Lágrimas de Sal

By AracellyMakepeace

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Yuri es un Tritón y después de ser rescatado por el océano conocerá a un grupo particular y a Viktor que luch... More

Introducción
I: Adiós a mi antigua vida
II: nuevo hermano
III: Viktor Nikiforov
IV: Primer naufragio
V: Otabek
VI: Lágrimas de Sal
VII: Seguir
VIII: el secreto de Viktor
IX: De vuelta a tí
X: se desata el desastre
XII: Sacrificio
XIII: Adiós Otabek, adiós para siempre

XI: nueva condena

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By AracellyMakepeace

Sacamos a Viktor del agua, este no respondía ninguna de nuestras preguntas solo sollozaba

-¿Estamos seguros? - fue todo lo que digo entre sollozos

-Sí -respondió Chris-. Estamos debajo del puente de Manhattan. Tan tarde no suele haber gente. Además, el ruido de los coches cubrirá nuestras voces, así que no hay problema. ¿Dónde has estado? -repitió, poniéndose de pie, frunciendo el ceño y apoyando las manos en las caderas.

Yo solo me arrodille poniéndole una mano en el hombro, no sabia que mas hacer para tranquilizarlo-Sabemos que lo del crucero te conmocionó, pero no tenías que marcharte.

-Amordácenme -nos dijo de repente.

-¿Qué? -dijo Sala.

-Amordácenme. ¡Por favor!

Chris se rasgó la camisa y le ató una tira de tela alrededor de la cabeza. La agarró con fuerza contra la boca y solté el grito más potente que he escuchado. La crudeza gutural de aquel alarido no tenía nada que ver con la delicadeza de nuestras voces, pero fue un grito honesto, más acorde con lo que era realmente. Lentamente, se apartó de la boca la tela de la camisa.

-Me ha añadido sesenta años. Sesenta años que sumar a mi sentencia.

Chris soltó un improperio. Sala contuvo una exclamación. Yo solo lo abrace. -Lo siento mucho. Pero al menos estás vivo.

-¿Lo estoy?

Me puse de pie. -Venga, vamos a casa.

Sentía una pena tremenda por mi hermano, se lo pasaba llorando en un rincón, hasta que no lo aguante mas y la fui a ver. Me sumergí en el mar.

-Yuri

-¿Porque hiciste esto Lilia? ¿para que le subes la condena? - se quedó quieta tal vez impresionada por mis palabras

- No vienes nunca a mi y solo lo haces para pelear.

- Callate y contesta, mejor lo hubieses matado ese sería un buen castigo

- Adoro a Viktor. Lo amo.

- Tu no amas a nadie y nadie te ama a ti, por que tu no eres humana y ¿sabes que? todos te odiamos- Sali del agua, sentí como esta se volvio fria como si le doliera lo que le dije.

Después de eso nos volvimos a mudar cuando un vagabundo atacó a Mila y esta le dijo que la soltara y este saltara al mar.

Sala quería venganza contra sus padres que la abandonaron a su suerte para morir y a pesar de que el correcto Viktor nos lo negaba al final termino aceptando, fuimos a Italia, Sala, Mila, Chris y yo. Obviamente no podíamos usar nuestra voz o Lilia se enteraria. Llegamos al lugar, era muy bonito, quizas podriamos vivir en un futuro en este lugar, eran calles muy estrechas pero todo en el ambiente se respiraba el romanticismo de las casas colgaban enredaderas y flores, pero Sala parecía no disfrutarlo. Llegamos a un casa y ella nos hizo señas de seguirla. Vimos a su padre, estaba en el patio, al parecer era el único que se encontraba, Sala entró a la cocina y robo un cuchillo, enviamos a Mila para que lo engatusara y la acompañara a un lugar solitario. Es tonto lo fácil que cayó, nosotros lo seguíamos acechando, cuando nos alejamos mucho, Sala apareció, el hombre se puso pálido y tartamudeaba.

- T...Sa...Sala...deberías estar muerta. - Sala dejó ver el arma y este retrocedió para escapar pero al girarse vio que lo teniamos rodeado. - Hija- se giró hacia ella- hija, perdóname, por favor.

