JI MIN
No esperaba verla en clase hoy, pero ha venido. Viva y coleando. Está hablando con un compañero de clase con mucho entusiasmo. Como si ayer no hubiera pasado nada.
Después de clase se levantó para irse enseguida. No me dio ni una mirada y no puedo evitar sentirme molesto. ¿Ni siquiera me va a agradecer por llevarla a la enfermería ayer? ¿Ni siquiera me va explicar por qué se desmayó? ¿Qué es lo que ha pasado ayer?
Me levanté y caminé rápido para alcanzarla. Ella no tenía prisa por lo que la alcancé. La agarré del brazo demasiado fuerte para mi gusto.
—¿Te vas sin más?
—¿De qué estás hablando? Mi siguiente clase no es allí. ¿Qué más haría? —dijo e intentó liberarse de mi agarre— Ji Min suéltame, me estás haciendo daño.
Ella trató de quitar mi mano pero no la solté.
—¿No vas ni siquiera a agradecerme? —pregunté.
—¿Para qué?
—Ayer. Joder Ji Ah. ¡Deja de actuar como si nada hubiera pasado!
—¿De eso se trata todo esto? ¿Porque no te agradecí? Pues gracias. Gracias por llevarme a la enfermería. Gracias por no dejar mi cuerpo inconsciente en algún lugar del campus. ¿Vale? —dijo ella. Siempre me ha gustado la parte lionesa de Ji Ah pero esto no me está gustando.
—¿No vas a decirme por qué te has desmayado? ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Ni siquiera vas a decirme que estás bien ahora?
—¿Qué demonios Ji Min? ¿Y a ti que te importa? ¿Qué te importa que es lo que ha pasado ayer? ¿Qué te importa si estoy bien o no? ¿Qué-
—¡PORQUE ME PREOCUPÉ POR TI! —dije y ella se quedó callada. Se sorprendió al igual que yo me sorprendí de mi mismo. Quería callarme pero mi boca parece tener su propio cerebro— ¿Sabes cuánto me asusté verte inconsciente? ¡Maldita sea! ¡Estaba muy preocupado y nunca he estado tan preocupado antes! ¡Nunca! ¿Y ahora me preguntas que qué me importa si estás bien o no? ¡Mierda! —dije y solté fuertemente su brazo. Ella no pudo decir nada.
Mi corazón estaba latiendo muy rápido. Estoy muy enfadado ahora mismo. Intenté no explotar así pero no podía contenerlo más. Ella seguía mirándome con una expresión en blanco.
—¿No vas a decir nada?
—No me grites —contestó Ji Ah y pasé la mano por mi cara.
—Eres imposible —dije agitando la cabeza. Iba a darle la espalda para irme pero de repente ella habló.
—No pude dormir la otra noche. Tampoco pude comer el desayuno. Por eso me he desmayado y... estoy bien. Estoy bien ahora, ¿vale? —contestó calmada.
No sé que es lo que me entró en la cabeza y la jalé y la abracé fuerte. Parecía como si me hubieran pegado en el pecho y no puedo respirar.
—Estaba preocupo. Malditamente preocupado —susurré. Ji Ah estaba inmóvil, como si se hubiera congelado. Su cuerpo estaba tenso, como si tuviera miedo a mover un musculo.
Cuando la abracé pensé que nunca la soltaría. Ese pensamiento me hizo querer soltarla, pero no lo hice.
—¿Qué estás haciendo? —dijo Ji Ah.
—Eso mismo quiero preguntarme —dije. Ahora mismo no tengo ni idea qué estoy haciendo.
¿Por qué Ji Ah no me ha empujado? Quería que lo hiciera, necesitaba que lo hiciera. Quiero que me recuerde que no la debería estar abrazando. Nunca he abrazado a una chica. Solo beso, follo y se acabó.
¿Despiadado? ¿Mujeriego? ¿Rompecorazones? Nunca negué esos títulos pero tampoco los he confirmado. Puedo ser despiadado pero no soy mujeriego. Flirteo pero no siempre. La mayoría de las veces ellas son las que se acercan a mí. ¿Rompecorazones? No hay nada que romper. Todas saben que no hay 'nosotros'. Todas saben que no hay compromiso.
