Las ocho de la mañana. Puto madrugón. Era lo que tocaba.
Tenía que levantarme temprano ya que empezábamos las clases hoy, a las 10 de la mañana.
Me levanté y me tiré 10 minutos al menos en frente del armario, pensando que ponerme. Hoy parecía que no hacía mucho frío, así que me puse unos pantalones cortos amarillos, con un top básico negro, y unas cuñas negras. Sencilla. O al menos eso me parecía.
Estaba poniendome los pantalones cuando escuché movimiento en la habitación de Mimi. A ella también le tocaba madrugar. Pero en cuánto oí movimiento, escuché seguidamente llamar a la puerta que nos separaba.
-¿Se puede? Venga entro.-Ella preguntaba, aunque no sirviese para nada.
Menos mal que tenía ya los pantalones puestos. Aunque... la verdad ya daba igual. Estaba en sujetador y con los pantalones, así que pasaría vergüenza igualmente. Su reacción al entrar fue lo más gracioso que me he encontré al levantarme.
-Ostias, perdón Ana Banana. Es que tengo la fea costumbre de preguntar para na'. Ya me voy eh, ahora cuando te vistas hablamos.
Pero cuando se estaba dando la vuelta le llamé la atención.
-Mimi, déjalo. No hace falta que te vayas tampoco. Solo es un sujetador jajajaja. Dime, que quieres.
Pero Mimi, estaba mirándome las tetas. Vamos esto no me lo había imaginado yo, es que estaba mirándomelas. No estaba loca.
-¡Mimi! Aparte de para mirarme las tetas, ¿a qué has venido?
-No estaba mirándote las tetas Ana. Tampoco te flipes eeeh
-Mimi, que te he visto, no mientas. Me molesta la gente a la que le has pillado en algo y sigue mintiendote.-Dije dándole un toquecito en la nariz.
-Bueno, igual un poco si que estaba mirando. Es que cualquiera no se levanta todos los días con estos planos...-Dijo mirándome fijamente y señalándome mi sujetador.-Bueno ya, perdona.-Dijo rascándose la cabeza.
-Esto de que me eches piropos así porque sí, ¿forma parte del pack de ir cogiendo confianza?
-Supongo. Y también supongo que eso de que no te vea muy molesta con mis piropos, sino al revés, también formará parte del tuyo, ¿no?-Dijo mirándome socarrona.
-Touché.-Contesté con el ceño fruncido.
-Bueno, que nos vamos del tema. Que venía a decirte que hemos quedado a las 8.30 para desayunar. Bajas, ¿no?
-Ostia. Que mala eres para poner excusas. Te acabo de pillar enterita. Me metieron anoche en el grupo para quedar durante todo el viaje. En el que TÚ también estás. Jajajajaja.-Dije riéndome a carcajadas.
-No no, joer'. Te juro que no me había dado ni cuenta. No son excusas Ana Banana. Jolín. Encima que estoy pendiente de tí avisándote. Ya no llamo más por las mañanas.-Dijo haciendo pucheros como un bebé.
-Nooo. Necesito algo gracioso por las mañanas. Tú haz como si nada y entra.-Dije haciendo un gesto al aire con la mano.
-Vaya vaya, soy el mono de feria de Ana Banana.
-No. El mono de feria no. Eres mona. Pero nada más.-Dije dándome la vuelta para coger la camiseta.
Mientras me estaba poniendo la camiseta dijo una frase para la que me quedé sin contestación.
-Pues va a ser que quieres que entre para alegrarte las mañanas. Pero no con solo con humor. Parece que te quieres alegrar la vista también.
Cuando acabé de bajarme el cuello de la camiseta, le contesté lo que se me ocurrió.
-¿Pero qué dices? Ui si, me alegras muchísimo las mañanas y la vista con ese pijama de Epi y Blas.
-Pues... me parece que, o te haces la tonta, o realmente no lo has visto.-Dijo yéndose hacia la puerta y abriéndola.-Porque este pijama "de Epi y Blas"-Dijo imitándome.-No está completo.
Y fue cuando me dí cuenta de lo que dijo. Al darse la vuelta para entrar a su cuarto. Vi que solo llevaba la camisa del pijama. Que la tía iba en tanga.
