Baek entró a su casa emocionado, aporreando la puerta y agitando un papel en la mano.
-Mamá, ¿podrías firmar este papel y dejar que tu hijo sea libre por un fin de semana? -Preguntó poniendo cara de cachorrito a la mujer.
HimChan estaba detrás de su hijo, viendo la escena. SoHee lo miró y luego regresó la mirada al castaño.
-Es una excursión a la Universidad de Seúl. -Dijo el muchacho al ver la cara confundida de su madre.
-¿Irá ChanYeol? -Preguntó la mujer.
-A penas va a preguntar.
-Hablé con ChangMin y dijo que dejaría ir a ChanYeol sólo si le dábamos permiso a éste. -Concluyó el hombre apuntando a Baek y poniendo cara de indiferencia.
La mueca del chico hizo que ambos adultos se rieran.
-No me molesto solo porque de verdad quiero ir, salir a otro lado no me haría mal. En serio, prometo dejar mi consola.
-Lo dejarás por un mes.
-Uy, así que chiste. Si solo vamos por un fin de semana.
-De acuerdo -Se giró hasta el hombre- Pues háblale a ChangMin y dile que este niño llorón no va a ir. -Su padre ya estaba sacando el teléfono. Baek lo conocía muy bien como para saber que en verdad lo haría. Eso si él lo permitía.
-Está bien, será por un mes.
Aceptó derrotado y les entregó la carta para firmar. El viaje sería dentro de tres semanas, pero estaba realmente emocionado, no podía esperar la hora para ir de viaje con sus amigos a otra ciudad.
Les marcó para darles la buena noticia.
***
-Muchachos, entreguen sus exámenes, por favor -JongDae puso mala cara, pero no le quedaba de otra mas que entregar el papel. Había estudiado después de regresar del trabajo, pero aún así no se sentía del todo seguro con sus respuestas.
Al salir del salón se dirigió a la cafetería, en busca de sus nuevos amigos. Los encontró ya ocupando una mesa y con sus respectivos desayunos en frente.
-¿Qué tal el examen? -Preguntó YiXing al verlo sentarse.
-Pues creo que bien, anoche me la pase estudiando.
-¿Tu grupo también irá al viaje escolar? -De la nada soltó KyungSoo, dirigiéndose al castaño. JongDae enseguida comprendió a qué se refería.
-Sí. Tengo entendido que irán también otras escuelas.
-Tenemos que ir. -Dijo el chino muy emocionado. -A nosotros ya nos dieron el permiso.
-Igual a mí. Solo nos queda esperar dos semanas más.
KyungSoo veía esto como a una oportunidad.
A JongDae ya no se le hacía misteriosa la actitud del bajito. Cuando ambos chicos empezaron a hablar con él, le pareció extraño, pero después de que "aquello" pasara, entendió porqué eran así.
Días después de que había conocido a YiXing, se dirigía a su trabajo algo atrasado así que se le hizo mejor correr. Estaba tan absorto en sus pensamientos que no se fijó al cruzar una calle. Oyó un claxon, miró el carro a poca distancia de él y después sintió cómo alguien lo empujaba de la nada hacia la acera, haciéndolo caer con el cuerpo de la otra persona encima y con un fuerte dolor en el hombro que empezó a expandirse por todo su brazo.
-¡Oh por Dios! -Gritó alguien que no era el chico de ojos grandes que estaba de cara a él. -¿Están bien?
Cuando el otro se levantó, él intentó hacer lo mismo pero su hombro dolía y tenía un raspón en el brazo.
-No te preocupes. -Y entonces reconoció al chico que conoció en la escuela. Poca gente se iba reuniendo alrededor de ellos. Entonces vio como YiXing tomaba su brazo y poco a poco el dolor fue disminuyendo hasta desaparecer. Así mismo la herida también. Abrió los ojos con sorpresa y entonces el otro que hace un momento le salvó de ser atropellado, lo ayudó a levantarse.
Movió su brazo y éste estaba perfecto.
-¿C..cómo? -Alcanzó a decir antes que el otro lo interrumpiera.
-Creo que tenemos que decirte algunas cosas. -Esta no era la manera en la que KyungSoo hubiera querido decirle, pero se presentó y sabía que a partir de aquí ya no habría marcha atrás, entonces llevaron al muchacho a un lugar apartado para explicarle lo sucedido.
Ahí por primera vez JongDae le contó a alguien que no fueran sus padres lo que era capaz de hacer y sintió quitarse un gran peso de encima. Sin saber que a cierta distancia un chico los observaba con interés.
***
-Que cara traes grandulón.
SeHun miraba a su alto amigo que parecía no haber pasado buena noche. A un lado se encontraba JongIn tratando de hacer su tarea, el moreno alzó la mirada y vio a su ahora también amigo Kris.
-Cierto, luces espantoso. -Mencionó. Quién diría que se iba a juntar con los nuevos del salón.
El chino frunció el ceño y le mandó una mirada asesina. Desde que había empezado a soñar con el chico rubio vestido de negro, los sueños se volvían más extraños; ya no solo lo veía de pie, sino que ahora ambos luchaban contra alguien.
Veía personas morir y a la mujer ser apuñalada y él tenía ganas de correr y ayudarla, pero no se movía, entonces el chico le agarraba de la mano y le decía que estaba bien, que debería prepararse para lo peor. ¿Qué podría ser peor que ver a gente morir frente a ti? Entonces despertaba y ya no podía volver a dormir.
-No he descansado bien, eso es todo.
El menor de los tres lo observó un rato, pero no dijo nada más. Terminaron la tarea antes de que el profesor regresara.
A la salida, Sehun se sorprendió al ver el auto de su padre frente a la escuela. Cuando apenas llegó a su casa, el hombre rompió el silencio.
