Baby! \ JENSOO

By JensooIsMyDaddy

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Un amor a primera vista se convirtió en una pesadilla para la bella Kim Jisoo. More

- prologo
- I
- 2
- 3
- 4
- 5
- 6
- 7
- 8
- 9
-10
- 11
12;
- 13
- 14
- 15
- 16
- 17
- epilogo
Q&A
!
I
III
IV

II

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By JensooIsMyDaddy

El dulce aroma de té inundaba la residencia de los Kim. En las afueras los pájaros se dedicaban a entonar una melodía mañanera, el rocío de la madrugada se había quedado en las hojas verdes de los árboles, con cuidado se deslizaban hasta caer al suelo.

Kim Jisoo se encontraba durmiendo, manos juntas y situadas melifluamente bajo la almohada en la que su cabeza reposaba. Las sabanas níveas se encontraban algo desperdigadas, y su pijama de dos piezas se había arrugado debido a la continua inquietud de la muchacha al descansar, justo por esa misma razón varios peluches habían terminado en el tablado. La ventana de la placentera habitación de Jisoo se encontraba cerrada, pero gracias a las persianas y a las cortinas que había retirado antes de acostarse ciertos rayos de luz ingresaban en la penumbra que residía aquella habitación. En su ensueño, Jisoo frunce el entrecejo debido a la gran cantidad de luminosidad que altero de repente su descanso, causando un gran disgusto y así, llegando a despertarla. Con su cabellera negra desorganizada, su pijama desacomodado y una expresión de dormida Jisoo comenzó un nuevo día. Casi volvió a caer en la tentación mundana de conseguir unos cinco minutos más de sueño, pero, el grito de su mamá consiguió hacerle cambiar de opinión. Se sentó en la cama y abrió sus ojos, parpadeo unos instantes para acostumbrarse a la sutil luz que en su cuarto había, con delicadeza poso un pie en el suelo y enseguida hizo una mueca al contacto frio de este con la planta de su pie, estiró sus brazos y comenzó, de muy mala gana, su rutina mañanera.

Prácticamente arrastrándose hasta al baño y con una cara de espanto se miro al espejo, sus ojeras eran inmensas y parecía que sus ojos se estaban por salir de su cabeza. Con vagues abrió el grifo y remojo sus manos para esparcir un poco de agua fría en su rostro, quizá para lavarse la cara o para despertarse, continúo haciendo esto por alrededor de un minuto hasta que por fin, comenzó con el cuidado de su piel, Jisoo había sido bendecida en la genética con una piel suave y carente de acné, muchas veces había escuchado las agridulces quejas de sus compañeras que se encontraban envidiosas de la pelinegra por tener tan bonita piel. A diferencia de otras chicas de su edad, Jisoo prefería una rutina bastante simple con tan solo tres productos, esto le ahorraba tiempo y para Jisoo quien se había proclamado a si misma como la reina de la procrastinación, una rutina corta le salvaba de la tentación de postergar su rutina.

Al terminar con su piel decidió tomar una ducha rápida para refrescarse y salir con prisa, para vestirse con su uniforme escolar y poder bajar a desayunar precedentemente a que su madre se enfurezca.

Ató su larga cabellera en una cola de caballo y se despojo de su pijama de ositos, pobremente entro a la ducha, y apenas su cuerpo entro en contacto con el agua pegó un grito que quedo agarrotado en su garganta, el agua estaba helada, con rapidez ajusto la temperatura para poder ducharse en paz. El agua le rozaba el cuerpo y se resbalaba por su piel con una velocidad ágil, con delicadeza utilizo el jabón liquido para lavar cada parte de su cuerpo, no quiso tomarse su tiempo como usualmente lo hacía, iba a comenzar un nuevo año escolar y deseaba poder romper con la costumbre de llegar tarde que desarrolló desde corta edad.

Apenas concluyo, se quedó un rato mirándose en el espejo, a pesar de considerarse una chica relativamente guapa, Jisoo tena ciertas inseguridades que en días ruines venían a cazarla cual lobo a presa, por suerte la positividad y su tendencia a cuidar mucho de su apariencia le hacían superar cualquier obstáculo, fue así que mientras cepillaba sus dientes , su madre con cierta intranquilidad y furia volvió a vociferar su nombre, Jisoo estaba segura de que aquel grito se escuchó hasta en China, pero prefirió correr a vestirse antes que perpetuar vagando en pensamientos cómicos e innecesarios.