A mí no me da cosa entrar así en tu cuarto. Pensaba que a tí también te daba cosa. Pero ya veo que no. A las 8.30 entro para recogerte, pero ya vestida.-Dijo guiñándome un ojo y riéndose, cerrando la puerta.
La verdad que a este último trozo de conversación no presté mucha atención. Sinceramente, le estaba mirando el culo. Es que dios. Fuera exageraciones. Tenía un culo perfecto. Creo, que era lo único que me faltaba por verle para reafirmar mi teoría de que físicamente era perfecta.
Acabé de vestirme, me pinté un poco,y llamé a la puerta de Mimi.
-Mimi. ¿Estás ya?
-Siii. Un segundo. Pero abre vaya.
Cuando abrí la puerta, estaba metiendo las últimas cosas en la mochila, y ya estaba vestida. Llevaba un peto vaquero con los tirantes tirados, una camisa corta azul y unas vans negras y blancas.
-Al final he tenido que venir yo a por tí. Eres muuuy tardona.
-Sí, un poco tardona y desastre soy. Siempre dejo to' pa' el último momento. Perdona Ana Banana.-Dijo cerrando la mochila.-Uaaaala.-Dijo dándose la vuelta.-Vaya look de ir a clase.
-Boba. No es para tanto. Es sencillo. No me iba a calentar la cabeza mucho.
-Pues cuando te la calientes más incluso que anoche, no quiero ver como estás porque me dan ocho infartos.
-Jajajaja. Another point for me. En piropos tienes mucho arte eh.
-Yasss.
-Tú también vas muy guapa.
-Meh, arregla' pero informal.
Bajamos a desayunar con los chicos. Bendito buffet. Que rico todo. El desayuno de allí o sienta muy bien, o está riquísimo y punto.
Salimos de allí infladas. Menos mal que había 30 minutos andando para bajar el atracón.
Llegamos allí antes de tiempo, pero ya nos estaban esperando. Así que entramos.
Nos presentaron a una chica que se llamaba Susana. Era la que organizaba las clases de la academia. Nos explicó que nos separarían por niveles. En ese momento se me acercó Mimi por detrás y me dijo al oído:
-Eres la típica listilla con pinta de tenerlo todo controlado, pero no sé yo si aquí me podrás superar. El inglés es un fuerte mío, dentro de mis capacidades de super dotada.-Dijo con aire de orgullo, riendo.
-Bueno, ya veremos.
Susana estuvo explicandonos un par de cosas más.
-Bueno como sois bastantes, haremos 4 clases, de 25 alumnos cada una. Una será de un nivel básico, A2, para aquellos que quieran empezar de cero con nosotros, o para los que no tienen titulación de niveles más altos. Otras dos serán de B1 ya que hay bastante más gente con este título que con otros. Y la última de B2: la de los pro, como aquí decimos, jajajaja. No hemos puesto un C1 porque por ahora solo hay gente con un máximo de B2, pero quién sabe, igual el año que viene los hay.
Susana estaba diciendo los alumnos de cada clase y dándonos la programación de estas dos semanas, cuando Mimi, que había estado a mi lado todo el rato, me dijo:
-Bueno,ya ha pasado la clase de A2, que raro que no te hayan llamado.
-Ya verás.
Las del B1 pasaron y Mimi me miró sorprendida y divertida.
Cuando estaban diciendo los nombres de los de B2, llegó el momento.
-Antonio Ruiz, Miriam Doblas y por último... Ana Guerra.
-Ahí la llevas.-Le dije a Mimi golpeándole en el hombro.
-Pero esto es tongo. No has venido ni un año aquí, yo estoy en B2 porque llevo cuatro, ¿pero tú? Lo has pagado fijo Ana Banana, esto es tongo. Pero te advierto que te costará seguirme el ritmo.-Dijo maliciosa.-Tú has venido aquí para restregar tu inteligencia y tus títulos a los demás, ¿a que sí?
-¿Sabes que aparte de esto hay sitios que se llaman academias y a los que se va todas las semanas para prepararte un título? Y no, no vengo para restregar nada a nadie. Vengo a aprender y a pasármelo bien, como tú, sabelotodo.-Dije dándole una colleja.
-También es verdad, coño. No había caído antes. La competitividad me ha cegado.-Dijo riéndose.-En la habitación juntas, en clase también... nos quieren juntas. Hacemos un buen team.
-Eso parece.
