CAPÍTULO 26 "VÍNCULOS INVISIBLES" (SEGUNDA PARTE)

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Recordaba perfectamente bien el primer día que lo había visto. Habían pasado muchos años y cada palabra y cada sonrisa habían quedado grabadas en su piel como la tinta que ahora cubría sus brazos y sus heridas.

Zayn había llegado a la casa de los Tomlinson cuando tenía trece años. Aquel hombre al que en algún momento había llegado a admirar e incluso a ver como a un padre, probablemente había tenido con él el único acto de generosidad de toda su vida, al haberlo sacado de las calles. O al menos eso había pensado él.

No se arrepentía de nada de lo que había tenido que pasar a causa de ese hombre, sin embargo. Haber estado incluso a punto de perder la vida, era algo que sin dudas podía dejar pasar y que estaría dispuesto a vivir de nuevo, solo por tener la dicha de volverse a encontrar con esos hermosos e inocentes ojos azules.

Quizá era muy joven para entenderlo y había vivido mucho tiempo en las calles como para poner atención a ese tipo de cosas, cuando la mayoría de las veces se estaba muriendo de hambre, pero estuvo seguro de saberlo en el instante mismo en el que lo vio.

Ese pequeño muchachillo ruidoso... era suyo.

Él tenía la idea, al menos porque eso era lo que todo el mundo decía, de que los alfas en algún momento encontraban a un omega que se convertiría en su pareja. Eso era lo que él esperaba.

El destino, sin embargo, le tenía deparada otra cosa.

—Me llamo Niall, ¿tú cómo te llamas? ¿Vas a vivir aquí ahora? Me dijo Lou que ibas a ser nuestro amigo. ¡¿Quieres ver a los lobos?! ¡Son enormes! Son lobos blancos de clase Delta. ¿Sabías que viven más de treinta y cinco años? ¡Esos son un montón de años! Ayer estaba en el patio y me subí encima de Jana y pudo llevarme en su lomo como tres metros, pero me caí en la tierra. ¿Quieres ver mi raspón?

Zayn nunca había visto a una persona hablar tanto, ni con tanto entusiasmo. Aquel niño de once años desbordaba energía e incluso si él se encontraba tan cansado y hambriento como para no tener ganas de nada más que hundir la cuchara en aquel plato de sopa humeante, se había quedado casi embelesado, mirando al chiquillo manotear con emoción, mientras le contaba quién sabe qué cosa, acerca de un sapo que había encontrado en la pasada temporada de lluvias.

Había pasado la tarde entera escuchándolo hablar. Nunca se había sentido tan feliz en su vida.

Aquel primer día en esa casa, había sido difícil. Incluso si tenía la posibilidad de dormir en una cama por primera vez en años, estar con tantas personas desconocidas, con compañía, por primera vez en tanto tiempo, le generaba gran ansiedad y confusión.

—¿A dónde vas? —El pequeño rubio de ojos azules se había despertado en medio de la noche. Zayn estaba seguro de que estaba siendo silencioso, pero quizá no lo había sido tanto. El niño se sentó de pronto y restregó la manga de su sudadera en sus ojos. Quizá hubiese sido más sencillo huir si no los hubiesen puesto en la misma habitación. Pero ahí estaba, de pie bajo el marco de la puerta, a punto de escapar de nuevo a una vida de miseria.

—Solo... solo quiero un poco de agua —mintió y se sintió mal en el acto, porque se dio cuenta de que probablemente aquel niño le hubiese creído cualquier cosa y no quería engañarlo y tampoco quería irse, pero estaba tan asustado.

—Voy contigo.

Niall no esperó una confirmación, aquella ni siquiera había sido una pregunta. El niño se levantó de la cama a tropezones. Hizo un pequeño gesto cuando sintió el piso helado debajo de sus pies y corrió para colgarse del brazo del jovencito alfa que lo observaba casi con incredulidad. Zayn solo pudo ver sus dientes blancos reluciendo en la penumbra, cuando le sonrió amplio y sincero. Y fue en ese momento cuando se dio cuenta.

ABYSSO: La ciudad amurallada (Libro 1 saga CIUDADES MALDITAS)Where stories live. Discover now