Me perteneces (COMPLETA)

Door Joly0711

4.4M 213K 13.5K

Ella....una hermosa chica con un espantoso pasado que busca un nuevo comienzo. Él....el hombre que pondrá el... Meer

Comienzo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 28 (cont.)
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 32 (cont)
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 36 (cont.)
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Epílogo

Capítulo 45

86.5K 3K 228
Door Joly0711


POV KHRIS

Myla se desmaya en mis brazos mientras yo intento recomponerme. Estamos sudados y pegajosos. Su cabello está todo pegado a su espalda y a su rostro. Salgo de ella con cuidado y la cargo en brazos hacia el baño. Me siento en el borde de la bañera con ella en brazos y gradúo el agua para llenarla. Vierto un poco de jabón líquido y entro con ella al agua con mucho cuidado de no resbalar y una vez que su cuerpo hace contacto con la calidez del agua, se estremece y se despierta de un brinco desorientada.

- Hey, tranquila, sólo es un poco de agua caliente, cielo. Te tengo - enfoca sus ojos en mí y mira el agua a nuestro alrededor. Suspira y se acurruca aún más en mi regazo - ¿Te encuentras bien? - asiente con la cabeza - ¿Acaso has perdido el habla? - levanta la cabeza y me sonríe tímidamente.

- Casi. Sólo estoy agotada y tengo mucho sueño. Quiero dormir.

- Lo haremos dentro de un ratito. Estamos muy pegajosos y no quería dejarte en la cama así hasta mañana.

- Te lo agradezco.

-¿Estás segura de que te encuentras bien? - quiero asegurarme de que lo esté, se me ha ido la mano con ella otra vez. Lo piensa unos segundos.

- Lo estoy... Pero me escuece un poco el trasero - siento remordimiento y llevo mis manos a sus nalgas y las acaricio suavemente, luego llevo uno de mis dedos a su apretado agujero en medio de sus nalgas y lo acaricio. Da un respingo - Por favor... De verdad no creo que pueda soportar más - dice en voz muy baja y me mira con miedo a los ojos. Ésta reacción suya no me gusta.

- Tranquila, no te voy a hacer nada más. Sé que has tenido suficiente por este último par de horas y también sé que se me ha ido la mano y me disculpo por eso - traga fuerte - Sólo quiero saber si te duele - niega con la cabeza.

- Realmente no duele, pero me escuece un poco cuando lo tocas - dice cohibida y me maldigo mil veces.

- Bien. Voy a limpiarte y luego cambiaré las sábanas que están hechas un desastre - baja la cabeza abochornada. Maldita sea - Cielo te he dicho que no quiero que te avergüences ni bajes la cabeza ante mí. Mucho menos que te avergüences por lo que hacemos en la intimidad de nuestra cama. Ya te he dicho que me encanta que te corras de esa manera tan escandalosa. La eyaculación femenina es algo normal. Además la hemos ensuciado los dos. Ahora date la vuelta y acomódate entre mis piernas para poder limpiarte y lavarte el cabello - lo hace y me tomo mi tiempo limpiándola con delicadeza mientras sigo cavilando en lo que acaba de suceder. Cuando estoy convencido de que la he dejado limpia hago lo propio conmigo mismo. Al terminar me levanto y envuelvo una toalla en mi cintura - ¿Crees que puedas quedarte sola por unos minutos? Sólo voy a cambiar las sábanas y regresaré enseguida.

- Está bien - cambio las sábanas con rapidez por miedo a que se quede dormida y se sumerja en el agua. Cuando regreso al baño me doy cuenta con horror que eso era precisamente lo que estaba a punto de suceder, por suerte llegué a tiempo.

- Cielo, ya es hora de salir.

La saco del agua y la seco con una toalla. Hago lo mismo con su cabello, pero no lo seco del todo. Me encantan las hondas salvajes que adquiere su cabello en la mañana luego de acostarse a dormir con el mojado. Se ve caliente y sexy como el infierno con sus ojos somnolientos y su cabello alborotado. De repente veo que me mira con recelo.

-¿Qué sucede, por qué me miras así? - mira hacia abajo.

- Tienes una erección enorme otra vez - miro hacia dónde ella lo hace y es verdad. Se me ha puesto dura sólo de imaginar cómo se verá en la mañana.

- Ven, vayamos a la cama - trato de darle la vuelta para que camine pero no se mueve - Cielo, ya sé que estás cansada. No te voy a tocar, lo prometo. ¿Por qué no me crees?