Era patético si me preguntaban, Sala se acercó - no soy tu hija- le digo en un llamado mudo y todo acabo.

Sala soltó el arma como si le quemara, Mila corrió a consolarla mientras Chris y yo, nos deshacemos de él. Esa misma tarde tomamos el vuelo de regreso para que Lilia no sospechara, yo me dedicaba a escucharla. Al llegar Viktor nos esperaba.

Cuando Sala lo vio, dejó caer la bolsa y atravesó el aparcamiento corriendo a toda velocidad, con su melena negra con brillos púrpura al viento. Se abrazaron con fuerza, haciendo esfuerzos para no reír. Vi como le susurraba algo. Entramos al coche.

-¿Lilia no sospecha nada?

-No -le asegure-. La he estado escuchando. Parece que no se ha enterado de nada. Pero yo no veía la hora de llegar a casa. ¿La has oído esta mañana?

-Sí. Tiene hambre.

El llamado para el canto llegó. Llegamos al lugar y cantamos esta vez no hubo ningún escándalo pero cuando terminamos Sala se puso a llorar.

-Los gritos son terribles -sollozaba Sala.

Mila miró a Viktor antes de inclinarse para hablarle al oído: -No has hecho nada peor de lo que le hiciste a tu padre.

-¡Pero él se lo merecía! -gritó desconsolada.

Lilia rugió a nuestras espaldas, tirando de nosotros hacia el fondo. -¡¡¿Qué?!! -bramó.

Sala se agarró a Mila. Viktor se puso a temblar. Tanto trabajo para nada.

-Les dije que no. ¿Cómo pueden haber hecho algo así?, exclamó con toda su furia y su poder mortífero en la voz.

¡Porque no tenías razón! -La acusación de Chris resonó en nuestras cabezas-. Yo he estado en casa de Sala. He visto lo cruel que era su padre, pero ahora ese recuerdo ha desaparecido. Lo hemos destruido. Ninguno de nosotros podíamos permitirle vivir en el mismo mundo donde vivían los que habían abusado de ella. Ahora han desaparecido, nadie tiene nada que decir, y tú sigues teniéndonos a tus órdenes.

-Viktor, ¿tú lo sabías?, dijo Lilia, herida ante la posibilidad de que este la hubiera traicionado. Miro alrededor, a cada uno de nosotros, y sentí miedo, otra vez, esta no es manera de vivir.

-Sí. Yo no fui, pero las ayudé.

-¡Tenías que evitar que lo hicieran!

-No podía vivir con el dolor de Sala. Desde que ha vuelto está mucho mejor. Ahora su segunda vida es de verdad. Ha vencido a sus demonios y es toda tuya.

-¿Qué voy a hacer ahora con ustedes?

-¿Sentenciarnos a una condena más larga? -respondió Chris, burlón-. ¡Eso si que sería inteligente! Tener cuatro chicos rebeldes a tu lado. ¡O, mejor aún, matarnos a todos! Entonces, ¿a quién tendrías a tu servicio?

No, no puedo eliminarlos a todos, confirmó Lilia, con un tono frío y mortífero. Arrancó a Sala de los brazos de Mila, aferrándola con una tenaza hecha solo de agua. Sala gritó, intentando agitar los brazos, pero estaba completamente paralizada.

-¡No!, suplico Viktor.

¡Para!, le rogó Mila.

-Están advertidos. No los puedo eliminar a todos a la vez, pero sé la devoción que sienten por ella. Rompan mis normas una vez más, y ella pagará el precio.

El rostro de Chris se retorció de rabia, esperando que nos devolviera a Sala.

-¿Alguien más tiene que confesarme algo? Muy bien, pues -decidió, lanzando a Sala los brazos de Mila, que la recogió. Chris fue a su lado-. Ahora vuelvan a casa. Sin dar rodeos.

Todos nos giramos y nos fuimos sin decir más.

Lilia se ha ganado el odio de todos.

Falta poco para el final, ¿que pasara con Yuri ahora? ¿A tan poco de terminar su condena?

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