—¿Ya desayunaste algo?—nana estaba recargada en el pequeño comedor de la cocina.
—No—musitó Camila.
Nana la miró con ojos bondadosos.
—¿Qué quieres desayunar?—la miro expectante.
Camila hizo una mueca—Supongo que... ¿unos panqueques?
—Panqueques, buena elección, te los llevaré a tu habitación cuando estén listos—Sus labios se curvearon en una sonrisa burlona—Porque se supone que usted jovencita debería estar reposando en su cama.
—¿No puedo salir a caminar?—inquirió Camila.
Nana sonrió ampliamente, lo suficiente para que mostrara toda su dentadura.
—Déjame pensarlo.
—¿No me vas a dejar, cierto?—dijo Camila, pareciendo desconcertada.
Nana se dio la vuelta y la miro. Camila ya tenía claro que no la dejaría salir, si sus padres la protegían de más, nana no era otro caso. Era exactamente igual a ellos, hasta podía llegar a ser peor, pero para sorpresa de Camila, esta vez estaba equivocada.
—Si eso te hace feliz—contesto nana con ojos brillantes—pero solo si me prometes que te cuidarás y que esto no te perjudica en nada.
—Tenlo por seguro, de hecho me ayudará a despejarme.
—Tienes que volver en menos de unos cuarenta minutos ¿okay?
—Eres una mandona—dijo Camila, finalizando por fin su frase. Nana sabía que bromeaba así que solo se limito a reírse.
—Eres tan en cantadora—repuso nana con sarcasmo.—vete antes de que cambie de opinión.
Camila le dio un beso en la mejilla antes de salir por la puertas de la cocina—¡Gracias, te quiero!—le grito desde lejos mientras seguía cambiando hacia la puerta principal.
Levaba por lo menos cinco minutos caminando, viendo todo a su alrededor. Las plantas, el cielo, las aves que pasaban, los perros que paseaban por ahí con sus dueños, los locales de comida, las personas hablando por teléfono o simplemente cambiando, como hacía ella en ese instante.
—¡Cuidado!—Un joven en bicicleta pasó por su lado.
—Lo siento—El chico ya no la escuchaba así que siguió caminando.
—Creo que soy pro-propensa a los accide-accidentes—se dijo así misma.
—¿Camila?—volteó hacia su espalda, encontrándose con una ojiverde sonriente.
—Hola—Lauren la abrazó, soltó un suspiro inmediatamente.
—No puedo creer que te encuentre aquí.
—¿En la calle?—levantó una ceja.
—Suena extraño, pero si—afirmó—Deberías estar en tu casa, descansando.
—Ya suenas como mi nana.
—¿Tú nana?
—Si, es la persona que me cuido cuando era muy chiquita—sonrió dulcemente—Es una persona increíble, algún día te la presentaré.
—¿Y porque no ahora?—Camila se sorprendió, la pregunta y el interés de Lauren la puso muy feliz y se notaba en su sonrisa resplandeciente.
Camila no atinaba a decirle algo, simplemente estaba feliz—¿por qué me miras así?—A la ojiverde le gustaba la sonrisa que Camila le estaba dedicando,era hermosa, como ella.
—Por supuesto, vamos—le extendió la mano y Lauren la aceptó contenta—Pero... ¿No tienes clases?
—¿No lo supiste?—Lauren se golpeó la frente—Obvio que no, es que cancelaron la clase porque encontraron una plaga de cucarachas en la cafetería—Camila hizo una cara de asco bastante cómica.
—No me gustan las cucarachas—Empezó a caminar con Lauren de la mano—No me asustan, pero me dan asco.
—Te entiendo, me pasa lo mismo—Pasaron por un puesto de flores y Camila se acercó hacia el señor.
—Podría darme...—Lauren la jalo de un brazo avergonzada, Camila la ignoro—¿podría darme un manojo de amapolas?
El señor les sonrió y asintió antes de darle su pedido a la morena—Se ven muy lindas juntas.
Lauren se sonrojó—Gracias—Camila entrelazó sus manos, ¿donde había quedado la Camila tímida? Nadie sabe.
Camila le quizo pagar pero el señor se negó—Estas van por cortesía de la casa—Camila volvió a intentar pagarle pero sucedió lo mismo—Todo sea por ver amor tan puro como el de ustedes—Las dos chicas se voltearon a ver sonrojadas.
