Mas allá de la muerte.

By Angel12killer

67.8K 5.1K 1.3K

Allá dónde acaba la vida, y donde empieza la nueva alegría, se encuentra ese otro mundo debajo de nuestros pi... More

Prólogo.
Capítulo 1~ La llegada al descanso.
Capítulo 2~ ¿Realmente eres tú?
Capítulo 3~ Lo que más puede dañar.
Capítulo 4~ Una bella noche para pensar.
Capítulo 5~ Lo que se oculta tras los años.
Capítulo 6~ Cuesta creer.
Capítulo 7~ Las lágrimas han acabado.
Capítulo 8~ ¿Engaños?
Capitulo 9~¿por qué la vida es así de injusta?
Capítulo 10 ~¿Qué tan poco valgo?
Capítulo 11~ Difícil decisión.
Capítulo 12~ ¿Una fiesta?
Capitulo 13~ El más grande corazón.
Capítulo 14~ Decisiones extremistas.
Capítulo 15~ La decisión final.
Capítulo 16~ Adiós, Emily.
Capítulo 17~ Nuevos comienzos, posibles finales.
Gracias por todo uvu
Capítulo 18~ El terrible final de lo más amado.
Capítulo 20~ El gran final.
Epílogo.

Capitulo 19~ ¿Qué hay ahora?

1.6K 127 50
By Angel12killer

Víctor pagó todo. Un gran funeral, una hermosa ceremonia, un entierro digno de su hijo. Dejó mucho dinero en el camino pero ya no le importaba. Todo ese dinero ganado durante estos años que iba a un ahorro familiar que había iniciado con Victoria desde que se casaron estaba siendo gastado en que su hijo por lo menos tuviera algo hermoso en sus últimos días en la tierra, antes de que su pequeño cadáver fuera transportado a aquel otro mundo.

Víctor había conocido que había después de la muerte, pero por alguna razón aún así estaba triste. Sabía que Vincent no tendría un castigo terrible y estaría en la eternidad en alguno de esos dos sitios que había conocido, pero de todas formas era una terrible pena, ya que solo vivió pocos años conociendo la hermosura de un mundo vivo y alegre, el sentir de su corazón latiendo, la alegría de escuchar a tus seres queridos también vivos, sus manos cálidas, sus abrazos llenos de cordialidad, la felicidad de crecer y estudiar muchas cosas, aprender a pintar, escribir libros, tener un trabajo, incluso enamorarse y tener un hijo. Todo lo que la vida te otorga ya no podría experimentarlo, ya que su paso por esta tierra fue más fugaz que una estrella y se había llevado con el su felicidad e inocencia. Un niño tranquilo y amoroso, sin culpa alguna por las decisiones que habían tomado sus padres se había marchado por un error, un terrible error que Finis Everglot aún no pagaba, ya que había huido del pueblo por recomendación de su fría esposa que ya pensaba que Víctor haría hasta lo imposible por vengarse y refundirlo en una celda toda su vida.

Pero Víctor ni siquiera había podido salir de su cama. Es más, ni siquiera había podido ir al funeral de su propio hijo, no le dió un entierro, no lo vio por última vez, estaba dañado y triste, sus fuerzas habían desaparecido junto con la única alegría que lo mantenía en la tierra después de todos esos años al lado de una mujer que ya no amaba y que ya no lo amaba a él.

Sus ojos se volvieron a inundar de lágrimas cuando mientras se daba la vuelta en su vieja cama, veía un cuadro de su hijo en el muro de su habitación, convirtiéndose en un recuerdo constante de sus penas y su dolor.

Víctor se encogió en si mismo y decidió levantarse de su cama, sin éxito otra vez. Habían pasado ya unas cuantas semanas y apenas y se levantaba a comer algo, dormía todo lo que podía para así no recordar y lloraba cuando estaba despierto. Ya no quería existir, solo quería desaparecer entre sus sábanas.

La empresa de pescado estaba siendo dirigida por sus colegas en este momento, por trabajadores fieles que se preocupaban por el y de vez en cuando iban a verlo pero el jamás habría la puerta. Solo llamaba al repartidor de cartas y les hacía llegar indicaciones a través de estas, no podía tener un contacto personal, solo ya no quería tenerlo, estaba destruido y cualquier contacto humano lo lastimaba, sus allegados no paraban de preguntar si estaba bien, si quería salir, si necesitaba algo y eso solo eran más y más recordatorios del porque estaba triste.