Apenas puso su uniforme notó que se encontraba algo arrugado y, incluso, si te acercabas lo suficiente, podías distinguir una mancha indefinida de comida que Jisoo había causado mientras comía una hamburguesa, un año atrás. De solo mirarla se acordó del gran regaño que le proporciono su mamá al ver que había manchado el uniforme que con tanto cariño se encargo de lavar, planchar y perfumar, Jisoo se tuvo que comer un sermón de dos horas de la importancia del trabajo y de como el dinero no crece misteriosamente en los árboles.

Por ultima vez mientras se perdía en sus pensamientos, su madre cansada de esperar, subió las escaleras con rapidez y golpeo con fuerza la puerta de madera, mientras repetía miles de veces de que estaba a punto de llegar tarde, Jisoo exaltada agarro su mochila y abrió la puerta para ver el rostro desconforme de su madre.

Jisoo tenia que admitir que su madre es una opuesta en cuanto a personalidad, siempre ordenada y puntual, con una lengua audaz y honesta que no baña en dulce ninguna crítica, en especial hacia Jisoo que siempre se llevaba lo peor de sus regaños, a pesar de eso la señora Kim Jiheun era muy respetuosa y apoyaba a sus hijos en todo aquello que fuese bueno, tenia una extraña manera de mostrar su cariño pero que de una manera u otra siempre se encontraba ahí para sus retoños. La señora Kim trabaja como abogada, una carrera perfecta para alguien tan obstinada y opinadora como ella, Jisoo muchas veces había bromeado con el hecho de que hasta en su propia casa actuaba como si estuviese atacando a un criminal, cosa que disgustaba a su mamá y recibiendo en respuesta una mirada fulminante pero que, en lo más profundo le encontraba cierta gracia a un chiste tan carente de humor.

Mientras Jisoo bajaba las escaleras se podía escuchar en el fondo los abundantes ladridos de sus tres perros, que ladraban ante cualquier mero movimiento o presencia alguna, desde pequeños Jisoo había tratado de sacarlos de ese mal habito qué, en muchas ocasiones interrumpió, de manera inesperada y nada agradecida, sus sueños, había conseguido entrenarlos en todo menos eso, cosa que hasta el día de hoy le molestaba, pero que con el tiempo ha aprendido a aceptar.

Llego hasta el ultimo escalón y corrió hacia la mesa del comedor para, poder disfrutar de la exquisita comida que su mama cocino, esperaba encontrarse con algo de carne, como pollo o ternera, pero una cara decepcionada remplazo su semblante al ver la mesa llena de distintos tipos de verduras, parecía una florería con tanto color verde.

— ¿Qué es esa cara, niña? ¡Agradece que tienes comida en el plato! —. Comentó su madre mientras se retiraba a la cocina, Jisoo rodeo los ojos, una vez que su madre se fue, desdichada de ella si su mamá la llegase a ver haciendo tal gesto, comenzó a comer, ya con un poco de mal humor, y debido a su gran afán, termino en unos minutos a pesar de aborrecer rigurosamente la acelga. Como terminó, fue rápido a alistar su mochila, para poder así partir de una santísima vez a la escuela.

Fue en eso que mientras se encontraba arreglando sus cosas para partir a su primer día escolar recordó que se olvidó su celular en el lavabo y se criticó a si misma por ser tan descuidada y caótica, subió las escaleras ya con cierto agotamiento y rebusco en su baño el tan aclamado aparato. Cuando lo encontró una media mueca de regocijo se formo en su rostro y con cierta ya anticipación, lavo sus dientes y partió con su teléfono en su mano hacia la planta de abajo, tomo su mochila y con felicidad se despidió de su madre.

Si había algo que a Jisoo le encantaba era las calles de la ciudad en verano, todos los arboles se balanceaban frágilmente y se podían ver siendo bañados en luz solar, ocasionando una que otra sombra en la acera. De vez en cuando, la pelinegra se dedicaba a caminar, de manera despreocupada, con su celular en la mano, checando redes sociales y mensajes de sus amigos, usualmente se encontraba con demasiados noticias, en esos casos los respondía un poco más tarde, pero hoy , mientras caminaba hacia su escuela, se sentía eufórica así que respondió uno que otro hasta llegar al portón de su escuela, con una sonrisa saludo a la portera que le devolvió el gesto con un saludo militar.