—Muchas gra-gracias—Camila jaló a Lauren para que se alejaran del pequeño puesto.
—Estas son para ti—Le ofreció el manojo de flores, Lauren sonrió y agarró las flores—son amapolas, significan "estemos juntas lo antes posible"—Lauren volvió a sonrojarse, no sabía cuántas veces lo había hecho en tan solo unos minutos, Camila le guiñó un ojo.
—Son muy hermosas gracias—Le dio un pequeño beso en la mejilla sonrojada de Camila.
Camila se acercó lentamente, reduciendo poco a poco el espacio entre ellas. Sus labios se rozaron y suspiraron, como si hubieran estado esperando ese simple roce de labios por mucho tiempo. Camila ya no pudo resistirse más y junto sus labios en un beso lento, nada apresurado, era tierno y lento. Se separaron lentamente, Lauren sonrió cuando abrió los ojos y se encontró con Camila aún con los ojos cerrados pero con una sonrisa en la cara.
Camila suspiro y abrió los ojos encontrándose con la mirada de Lauren, le volvió a sonreír risueña—Sabes que eres hermosa ¿ci-cierto?—Camila se quedó mirándola—¿Lo sa-sabes?—insistió con la pregunta.
—Lo se cuando me miras de esa manera—le acaricio la mejilla.
—Vamos a mi casa para que conozcas a nana ¿si quieres venir no?—Pregunto por si las dudas.
—Claro que quiero—afirmó.
—Entonces vamos—volvió a entrelazar su mano con la de Lauren.
Las dos chicas se encaminaron a la casa de Camila. Cuando llegaron Camila abrió la puerta de seguridad para recientes y el guardia la saludó, como siempre no se acercó y se sintió incómoda pero lo saludó para no ser descortés.
—Bienvenida a mi hogar—se mordió el labio nerviosa, mientras dejaba pasar a Lauren.
—Wow es muy hermosa—miraba todo con gran atención.
—Gracias—Camila soltó un risita.
—No tú, boba—Camila fingió estar ofendida—Tú también eres hermosa pero yo me refería a la casa.—Camila movió la cabeza de un lado a otro, como diciendo "no te creo pero está bien".
Lauren se quedó pensando—¿donde esta nana?
—Oh si, la última vez que la vi estaba por aquí—Le señaló la cocina—Vamos—agregó.
Lauren entró después de Camila, encontrándose con una señora con no más de sesenta años, dedujo. Nana estaba tan concentrada en hacer los panqueques que todavía no se había percatado de la presencia de las dos chicas que la miraban atentamente.
—Nana eso huele delicioso—Camila se acercó y aspiro el aroma.
—Oh, volviste mi niña—Volteo hacia Camila encontrándose con la presencia de la ojiverde.
—Oh, tenemos visita.
—Nana, ella es Lauren—Lauren levantó su mano.
—Yo soy Mariela, pero me puedes decir nana, cariño—Ignoro la mano extendida de la chica y le dio un abrazo.
—¿Tienes hambre? Eh hecho panqueques para esta señorita—señaló a Camila—Pero tú también tienes que probarlos, me salen excelentes—Lauren iba a negarse—No acepto un no como respuesta—sentenció.
—Entonces creo que tendré que probarlos—contestó Lauren.
—Bien, vamos a ir a mi habitación—Lauren asintió avergonzada—¿nos podrías llevar el desayuno para haya? ¿O de-decirle a Marcos que lo ha-haga?—nana asintió, Lauren agradeció su hospitalidad y salió de la cocina, Camila volteó a ver a nana severamente, esta se limitó a guiñarle un ojo antes de que Camila saliera en busca de Lauren.
Subieron en silencio en dirección a la habitación de Camila, cuando estuvieron en frente de la puerta, Camila la miro con vergüenza y timidez acumulada.
Empujó la puerta lentamente—Está es la Cami cueva—Lauren se rio bajo.
—Que lindo nombre—Camila la miro unos instantes—Lo digo enserio.
—Yo creo que no—Lauren entró, Camila soltó un suspiro para después ella también entrar cerrando la puerta.—Y ese no es su nombre.
—¿Ah no?—Negó con su cabeza—¿Entonces como se llama?—Lauren cuestionó.
—¿De ve-verdad piensas que le tengo nombre a mi habitación?—Lauren levantó una ceja—Esta bien, su nombre es...—Lo pensó unos momentos.—Te lo dire un día de estos.