-Ese muchacho alto que iba contigo...¿es tu amigo Kris? -Le preguntó.
-Si.
-Ya veo. Me recuerda a alguien –dejó las llaves en la mesa de la cocina y se giró hacia el menor -Invítalo a la casa después del viaje.
Dijo y eso sólo le hizo recordar el dichoso viaje. SeHun recordó que su clase iría a la ciudad. Al parecer todos los años lo hacen y los de último año siempre van.
Él sinceramente no quería ir, ahí vivió hace un par de años y la verdad es que no le agradaba la idea de volver, aunque fuese solo dos días. Fue una época un poco dura para él, quien llevaba lentes y era muy tímido. Había sido molestado por sus compañeros y ciertamente no le quedaban ganas de volver.
-Vamos hijo, ha pasado un tiempo. -Mencionó YunHo como si hubiera leído su mente. -Ahora eres mayor, has cambiado.
-Simplemente no quiero volver a vivir lo de antes -la voz del menor fue un susurro y su padre lo miró con tristeza. Se sentía culpable de que su hijo se sintiera así. Su deber como guardián debía ser protegerlo, pero le había fallado en esa etapa de su vida. Quería decirle la verdadera razón del porqué se mudaban a cada rato, pero no era el momento. No hasta que pueda usar su poder. Esperaba con ansias el momento en que el chico se diera cuenta de que es una persona especial.
-Lamento no haberte dado una infancia agradable. Pero recuerda que las personas más fuertes son las que a veces han pasado por mas sufrimiento. No dejes que el miedo te impida disfrutar de tu juventud. No te niegues a las nuevas sensaciones y emociones, hijo. No te cierres ante la idea de lo extraordinario. Eres diferente, SeHun. Créelo.
Y tenía razón. El muchacho lo pensó toda la tarde y se dijo a sí mismo que ya era hora de dejar ir al pasado. No podía atormentarse por siempre, el hecho de no tener tantos amigos en la actualidad ha sido culpa suya y no podía reclamárselo a su padre.
Así que al día siguiente le confirmó a su profesor que iría al viaje.
No se imaginaba que ahí encontraría amigos para toda la vida.
***
-¿Conoces a un tal BaekHyun?
El chico con quien hablaba se quedó un momento pensando.
-Nop, no me suena. -Dijo MinSeok al cabo de un minuto a su alto amigo. -¿Has soñado con él?
-Soñado no. Pero he escuchado su nombre ayer mientras tomaba una siesta. Supongo que pronto lo conoceré.
El más bajo negó como signo de no tener idea, si el otro no lo había soñado, entonces él menos sabría sobre el chico.
-No sería raro.
Si hablamos de dones peculiares, definitivamente Tao tenía uno. Soñaba el pasado y había ocasiones en la que soñaba sucesos que poco después ocurrían. No sabría decir si se trataba del futuro como tal, puesto que las imágenes nunca eran claras. Por otro lado, han sido contadas las veces que lo ha hecho.
Estaba consciente de que lo que pudiera ver no siempre le agradaría. Podía ver el pasado de ciertos acontecimientos y el pasado de personas. Así supo que MinSeok era igual que él y que había más personas como ellos; que los estaban buscando y que pronto tendrían que irse cuando los doce al fin estén reunidos. Aunque aún no los conocía a todos, ni siquiera a través de los sueños.
Desde los dieciséis años Tao tenía el conocimiento de que no pertenecía aquí y que necesitaba encontrar a su pareja para poder regresar al lugar al que pertenece. Antes de que ocurriera, él no recuerda haber soñado con algo en toda su vida hasta esa noche donde soñó.
Él "soñó".
Al principio solo veía fragmentos que él ni entendía, pero con el paso del tiempo esos fragmentos revelaban sucesos ya completos. Al principio pensaba que eran sueños normales hasta que pronto soñó con el pasado de MinYoung y ésta le confirmó que era verdad, y que todo lo que él había visto también.
No podía decir si estaba emocionado o preocupado por lo que veía hasta que empezó a soñar con pequeñas cosas que en el futuro iban a suceder, entonces él se la pasaba todo el día pensándolo y preguntándose cuándo iban estas cosas a pasar, aún y si veces solo se mostraran rostros o lugares. Su madre le dijo que no debería preocuparse pues lo que tuviera que pasar pasaría, solo tenía que ser paciente y estar preparado para cuando el momento llegue.
Y definitivamente todavía no estaba seguro de estar listo para conocerlo a él.
Al chico un poco más alto y de cabello semi rubio. Cada vez que lo veía en sus sueños no sabía cómo actuar, tampoco ayudaba mucho el hecho de estar corriendo y escapar de quien sea que los esté persiguiendo. Pero cada vez que veía a su rostro preocupado, solo se limitaba a tomarlo fuerte de las manos y reconfortarlo. No sabía si él estaba enterado de todo, pero quería creer que lo estaba para que así cuando por fin se vieran, las cosas fueran menos difíciles para ambos.
Sabe que nada será igual después de verse.
Después de que los doce se vean.
-¿Tao, crees que pronto nos reuniremos? -había soltado su amigo de mejillas regordetas.
-¿Por qué? ¿ya no te gusta estar aquí?
-Creo que no me conviene el ambiente de este lugar. Por eso siguen mis episodios.
Admitió su amigo.
-Tal vez. Puede que tengas razón. -Se limitó a decir, la verdad era que él si se sentía cada vez menos cómodo estando aquí.
-Por otro lado...me sentiría muy triste de dejar a JunMyeon. Él me agrada. -dijo recordando al amable chico.
-Puede que él nos acompañe también, Minnie.