ABYSSO: La ciudad amurallada (Libro 1 saga CIUDADES MALDITAS)

CAPÍTULO 36 "EL HEDOR DEL MIEDO"

Nota: El martes publiqué el capítulo 35, así que si no lo han leído porque no les llegó notificación o algo así, vayan a leer ese primero, que luego no entienden y me andan reclamando, atarantados xD Los títulos son parecidos, para que no se vayan a confundir. Besitos♥

"Carga de caballería, Flamear de espadas, Fulgor de lanzas; Multitud de heridos, Montones de muertos, Innumerables cadáveres; Tropiezan en los cadáveres"

Nahum 3:3

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La oscuridad se extendía hasta donde los ojos alcanzaban a mirar. En los alrededores de las criptas y en la lejanía, se escuchaba el resonar de las pisadas, las botas golpeando contra el terreno pedregoso. Las siluetas corrían como escapando de un demonio que no era visible, pero que igualmente quemaba y desgarraba la piel y la carne y los huesos... Sin dejar heridas, pero causando el mismo insoportable dolor.

La ciudad entera apestaba a miedo.

Louis dio una honda respiración y el ardor en el pecho fue casi insoportable. No solamente calaba el aroma pestilente de la sangre. El humo se desplazaba en todas direcciones. Se podía saborear el terror de las personas en la punta de la lengua.

—Cortaron la maldita electricidad... Cortaron la electricidad en toda la ciudad —murmuró Luka, sintiendo como se le formaba un nudo en la garganta. Estaba apretando tanto el brazo de Liam, que estaba seguro de que le quedarían las marcas de sus dedos en la piel. No lo soltó, sin embargo. No podía hacerlo. No se avergonzaba de reconocer que siempre había sido un omega un tanto dependiente. Se consideraba valiente y capaz de asesinar con sus propias manos para defender a quienes quería, pero en ocasiones solo sentía ganas de soltar todo su peso en alguien más. Abandonarse al aroma de su alfa y ser cuidado y contenido.

Liam pareció sentir su necesidad y lo jaló más cerca de él, rodeándolo con los brazos por la espalda. Enterró el rostro entre los cabellos de su nuca y respiró el aroma de su unión con avidez. El omega se estremeció, pero de inmediato se sintió un poquito más tranquilo.

—No creo que esto lo haya hecho tu padre —mencionó Lucio, volteando a ver a Louis—. Ese hombre es un hijo de puta, pero esto es... ¿En qué momento van a callar esa maldita sirena? —Puso la rodilla en el piso y bajó nuevamente a Zayn de su hombro, para poder acomodarse la mochila que cargaba en la espalda. León lo miró y ni siquiera fue necesario que dijera algo para que Lucio entendiera lo que estaba a punto de decirle. Negó con la cabeza de inmediato—. Yo puedo cargarlo. No te preocupes.

—Entonces déjame llevar la mochila —Lucio negó nuevamente.

—Lo que tenemos que hacer es conseguir...

Una fuerte explosión a un par de kilómetros de distancia, iluminó el cielo y cimbró los árboles cercanos. Louis se llevó la mano al pecho y Harry lo apretó un poco más fuerte contra su costado.

Probablemente ninguno de los presentes recordaba claramente lo que había sucedido aquella última vez que las alarmas habían sonado. Pero por algún motivo, esta vez todo se estaba moviendo con un viento diferente. Quizá era el hecho de que siendo niños no habían sido capaces de dimensionar el tamaño del desastre. Quizá era que esta vez realmente tendrían que luchar por sus propias vidas.

El ruido de pisadas no muy lejos, los puso a todos alerta. Las armas fueron empuñadas de inmediato, cuando un grupo de unos cinco hombres se dejaron venir hacia ellos, corriendo desde los árboles cercanos. Inevitablemente Louis y Luka terminaron detrás de aquella muralla de alfas.