—¡Eso no se vale!
—Pues... yo digo que si—le dijo Camila.
—Wow, tienes muchos libros—Empezó a inspeccionar los estantes de libros de Camila.
Camila se rascó la cabeza avergonzada—Si... tengo de todo un poco.
—Pues estoy impresionada—Empezó a leer los títulos y autores.
—¿No te párese un poco ñoño?—le pregunto curiosa y avergonzada Camila.
—No, se me hace muy cool y es bueno que leas, mucha gente no lo hace—Lauren le sonrió antes de seguir inspeccionando la habitación.
—No saben de lo que se están perdiendo—Camila la seguía de cerca.—Es como tener una televisión en tu cabeza.
—Sabes, me acuerdo que una vez Verónica había dicho que seguramente eras una nerd—Camila se sentó en su cama—fue la vez que hablaste con nosotras, cuando le diste su pluma a Dinah.
Camila asintió—Me acu-acuerdo de ese día.
—Pues, ese día también Dinah dijo que si lo eras, no lo parecías.
—¿Lo tomo como un halago?—palpó la cama a lado de ella para que Lauren se sentara.
Lauren sacudió su cabeza mientras soltaba una risita y se sentó—Espera, deja termino.
—Okay ya no te interrumpiré—le dio un empujón en broma—continua.
—Dinah dijo que lo más probable lo único nerd que tengas sean libros en tu habitación, pósters de superhéroes y cómics.
Camila levantó la mirada al techo de su habitación—Déjame adivinar—Lauren la miro curiosa por lo que diría—Y Ve-Verónica dijo que eso era muy ne-nerd.
—¡Adivinaste!—Se produjo un silencio cómodo.
—Pero mira—Camila se acercó a la cómoda que estaba del lado derecho de su cama y le hizo una seña para que Lauren también se acercara—No se equi-equivocaba—Abrió el cajón de abajo y habían bastantes cómics, Lauren no se sorprendió, secretamente también lo esperaba.—Pero no tengo pósters—Lauren la miro con duda—Ya no, al menos no pegados por mi habitación, los tengo guardados en mi armario.
Lauren la miro con gracia—¿Qué?los cómics también son lo más—se defendió Camila.—Tengo una pequeña variedad de cómics, por ahora—le advirtió.
—Te creo—Lauren levantó sus dos manos y las dos chicas soltaron una carcajada.
—Tengo de superhéroes, de animales que hablan—Lauren la miro extrañada—hablo enserio, también tengo algunos cómics de Archie—Se los mostró—¿has oído de los cómics de Archie?—Lauren negó apenada.
—Tendré que mostrarte algunos—Le dijo severamente—¿ni siquiera cuando salían en los periódicos?—preguntó esperanzada, pero Lauren negó.—Esta bien—suspiro
—¿Quieres ver una pe-película o algo?—Camila la miro con duda.
—Claro—Un toque en la puerta las interrumpió.
—Pase—gritó Camila.
Nana entró con la comida, las chicas le agradecieron y luego nana se fue.
—¿Qué quieres ver?—Camila se levantó y prendió la televisión antes de aventarse de vuelta a la cama.
—¡Camila, los panqueques, cuidado!—Lauren apenas los había salvado de ser volcados por el peso de la morena.
—Lo siento, lo siento—Camila se rio.
—No es gracioso—Lauren hizo un puchero.
—Que linda te vez con ese pu-puchero—Camila se acercó y le dio un rápido beso, Lauren se sorprendió, ni siquiera le dio tiempo a responder.
Estuvieron viendo una película completa, ni siquiera habían visto que ya habían pasado dos horas, Lauren quito la bandeja con los utensilios utilizados y los puso en la cómoda a lado de la lámpara de lava que estaba ahí.
—¿Lauren?—La ojiverde volteó a ver a Camila, la morena se sonrojó y se levantó un poco para poder atrapar los labios de Lauren en un beso.
Al principio el beso fue lento y un tanto tierno. Solo labios con labios, sorprendentemente Camila fue la que tomó la iniciativa y delineó el labio inferior de Lauren para poder profundizar el beso. Lauren aceptó gustosa y le dio paso a la lengua de Camila para que se encontrara con la de ella y empezaron con una batalla para ver quien tenía el control. Lauren empujó a Camila para que se recostara en la cama aún sin romper el contacto. Camila se recostó despacio para evitar sentir tanto dolor por los golpes, se separó un poco de Lauren, rompiendo el contacto para recuperar el aire necesitado.