- Porque hace unas horas dijiste que de ahora en adelante las cosas iban a ser a tu manera me gustase o no.

- Sí, es cierto. Pero, maldita sea, no en el sexo. Jamás te obligaría a tener relaciones sexuales conmigo si tú no quieres. Te puedo obligar a hacer otras cosas, pero eso nunca. Eso sería como violarte y jamás te haría semejante cosa - se estremece violentamente y se aleja un poco de mí y me doy cuenta de lo hipócritas que deben de sonar mis palabras. Siento como si hubiese recibido un puñetazo en el estómago y me hecho hacia atrás recostando mi peso en la encimera de mármol del lavamanos. Me río sin ganas - Vaya, sí que soy un cabrón hipócrita. Es literalmente lo que he hecho - escucho una exclamación por su parte y al mirarla veo que tapa su boca con sus manos y niega con la cabeza fervientemente. Sus hermosos ojos aquamarina están bien abiertos y reflejan miedo. Perfecto. Lo que me faltaba, todo por comportarme como un jodido cabrón. Paso por su lado en dirección a la puerta, necesito alejarme de ella antes de hacerle más daño.

-¿Khris? - su voz es un susurro y cuando trata de agarrar mi mano no se lo permito.

- Vuelve a la cama, Myla.

- No sin tí.

-¡Que vuelvas a la cama, joder! - me mira como un cachorro herido.

Sí, definitivamente tengo que alejarme de ella. Voy a la sala y me desquito con todo lo que encuentro a mi paso y grito como un demente halándome por los pelos. No conforme con los jarrones que he hecho pedazos, le doy varios puñetazos a la pared de yeso decorándola con un tremendo agujero. Vuelvo a agarrarme de los pelos y escucho un sollozo. Al levantar la cabeza la veo pegada a la pared del pasillo. Por Dios, está calléndose a pedazos y todo por mí culpa. Respiro profundamente para calmarme y camino hacia ella con cautela. No se mueve ni un centímetro. Me detengo frente a ella.

- Cielo, te dije que te fueras a la cama.

- No sin tí - dice en un susurro tan agudo que me eriza los vellos. La abrazo y beso su frente. Ella se aferra a mí como si no pudiera estar lo suficientemente cerca - No vuelvas a repetir eso tan feo. Sé que nunca me harías algo como eso jamás.

- Sabes que es exactamente lo que hice, honestamente sí parece que te violé - levanta la cabeza de golpe y niega con la cabeza - Vayamos a dormir. Mañana hay que levantarse temprano y uno de tus hermanos te vendrá a recoger para que estés con ellos durante todo el día.

La llevo a la cama y veo la botella de aceite para masajes en la mesita de noche. Me dijo que le escocía, así que le pido que se acueste sobre su estómago para darle un masaje. Al hacerlo, noto las marcas del cinturón en sus nalgas. Son de un rojo brillante y sé que pronto se tornarán moradas. Me maldigo mil veces, tiene que dolerle horrores. Ésta es la razón por la que no quería perder el control con ella. Sabía que iba a llegar un punto en el que perdería el control totalmente y le haría daño. Vierto una mínima cantidad de aceite en mi mano y lentamente le masajeo. Dió un respingo al sentir mi contacto. Le masajeo por sólo un par de minutos y le digo que se vuelva hacia mí. La miro directamente a los ojos.

- Estás tremendamente marcada y no sabes cuánto me arrepiento de haber perdido el control contigo. Ésta es la razón principal por la cuál no quería perderlo en un principio - me mira horrorizada y niega con la cabeza - No sabes cuánto lamento lo que te he hecho.

- No, Khris, no lo hagas - esto capta mi atención.

- ¿Cómo que no lo haga, te has vuelto loca?

- Yo... - se quedó muda.

-¿Tú qué? - la observo pero no dice nada. La llevé al extremo porque a mí entender es lo que necesita, necesita el dolor y tengo que preguntar - Myla, dime una cosa, y por favor sé completamente honesta conmigo. ¿Realmente te forcé y te obligué a hacer algo que no querías o sólo lo decías porque estabas asustada por no saber lo que iba a hacerte? - espero con calma a que responda pero no lo hace - Cielo, necesito saber, contéstame por favor.

- Me da vergüenza - dice en voz baja y luego me mira a los ojos.

