necesita reconocer tu olor.

El lobo apenas podía mantener los ojos abiertos. Louis se dio cuenta de inmediato, que su condición no tenía nada que ver con la herida de la bala. El lobo había perdido mucho peso. Probablemente había logrado escapar cuando su padre había capturado a Jana, pero no parecía haberse librado de algunos golpes antes de ser capaz de irse. Su hermoso pelaje estaba sucio y opaco. La parte alrededor de sus ojos azules, estaba enrojecida. Se veía enfermo y adolorido. Probablemente llevaba días sin comer y parecía tener una herida infectada detrás de una de sus orejas. La bala era seguramente el menor de sus males.

Harry acercó con cuidado la mano al rostro del animal, cerca del hocico. Lo vio abrir más los ojos y sus labios se curvaron en una ligera sonrisa cuando se dio cuenta de que estaba olfateando con curiosidad y cautela. Como si quisiera reconocer sus intenciones con el aroma de su piel.

Y el lobo por fin cerró los ojos, como dándose por vencido, porque, había reconocido el aroma de su propio amo en la piel de ese alfa y aunque ninguno de los dos lo supiera o pudiese darse cuenta, el animal también había podido percibir el lazo que los unía y dejó que Harry lo tocara, sintiéndose dócil y tranquilo, porque sabía que podía confiar en él, de la misma manera que confiaba en Louis.

—La bala solo lo rozó —mencionó en alfa, cuando pudo revisar la herida que incluso si no había sido profunda, lo había hecho perder una buena cantidad de sangre—. Pero se ve muy mal de todas formas. No creo que sea capaz de caminar. Vamos a tener que llevarlo cargando y tenemos que darnos prisa.

—Yo lo cargo.

Louis se puso de pie con decisión y Harry se quedó con las palabras en la punta de la lengua. No quería ser él quien le dijera que hacer, porque no iba a subestimarlo nunca más. Estaba seguro, sin embargo, de que no iba a ser capaz de cargar a un animal que casi lo igualaba en peso, pero quería que se diera cuenta él mismo. El omega se detuvo un momento, mirando a Radna con detenimiento. El lobo estaba flaco y no era ni la sombra de lo que había sido en su mejor momento, pero de igual forma, se dio cuenta de que no iba a ser posible que pudiera con él. Soltó un resoplido derrotado. Se cruzó de brazos y miró a Harry con ojos molestos.

—¿Qué pasa?

—¿En qué momento piensas decirme que es mejor que lo cargues tú porque yo no voy a poder con él?

Harry sonrió.

—¿Louis?

—¿Sí?

—Es mejor que lo cargue yo porque es muy pesado y quizá no vayas a poder con él.

—Bien —respondió de mala gana.

Harry se acercó a su omega y dejó un besito en el puchero de sus labios antes de acercarse al lobo. Louis sintió el rostro ardiendo. Cuando el alfa se inclinó a un lado del animal, se quitó el pañuelo que traía en el cabello y lo amarró en la herida de la pata y lo levantó con cuidado. Estaba pesado, mucho. Así que decidió colocarlo encima de su hombro para ser capaz de llevarlo todo el camino.

—Llévala en la mano —mencionó, entregándole a Louis la pistola que le habían quitado al alfa en el edificio de Goliat. Louis hizo una mueca. No le agradaban las armas de fuego. No creía ser bueno con ellas y nunca había tenido que usar una.

—Yo soy más de cuchillos —respondió. Sin embargo, tomó la pistola no muy convencido.

—Eso lo sé, pero a larga distancia puede ser... —No terminó de hablar. El teléfono en la bolsa de su pantalón había empezado a vibrar. Sostuvo con dificultad al lobo en su hombro y buscó el aparato con su mano libre. Respondió si ser capaz de reconocer el número—. ¿Sí? A ver, espera. Joder, Liam, habla más despacio... Estamos en eso, sí. Sí, lo que sucede es que... ¿Qué dices? ¿Quiénes? ¿Cuándo? Maldita sea... Sí, sí. Ya vamos.

—¿Qué sucede? —Louis había sido capaz de sentir el inmediato aroma de angustia y rabia que emanaba el cuerpo de Harry. Por algún motivo sabía que no tenía nada que ver con Niall.

—Se llevaron a los omegas.

—¿Cuáles omegas?

—Los del orfanato en el que crecí. Atacaron el orfanato. Se llevaron a todos los niños y niñas omega.

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Quien dice jueves dice sábado en la noche xD Ok no, lo siento. Sé que dije que actualizaría el jueves porque tengo todo mi "horario de publicación" desde hace como 3 semanas que terminé la novela, pero como soy tonta del pie y de la mano y de todo el cuerpo, se me olvidó que justamente el jueves mis hijos asiáticos aka EXO tus patrones jajaja hacían comeback justo ese jueves y bueno, mandé todo a la mierda y me la pasé chillando como fangirl por twitter y reproduciendo el mv como si no hubiera un mañana, por eso no actualicé, pero aquí estoy. Ojalá les haya gustado el capítulo tanto como a mí. Regreso de nuevo el lunes. Déjenme mensajitos de amor.

Besito en la manita♥

All the love... Ceci♥

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