Capítulo 16: pensar.

374 14 0
                                    

Mimi
Ya nos quedaba poco para llegar al hotel, ya que hoy teníamos que irnos pronto porque mañana madrugamos con las clases.
Estaba deseando llegar a nuestra habitación para poder hablar con Ana. Me da igual si ella no iniciaba la conversación, yo no pensaba quedarme más tiempo con la duda.
En el camino de vuelta estuvo acompañada de Roi (otra vez). Ese tío era un sobas. Me caía bien, pero con el tema Ana estaba siendo pesado. No paraba de rodearla con su brazo y no la dejaba separarse de él ni un puto segundo.
No sé por qué, pero lo hice, me fui a hablar con Lucía.

-¿Se puede hablar ya contigo o vas a seguir con rabietas como la del otro día en el pub?

-Supongo que ya no seguiré así, pero, ¿para que quieres hablar conmigo? Que pasa, ¿que ya te has cansado de tu amiguita Ana?

-Para nada. Pero hay que socializar y hablar con todo el mundo, ¿no?

No sé si eran cosas mías, pero en cuánto me había acercado a Lucía, noté la mirada de Ana puesta fijamente sobre nosotras. Iba un poco más atrás nuestra.

-Sí claro, lo malo es que socializas demasiado con la más petarda del viaje. Y si estás aquí es por algo seguro.

-Lucía, ni se te ocurra volver a insultar a Ana.

Volví a girar la cabeza y la ví distraída, mientras Roi le hablaba. Ella estaba en otra cosa, su mirada estaba perdida. Hasta que me pilló mirándola. Así que giré la cabeza lo más rápido que pude para volver a la conversación con Lucía y no morirme de la vergüenza allí mismo.

-Qué pasa, ¿que te molesta? No la defiendas tanto, ni te hagas ilusiones con ella. Aunque tú es raro que te las hagas con alguien. Es una chavala caprichosa que se ha fijado en tí y que no quiere nada contigo, solo experimentar. Te está dando falsas esperanzas.

-Mira, de verdad que no sé para que he venido a hablar contigo. Vete a la mierda. No sabes nada de lo que dices, y encima vas juzgando a la gente. Tú si que eres una niñata.

-Oye, per -me fuí al instante y la dejé con la palabra en la boca.

Cuando llegamos a la habitación, me duché, y me cambié y me puse una camiseta a modo de vestido.

Me puse las chanclas y fui directa a abrir la puerta que comunicaba la habitación de Ana con la mía.

Di un par de golpecitos antes de entrar, por si las moscas. Abrí y estaba peinándose, frente al espejo que había al lado de la cama.

-Ana, ¿no me vas a dirigir más la palabra en todo el viaje? Y bueno ya que estamos, ¿en toda la vida?

Ella, sorprendida ante mis palabras, acabó de peinarse y se dio la vuelta para responderme.

-¿Por qué piensas que ni te quiero dirigir la palabra? A veces me da la sensación de que te montas tus propias películas, Mimi.-Dijo alzando los brazos.

Sí claro, ahora iban a ser mis putas películas el problema, y no que ella llevaba evitándome desde "ese" momento.

-No me monto ninguna película Ana. Es más, soy más realista de lo que me gustaría. ¿Crees que no me he dado cuenta que desde que nos hemos besado has estado distante conmigo?-Ella hizo amago de querer interrumpirme- No no, me vas a dejar explicarme. Sé que tu situación es muy complicada y que sentir algo por alguien que no es tu pareja ahora mismo es lo que menos puede favorecerte. Que bueno, qué sé yo, ni siquiera sé si sientes algo por mí. Igual soy yo una estúpida ilusa, y solo querías ser buena amiga conmigo. Pero si se diese el caso de que tú sientes algo especial por mí y que nuestros sentimientos son mutuos, ¿por qué tras besarte has dejado de hablarme? Entiendo de verdad que estes rayada por muchísimas cosas ahora mismo y que tu cabeza y tu interior sea un puto caos ahora, pero eso es lo que me mosquea: que esta distancia que has querido hacer notar esta tarde-noche, haya sido por lanzarme a besarte, y no por ninguna rayada ni porque tú sientas algo por mí y no sepas que hacer.-Dije exhausta, gesticulando demasiado para tratar de justificar mi númerito.-Lo que quiero decir es que, si lo que has hecho te preocupa, pero no es nada provocado por mí, me gustaría ayudarte y que lo hablásemos, porque de verdad que te entiendo y entiendo la situación. Pero lo que no aguanto es que estemos... sin hablar. Me mata eso, Ana.

Tras soltar ese mini discurso, la cara de Ana pasó de ser un semblante completamente neutro, a algo sorprendido.

-Vista la situación, mira, te voy a ser sincera, porque me importas y porque no quiero hacerte daño.

En esa frase me rompí, esperándome lo peor.