- Cielo, ya te dije que no quiero que te avergüences de nada, ven - la halo hacia mí y la ayudo a acostarse en la cama. La tengo envuelta en mis brazos, pero la acomodo para que nos miremos a la cara. Noto que su piel está fría y halo el edredón para cubrirnos a ambos - Cielo, sé que te llevé demasiado lejos, te presioné demasiado y lo siento. Y también sé que es muy tarde para pedir disculpas, por lo tanto no espero que me perdones. Por ésta razón era muy importante para mí controlarme y no encontrar ninguna vía de escape para mi carácter. Sabía que algo como esto iba a pasar. Te estoy haciendo daño - negó con vehemencia.

- No, no lo haces, te juro que no lo haces.

- Sí, lo hago. Me dejé llevar y te hice daño. Sólo mírate. Estás llorando y estás asustada. Me hice creer a mí mismo que todo lo que leías en esos libros era lo que realmente querías experimentar. Ser atada, azotada, ser dominada y follada estando indefensa. Te hice algo que no querías que te hiciera y nunca me lo voy a perdonar - se separa un poco para mirarme mejor a la cara.

- Te equivocas, - dice en voz muy baja - sí que lo quería. Sólo estaba muerta del miedo porque estabas enojado y no sabía qué ibas a hacer, aunque tenía una idea. No lloro por lo que hiciste, lloro porque me asusta que pienses que me violaste cuando no es así. Una violación es cuando tú no quieres y yo sí que lo quería, sólo estaba asustada - suspira profundamente - Siempre me ha cautivado la literatura erótica. Es... cruda y apasionante. Vergonzosamente tengo que admitir que me calentado leyendo esos libros y siempre me he preguntado cómo se sentiría experimentar ese tipo se cosas en la vida real. Ser azotada, estar inmovilizada e indefensa. Tengo que admitir que experimentarlo ha sido un millón de veces más placentero de lo que hubiese podido imaginar. Estaba cagada del miedo, pero disfruté cada segundo de lo que me hiciste. Y tienes toda la razón. Me gusta sentirme vulnerable y sometida por tí, que tengas absoluto control sobre mí. Me gusta tu brutalidad, tu posesión y tu brusquedad porque a la misma vez, por más increíble que parezca de creer, van acompañadas de ternura. Podrías estar follándome como una bestia pero el toque de tus manos y tus labios es gentil y es amoroso y yo puedo sentirlo. Me gusta porque siento que me estás dando absolutamente todo de tí sin guardarte nada y aunque probablemente no me lo merezco, me encanta. Me gusta la forma en la que me haces sentir deseada, como si fuera la mujer más deseable del planeta. Y cuando decía que no podía más, realmente lo que quería decir es que el placer que me das es demasiado intenso para soportar. Y probablemente suene muy jodido, pero me gusta lo que me das y cómo me lo das. Lo quiero ... y lo necesito.

- Oh cielo, joder - la atraigo hacia mí y la abrazo con fuerza. Esto que está pasando entre nosotros se está escapando de mis manos y se está saliendo de mí control y tengo que admitir que me asusta como la mierda. La magnitud de lo que estoy sintiendo por ésta mujer rota me aturde. Es escalofriante como el infierno - Pero el que lo necesites no significa que está bien el hecho de que te haga daño. Esto no es emocionalmente saludable para tí. No después de lo que te ha sucedido - me mira pálida.

- ¿Qué quieres decir con "lo que te ha sucedido"?

- No sé con todo detalle qué te sucedió, pero sé lo suficiente como para entender que no fue agradable en lo más mínimo, por lo tanto no está nada bien que te trate de esta forma. Cielo, sabes que mí carácter no es bueno y eso es lo suficientemente jodido.

- Yo también estoy muy jodida. Quizás mucho más que tú.

- Pues vaya par estamos hechos.

Jueves....