Pero con Ji Ah... es diferente. Admito que me preocupé por ella. Lo acepto, pero no me gusta el hecho de que lo hice. ¿Pero los celos? Nunca lo había experimentado. ¿Así que cómo lo voy a saber? ¿Cómo sé yo que estaba celoso? Solo de pensarlo suena estúpido.
Yo no me pongo celoso. Fin. ¿Pero qué es lo que estoy pensando?
Estaba tocando mi labio inferior mientras miraba a Ji Ah desde mi sitio. Ella está hablando con el que está a su lado y sonriendo. Quiero que sonría así conmigo. Quiero que me sonría así. Quiero ser la razón de que esté feliz.
Esto me está confundiendo. Mis sentimientos, mis pensamientos, nunca había pensado en alguien o en algo así. No sé si debería gustarme lo que estoy sintiendo. Quiero odiarlo pero también me gusta sentirlo también. Es desconcertante. Es como si no supiera reacionar por lo que está pasando en mi cabeza y en mi pecho.
¿Estoy enfermo?
Miré hacia Ji Ah de nuevo y es como si alguien me hubiera pegado muy fuerte en el pecho.
Sí estoy enfermo.
Ji Ah me miró de repente, me pilló mirándola así que sonreí de lado. Su sonrisa desapareció y arqueó la ceja.
Después del abrazo de antes, ella siguió actuando normal. Mientras que yo pretendí actuar normal. Por su bien y por mi sano juicio. No me está gustando cada detalle que estoy notando de ella.
Su sonrisa, la forma en que sus comisuras se suben al sonreír es siempre la misma, la misma medida y la misma chispa. Es como si todo fuera calculado y nunca deja de sorprenderme. Es como si fuera la pieza que falta en un puzle.
Hay una parte de mí que le gusta verla sonreír. Aunque yo no fuera la razón, quiero verla feliz. Por primera vez he puesto los sentimientos de alguien por encima del mío. Nunca había sido así, ni siquiera con Ha Young y mi propia madre.
Otra cosa que he notado es la forma en que gesticula su mano mientras está hablando. La manera en que sus ojos brillan o se oscurecen cuando está contando algo. Ella es animada cuando le gusta el tema. Algo que nunca la he visto hacer conmigo porque nunca hablamos realmente. Solemos discutir más.
Entonces me he dado cuenta que no sé nada realmente de Ji Ah. No sé cuál es su color favorito. Su comida favorita. Que es lo que hace cuando está aburrida. Que es lo que más odia y que es lo que más le da miedo. Que es lo que le excita, vale, probablemente me llevé un golpe en la cara si pregunto eso pero soy un chico.
El pensamiento de que Tae Hyung conoce todos esos detalles... revoluciona el motor. No de buena manera. Me dan muchas ganas de pegar a alguien.
Mi móvil vibró y lo miré. Es un mensaje de Ji Ah.
"Deja de mirarme."
Sonreí y respondí. "No quiero. Me encanta mirarte."
Levanté la mirada y esperé que leyera mi mensaje. Ella abrió los ojos y se puso roja como un tomate. Me dio una mala mirada y la guiñé. Agitó la cabeza y guardó su móvil.
Dejé de mirarla y miré hacia la pizarra. Estaba golpeando la mesa con mis dedos y no pude evitarlo.
"Te sigo mirando."
No la miré enseguida. Esperé como seis segundos y después la miré. La pillé mirándome a ver si yo realmente la estaba mirando. No esperé que respondiera. Su reacción era suficiente para hacer mi día y llenar mis antojos de Ji Ah por el resto de la semana, bueno tal vez no una semana. Pero al menos unos cuatro horas o posiblemente más.
Le di una ultima mirada y ella seguía mirándome con esa expresión de gatita adorable. Tuve ganas de pellizcarla en la nariz.
Y justo allí, mirándola... me di cuenta de lo que estaba haciendo.
Me he enamorado completamente, profundamente y malditamente de Lee Ji Ah y no hay nada más que pueda hacer.