Capítulo 13: la gymkana.

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Miércoles

El martes transcurrió con bastante tranquilidad. Los chicos fueron a clase por la mañana y estuvieron empezando con algunas pruebas iniciales para recordar, y por la tarde, fueron a una excursión al zoo la cuál les regalaba la propia academia. Aquello fue alucinante y los dejo a todos maravillados.
Pero lo asombroso del día fue la amistad tan estrecha de Ana y Mimi. Algunos de sus compañeros se habían dado cuenta de que había una conexión especial pero ninguno se atrevía a decir o preguntarles nada. A cada rato, ambas se separaban del grupo, o cuando no, estaban bromeando o a su aire, sin percatarse de las miradas de los demás. No les hacía falta nada más que ellas mismas.

El día comenzó animado cuando Ana abrió la puerta de Mimi sin avisar, con un silbato en la boca, saltando y pegando pitidos como una loca.

-Vengaaa, arribaaa, la monitora ya está aquiii.-Decía aproximándose a la cama de Mimi.

La granadina, sobresaltada, dio un pequeño respingo.

-Yo te juro que te mato Banana.-Dijo riendo con los ojos entrecerrados.

-¿No dijiste que querías que viniese la monitora?-Dijo sacando la lengua.

-Joder, pero pensaba que no lo harías.

-Ayer no lo hice para que te confiases. Así, era más emocionante. No te lo esperabas.

-Muy inteligente. Me ha gustado tu plan. Y, además, por suerte para tí, no tengo mal despertar.-Dijo sonriendo.

Joder, y aunque tuviera mal despertar no podría sacarlo con Ana despertándola. Le había cogido cariño a su sudadera según le dijo ayer, y se la ha quedado para dormir. Y claro, ver a Ana aparecer en la puerta con su sudadera, era todo lo que se necesitaba para empezar la mañana bien para Mimi.

-Por cierto, Banana ¿de dónde coño has sacao' el silbato?

-Jajajajaja, de recepción. Tengo recursos para todo.-Dijo orgullosa.

-Sí, sí. Recursos. Vete a saber quien ha podido chupar eso.-Dijo señalando el silbato con asco.

-Pero mira que eres tonta.-Dijo dándole un golpecito en la cabeza.

En ese momento Mimi le cogió de la muñeca y la tiró en la cama con ella, haciéndole cosquillas.

-Mimi, para por favor, me voy a moriiiir.-Dijo a carcajadas.

-A mí nunca se me insulta, ¿queda claro tonta?

Estaban la cara de una a 1 cm de la cara de la otra. Mimi estaba casi encima de Ana, con su pelo colgando sobre sus mejillas. Las dos se quedaron en absoluto silencio, paralizadas. Pero Ana rompió el momento.

-Vaaale, queda claro.-Dijo girando la cabeza hacia un lado e incorporándose.-Será mejor que nos pongamos presentables ya, que hay cosas que hacer.-¿Nos vemos en... 15 minutos?

-Perfecto.-Dijo Mimi muy simpática.

A las 9.15 ya estaban todos desayunando en el buffet. Ambas como siempre, juntas hasta desayunando, entre bromas y risas. Y, que no falten sus aguacates.
Mientras iban a la academia, en una de las bromas, Ana le cogió la mano para tirar de ella. Pero, lo que Mimi no se esperaba, era que después siguiese con su mano cogida. La canaria siguió todo el trayecto así, y Mimi no iba a ser quien se quejase de eso.
Cuando llegaron, la profesora les explicó que esa mañana iban a hacer una gymkana y que esta seria por parejas. Y, no fue sorpresa, que Ana se posicionase en seguida al lado de Mimi. Esta también iba a irse a su lado, pero se alegró mucho más al ver que ella tenía la misma idea.
El juego consistía en que tenían un cuadernito con pistas, y cada una era un sitio de la ciudad, allí tendrían que preguntarle a cualquiera la pregunta que hubiese en el cuadernillo, y así hasta obtenerlas todas. La pareja que ganase sería la que tendría una excursión a unas cataratas que había cercanas a Brisbane.

Dispuestas a darlo todo, Ana y Mimi comenzaron a averiguar la lista de calles, y cuando las tuvieron todas, se fueron a cada una a preguntar. La estrategia les fue mejor de lo que pensaba y obtuvieron todas las preguntas en menos de una hora y media.
Afortunadamente, fueron la primera pareja en conseguirlo, y por tanto las ganadoras de esa visita, la cuál sería el sábado. Así que tendrían el fin de semana de "descanso" entero.
Ambas estaban muy contentas y no paraban de dar saltitos. Parecían dos niñas pequeñas.

Cuando acabaron todos la gymkana se fueron a comer a un restaurante cercano. Y, mientras estaban comiendo todos juntos, en el otro extremo de la mesa, Mario hablaba con Raquel y Raoul.

-Estás dos tienen muuucho tonteo, y si no se han dado cuenta ellas se lo digo yo eh.

-La verdad que al principio pensaba que habían hecho buenas migas muy rápido y ya está. Pero ya no. Conozco a Ana y ella suele ser simpática siempre, pero nunca saca su lado tan blando, a no ser que sea con su novio, y contando con la suerte de que estén bien.-Dijo Raquel mirándolas.

-Ostias, ¿que tiene novio? Pues como follen se viene peleón.-Dijo Raoul emocionado.

-Cállate gilipollas.-Dijo de reojo.-Tienes razón Raquel. Yo conozco a Mimi y ella suele ser super chula y super dura, y, la verdad, ahora no la estoy viendo así para nada.

-La verdad que pegan muchísimo.-Dijo Roi añadiendose a la conversación.

-Vaya decepción eh. Con lo que te molaba "Anita" jajajajaja.-Dijo Raquel.

-Cretina...-Dijo Roi.-Se nota que se gustan, y joder, me alegro. Nunca estropearía algo así.

-Hacen parejaza.-Dijeron Raoul y Mario al unísono. Al darse cuenta, ambos rieron juguetones.

Ninguno de los 4 había olvidado que Lucía no había entrado en la conversación, y que sería por celos. Todavía no había superado a Mimi aunque ella dijese que sí.
Alfred, mientras tanto, solo se limitaba a mirarlas risueño y sin importar los chismes.

Por la tarde, volvieron a la zona del hotel y estuvieron en un parque cercano, donde descansaron hasta poco antes de la cena, cuando se marcharon. Los chicos no daban crédito ya que Ana se había pasado toda la tarde en el césped tirada casi encima de Mimi, y esta acariciándole el pelo. Relajadas, en silencio. Se notaba que era un silencio de esos cómodos, de los que con pocas personas se consiguen. Cualquiera que las viese y pensase que eran pareja, tenía sus motivos. No era para menos.

Qué bonito que todos pudiesen observar esa conexión tan brutal que habían tenido desde el principio. Ahora solo faltaba que ellas también lo expresaran, porque también lo sentían.

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Bueno, por fin aparezco por aquí. Bachillerato es agotador y de vez en cuando cojo el móvil. Así que, tened paciencia por favor. Creo que pronto volveré con un capítulo que os gustará mucho. :)
Gracias por leerme. ❤





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