Myla pasó todo el día con su familia mientras yo estuve en la oficina. Me fui ésta mañana sin despertarla. No pude trabajar en todo el día. Mi maldita conciencia me está consumiendo y no tengo ni la más puta idea de cómo remediar el daño que he hecho, aunque es inútil. No hay manera de remediar algo como esto. Jamás. Ahora estamos en la recepción de uno de nuestros restaurantes favoritos, luego de haber ensayado en la iglesia. Sólo nos hemos reunido los familiares y amistades más cercanos de los novios para compartir. Myla está hermosa. Lleva un vestido crema muy ajustado hasta su cintura. Y esos jodidos tacones hacen que sus piernas se vean preciosas. Su cabello tiene esas hondas salvajes que la hacen ver sexy como el infierno. Me ha mirado varias veces, como si quisiera preguntarme algo. En más de una ocasión me ha preguntado si todo andaba bien en la oficina. No logro entender si realmente no le está dando importancia a la aberración que hice la noche anterior o si simplemente prefiere ignorarla. No importa cuál de las dos cosas sea, no debería ignorarlo. Todos charlan en la enorme mesa, pero yo no participo de la conversación, ni siquiera estoy prestando atención. De repente siento la mano de Myla agarrar la mía sobre la mesa y la aprieta buscando mi atención. No la miro, sólo miro nuestras manos y le devuelvo el apretón. Puedo notar su mirada sobre mí, pero no puedo devolvérsela. Al cabo de una hora ya estamos de regreso al apartamento. Me sirvo un trago de whisky y abro la puerta de la terraza. No está climatizada debido a que no suelo salir aquí y el frío me impacta al instante. Miro por encima de mi hombro y veo que Myla está parada en el marco de la puerta corrediza. Se ha quitado el abrigo y se abraza a sí misma para darse calor. Al menos yo todavía llevo mi traje.

-¿No vas a hablarme o siquiera mirarme?

- Ve adentro, Myla. Te vas a congelar aquí afuera.

- Dijiste que todo estaba bien en la oficina, así que no entiendo qué es lo que sucede. ¿He hecho algo para molestarte? - esa pregunta me saca de mis casillas y la enfrento.

- ¡Con un demonio, Myla! ¿Cómo te atreves a decir semejante estupidez?

- Entonces dime qué es lo que te molesta.

- Me molesta el hecho de que estés actuando como si nada hubiese pasado, es más me enferma que quieras dejarlo pasar sin más - me mira unos momentos.

- Ya lo hemos hablado. Te dije que estoy bien y ....

- Pues no deberías. Es abominable lo que te he hecho. ¿Cómo puedes estar bien con eso, cómo puedes querer o necesitar semejante barbaridad siquiera? Explícamelo porque no lo entiendo, no puedo entenderlo - mira a la nada por lo que parece una eternidad. Veo su respiración hacer una nube de vapor a su alrededor y la llevo adentro. Termino mi trago y la llevo a nuestro baño. Lleno la bañera con agua bien caliente con la intención de hacerla entrar en calor. Me quito los zapatos, la chaqueta y la corbata y desabrocho un poco mi camisa. La desvisto con delicadeza y cuando le hago señas para que entre a la bañera no se mueve.

-¿No entras conmigo? - niego con la cabeza - ¿Por qué no? Quiero que entres al agua conmigo. No entraré sola - termina de desabotonar mi camisa y mis gemelos y me la quita. Prosigue con mi cinturón y mi cremallera. Se arrodilla en el suelo para sacarme mis pantalones y no puedo evitar tener una maldita erección. Sube sus manos y tira del elástico de mis boxers y los baja. Mira mi polla y cuando se dirige a ella con intenciones muy claras agarro su mano.

- No - me mira confusa - Levántate - la llevo a la bañera y entro con ella. La acomodo entre mis piernas y no puedo lograr que la maldita erección desaparezca. El agua está bastante caliente, pero a ella no parece molestarle. Comienzo a peinar su cabello con los dedos. Luego de un buen rato comienza a hablar de la nada y la escucho atentamente.

