– Este no puede seguir así- dice una mujer.
– Doctor, deben de ir por Rory- digo desesperada-. Siento que va caer en una trampa.
– Está bien- dijeron ambos al mismo tiempo-. Lo haremos por el señor Pond.
– Su nombre es Rory Williams- le corrijo.
– Como sea.
Escucho la voz de la mujer, que dice que no telera el hecho de que haya un Doctor hecho de Carne, ya que lo considera un espía de los otros, así que le ordena que se aleje quien sea quien fuera el que no sea el original. Me quedo ofendida al escuchar las palabras.
– Lo siento Doctor, pero estoy de acuerdo con ella- comenta Amy-. Solo puede confiar en mí Doctor.
– Por Gallifrey- digo frustrada-. Esto no puede estar pasando en serio en estos momentos. Debe ser una muy mala jugada para este momento.
– No, no lo es- comenta uno de los Doctores.
– Esto está pasando realmente- contesta el otro.
Escucho cómo empieza a moverse el punto que representaba el Doctor. Eso significaba que el otro Doctor, el que no es real, se quedó con Amy, mientras que el Doctor se dirigía con los clones para establecer lo que tienen que hacer.
– Se que sonara tonta y obvia la pregunta, probablemente ya sé cuál es respuesta, pero prefiero miles de veces que tú me lo digas- doy un suspiro para hacer la pregunta-. ¿Por qué dejaste a Amy con ellos?
– Ellos no saben que es una de ellos, porque está bien moldeada y está a la temperatura ideal. No le afectó las olas de calor que recibimos. Aparte quería ver si mi hipótesis era la correcta.
– ¿Cuál era?- preguntó nerviosa al saber que estaba en la mayoría en lo correcto.
– Los que son creados por la Carne, sepan o no su procedencia, solo pueden confiar entre ellos. Resulta que me cambie de zapatos, unos que me prestaron. Después me encontré con mi Carne, así que vi mis zapatos e intercambiamos, sabíamos lo que íbamos hacer.
– Eso suena demasiado extraño- respondo incomoda.
– Lo es. Después de todo mi hipótesis está bien. Así que debemos de buscar a Rory y salir de aquí.
– ¿Y dejar que todos mueran de unas radiaciones o por sus propios avatares- me quedo en silencio algunos minutos meditando-. Eso suena mucho mejor que Carnes.
– Llámalos como quieras, pero creo que la más peligrosa de los avatares es la que alguna vez fue la más débil, ya que se quiere vengar.
– Eso suena demasiado lógico- digo sorprendida.
– Debemos de dejar de hablar, ya casi llego.
– Doctor, necesito que te detengas por unos segundos y me escuches- le digo tratando de tranquilizarme, veo el mapa, el punto verde se detiene-. Después de que desperté, empecé a sentir las contracciones. Tú y yo sabemos cuánto tiempo es probable que pueda aguantar. Así que te sugiero que te vayas apurando. No sé cuándo vendrá la siguiente.
– Eso explica tu quejido y que no me respondías. Con mucho más razón debemos de apurarnos, Amy también empezó a sentir sus contracciones antes de irme.
– Es una razón más para que nos saques de aquí- siento otra contracción-. Sabes muy bien que las contracciones pueden durar más que la de los humanos. Así que te pido, por todo Gallifrey, que te apuras.
El Doctor se vuelve a mover antes de que llegue a lo que supongo que son los avatares. Él les empieza a contar que el también fue despechado por el simple hecho de ser igual que ellos, y que también quería "venganza" por cómo había sido tratado.
– Vaya, hasta yo me creí ese discurso, y eso que no estoy involucrada totalmente en el caso- digo sorprendida una vez que acabo.
Escucho que todos habían hecho un plan, el cual salieran y tomarían el lugar de las personas que eran las originales. Pero el Doctor sugiere que se separaren e ir a exterminarlos, para que no tomarán sus lugares y no hubiera evidencia de lo sucedido.
– ¿Sabes que a veces me puedes llegar a dar miedo?- digo mordiendo mi labio.
– Lo sé, pero esto es por el bien de todos. Necesito que me vuelvas a guiar, espero que no sea un gran problemas.
– No, no. Sabes que eso no es un problema. Después de todo siempre nos hemos ayudado, aunque queda claro que yo siempre he ayudado más que tú.
– Mira que caritativa me saliste- comentó divertido.
– Por algo soy la Esperanza del Universo- comentó divertida.
– Muy graciosa, Abigail.
Lo sigo guiando hasta que se encuentra con Rory. Nos dice que la persona más peligrosa de aquel grupo, era Jennifer. Había matado a la verdadera Jennifer, creo a otra Jennifer para hacer creerle a Rory que ella era la original. Aunque menciona que se convirtió en un ser extraño.
– Muy bien, con mucho más razón debemos de salir de aquí- comentó preocupada.
– No me niego a la petición- comenta el Doctor.
– ¿Qué sucede? ¿Con quién hablas, Doctor?- le pregunta Rory sorprendido.
– Con Abigail.
Después de un largo tiempo, me doy cuenta que no solo el Doctor y los Ponds corren peligro, también todas las personas que se encuentran ahí. Por lo que mencionaba Rory, debíamos de sacarlos de ahí sin distinción.
– Pero debemos de terminar con el avatar de Jennifer, ¿qué tal si un curioso se acerca y está la quiere matar? Uno nunca sabe.
