Capítulo 2: El día de la Luna

264 11 10
                                    

Mis pisadas cada vez son torpes que la anterior. Estados Unidos era cada vez más inseguro para nosotros, con el Doctor encerrado en los laboratorios de la NASA y todos dispersos a lo largo del paías.

Todo había pasado muy rápido, habían agarrado al Doctor junto con la TARDIS, escapamos gracias al manipulador de vórtices de Jack que tiene River Song.

La primera semana estuvimos juntos, no pasó mucho tiempo para darnos cuenta que el FBI nos estaba buscando. Había algunas veces que no recordábamos muchas cosas, pero que otros si. Alguien nos estaba borrando la memoria.

– Propongo esto- comentó James viéndonos a todos en una casa abandonada-. Tenemos que separárarnos si no queremos ser encontrados.

– ¿Cómo nos dividiremos?- preguntó River Song.

– Propongo que Rory se vaya a Texas y sus aledaños, Amy vaya a la Florida, River Song la parte de Nueva York y sus estados alrededores y Elizabeth se vaya a la parte de Washington y por ahí.

– ¿Qué hay de ti?- pregunta Song preocupada.

– Yo iré al centro. Traten de evitar salir del país.

– También hay otra que nos concierne- comentó Rory preocupado-. Sobre las cosas que olvidamos. Al parecer son algo que cuando dejamos de ver, se nos olvida.

– Yo propongo que compremos un plumón y lo rayemos cada vez que los veamos- fue lo que propuse.

– Y digamos yo te veo- comentó River Song. Espero que Delawere siga el plan.

Veo hacia atrás, todavía seguían lejos, muy lejos. Solo quedábamos Rory, James y yo. Siento como se detienen en frente de mi algunas patrullas. Veo hacia atrás para ver que estoy rodeada. Hasta aquí había terminado mi misión, hasta aquí, mi parte acaba.
Delawere baja de una patrulla siendo rodeado por más policías.

– Vamos Abigail- cometa Delawere tranquilamente mientras sacan una bolsa que usan para los cadáveres-. Podemos hacer esto de dos maneras. Por las buenas o por la malas.

– Por favor Delawere- digo poniendo mis manos en alto-. Ten en consideración de una mujer embarazada.

A pesar de tener como tres o cuatro meses de embarazo la gestión de un pequeño niño del tiempo es diferente a la de un ser humano, por lo consiguiente, aún no se me veía el vientre abultado.

– ¡Lo siento Abigail!, pero órdenes son ordenes, es algo que no puedo, de hecho, no podemos evitar.

Me dispara, haciendo que la bala me diera en el hombro. Eran de esas balas para dormir, debíamos de hacer todo un teatro para que los demás creyeran que había sido real. Siento como Delawere se me queda viendo hasta que cierro los ojos.

Los pasillos de la mansión siempre eran largos, como cualquier edificación que había construido los señores del tiempo. Richard se encuentra a mi lado, molesto por la noticia, que le estaba dando.

– Se supone que ya lo sabías- le digo molesta.

– ¿Acaso no lo amas?- comentó Richard molesto-. Hace dos semanas te veía dispuesta a escapar con él, y ahora, repentinamente, aceptas tu compromiso con el Amo. Creí que amabas al Doctor.

– Lo que no estás considerando, Richard- le digo enojada-. Es el hecho de que papá me encerró en mi cuarto y ahora él es el que me odia, porque está casado con alguien más que no soy yo- siento mis lagrimas y la culpa de Richard de decir aquella palabras.

– Lizzy... yo no sabía que eso habría sucedido. Sabía que debía de quedarme aquí ese día, pero papá insistió que me fuera, realmente fui un tonto en pensar en eso.

Doctor Who (VI) : When a Good Man Goes to WarWhere stories live. Discover now