- He padecido de depresión severa durante varios años. Siete para ser exactos. Mi familia ha estado apoyándome desde el principio. Han estado conmigo desde el primer día. Han hecho todo lo posible para poder ayudarme y sacarme del agujero negro. No se los he puesto fácil, por el contrario creo que les he hecho las cosas más difíciles y les he dado más dolores de cabeza como si no hubiesen tenido suficiente sufrimiento por mi cuenta - hace una pausa y analizo sus palabras. No voy a hacerle ninguna pregunta a menos que sea completamente necesario. Necesito escuchar lo que tiene que decir - Debí haberlos escuchado. Debí haber escuchado los consejos de mis hermanos, pero no lo hice y pagué las consecuencias. Aún lo hago y no sé si algún día podré dejar de hacerlo. Los he hecho sufrir y aún lo hago. Han vivido una pesadilla por mi culpa. Y por más que quiera ya no puedo hacer nada para remediarlo. No puedo borrar el sufrimiento que les he causado - su cuerpo se tensa y espera unos minutos antes de continuar - He intentado suicidarme dos veces, pero ambas veces Jean me ha encontrado a tiempo - ahora es mi turno para tensarme, joder - Obviamente siempre hemos sido muy unidos y compartíamos esa hermosa conexión. Yo la he perdido desgraciadamente y era algo hermoso. Siempre sentir su presencia unida a la mía. A los dieciocho decidí marcharme a Londres con la excusa de estudiar. Mi familia no estaba de acuerdo, pero aún así, mi padre me alquiló un estudio para que viviera en él el tiempo que decidiera quedarme. Me visitaban con bastante frecuencia, no demasiada sin embargo. Pero Jean lo hacía más seguido. Él sabía que yo no me encontraba bien por más que tratara de esconderlo. Un día en clase de uno de los cursos que tomé, una chica se acercó a mí y me preguntó si estaba bien . Le dije que sí, me contestó que me veía muy ansiosa y que si lo necesitaba, ella tenía algo que me podía ayudar. Eran pastillas. El primer día me regaló una y me relajó tanto que desperté al día siguiente. A la semana siguiente le compré varias. Así sucesivamente hasta llegar a comprarle un frasco completo. Jean ya sospechaba que tomaba algo. Al cumplirse el tercer año de lo sucedido, tuve una crisis y me tomé todo un frasco. Es mismo día Jean iba a visitarme y me encontró. Caí al hospital con una sobredosis y milagrosamente no la lié. Esa fue, sin embargo, la segunda vez que lo intenté. Mis padres y mis otros dos hermanos no lo saben, Jean me ha guardado el secreto. Inclusive se quedó conmigo varios meses asegurándose de que iba a mis reuniones de apoyo contra la adicción.

-¿Lo saben Alexie y Liz?

- No, ellos tampoco. Anteriormente había tenido una sobredosis de medicamentos para dormir. Llevaba varios días sin dormir y me tomé varias, pero sin embargo eso fue un accidente, sólo quería dormir. Esa vez no fue intencional - recuerdo que eso Liz me lo contó.

-¿Qué pasó la primera vez? - finalmente pregunto.

- La primera vez, me corté las venas de mi muñeca izquierda, es así como conseguí mi primer tatuaje para ocultarla - tomo su muñeca y paso un dedo por ella y noto una protuberancia, pero no se puede distinguir debido a los colores brillantes de la tinta - Lo mismo, Jean me encontró a tiempo. Él no ha perdido la conexión, por eso puede determinar que tan mal estoy. Cada tatuaje significa cada año que ha pasado desde ese día que lo cambió todo. Jean me preguntó por qué me estaba haciendo daño de esa manera y le contesté que me sentía al borde del precipicio y necesitaba liberarme de alguna manera. Me llevo a hacerme el tatuaje para cubrir mi cicatriz un tiempo después y descubrí que me gustaba el dolor proveniente de la aguja. Descubrí que sentir dolor me liberaba y descubrí que mutilarme, al menos con las uñas, era bastante satisfactorio.

-¿Qué hay de ésta, fue un accidente? - le pregunto pasando un dedo por la cicatriz de su pómulo. Todavía está de espaldas a mí. Suspira profundamente.

- No, no realmente. Mi padre pagó por una cirugía estética y rayos láser para hacerla menos visible. Era una protuberancia muy fea y gruesa. Debo admitir que hicieron un gran trabajo, pero aún sigue ahí para hacerme recordar cada vez que me miro en el espejo.

-¿Y ésta? - pongo la palma de mi mano en la parte baja de su vientre, casi sobre su pelvis y se retuerce. Espero pacientemente su respuesta.

-¿Cómo lo sabes?

- La he palpado antes, pero no quise preguntar - más bien tenía miedo de la respuesta. He llegado a pensar inclusive en una cesárea, pero es imposible. Ella era virgen cuando la tomé por primera vez, aunque ella dijo que no lo era, pero eso tampoco hace sentido.

- No quisiera hablar de eso específicamente. Al menos no ahora, por favor - la atraigo más hacia mí y beso la coronilla de su cabeza.

- Por favor, dime qué es lo que obtienes exactamente del dolor físico.

- Ya te dije que me libera, me centra en el aquí y ahora. Pero sobre todo, el dolor físico hace que me olvide del dolor que siento en mí interior. Prefiero sentir el peor de los dolores físicos a sentir por sólo un segundo el que llevo en el interior. Por eso cuando te digo que lo necesito, es porque de verdad lo necesito. Lo prefiero.

