Sigo sin superar avengers infinity war!!! 😢😢😢 no puedo creer ese final! Ya quiero la próxima película!!! 😤😤. Ahora si, disfruten el capítulo...
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Pérdida.
Esa es la palabra en cuestión, ¿cómo aceptas la partida de la persona que amas? ¿Cómo te preparas para decirle adiós eternamente a una parte de tu corazón? Aunque leas todos los libros de autoayuda que quieras y trates de mentalizarte, de hacerte a la idea, como si de un mantra se tratara, no puedes hacerlo.
Después de la revelación de Uriel y que parcialmente abrí mi mente a la posibilidad de que fuera real, lo ayude a cumplir con sus tareas, al menos era eso lo que le decía a mis papás para que me permitieran estar todo el tiempo posible con él. Lo que si era real y todo mi ser lo sabía era la despedida. La inminente y terrible despedida.
Comenzamos con la chica que vi el otro día en el bar de mala muerte, donde encontramos a Ken, resulta que era una chica con muchos problemas; empezando con sus inseguridades, siguiendo por el hecho de que gustaba de autolesionarse, realmente no quise meterme mucho en el asunto, no soy muy buena dando palabras de aliento. Y menos aun soy una persona preparada para dar un punto de vista profesional. Pero ella tenía otros planes, lo único que buscaba eran amigos, cosa que claro que podía hacer. Paola, era una chica realmente linda, pero el haberse quedado con un padre que no sabía cómo manejar a su hija, solo hizo que sus inseguridades aumentaran, se creía una chica que no era amada, pero nos dimos cuenta que no era así, solo que su padre no sabía cómo abrir su corazón. Dejándolos en manos de profesionales pero habiendo acercado a padre e hija Uriel cumplió una tarea más.
Era su tercer tarea cumplida, solo quedaban cuatro por lograr. La primera fue la Señora Alicia y el segundo el abuelo cascarrabias. Era martes por la tarde y nos dirigíamos hacia la casa de un chico del instituto, al que sinceramente nunca había notado, pero apenas era su primer año de bachillerato.
Kevin, ese es su nombre, y por lo que me conto Uriel, desde el año pasado que perdió a su mejor amigo, un suicidio, su vida cambió drásticamente. Sobre todo por el hecho de ser tan allegado a su amigo y no poder ayudar. Culpa es lo que siente al no presentir ese terrible desenlace. Cualquiera sentiría algo así, sin embargo no es lo correcto y la culpa solo te amarga y no ayuda. La culpa hunde, destruye, y Uriel vino aquí para construir, así que… aquí vamos.
Tocamos el timbre de la puerta y esperamos, Kevin no sabe que venimos para su casa, intentamos hablar con él en el instituto, pero nos esquivo de forma bastante efectiva, así que tendremos que arriesgarnos a que no nos abran la puerta. Esperamos; yo nerviosa y Uriel siempre confiando en sí mismo, cuanto admiro su fe.
Después de unos instantes una mujer de mediana edad, pequeña y delgada nos abre la puerta, una sonrisa se forma en su boca al momento de vernos, debe ser la mamá de Kevin.
- Buenas tardes, señora, ¿es usted la madre de Kevin? – interroga Uriel.
- Si, ¿y ustedes quiénes son? – la pobre mujer obviamente duda, nunca nos habíamos topado en la vida.
- Estudiamos en el mismo instituto y quisimos pasar a ver a nuestro amigo – miento, porque en la vida le he dirigido la palabra a este chico.
- Que sorpresa, nunca los había mencionado – ella nos ve con mucha sorpresa, como si no se creyera que su hijo tuviera amigos, si hasta tu madre ha perdido la esperanza, eso debe ser grave. Lo cual solo puede aumentar mi compasión por el chico.
- Es que recientemente nos conocimos y queremos ser sus amigos – responde amablemente Uriel.
- Bueno, ahora mismo está en su habitación – responde con una sonrisa indecisa – pasen, y permitan que vaya a buscarlo – entramos a la casa, muy bonita debo agregar, y ella empieza a subir la escalera, cuando llega a mitad de las escaleras se vuelve hacia nosotros – ¿cuáles son sus nombres?
- Uriel y Lizzy – informa Uriel, a lo que estoy segura, no significara nada para Kevin.
Esperamos a que vuelvan, Uriel como siempre irradiando felicidad por cada poro de su grande y hermoso cuerpo, y yo mordiéndome las uñas, estoy aquí para ayudar a Uriel, no soy para nada la persona para esa tarea, no nací con ese talento.
- Todo va a estar bien – me tranquiliza mientras acaricia mi espalda, siempre sabe el momento en que necesito que me reconforte, no sé qué hare cuando se vaya, algo en lo que no quiero pensar. Asiento para qué sepa que estoy de acuerdo
Kevin baja seguido de su mamá, tiene las manos metidas en los bolsillos y ni siquiera nos ve, debe estar desconcertado por nuestra extraña visita,
- Hola, amigo - lo saluda Uriel, saca de su bolsillo una película de superhéroes – ¿recuerdas la película de la que hablábamos el otro día? La conseguí para que la viéramos juntos. – Kevin levanta un poco la vista, lo justo para echarle un vistazo a la película, casi imperceptiblemente su rostro se ilumina y sin pronunciar palabra se dirige a la sala.
- ¿Tú ya lo conocías? – le susurro en reproche.
