JI AH
"¿Sobre que?"
Contesté a Ji Min enseguida. Su mensaje es tan vago que me dio curiosidad.
"Mañana"
Estaba siendo impreciso. Me frustra.
"¿Por qué no me lo dices ahora?"
Después de eso no me contestó más. Iba a llamarle pero al final no lo hice porque no quiero parecer una desesperada por respuestas aunque lo estaba.
No he dejado de pensar de qué vamos a hablar Ji Min y yo. No sé porque pienso demasiado en eso pero el hecho de hablar con él me está poniendo nerviosa.
Él profesor terminó la clase. Es mi último clase del día, Ji Min no me ha dicho la hora, dónde y cuándo vamos a hablar.
—¡Ji Ah! ¿Podemos ser pareja en el proyecto? —dijo una compañera de clase antes de que yo saliera. Asentí y sonreí.
—Mandame un mensaje sobre que tema lo haremos y el lugar donde lo vamos a hacer —dije y después me marché. Caminé con presteza. Maldita sea. ¿Tan ansiosa estoy?
Tenía tanta prisa que no me dí cuenta que alguien me agarró del brazo. Si no hubiera tirado de mí no me habría enterado.
—¿A dónde vas? —preguntó Ji Min y de repente me sonrojé.
—Eh... mm... —De ninguna manera voy a decirle que tenía prisa porque quería ver si él estaba esperando en el aparcamiento. Eso inflaría a lo grande su ego. Seguro que molestará diciendo que estoy ansiosa por verle. Lo que no es verdad. Una gran mentira.
—¿Vas a escapar?
—Creía que estabas esperando en el aparcamiento.
—¿Y dejarte escapar? De ninguna manera —dijo y solté un suspiro. Su mano seguía agarrado a mi brazo así que traté de apartarlo, pero no podía quitarlo.
—Ji Min, tu mano —dije y él frunció.
—¿Qué pasa?
—Estás agarrando mi brazo.
—¿Y?
—Me gustaría que lo soltarás.
—¿Y si no quiero?
—Eres molesto —dije y se rió. Soltó mi brazo y acaricié la parte donde me agarró.
—¿Vamos a hablar o no? —pregunté y Ji Min se puso serio enseguida.
—Por supuesto. Vamos —dijo caminando primero y le seguí. Su ritmo era normal y casi tomo su mano y lo tiro a correr.
Realmente no estoy cómoda con esto de hablar. Si no tuviera curiosidad de lo que vamos a hablar ya habría escapado. Pero estaba ansiosa por alguna información.
—Entra —dijo Ji Min al abrir la puerta de su coche. Iba a preguntarle dónde vamos pero decidí no decir nada de momento.
Ya estamos lejos de la universidad y no sé a que dirección vamos. Supuse que si no yo decía nada voluntariamente él me lo dirá.
—Estás muy callada —dijo y me giré a verle.
—¿Aún no vamos a hablar?
—¿No estamos hablando ya? —contestó.
—Ji Min.
—¿Qué? Estamos hablando.
—Me mandaste un mensaje ayer que íbamos a hablar.
—Y estamos hablando —contestó.
—¿En serio? —dije y frunció el ceño.
—¿Necesitamos hablar de algo? —dijo y gruñí.
—Idiota —dije y se rió.
—Si no vamos a hablar llévame a mi casa —dije y agitó la cabeza.
—No.
—¿Qué? —Estaba empezando a frustrarme. Por alguna razón, la presencia de Ji Min estaba empezando a hacer que mi sangre hierva— Entonces para el coche, iré en taxi.
Él no me hizo caso.
—Ji Min. No tengo tiempo y humor para seguir con tus payasada estúpidas —dije y Ji Min detuvo el coche de repente. Me quedé inmóvil mirando en frente.
—Vale. Tienes mi atención. ¿Qué problema tienes? ¿Tienes la menstruación por eso estás tan borde hoy? —dijo molestó y me entraron de pegarle pero en su lugar me mantuve fría.
—Ji Ah —dijo pero seguí sin hacerle caso. Escuché un click de su asiento. Me sobresalté cuando me agarró del mentón. Levantando mi rostro para que le mirara.
—¿Qué problema tienes? —dijo calmado esta vez y aparté mi cara.
—Tae Hyung se enfadó conmigo —contesté. Él no habló por eso le miré. Por eso no estaba hablando porque estaba sonriendo.
—¿De qué sonríes? —pregunté y agitó la cabeza.
—¿Por qué se enfadó tu novio contigo? —pregunto sonriendo de lado.
—Se enfadó porque cambié la contraseña de mi móvil sin decírselo.
—Suena empalagoso.
—También vio tu mensaje. Por eso piensa que le estoy ocultando algo. Quiero decir, es verdad, pero solo cambié la contraseña por tu culpa. No porque le esté ocultando algo.
—¿Después?
—Dijo que estaba cansado y se fue. Hasta ahora no me ha mandado ningún mensaje y tampoco me ha llamado —dije y Ji Min sonrió— Disfrutas esto, ¿verdad?
—¿Es obvio? —dijo riéndose— Venga Ji Ah, eso realmente es una buena noticia. No actúes como si fuera tu culpa, probablemente él acabé terminando las cosas contigo. Problema resuelta.
Me quedé callada de repente. Eso también es lo que pensé. Me viene bien que no hayamos peleado. ¿Pero por qué estoy dudando? ¿Por qué siento que esto ya no es una buena idea?