- Oh mierda, cielo - la abrazo con fuerza - Está bien, ya has hablado suficiente. Hasta cierto punto entiendo tu necesidad de dolor, pero eso no justifica lo que hice porque lo hice sin tú consentimiento. No es lo mismo que me lo pidas a que yo lo haga por mí propia cuenta. Has sufrido demasiado como para que yo te haga más daño.

- Ya te he dicho que no me hiciste daño, que sólo estaba asustada.

- No importa, Myla. No estuvo bien y no puede volver a suceder, nunca jamás. Estaba molesto contigo, pero no me da derecho a tratarte de esa manera. No eres un objeto y no eres ninguna puta para hacer contigo lo que me dé la gana.

- Pero sí puedes hacer conmigo lo que te dé la gana - dice en voz baja y se da la vuelta para mirarme.

- Oh Myla, joder nena, no estás ayudándome aquí. Te digo que me siento como la mierda y tú lo ves como la cosa más normal del mundo. Tienes el trasero con las marcas del cinturón y tus muñecas también están un poco moradas.

- Pero yo no tengo ningún problema con lo que hiciste. No me duele tanto. Estaba cagada de miedo, sí. Pero no estoy molesta ni me siento utilizada ni humillada. No me hiciste daño. Dijiste que me darías lo que fuese que necesitara.

- Lo sé, pero jamás pensé que llegaría a este punto por Dios. Además ésta vez no lo pediste - respiro profundamente. No creo que nos vayamos a poner de acuerdo con esto. Esto está mal. Jodidamente mal. Se acomoda a horcajadas sobre mi erección - No sé qué crees que estás haciendo, pero no voy a tocarte, jodidamente no.

- Pero... - dice mirando mi erección.

- Sí, estoy como una piedra, pero me niego a tocarte . Es más, hora de dormir.

POV MYLA
Viernes....

Anoche Khris cumplió su promesa de no tocarme. Sé que está realmente confundido y no entiende por completo la naturaleza de mi necesidad aunque se esfuerza por ello. No fue a la oficina el día de hoy. Ha ayudado a Alexie con los últimos preparativos mientras yo he acompañado a Liz al spa para hacernos manicura, pedicura y un facial, y obviamente el depilado. A la noche nos vamos de copas, pero a un lugar tranquilo y relajado el cuál nunca había visitado. Hay música pero no a un volumen muy alto. Cenamos, bebemos y charlamos. Tanto Alexie como Liz no estaban interesados en una despedida de solteros, es por eso que estamos aquí, pero ellos se marcharon inmediatamente terminaron su cena ya que se iban a reunir con los padres de Liz y mis padres. Mis hermanos han venido, pero mis cuñadas se han quedado en la casa de campo que mi padre compró recientemente con mis sobrinas y sobrinos ya que está muy frío afuera. Como siempre, mi vejiga no tiene el espacio suficiente para acumular tanta bebida y necesito ir al baño con urgencia. Los baños quedan en un pasillo apartado de las mesas, en un área más privada, pero estamos sentados cerca. Ésta vez, Khris no me deja sola y se queda cerca de la puerta. Hago lo propio y me lavo mis manos. Al salir Khris está recostado en la pared con ambas manos dentro de sus bolsillos. Me acerco y envuelvo mis brazos alrededor de su cuello, los tacones me han dado la altura necesaria. Me mira con adoración.

-¿Ya te he dicho el día de hoy que estás preciosa?

- Creo que al menos unas cuatro veces. Eso en el último par de horas - le sonrío y me regala su sonrisa de vampiro moja pantys. Ya la hechaba de menos últimamente. 

- Eso es porque estás realmente preciosa - poco a poco me ha ido molestando menos que me diga ese tipo de cosas. Me besa profundamente y envuelve sus manos en mi cintura hasta ir bajándolas para apretar mis nalgas que todavía me duelen un poco por los correazos, pero somos interrumpidos por alguien que nos aplaude. Y mi ánimo se arrastra por los suelos.

-¡Vaya, esto es hermoso, conmovedor! Y sí, hay que admitir que está preciosa. Siempre lo ha sido y ahora lo es más aún, y creo que siempre lo será - es el maldito de Allan y está borracho. Siento la rabia emanar del cuerpo de Khris mientras se endereza y lo agarro con fuerzas.

-¿Qué carajos haces aquí? - pregunta Khris con evidente rabia.

- Creo que es un lugar público y tengo todo el derecho de estar aquí - que jodida coincidencia pienso.

- Vámonos Khris, por favor - lo halo pero no se mueve.

-¿Qué, no hablas conmigo? - me dice y me volteo con rabia.