Entramos en clase y Mimi se sentó en la última fila. Yo me fijé y cogí rápido, pero disimulando, el asiento de al lado suya. Cuando me vió sentarme, se me acercó seria.
-Oye, Ana. Que porque haya dicho todo eso del team y tal no significa que tengas que estar todo el rato conmigo y no puedas tú conocer gente ni nada. Osea, que si te quieres sentar con otras personas que me da igual eh. Que no pienses que tienes que estar a mi lado porque sí.-Dijo mirando al suelo.
Mimi cuando se ponía así de considerada, era lo más adorable del mundo. Siempre estaba en todos los detalles y no hay cosa que se le escapase para que yo me pudiese sentir a gusto.
-Eso son bobadas. Ya sé que no tengo que estar a tu lado todo el tiempo, pero quiero. Ya conoceré gente, tranquila. Bueno, conoceremos. Tenemos dos semanas. No me insinues más veces que estoy siempre contigo por pena porque no es así. Me gusta pasar tiempo contigo. Tú también tienes muchos más amigos que yo, y sin embargo siempre te veo a mi lado, y no pregunto, aunque sienta que te aparte de ellos. No quiero ponerte en algo incómoda solo porque me esté integrando en el grupillo.
-Me alegro de que no preguntes. Porque pienso lo mismo que tú si me preguntases. Ha sido una suerte que te haya conocido porque eres algo diferente a los demás y a lxs amigxs que yo he solido tener y eso me gusta, y me encanta pasar tiempo contigo Ana Banana. Estoy a gusto, tranquila.
Después de hablar Mimi, las dos se miraron fijamente, sonriendo, en un silencio cómodo, que fue interrumpido cuando entró la profesora.
Explicó la temática de las clases. Alternarían un día dando teoría y haciendo ejercicios con otro haciendo pruebas por la calle, gymkanas, para relacionarnos con gente de allí y manejar el idioma. Y también habría un día de descanso, que sería el jueves, aparte del domingo, el cuál era festivo. Estábamos a lunes, así que todavía quedaba un poquito jajajaja. Me alegraba saberlo, así podría aprovechar el jueves para ver todos esos sitios que me parecen curiosos y demás.
La mañana transcurrió normal. En clase nos presentamos todos y nos conocimos un poco más. Luego fuimos a comer a una hamburguesería famosa de la zona. Estando allí, Mario propuso llamar al hotel para reservar la sala de cine y ver todos una película allí y pasar la tarde tranquilos. Ya tendríamos más días para movernos. A todos nos pareció buena idea así que fuimos directos al hotel y Mario hizo una llamada por el camino y reservó la sala. Las discusiones llegaron cuando Mario dijo que había escogido como película El diario de Noa, diciendo que tenía ganas de verla otra vez. Por lo visto, la había visto 8000 veces, y sus amigos empezaron a bromearle diciendole que esa película tan hetero no le pegaba a él comparado con lo que hizo anoche. Él les hacía peinetas todo el rato y les recordaba que él era bisexual. Jajajaja. Estábamos todos riendo a carcajadas. Me encantaba el humor de esta gente, en serio.
Cuando llegamos, algunos subimos a ponernos algo más cómodo, ya que no íbamos a salir más en todo el día.
Yo subí y me cambié las cuñas por unas chanclas y me puse unos pantalones de deporte.
Mimi salió de su cuarto para recogerme y la cabrona se había cambiado, pero seguía guapísima.
Se había puesto una sudadera larga negra con unos pantalones cortos a juego y sus inseparables Vans. Ese rollo casual que tenía de ponerse cualquier cosa y que aún así le quedase bien me mataba. Me encantaba en ella.
Bajamos y todos ya estaban sentados. Mario estaba poniendo la película. Solo quedaban el sofá del final. Así que fuimos a sentarnos allí.
-Aquí no se verá nada la película Mimi jajajajaja.
-Me ves a mí, que es cien veces mejor que una película. ¿Qué más quieres Ana Banana?
-Creída...
Nos sentamos una a cada extremo. La película era larga, y yo no me puedo estar quieta tanto tiempo. Así que cambie de postura, y me tumbé del mismo lado que Mimi, pero no había mucho sitio, y estaba encogida porque no quería darle a Mimi. Pero como si pudiese leerme la mente otra vez, me cogió de la cintura y tiró de mí hacía arriba.