Al final, después de meditar unas cuantas horas por fin pudo levantarse de la cama, pero se sentía débil, se tambaleó unas cuantas veces antes de poder sujetarse de un mueble cerca de su cama. Se miró al espejo, solo veía una cara demacrada y pálida llena de sufrimiento, estaba en los momentos más bajos de su vida.

Se puso unos zapatos que encontró de primeras tirados por ahí y bajó las escaleras con cuidado de no resbalar, miraba cada escalón buscando cualquier cosa que lo pudiera hacer caer. Al llegar abajo, pudo ver en el suelo un montón de cartas que el cartero ya directamente metía por debajo de su puerta, ya que se había dado cuenta de que Víctor ni siquiera se había molestado en abrir el buzón que estaba afuera. La mayor parte eran de sus padres y de Margaret, aquella buena mujer que siempre cuido de Vincent y lo mimó como si fuera su propio hijo.

Tomó una entre sus manos y la abrió, para así leer unas cuantas palabras.

"Joven Van Dort,

Estoy muy triste por todo lo que pasó. Ha Sido un placer trabajar con usted todos estos años y la verdad nunca había estado en una casa donde sintiera tanta alegría de solo llegar en las mañanas y entrar a ver la hermosa sonrisa de los miembros de su familia. Me preocupa su bien estar y su salud, todos estos años me ha tratado como a parte de su entorno y vaya, como una más de esa bellísima familia que logró concretar. Realmente quiero que esté bien y en agradecimiento por el trabajo y todas las atenciones que me dió a mí y a cada uno de los trabajadores de su hogar, quiero decirle que usted es bienvenido en mi familia, en mi casa. Si usted necesita hablar, conocer nuevas personas, o simplemente ir a comer algo casero aquí estoy. Igualmente, cuando usted guste yo podré ir a hacerle algo de comer para que se anime un poco, sin costo alguno, esto lo hago como amiga, como familia.

Mis más sinceros pésame, espero que responda esto pronto"

Nada más acabo de leer su nudo en la garganta se hizo más grande. Había gente que se preocupaba por el, más gente de la que nunca tuvo a lo largo de su vida, ya que normalmente carecía de amigos cercanos y relaciones comunes de personas conocidas, pero parecía que esos años con Vincent lo habían hecho remontar mucho en ese aspecto, la felicidad de estar con su hijo lo ayudó a mejorar más de lo que hubiese esperado.

Al final, volvió a tirar la carta en esas pilas de papeles frente a su puerta y se dirigió a su cocina. Sin esperar más se dispuso a preparar un café, busco entre sus alacenas que más podría comer, pero ya solo quedaban migajas de lo que fuera que hubiese ahí antes.

En ese momento escuchó como detrás de él algo se movía entre la puerta del comedor y la cocina. Sus ojos se abrieron de par en par y dió un pequeño giro para ver al ente que se postraba detrás de él. Era solamente Victoria.

Víctor se talló la cara con su mano y la miró de arriba a abajo de nuevo.

-¿Cómo entraste a la casa?.- preguntó con rapidez, para darse la vuelta y ponerse a hacer cualquier cosa para ignorar la presencia de la mujer.

-Aun tengo mi llave.- Respondió, acercándose lentamente a la posición donde se encontraba el hombre.- Víctor, estoy muy preocupada por ti. Hace semanas que no te hemos pararte por la pescadería, no sabemos que ha Sido de ti en este tiempo.-

Víctor apretó sus manos e intento contener de nuevo toda la bola de sentimientos encontrados en su ser.

-Vete Victoria, por favor.- Murmuró.

De fondo podía oírse como había animales fuera cantando y revoloteando. El día era soleado, como para salir a caminar, pero se veía ennegrecido por la sola presencia de Victoria en el salón. Una molestia terrible lo invadía, sentimientos que ya no podía controlar salían cada vez más a flote.