-¡No tengo una puñetera mierda que hablar contigo imbécil! ¿Por qué no te desapareces y nos dejas en paz? - ladea la cabeza y sonríe de forma siniestra.

- La has convertido en una fiera. Me imagino que en la cama debe de ser pura dinamita - le dice a Khris.

-¡Hijo de puta! - hago malabares por agarrarlo y me planto delante de él para bloquearle el paso. Milagrosamente no forcejea demasiado conmigo. Se está conteniendo por mí, lo sé.

-¡Khris, por favor, sólo quiere molestarnos, no le des la satisfacción! - me agarra fuerte de la cintura.

- No eres más que un infeliz. No soportas la idea de que yo pueda tenerla y tú no - le suelta Khris.

- Debo de admitir que tienes toda la razón. Es una mujer hermosa con la habilidad de volver locos a los hombres, pero cuidado. Una vez que empiezas a beber los vientos por ella, te arranca el corazón del pecho y se queda con él en la mano, luego lo aprieta hasta que lo hace reventar en mil pedazos - me quedo fría y siento cómo el cuerpo de Khris se estremece.

- ¡Maldito cabrón! ¿Qué demonios pretendes?

- Sólo advertirle. Dejarle saber lo que le va a pasar. Lo que le vas a hacer al final. A él le va a ir peor. A él seguramente le entregas tu cuerpo y te revuelcas con él en su cama. A mí ni siquiera me dejaste tocarte y me volviste loco - dirige su mirada a Khris -¿Sabes?, siempre he tenido curiosidad por saber que tan apretado y tentador es su coño - pero la única respuesta que recibe son los puñetazos que Khris le propina. Debo de haber gritado o pedido ayuda porque de la nada aparecen mis hermanos. Junior agarra a Khris de la chaqueta para quitárselo de encima a Allan. Lo empuja por el pasillo y lo saca del restaurante por una puerta que da a la parte trasera. Eddy me abraza y me doy cuenta de que estoy llorando. Jean se para y se agacha para mirar a un Allan tirado en el suelo ensangrentado y que se ríe a carcajadas como un poseso.

-Vaya, vaya. ¿Miren a quién tenemos aquí? - a Allan se le acaba la risa al darse cuenta de que es Jean quien le habla y abre los ojos cuando ve que Eddy también está aquí. Ellos le advirtieron que no se acercara jamás a mí y Khris también - Ven aquí cabrón - dice Jean mientras lo arrastra por el suelo hacia la puerta trasera.

Eddy me lleva detrás de ellos. Al salir veo a Khris caminar de lado a lado agarrándose por los pelos fuertemente y soltándo gruñidos se rabia. De repente se vuelve hacia una puerta de metal y le propina varios puñetazos, hundiéndola dónde quiera que aterriza su puño.  Eddy todavía me sostiene y Jean deja a Allan tirado en una esquina cerca de un contenedor de basura. Cuando Khris lo ve quiere arremeter contra él nuevamente, pero Junior no se lo permite. Trato de acercarme a él pero mi hermano me dice que lo deje estar. Está furioso y la cosa empeora cuando Allan abre la boca y se dirige a Khris.

- Vaya, sí que la defiendes con uñas y dientes - dice escupiendo sangre - De sus hermanos lo entiendo. Pero tú, tú matarías a cualquiera por ella. Y ellos también - se dirige a mí ésta vez - Yo hubiera hecho lo mismo por tí, pero no me diste una maldita oportunidad. ¡Yo te quería, joder! - me dan escalofríos.

-¡Tú lo único que querías era meter tu polla en mi boca! - y tan rápido como lo digo me arrepiento.

-¡Te voy a matar, jodido cabrón! - ahora no sólo Junior está agarrando a Khris, sino que Eddy ha unido sus refuerzos. Está poseído por la rabia y mis dos hermanos, que son tan grandes y corpulentos como él, hacen malabares para poder contenerlo.

- ¡Suéltenme, maldita sea!

-¡Khris, por favor, detente, ya basta!

-¡No, voy a arráncarle la cabeza a ese cabrón por lo que te hizo!

-¡No, ya basta! - no se detiene y veo que cada vez se les hace más difícil contenerlo cuando Jean se une al trío. Y lo suelto sin darme cuenta -¡No fue él! - de repente, cuatro de los hombres más importantes en mi vida se quedan quietos. Mis hermanos en tensión y Khris con los ojos como platos. Me mira con horror y le susurro - No fue él.