—Eres muy linda—Camila le acarició la mejilla sonrojada, Lauren respiraba pesadamente pero le sonrió. Sus miradas se conectaron unos segundos, Lauren se inclinó para volver a conectar sus labios. Esta vez no esperaron y juntaron sus lenguas en otra batalla pero esta vez dejando que cada una explorara a la otra.
Lauren pasó una pierna a cada lado de Camila tratando de no aplastarla para no hacerle más daño. Sin importarle, Camila agarró su cintura con manos temblorosas juntando sus cuerpos, las dos chicas suspiraron al poder sentirse. Lauren rompió el beso y empezó a bajar por el cuello de Camila dejando pequeños besos, escuchando los suspiros que salían de la boca de Camila.
—Q-quiero que seas mi no-novia—Apenas se escuchó la voz de Camila, Lauren se separó del cuello de la chica para mirarla a los ojos—Quiero que seas mi novia.
—Y yo quiero ser tú novia.
—No, lo que quiero decir es...—Se acomodo un mechón de cabello que había caído en su frente—¿q-quieres ser mi novia?
Lauren abrió los ojos—¿hablas enserio?—Camila asintió—Claro que quiero—Sonrió, se acercó a Camila besándola una vez más. Inconscientemente se movió un poco para poder encontrar una posición más cómoda pero causando una fricción entre sus partes íntimas, arrancándole un gemido a Camila.
Posó su cabeza en el hombro de Camila, escuchando su agitada respiración sabiendo que la suya estaba igual. Esta vez consciente de lo que hacía volvió a frotarse contra Camila. Camila abrió los ojos sorprendida, pero soltó un suspiro, se sentía tan bien para ella. Camila agarró de nuevo su cadera y ahora fue ella la que causó la fricción, Lauren levantó su cabeza en busca de los ojos de la morena. Cuando estos se encontraron, se contemplaron en silencio, Lauren se frotó una vez más, Camila cerró los ojos pasando saliva.
Lauren podía sentir como el miembro de la chica abajo de ella empezaba a crecer y hacía que el contacto sea más placentero. Se acercó a la cara de Camila dejando un pequeño beso en sus labios, bajando hacia su cuello una vez más para empezar a dejar besos y mordisquear un poco. Camila empezaba a sentir que la presión que sentía en sus pantalones se empezaba a hacer insoportable y dolorosa. Lauren se separó de ella viéndola intensamente y luego a su camisa y luego de vuelta a ella, dándole a entender que quería quitársela. Camila de inmediato se sentó un poco aún con Lauren en su regazo, apoyo su espalda en la cabecera de la cama, sintiendo un poco de dolor por el repentino movimiento, Lauren se dio cuenta de la mueca de Camila y cuando iba a pararla la morena se sacó su camisa quedándose en un simple top deportivo gris.
Ahora Lauren podía apreciar las vendas que cubrirán las costillas de Camila y sus hematomas. Camila avergonzada se quizo tapar de nuevo con la camisa pero Lauren atinó a pararla.
—No.—Lauren acaricio el abdomen marcado de la chica—Eres hermosa.
Camila negó—Eso no es ci-cierto—Camila volvió a tratar de ponerse la camisa pero Lauren se la quitó de las manos lanzándola por algún lado de la habitación.
—Eres muy hermosa Camila—Lauren la beso haciendo que los pensamientos de Camila se esfumaran. Lauren posó sus dos manos en el abdomen de Camila mientras le mordía el cuello. Camila agarró la blusa de Lauren de la parte de abajo metiendo una de sus manos debajo de esta, acariciando la piel caliente de la ojiverde.
Lauren volvió a frotarse haciendo que ella y Camila soltaran un pequeño gemido solo audible para ellas dos. Camila ya desesperada, agarró de nuevo la blusa de Lauren con las dos manos levantándola, Lauren subió sus dos brazos para que Camila pudiera sacarle la prenda, dejándola en un simple sostén color negro. En cuanto la prenda estuvo fuera; la mirada de Camila se traslado a los pechos de Lauren solo cubiertos por el sostén. Lauren se sonrojo, se sentía expuesta ante la mirada de la chica.