- Claro que si, ¿tú no? – me interroga – es un chico silencioso pero listo. - Le doy una mirada oscura porque nunca se le ocurrió decirme ese pequeño detalle.
- Yo haré bocadillos ¿Está bien? – nos informa la mamá de Kevin, estoy a punto de seguirla pero Uriel toma mi mano.
- Quiero presentarte a Lizzy, ella es una persona muy importante para mí. – Uriel besa mi mejilla.
- ¿Es tu novia? – pregunta en voz baja Kevin. Uriel y yo nos miramos ¿Qué somos? ¿Que soy para él? En la mirada de Uriel nunca veo vacilación, solo mucho cariño.
- Si – le responde – es mi novia y mucho más. – la pregunta es hasta cuando, ¿hasta la próxima semana?
Sin más comunicación nos sentamos a ver la película y por increíble que parezca conforme va transcurriendo la película, Kevin se suelta de a poco. Todos comentamos lo que sucede con los vengadores y el maldito Thanos, Kevin y yo somos fans de la secuela, así que comentamos datos de las otras películas y Uriel pregunta cuando no entiende algo. Es increíble la transformación de Kevin.
Para cuando la película llegaba a su final y esperábamos desesperadamente que alguien acabara con ese Titán loco de una vez por todas y los héroes ganaran. Casi morimos de un infarto cuando Thor falla y Thanos logra su macabro cometido. Nos quedamos en silencio, aguantando la respiración, esperando las escenas después de los créditos. Después de ver a Fury mandar un mensaje por bíper y luego se desintegra, se acaba definitivamente e incluso la mamá de Kevin se queda en silencio, no salgo de mi asombro, de mi estupor. Qué cosa más espantosa. Al menos no murió el hermoso Cap.
- Voy a morir – el primero en romper el silencio es Kevin – ¿qué locura fue lo que paso? ¿El hombre araña… murió?
- No puedo creerlo – susurro.
- ¿Qué clase de loco es ese Thanos? – pregunta Uriel con los ojos muy abiertos – mato a la mitad de la humanidad.
- Y extraterrestres también – informo sombríamente.
- Voy a investigar ahora mismo que significaba ese logotipo que apareció en la cosa esa - se refiere al bíper, supongo. Corre a su habitación para conseguir respuestas, estoy muy tentada a correr tras de él.
- Bueno, creo que ya recordé porque no veo esas películas – la mamá de Kevin se levanta y nos invita a cenar. Aceptamos gustosos. Mientras comemos Kevin no para de bombardearnos con toda la información que recolecto en internet, y todos estamos tan interesados que se nos pasa el tiempo volando.
Ya casi es mi hora de permiso así que nos ponemos de pie para marcharnos, agradecemos la cena y nos encaminamos hacia la puerta, ya allí nos volvemos para despedirnos.
- Gracias por todo, señora – vuelve a agradecer Uriel, luego se gira hacia Kevin. – ¿podría darte un abrazo? – Kevin se le queda mirando extrañado, yo haría lo mismo. Aunque ahora sé el motivo del porqué lo hace; los ayuda a expulsar los malos sentimientos y pensamientos, todo lo toxico que hay en tu interior. Es algo así como un desinfectante de almas y corazones. Dios, perdóname, que mala analogía.
- No creo que… sea buena idea… - balbucea un poco sonrojado.
- No tiene nada de malo un abrazo – aseguro tratando de disipar la incomodidad – siempre te hace sentir mejor, vamos, un abrazo en grupo, lo hago todo el tiempo con mi familia- sin esperar a que hagan algo, tomo la iniciativa y atraigo a Uriel y Kevin. La mamá de Kevin también se nos une, siento un escalofrío en la espalda y sé que eso significa que Uriel está obrando su magia por llamarlo de alguna manera.
Incluso la pesadez que embarga mi alma se siente un poco más ligera, solo un poco. Oigo que Uriel le susurra a Kevin algo demasiado bajo para que pueda escucharlo, cuando nos separamos puedo vislumbrar el cambio en sus rostros, en sus miradas. Se ven más relajados, menos heridos.
Nos despedimos de esa familia y nos dirigimos hacia mi casa, en el camino no hablamos, solo disfrutamos del paseo tomados de la mano, quiero vaciar mi mente y no pensar en nada, o al menos deseo empujar los pensamientos lejos de mi consiente.
Cuando llegamos a casa nos encontramos con que papá quiere salir a matar a Ken, mamá está tratando de detenerlo y Jane esta acurrucada en el sofá hecha un mar de lagrimas. Corro inmediatamente hacia ella y le pregunto qué pasó. Balbucea cosas que no entiendo, trato de que se tranquilice para poder entenderla, pero solo solloza más fuerza, el hipo no deja que pueda hablar bien.
Con cada segundo que pasa me aterrorizo con lo que fue capaz esa bestia de hacerle a mi hermana. Se lo advertí a Ken, no iba a permitir que el volviera a lastimarla, a hacerla llorar. No permitiré que papá vaya tras él, no sé de lo que sería capaz y definitivamente no permitiré que mi papá se meta en problemas por alguien como él.
- M-me… rompió – un hipido la detiene – el… co-corazón… - logra decir Jane y eso es todo lo que necesito para que me hierva la sangre y me tenga en pie en segundos.
- ¿A dónde vas Lizzy? –me interroga mamá
- A matar a un desgraciado – le respondo apretando los dientes. Soldado advertido no muere en guerra, Ken...