– Buen punto. Odio no tenerte aquí a mi lado- dice el Doctor frustrado.
– Es para que aprecies y extrañes mi buena compañía.
En el transcurso del camino se encontraron Amy, el avatar del Doctor y los trabajadores originales. Le explicaron sobre la situación real, exhortando a la líder del trabajo, que deje a un lado sus diferencias, ya que eran más parecidos de lo que una se podría imaginar. Lo cual lo demostró con la líder, ya que tenía un problema en la espalda y su avatar.
– Espero que realmente funcione- digo molesta.
Siento como se vuelve a mover la TARDIS, después viene una contracción, más dolores que no. Me siento en el piso para tocarme mi vientre de embarazada. Todo estaba pasando demasiado rápido.
– Mi pequeño- digo pasando mi mano-. Sé que estás emocionado por llegar a este universo, pero te pido por favor, que todavía no. Debemos de ir en busca de la tía Amy para poder salvar a tu primo. Te prometo que si me haces caso, nos irá mejor a los ambos.
Doy un suspiro de tranquilidad. Este día no podía seguir así, el estrés de que Amy está en quién sabe dónde, Rory y el Doctor. Escucho el Doctor llamándome, pidiendome que lo llevará algún lugar para destruirlo.
– No se- le digo desesperada-. Deberías de preguntarle a la líder de ellos. Te recuerdo que yo solo estoy atrás del monitor para guiarte, lo cual es muy frustrante.
Siento otra sacudida, pero pierdo la señal. No esperaba a que eso sucediera en instantes. Doy un grito de frustración por el enojo que siento. Empieza a caminar abajo de la consola, pero todo estaba en orden. Supongo que es por lo del ácido. Siento una contracción dando un grito de dolor.
– Mi pequeño, ya habíamos hablado que aún no puedes salir hasta que salvemos a la tía Amy.
Me pongo a pensar que tal vez mi hijo no necesita nacer después de que Un hombre bueno vaya a la Guerra. Mi hijo podría nacer en cualquier momento. Trato de estar tranquila, una vez más y me levanto de inmediato. Me subo para escuchar como abrían la puerta de la TARDIS. Entrando varias personas, al final llegan Rory, el Doctor y Amy.
– Abigail- se acercan para abrazarme-. Te necesite mucho, pero creo que fue la mejor decisión dejarte en la TARDIS.
– Aquí me la pase un poco mal- le digo tratando de controlarme, malditas hormonas-. ¿Y tu avatar?
– Murió para salvarnos- comenta triste-. Fue divertido tenerme como mejor amigo.
– Supongo- siento otra contracción haciendo que preocupara al Doctor.
– Abigail- dice preocupado.
– Yo no soy importante ahora- trato de tranquilizarlo-. Tenemos que ayudarla, ella importa más que yo. Recuerda que nosotros duramos más que los humanos.
El Doctor se aleja sin dejar de verme. Yo solo me limito a sonreírle, aún podía aguantar un par de días más y el dolor aún era soportable, o por lo menos eso creo.
Dejamos a todos los que habían sobrevivido a las olas de calor. El Doctor le pidió que ya no volvieran a usar a los avatares como animales o medios de sobre vivencia, ya que debían de recordar que también eran ellos. Así como recomendaciones a los que eran ya humanos como los avatares que ahora remplazarían a sus originales.
– Eso fue muy bueno de tu parte- digo poniendo mi mano en su hombro.
– Solo quiero que sirva el caso de Jennifer como ejemplo- ahora se dirige a Rory-. Ahora sí, lo que nos importa.
– ¿Qué es lo que nos importa?- pregunta Amy emocionada.
– Tú- me le quedo viendo, veo como me mira asustada-. No has estado con nosotros.
– Claro que no, siempre he estado aquí, ¿verdad Doctor?- pregunta nerviosa.
– No. Abigail tiene razón- vemos cómo se toca su vientre de manera instantánea-. ¿Qué es lo que sucede? ¿Qué está pasando?
– ¿Pueden ayudarla, verdad?- nos le quedamos viendo a Rory.
– Vas a dar luz- dice el Doctor.
– No, eso es imposible- comentó incrédula.
– No, Amy es la realidad.
Rory se acerca pero el Doctor le hace una señal de que no lo haga. Me muerdo el labio al saber que no sabía exactamente lo que sentía, era claro que esto no se iba a quedar aquí.
El Doctor les empieza a explicar el objetivo original por el cual fuimos a ese laboratorio, explicándole sobre los avatares y las sospechas que yo había tenido apenas hace algunos meses. No me disculpo porque no debería de hacerlo si lo hago por mis amigos y por su bien.
– Amy- me acerco a ella-, recuerda esto, respira profundamente y puja todo lo que puedas.
– Prometemos que estamos en camino, Pond- comenta el Doctor.
– Recuerda, respira profundo y puja- le digo tratando de sonar tranquila.
Los dos nos alejamos, el Doctor se aleja un par de pasos y saca su destornillador sónico. Me le quedo viendo a Rory, que estaba demasiado preocupado por el asunto. El Doctor lo enciende para ver cómo Amy grita desesperada en lo que se convierte un líquido blanquecino.
Siento una contracción más haciendo preocupar a Rory y al Doctor. Me le quedo viendo a ambos, que también lo están. No quería que naciera aún mi pequeño James. Me les quedo viendo preocupada a ambos.
– No podemos estar así contigo en medio del rescate. Irás en busca de ayuda, al igual que Rory y conmigo.