-Anda, ven aquí. Que estoy sufriendo de verte ahí encogía' y eso que llevas 5 minutos.
Me tumbó encima de sus piernas, quedando las dos de la misma postura. Básicamente, pero sin quererlo, haciendo la cucharita jajajaja. Seguramente ella no viese nada con mi cabeza, pero no se quejó, sino que me acariciaba la cabeza durante toda la película. Y, en un momento que estaba distraída, me dió un beso en la coronilla. Puta, me estaba poniendo muy difícil el no lanzarme a ella. Era tan tierna.
-Duérmete si quieres. Si aquí no te ve nadie, y lo estás deseando.
Asi que, instintivamente y medio adormilada, me di la vuelta y me baje un poco, dejando mi cabeza en su pecho, y abrazándome a ella. Al menos mientras dormía, que pudiese ver la peli la pobre. Antes de volver a dormirme, vi como sonrió cuando me abracé a ella. Cosas así me mataban. Se que estaría loca por pensar todo esto. Pero era alucinante la sensación que sentía a su lado. Y tan solo llevaba conociéndola 3 días y poco más. Pero otra parte de mí me deprimía al pensar que ella no sentía lo mismo que yo. Me aterraba eso. Pero a veces, por cosas así, sentía que sí, que lo nuestro era mutuo. Ojalá.
Acabamos la película y fuimos a cenar. La noche fue muy tranquila. Tomamos algo después en la terraza del bar del hotel y luego nos subimos temprano. Mañana teníamos que madrugar otra vez. Cuando me iba a dormir, Mimi estaba apoyada en el marco de la puerta que nos separaba.
-Bueeeno, mañana toca otro madrugón. Para mí las 8 es muy temprano tío. No hay derecho. Y encima pa' estudiar. Como no estoy hasta el toto de estudiar tanto tiempo, pues más.
Yo estaba de espaldas a ella, rebuscando en mi maleta.
-Ya. La verdad yo lo paso muy mal. Pero bueno si viene la monitora a despertarme se pasa mejor el trance jajajaja.-Dije mirándole de reojo divertida.
-Así que la monitora... bueno, me ha dicho que mañana intentará pasarse por aquí.
-Joder, puta... que mala pata.
-¿Qué me has dicho?-Dijo Mimi extrañada.
-Ah, jo. Nada. Perdona. Era a la maleta.-Dijo Ana dándose la vuelta.-Es que estaba buscando algo largo para dormir y no lo encuentro. Se me habrá pasado mirar en algún lado. Estoy adormilada.-Dijo frotándose los brazos del frío.
-Toma.-Dijo quitándose su sudadera.-Esto es gigante y calentito. Supongo que te servirá.
Yo le cogí dudosa la sudadera.
-¿Seguro que no te molesta que te la coja? Me sabe mal. Son cosas tuyas.
-Que vaaa. Eso son tonterías. Quedátela las noches que te haga falta. Tengo de sobra.-Dijo sonriéndome.-Anda trae.
Cogió la sudadera, y me la puso ella. Sin esperarmelo.
Cuando ya la tenía puesta. Se paró y me quitó el pelo revuelto de la cara y me puso bien la sudadera.
Buenas noches Ana Banana.-Dijo agarrándome la cara.-Que descanses. Si se puede más todavía. Jajajaja. Dormilona.
Y sin esperarselo aún más Ana, Mimi le dió un beso en la frente.
Ana, con mil sentimientos revueltos, cogió y le estrechó entre sus brazos. Se aferró a su cintura. Ella era más chiquitina que Mimi abrazándola, a su lado.
-Buenas noches. Gracias por todo, Mimi.-Dijo casi en su cuello.
Tras separarse lentamente, ambas se miraron sonriéndose mutuamente, hasta que Mimi cerró la puerta.
Otra noche que se iban ambas con una cantidad brutal de sentimientos removiéndose por su cuerpo. Sin querer madrugar, pero deseando hacerlo.
Solo por verse la una a la otra. Ese pack mágico. Ese pack eran ellas.
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Bueno, siento mucho haber tardado tanto en actualizar. Acabo de empezar el curso y estoy bastante atareada. Pero de vez en cuando me tendréis por aquí con muchas ganas de escribir. Lo prometo.
Comentadme que os parece la historia y que tenéis ganas de ver.
Siempre os estaré agradecida por leerme.
Desde el respeto y la fantasía. :)