Víctor sujetó su tasa de café y dió unos cuantos pasos para irse a otra habitación, pero Victoria apresuró a sus pies y se precipitó detrás de él, para tomarle de la bata para dormir que llevaba e intentar pararlo.

-Víctor, tenemos que hablar, enserio. Después de hacerlo me iré para siempre, lo prometo, te daré cualquier libertad que quieras, pero por favor déjame hablar contigo de todo. Necesito hablar contigo de todo, no podemos estar así, tienes que salir de aquí, tienes que vivir Víctor, no solo dejarte morir así.- chilló Victoria, esperando que la reacción de Víctor fuera mejor que la que anteriormente había mostrado.

Por unos segundos ambos quedaron callados. Víctor no daba respuesta y a Victoria no le quedaban más palabras que decir. Estaba inmersa en la desesperación, no sabía que clase de reacción iba a tener el joven Van Dort.

-¿Tenía que pasar todo esto?.- Respondió Víctor.

-¿Pasar... Qué?.- Victoria de encogió de hombros y se alejó un poco del joven.

-¿Era necesario todo esto para que me dieras mi libertad? ¿De verdad Vincent tenía que morir para que por fin me dejaras en paz?.- Víctor sintió como su cuerpo se hacía cada vez más frágil, le dolía mucho si quiera hablar.

-¿Me vas a culpar por la muerte de nuestro hijo?.- Masculló Victoria.-¿Qué estás creyendo Víctor? ¿Crees que no lo amaba? ¿Que no me duele su perdida? ¿Crees que no quiero morir cada que tengo su recuerdo en mi cabeza?.- Victoria estuvo a punto de echarse a llorar, pero debía ser fuerte. Estaba ahí, parada frente a Víctor, tratando de defender la poca integridad que le quedaba.-¡¿Qué no crees que no me culpo cada día por esto?!.-

Víctor solo sintió una opresión en el pecho. No podía responder más, solo quería morir, desaparecer en el aire. Su dolor se iba viendo en incremento con cada día que pasaba, no disminuía ni por un segundo, lo que hacía la vida cada vez más complicada, el pasar de los días eran más duros y le costaba seguir y que Victoria aún estuviera ahí presente lo hacía incluso peor.

-No, Victoria. Esto no tenía que pasar para que te dieras cuenta de la situación en que estábamos metidos. No tenía que pasar esto para poder tener libertad.- Sin más, Víctor emprendió camino de nuevo.

Victoria intentó responder, decir algo, pararlo o lo que sea, pero Víctor solo ignoró sus chillidos detrás de él y cerró la puerta a sus espaldas. Se apresuró a subir a su habitación y se encerró. Ya no, ya no eran tiempos para pelear, el tiempo para hablar de todo esto ya había pasado. Victoria también se apresuró a seguirlo insistente tocó la puerta de la que alguna vez fue la habitación que compartió con él. Pero no recibió respuesta en ningún momento. Horas y horas transcurrieron, hasta que se vió obligada a retirarse. Se hacía tarde, tenía que regresar y la noche podría ser peligrosa, nunca terminas de conoces a la gente de tu comunidad.

Al final Victoria partió, dejando detrás de ella una ola de recuerdos en casa de Víctor. No sabía si había manera de hablar con el, de convencerlo, no sabía si había otra salida, Victoria estaba temerosa al futuro. Sin embargo planeaba volver. Sabía que Víctor aún tenía que resolver mínimamente las cosas con ella y planeaba hacerlo a como dé lugar.

Por su parte, el joven Van Dort se arropó en su cama de nuevo y volvió a unirse en tristeza e infelicidad. Algo tenía que hacer, quizá muy idiota pero algo debía pasar. Se levantó de su cama al cabo de unas cuantas horas, después de haber pensado en cual solución podría poner por fin a todo lo que rodeaba su existencia.

Sentía hambre, pero la tristeza que lo invadía era la suficiente para calmar el dolor causado por su estómago, así que fácilmente podría ignorarlo. Caminó lentamente a su estudio, y estando ahí tomo en sus manos notas, libretas, apuntes, todo lo que usaba para llevar orden en su empresa. Ordenó todo en una cierta zona de su casa y comenzó a mover todo, sentía una tristeza tremenda que lo motivaba a hacer lo que estaba haciendo en ese momento.

