Gracias a todos los cielos Kara no sabía de la "fortaleza de la actitud", por lo que estarían a salvo por el momento de los brazos sobreprotectores de su tía kryptoniana, aún así debían mantener calmados sus latidos (cosa que no podían evitar al averse encontrado taaan pegados en el portal para ir).
- Bueno, aquí estaremos relativamente a salvo...
- Si, eso creo....- respondió el híbrido al murciélago.
Bien, estaban solos en las profundidades del mar, en su propia fortaleza restaurada y mejor equipada, seguros en la intimidad del lugar para cualquier actividas que quisieran realizar fuera de los ojos fisgónes...
Bien, ¿iban a retomar lo de antes?.
Sus pensamientos divagaron llevándolos a sentarse en el sillón que constituía como "una sala de estar" en el lugar, Damián apretaba las mangas de su suéter rojo en su regazo con la mirada baja, pensativo, ¿qué estaría pensando Jon? ÉL de verdas había querido continuar aquéllo, no le importaba que les descubrieran, quería probar que se había ganado al de ojos azules, pero era como si el destino conspirara contra ellos.
Por otro lado Jonathan estaba recargado en el respaldo con un cojín entre sus manos y pecho con la mirada pérdida en el techo, los habían descubierto en lo que obviamente era el inicio de un beso ¡juraría que sus labios habían rozado! Un tacto tan pequeño...., Dios, ¡casi besaba a Dami! ¿qué estaría pensando Damián?. Poco a poco el cojín descendió hasta su regazo y él dejó de lado sus brazos liberando un pequeño suspiro.
- Jonathan/Damián ... - dijeron al mismo tiempo inclinando sus miradas al otro.
Entonces alzaron una pequeña sonrisa.
Poco a poco el moreno se dejó caer al regazo del kryptoniano, recargando su cabeza en el cojín cómodamente y Jon empezó a juguetear con sus cabellos, enredando y peinandole en un tacto un poco tímido con sus dedos.
Nadie podría interrumpirles allí.