Miro a su alrededor y se encontró con que era una de las pocas adolescentes que había llegado temprano, para matar un poco el tiempo, Jisoo decidió buscar en el bolsillo delantero de su mochila sus auriculares para así escuchar un poco de música, sentada en una banca del parque de la escuela, soltó una maldición entre dientes al darse cuenta que, debido a su torpeza, había olvidado por completo sus auriculares posados en la mesita de luz de su cuarto. Hizo una mueca y con cierta cólera, decidió caminar un rato. La mochila le fastidiaba un poco debido a la suma de libros exagerada que debía traer en su primer día, mientras caminaba pudo notar la figura de una de sus compañeras, Jennie Kim.

Con una expresión simpática se le aproximo, solo para ser pagada con una actitud algo desfavorable y cortante. Jisoo conocía la mala fama que tenia Jennie entre el resto de sus compañeros, la chica en si era algún tipo de prodigio (sus notas siendo las más altas en toda la escuela) pero, aquella chica de cabellos marrones tenía una actitud algo soberbia, con un rostro siempre serio, a Jisoo le parecía que quizá necesitaba una amiga o alguien con quien hablar, muchas veces la había encontrado comiendo su almuerzo detrás del edificio de la escuela, sin compañía alguna.

—¿Qué tal Jennie? — Los ojos negros de Jennie la observaron de pies a cabeza, con una voz melodiosa y bastante caída respondió con un simple "bien", Jisoo pudo notar como sus piernas tiritaban ligeramente, y como coloco sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta. Ella no quiso decir nada pues, debido a su carencia de amigos, la socialización obviamente no era lo suyo, seguramente estaba nerviosa y esa era su manera de lidiar con ello.

Jennie se encontraba sentada en una de las muchas bancas que se encontraban en esa zona particular de la escuela, en su regazo se encontraba un libro, el cual Jisoo no pudo distinguir correctamente, su mochila se posaba sobre el respaldo de la banca, su cabello caía debajo de sus hombros y se veía especialmente apacible.

—¡Que día tan bonito! —Exclamo Jisoo tratando de iniciar una conversación, Jennie la vislumbro y asintió. Jisoo se sintió un poco expulsada, pero decidió sentarse a su lado. Jennie saco sus manos de su bolsillo y las sitúo en sus rodillas, arrastrándolas de vez en cuando hacia el borde de su falda gris para acomodarla.

Jennie volvió a afirmar, con la mirada clavada en el suelo. Jisoo comenzó a hablar, mientras Jennie se dedicaba a escucharla con extremo esmero y un afecto oculto, que Jisoo no percibía.

Jisoo y Jennie fueron las únicas que dispusieron ir a esta preparatoria, sus viejos compañeros de primaria habían ido a parar a otras escuelas. La única razón por la cual Jennie eligió esta institución fue por la muchacha que se encontraba tranquila a su lado. Jennie estaba completamente encariñada con Jisoo, y a pesar a no haber conversado demasiado en lo años remotos, siempre, de una manera u otra, se hallaba cerca de aquella pelinegra, conocía sus deleites como la palma de su mano, sabía su tipo ideal y lo que más aborrecía.

Jennie estaba irremediablemente enamorada de Jisoo y este año se consagraría a poner en práctica el plan que le había llevado unos tres años completar, si lo hacia a la perfección podría conseguir uno de los tesoros más grandes, el afecto de Jisoo.

La obra que reposaba en su regazo era una particular, "Cómo enamorar a los demás" , cualquiera que haya leído aquel titulo pensaría que Jennie es una tonta y que esta algo chiflada, Jennie no los inculparía, no hay nadie que desprecie estos tipos de ejemplares como ella, pero este texto es especial, pues lo está estudiando exclusivamente para relacionarse con Jisoo, hasta ahora no ha tenido éxito en relacionarse con ella, pues en el verano se sentía demasiado tímida como para siquiera aproximarse a Jisoo, por suerte ahora, quizá ella sea quien se acercara a Jennie, el timbre sonó y Jisoo se despidió de Jennie. Ella se quedo observando el cabello de Jisoo columpiarse de lado a lado mientras caminaba, ya un poco rápido, debido a las ganas de ya comenzar este año escolar.

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