Se puso a escribir. Escribió algo tan largo que sus manos se cansaron de hacerlo. Tardó todo el día y toda la noche en acabar de escribir. Se desahogó, se sentía mejor.

A la mañana siguiente esperó paciente al cartero en su buzón. Este, sorprendido por ver al joven salir de su casa y lo saludó emocionado. Sin embargo, Víctor solo se apresuró a darle un par de sobres para que éste los entregara lo antes posible.

Extrañado, los tomó y se despidió de Van Dort, no son antes entregarle el correo correspondiente de él de actual.

~~~~~~~~~~~~~

Un rato más tarde, la señora Margaret hacia el desayuno en su casa, cuando sus hijos menores le hicieron saber que el correo había llegado. La mujer acabo de hacer su quehacer del momento y se dirigió a abrir las cartas. Sorpresivamente tenía una del joven Van Dort. Emocionada, la abrió esbozando una alegre sonrisa, ya que por fin había respondido a las cartas que le había estado mandando los días anteriores.

"Señora Margaret;

Por este medio me es difícil comunicar todo lo que necesito hacer. Usted sabe en qué situación estoy y como me encuentro en mi estado físico y mental, así que me cuesta mucho siquiera escribir esta carta. Espero de cualquier forma que esto le sirva a comprender un poco, pero seré breve, eventualmente sabrá a lo que voy, ya que es demasiado obvio, no necesita ni intentar adivinar.

Su hijo mayor, el que me recomendó contratarla y el cual es uno de las personas que mas me ha ayudado a crecer en la empresa es quien se encargará de ella ahora. La empresa será de mis padres hasta el momento de su deceso, y ahí pasara a ser enteramente de su hijo. Ya se lo comunique a él a través de otra carta y a mi abogado también. Pronto el testamento estará acabado y usted estará enterada de los detalles, sé que le interesará saberlo, a fin de cuentas, también le he dejado unas cosas a usted de agradecimiento.

Estoy listo para irme, ya no puedo soportar más esta tortura.

Estoy rodeado de gente que me quiere y se preocupa, pero aún así no puedo estar bien, mis razones de vivir se van acabando cada día más. Quizá haya mucho más en esta vida que necesite ver o conocer, quizá necesite crecer aún más, conocer, buscar nuevas cosas para sentirme bien, buscar una nueva esposa, tener más hijos, experimentar la vida desde otra perspectiva. Pero es que ya no lo quiero. Puede ser esto solo un problema momentáneo, quizá le estoy dando la solución equivocada pero ya no quiero estar aquí. Solo es un suplicio día con día, me odio a mí mismo, me odio por todos los errores que cometí y sigo cometiendo, me odio por no saber manejar las cosas, por lastimar a muchas personas y por perder a lo más importante de mi vida. Me odio, simplemente me odio. Ya no quiero esta vida, me duele mucho. No puedo sentir otra cosa además de dolor, y aunque quizá ese dolor se pueda irse con el tiempo y que todo mejore, aunque todos estén ahí para apoyarme y hacerme levantar, no quiero ver ese futuro, porque sé que el pasado me va a atormentar de nuevo y estoy harto.

Perdón por comunicarle mis sentimientos y mi pesar, pero sé que es lo que usted quería saber. Se que usted al menos merece saber cuál es mi decisión y porque la tome. La aprecio mucho señora Margaret, es como otra madre para mí.

Van Dort."

Sus hijos solo escucharon como su madre tomaba sus cosas y corría a la casa del joven Van Dort, avisando a uno de sus vecinos que era trabajador de la casa Van Dort igualmente que lo acompañase. Estaba en pánico, era evidente a donde iba todo. Su corazón no paraba de latir a prisa y mientras su vecino la ayudaba a mantenerse en pie y la apresuraba a seguir el camino y llegar lo antes posible ella solo podía pensar en lo peor.

Al llegar, solo pudo ver salir apresurado a el abogado junto a uno de los trabajadores de la empresa de pescadería del joven Van Dort. En una carreta, los padres del joven se encontraban llorando desesperados, no sabían que hacer.

—No está por ningún sitio.-  Comunico el hombre de traje, mientras todos se veían angustiados.

¿A dónde se había ido Víctor?

El era más inteligente de lo que muchos pensaban. Evidentemente el no se iba a quedar ahí si estaba decidido a hacer lo que haría.