-No he hablado apenas contigo tras nuestro... beso -Hizo un gesto señalándonos a ambas- porque estaba preocupada pensando en lo que pueda pasar de aqui en adelante en mi vida. Pero que ninguno de esos problemas me los has provocado tú eh, de verdad.
El caso es, que no he querido contarte ninguno de mis pensamientos porque pienso que te daría demasiado la lata calentándote la cabeza con algo que no es tuyo, y que igual pensabas que sería una paranoica.

Tras su confesión me quede bastante sorprendida, y algo apenada por ella. O sea, que ella no ha querido contarme ninguno de sus pensamientos para no calentarme la cabeza. Pero por favor, si Ana supiese que para mí cada palabra que sale de su boca es un jodido mundo, y que todo lo que me cuente, hasta el más mínimo detalle, me interesaría. Ana estaba muy equivocada. Ella me gustaba como nunca me había gustado nadie.

-Oh... lo siento Banana, de verdad. Pensaba que ya no querrías verme nunca más o que querías mantener más las distancias, perder la relación, no sé... mil cosas. -Dije rascándome la cabeza- Pero bueno, como tú has dicho, yo también voy a ser sincera contigo. Nunca te calles ninguno de tus pensamientos solo por creer que me molestas. Para mí todo lo que me cuentes es interesante. Y, en este caso, estoy dispuesta a ayudarte en todo lo que esté en mi mano para que tu futuro sea bueno, me incluya este a mí o no, eso es lo de menos. Lo importante eres tú. Y si lo nuestro no puede ser posible, lo entenderé, aunque me duela y me joda lo más grande. Porque sé que podríamos tener una vida juntas de la hostia Ana. Pero cada persona toma sus decisiones, y eso es así.-Acabé de decir esa frase agachando la cabeza, mirando hacía el suelo, muerta por el embarazo de la situación. Pero, sabía que tenía que sincerarme, y era ahora o nunca. Ana no era una oportunidad que pasase varias veces.

Conforme pasaban los segundos, Ana se acercaba más a mí, hasta que rodeó mi cuello con sus brazos. Yo estaba realmente alucinada ante aquel gesto, así de repente.

-Mira, con todo tu "speech" de ahora-dijo entre risas-me has hecho reflexionar. Me han bastado solo estos minutos para saberlo. No sirve de nada mantener distancias contigo, porque solo han sido unas horas, y me sentía una estúpida. Después del día tan fantástico que habíamos pasado las dos solas, yo lo he echado a perder de un momento para otro en cuanto han llegado los demás.-Dijo culpándose a sí misma, mirando para otro lado.-
La cosa es, que mientras te oía hablar, he pensado que si tengo que decidir entre hacer lo correcto o hacer lo que me haga feliz, haré lo segundo. Pero eso sí, he decidido que quiero hacer las cosas bien, y que cuando llegue a Madrid le contaré a Jadel toda la verdad, y le diré que lo nuestro se ha terminado. Llevábamos bastante tiempo conviviendo de muy mala manera, y la relación no avanzaba. Aunque el motivo más grande-dijo sonrojándose y mirándome fijamente- eres tú. Te prometo que nunca me había despertado nadie tantos sentimientos, y que estos fuesen encima tan agradables. Te considero la verdad un regalo, y, aunque yo no lo creyese, creo que has aparecido en uno de los momentos más importantes de mi vida, y que por algo ha sido. Pero aunque todo esto sea cierto, no quiero ni mucho menos, que te culpes de la ruptura que yo tenga con Jadel.

En ese momento, lo único que os puedo confesar es que el mundo se me cayó a los pies de Ana. Bendito momento en el que habíamos decidido sincerarnos las dos en aquella pequeña habitación. En el fondo, esta conversación ha sido lo más sano para nosotras, y lo que más necesitabamos. No os miento si os digo que esperaba que Ana me rechazase, o que me dijese que solo podríamos ser una simple aventura de un viaje. Pero para nada ha resultado ser así, y yo de verdad que rebosaba de felicidad. Era raro en mí que estuviese alegre por algo relacionado con el amor. Yo, la que nunca creía que iba a enamorarse, lo he hecho, y joder, que rápido. Pero sé que merecerá la pena, pase lo que pase.

------------------------------------------

Bueno, como os prometí, aquí tenéis otro capítulo. Espero que os guste tanto como me ha gustado a mí escribirlo. Creo que he desahogado bastante a las dos protagonistas en el aspecto sentimental, y que eso les ha venido bien a ambas.
Por cierto, he cambiado la portada, y sinceramente, me encanta! La ha hecho mi amigo @ sergiogarriido , y le ha quedado genial. ¿Qué opináis?
Y bueno, como siempre os quiero dar las gracias por dedicarle tiempo a mi historia y acompañarme en ella. ¿Os está gustando la manera en la que está siguiendo? ¿Qué esperáis que pase? Os quiero leer en los comentarios! :)

NUESTRO DESTINOWhere stories live. Discover now