—Tú sí que eres hermosa—Camila le dio un tierno beso—Eres un ángel, mi ángel—Camila se apresuró a besar la piel descubierta por el sostén, Lauren suspiro por el contacto. Camila le empezó a dejar besos por el cuello escuchando los sonidos que salían de su ángel.
Camila busco el broche para poder quitarle la prenda que separaba su boca de los pechos de su ahora novia, aún sin dejar de repartir besos y uno que otro chupetón en el cuello de la otra chica al fin pudo encontrarlo, lo desprendió haciendo que el sostén cayera por los bezos de Lauren. Camila se había quedado maravillada con la vista que ahora tenía y ahora era la ojiverde quien se sentía avergonzada.
Antes de que Lauren pudiera decir algo, la morena levantó una de sus manos acariciando su pecho derecho haciendo que Lauren suspirara de placer, tenía los ojos cerrados con la cabeza ligeramente inclinada hacia atrás. Mientras Camila apreciaba sus pezones ya erizados que parecían suplicar para que los capturara en su boca. Los volvió a acariciar disfrutando de como se sentían debajo de sus manos y como los pezones se endurecían aún más gracias a su toque.
—Eres preciosa—dijo encantada.
Inclinó la cabeza para lamer un pezón, saboreándolo y frotándolo con la lengua, Lauren emitió un gemido tratando de que no sonara tan fuerte. Camila llevó su boca al otro pezón mientras que con la otra mano le daba pequeños pellizcos al pozón derecho. Lauren enredó sus dedos en la cabellera de Camila disfrutando de lo que su novia estaba haciendo con ella.
—Aaah—gimió.
Camila levantó su cabeza para mirar a Lauren.
—No, no... pares—Suplico.
Camila sonrió un poco sonrojada pero moviéndose un poco adolorida.
—Oh, ¿Te estoy haciendo daño?—Camila negó rápidamente.
—No es que...—Se sonrojó hasta parecer un tomate—Me duele ahí—Señaló su pene.
Lauren suspiro mientras sonreía coquetamente. Bajo sus manos hacia el pantalón de Camila desabrochándolo y bajando la bragueta, dejando ver cómo su bóxer gris apretaba su ya muy notable erección. Camila se sintió un poco mejor, pero aún el bóxer apretaba su miembro causándole molestia.
—¿Estas bien con esto?—Lauren la miro confusa por la pregunta que le acababa de hacer.—Ya sabes, ¿no vamos muy rápido? Lite-literalmente hoy te acabo de pe-pedir que seas mi novia.—Lauren se quedó pensando.
Tres toques se escucharon del otro lado de la puerta—¿Chicas ya no quieran nada más?—Las dos chicas pudieron distinguir fácilmente la voz de nana.
—Creo que eso es una se-señal—Lauren se bajó del regazo de Camila mientras esta se ponía su camisa con una mueca por el dolor que sentía en todo su cuerpo y cuando es todo el cuerpo, es todo. Lauren agarró su sostén y se lo colocó rápidamente ante la atenta mirada de Camila, eh hizo lo mismo con su blusa.
—Amm... ¿Camz?
—¿Si...?—Si fuera una caricatura a Camila se le hubiera salido la saliva como a un perro cuando ve una rica comida.
—Tienes que taparte eso—Camila bajo su mirada a lo que su novia apuntaba y si, apuntaba su pene aún erecto.
Camila sonrojada trató de abrocharse el pantalón pero no podía—¡Oh, vamos!—Lauren soltó una risita tratando de taparla con su mano.
—¿Chicas?—preguntaba nana.
—¡Puedes pa-pasar nana!—Camila agarró una almohada y se la colocó en la entrepierna.
—¿Están bien chicas?—Las dos se voltearon a ver, Camila le guiñó un ojo antes de volver su vista a nana.
—Si, todo bien. Estábamos viendo una película y luego nos pusimos a platicar, ¿verdad Lauren?—La ojiverde asintió a lo dicho por Camila.
—Esta bien...—nana las miro con sospecha.—entonces ¿no quieren ni necesitan algo más?—negaron al mismo tiempo.
Nana se fue y dijo que estaría en la sala por si la necesitaban, las dos chicas sintieron como la presión en su pecho al casi ser descubiertas ya empezaba a desaparecer.
—Eso estuvo muy cerca—Camila suspiro.
—Muy cerca—concordó su novia.