~~~~~~~~~~~~~

Estaba todo bien ahora. Van Dort estaba postrado frente a un viejo acantilado a las afueras del pueblo. Estaba a un par de kilómetros, así que cualquiera que pudiera saber que ese sería su lugar preferido para acabar con todo tardaría un rato en llegar, y para ese entonces, Víctor ya no estaría con Vida.

Sus ojos solo se centraba en la terrible caída que sufriría. Pero él no lo había planeado así.

Miró a un viejo y fuerte árbol que se encontraba cercano al lugar, la cuerda estaba lista y bien agarrada. Al principio el joven había pensado en hacerlo en el viejo roble donde Emily había Sido asesinada, pero sabía que ahí sería encontrado rápidamente ya que no estaba lejos del viejo pueblo.

Sus cara se tornó a una llena de paz. Camino a su carrera y libero a su caballo.

—Corre lo más lejos que puedas.- le susurró.

El caballo dió un relincho y se fue trotando lejos del sitio. La expresión de Víctor no cambio, solo sintió un poco más. Una risita llena de ironía salió de el mismo.

Caminó al lugar donde sería y se posicionó en un banquito que había llevado desde su casa. Observó el nudo que había hecho por algunos segundos. Sus ojos se llenaron de lágrimas al pensar que pronto todo acabaría, pero su corazón se sentía apretado. Estaba mal de alguna forma, sabía que estaba siendo egoísta, pero ya lo había decidido.

Una voz familiar en su cabeza le gritaba que no lo hiciera, pero Víctor la estaba ignorando con todas sus fuerzas y sólo pensaba en aquella decisión que por fin había tomado.

Las lágrimas cayeron por sus mejillas mientras colocaba la soga al rededor de su cuello. Su cuello era tan delgado, quizá se le rompería con facilidad al empezar y no tendría que soportarlo.

Se paró con firmeza en el banquito y de un pequeño brinco y una patada lo empujó lejos de él.

La voz en su cabeza se hizo cada vez más fuerte. Ahora parecían aullidos. Su cuerpo comenzó a luchar con el hecho de estar al borde de la muerte, pero Víctor intentaba soportar y seguir. El aire le faltaba evidentemente y sentía como su vida se iba desvaneciendo lentamente. Comenzó a parpadear fuertemente.

De pronto, entre cada parpadeo podía ver una figura. El esbelto cuerpo de Emily se postraba frente a él. De pronto de un parpadeo la veía y de otro no lo hacía. ¿Estaba alucinando? Parecía que sí. Pero la Emily de su alucinación se veía triste y preocupada, estiraba sus manos e intentaba contenerlo y Víctor, quizá inmerso en su locura intento luchar con esa Emily imaginaria para que no le detuviese, pero en el fondo sabía que era imposible que lo hiciera. De pronto, la empezó a ver alejarse llorando, cayendo al piso derrotada sin poder hacer nada y en ese momento su cuerpo dejó de pelear y el ya no sintió más nada.

~~~~~~~~~~~

Despertó de nuevo, conmocionado y no recordaba bien lo que había pasado. Pero estaba seguro de que por lo menos, ya no estaba en el mundo.

Sus ojos comenzaron a aclararse y se sintió emocionado. ¿Había logrado llegar al cielo con Emily y su hijo? ¿Estaba muerto ya? ¿Todo se había terminado? Víctor no podía parar de pensar en todo lo que haría ahora que podía estar cerca de su hijo de nuevo.

Pero sus esperanzas se vieron hechas añicos cuando frente a sus ojos, una sola cabeza con ojeras y un acento extranjero sorprendido le preguntaba que había sucedido.

Continue Reading

You'll Also Like

250K 17.7K 35
Con la reciente muerte de su padre el duque de Hastings y presentada en su primera temporada social, Annette empieza a acercarse al hermano mayor de...
961K 102K 142
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...
42.8K 6.4K 16
Max Verstappen es el dueño del mundo, es el jefe de una de las mafias más poderosas, lo controla todo, es rey, el amo y señor, tiene a todos a sus pi...
179K 10.2K 17
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...