Estoy decidida en terminar esto pero también sé que no está bien alargar nuestra situación. Estoy perdiendo mucho tiempo. Intentado retrasar lo inevitable.
—Deja de preocuparte gatita, todo va a estar bien. Solo espera y verás —dijo Ji Min pellizcando mi nariz. Él arrancó el coche y siguió conduciendo.
Ji Min no dejaba de sonreír. Intenté preguntarle porque sonreía pero solo me guiñó.
Detuvo el coche delante de una casa. Sacó la llave del contacto y fruncí el ceño. Después se desabrochó el cinturón y antes de que pudiera salir le agarré del brazo.
—¿Dónde vas?
—Estamos aquí —dijo sonriendo de lado y salió. Él caminó hacia mi lado y me abrió la puerta.
—¿Qué estamos haciendo aquí? ¿Dónde estamos? —dije desabrochándome el cinturón. Salí del coche. Ji Min solo me sonrió y no contestó ninguna de mis preguntas.
Él abrió puerta con llave. Si tiene la llave significa que vive aquí. Pero sigue sin responder mi pregunta.
—Entra —dijo haciendo un gesto con la cabeza pero seguí sin moverme. Crucé mis brazos y le di una mirada afilada.
—Esta es la casa de mi madre. Vamos —dijo y me jaló dentro. Cerró la puerta detrás de nosotros y solo me soltó de la mano cuando llegamos a la sala. La casa es igual de grande que la nuestra lo que no tiene sentido ya que estoy bastante segura de que Ji Min vive en una mansión. Pero él ha dicho que es la casa de su madre, no su casa.
—Todavía no están en casa, pero están de camino. ¿Quieres algo de beber? —preguntó.
—No —contesté. Después la primera frase que salió de su boca hizo eco en mi mente—¿Espera qué? ¿Quieres decir que estamos solos?
Estaba empezando a entrar en pánico porque estar a solas con Ji Min no es parte de mi plan. Nada de esto está en mi plan. Solo quiero hablar con Ji Min porque dijo que teníamos que hablar. Aparentemente, el cabrón me engañó para venir aquí.
Paré de pensar cuando Ji Min se rió.
—Tranquila gatita. No voy a morderte, a menos que quieras —dijo y di una mala mirada.
—¿Qué demonios estamos haciendo aquí? —pregunté y se encogió de hombros.
—Solo pensé en llevarte conmigo. Mi madre y Ha Young quieren conocerte —dijo y fruncí el ceño al escuchar el nombre de Ha Young.
—¿Ha Young? ¿A la que le compraste un oso de peluche? —pregunté y asintió.
—¿Quieres recorrer la casa? —preguntó. No me dio la oportunidad de negarme. Quiero marcharme, eso es lo que quería decirle pero me jaló llevándome a diferentes partes de la casa.
Pasamos por la cocina y comedor. También pasamos por una puerta corredora y señaló el jadín pequeño detrás de la casa. Ji Min giró hacia la izquierda y subimos las escaleras. Me indicó el baño común y después entro a su habitación.
—No duermo aquí por lo que no hay demasiadas cosas —dijo.
—¿Que quieres decir con que no duermes aquí? ¿Dónde duermes? —pregunté mientras miraba alrededor. Había unas cuantas fotos de él cuando era bebé y con su madre. Su madre y él tienen los mismos ojos, así que supongo que se parece más a su padre. Lo extraño es que no tiene fotos con su padre.
—En la casa de mi padre —contestó y fruncí el ceño. Le miré.
—¿Tus padres están separados? —pregunté y él agitó la cabeza.
—Nunca estuvieron casados, pero sí, puedes decir eso —contestó.
—¿Por qué no están casados? ¿Por qué se separaron?
—No están casados porque él está casado con alguien más. Él engañó a su mujer con mi madre y soy el fruto de esa infidelidad. Él no puede dejar a su mujer por lo que escogió dejar a mi madre —contestó. Sus ojos estaban fríos como el hielo.
—Lo siento Ji Min.
—Yo no. Lo siento por mi madre. Ella no sabía que él ya estaba casado cuando entraron en relación —dijo y vi como apretó el puño. Su expresión en blanco se llenó de ira.
—Obviamente tu padre no es tu persona favorita en este mundo pero por qué vives con él.
—Solo porque mi madre quiere. Ella dice que tengo el derecho de vivir con una cuchara de plata en la boca.
—¿Me tomaré eso como que no te gusta vivir con él?
—Vivir con él está bien. No le veo mucho y siempre me da lo que quiero. Es su mujer con quien tengo problema —dijo y sonreí.
—¿Por qué estás sonriendo? —preguntó y agité la cabeza.
—Parece cenicienta.
—¿Cenicienta?
—Que tienes un problema con tu madrastra —dije con una sonrisa y Ji Min también sonrió. Nos quedamos mirandonos por un tiempo.
Estamos solos. En una casa. En su habitación. Solo los dos. Ahora estamos mirándonos fijamente. Tan silencioso que podía escuchar los latidos de mi corazón. Latía tan fuerte que temía que Ji Min lo escuchara.
Sentí algo ardiendo en mis labios y vi como Ji Min lo miraba. Eso hizo que mordiera mi labio inferior. Tampoco puedo evitar mirar el suyo. La sonrisa también desapareció de sus labios.
Si antes estábamos lejos del uno y el otro, ahora estamos a dos pasos de distancia. No sé cuando nos hemos acercado tanto. No me di cuenta. Mi corazón sigue latiendo fuerte.
—¡Ji Min!