- No le has dicho sobre Jacob. Interesante - dice Allan y mis piernas me fallan sólo de escuchar ese maldito nombre. Junior me agarra antes de que me caiga al suelo por completo. Estoy temblando y me zumban los oídos y creo que voy desmayarme. Siento arcadas y el frío es cortante. No me di cuenta de que todos estamos sin abrigos.

- Khris vas a tener que calmarte y llevarte a Myla de aquí. Nosotros nos encargaremos del resto. Jean, busca sus abrigos y espéralos en la entrada. De paso, paga la cuenta - Allan palidece - Khris, llévatela de aquí. Ahora. Y maneja con cuidado, es a mi hermana a quién llevarás a bordo - le dice Junior mirándolo a la cara. Khris me toma en brazos y le dice unas últimas palabras a Allan.

- Te dije en mi club que no te acercaras a ella. No vuelvas a acercarte a ella o lo lamentarás.

-¿Así que has estado de acosador? Esto lo vamos a resolver pero ya - dice Eddy.

- No te preocupes, cuñado. No lo volverá a hacer jamás - dice Junior y con eso Khris me saca de allí. Rodea el edificio hasta llegar a su camioneta y Jean se acerca para darnos nuestros abrigos e inmediatamente me ayuda con el mío.

- Nos veremos mañana. Y Khris... No la dejes sola ni le quites los ojos de encima. Ni por un segundo - Jean me mira y bajo la cabeza. Sabe lo autodestructiva que puedo ser. Pero antes de que se marche le pregunto...

- Jean, ¿qué van a hacer? Por favor no se metan en problemas.

- Tú quédate tranquila y salgan de aquí - se marcha sin más.

Estoy aturdida y asqueada y sólo quisiera que se abriera un agujero enorme en la tierra y me tragara. Khris maneja deprisa pero con cautela. Sé que todavía está furioso. Sus nudillos están llenos de sangre y agarra el volante con fuerza. No sé con certeza que va a suceder cuando lleguemos al apartamento y eso me preocupa y al llegar sucede lo que me temía... empieza a destrozar todo a su paso, empezando por el florero de la mesa del vestíbulo que se hace añicos contra la pared y el cristal queda esparcido por todos lados. Sigue destruyendo todo lo que encuentra y sus gruñidos de rabia hacen eco por todo el lugar. Me quedo paralizada en el vestíbulo escuchando todo el estruendo que está causando. Doy un paso y al sentir que piso sobre un pedazo de cristal me detengo. Muevo mi pie y veo el pedazo reluciente. Me agacho y lo agarro entre mis dedos.  Tiene una esquina muy filosa y muy tentadora. Lo observo por un tiempo indefinido hasta que noto que mi visión se torna sumamente borrosa por las lágrimas.

- No te atrevas - lo escucho decir con voz gélida y levanto la cabeza de golpe. Parpadeo varias veces para aclarar mi visión. Está paralizado y no me mira a la cara, sólo mira con horror hacia mi cuerpo y cuando sigo la dirección de su mirada observo con horror que tengo el pedazo de cristal sobre mi muñeca sana, pegada a mi carne. Sólo tendría que hacer un poco de presión y halar para rasgar la carne. Sólo un poco. Los recuerdos me atormentan en un nanosegundo y me estremezco. Doy un grito ahogado y suelto el cristal y lo dejo caer al suelo.

-¡Oh Dios, oh Dios! - Khris da grandes zancadas y llega hasta mí para abrazarme fuertemente.

- Por Dios, Myla. Nena,...

- Yo... lo siento..... yo... no me di cuenta, lo siento - estoy temblando y llorando y notó que el cuerpo de Khris también tiembla.

- Nena, jamás vuelvas a intentar algo cómo eso otra vez - agarra mi rostro con ambas manos para que lo mire a los ojos pero veo su cara borrosa por las lágrimas.

- No... yo no... yo no pensaba.. yo, ¡oh Dios! - me agarro a él con fuerza. Después de unos pocos minutos lo miro a los ojos y se ve destrozado - Te necesito - lo beso tiernamente. Me devuelve el beso dudoso.

- Myla...

- Por favor - sé que no estamos en un estado de ánimo saludable, pero es precisamente por eso que nos necesitamos. Él está frustrado y molesto, y yo necesito el dolor.

- Ahora no, cielo. Estamos muy alterados y..

- Precisamente - digo mientras lo sigo besando lentamente - Necesitas liberar la rabia y la frustración y yo necesito el dolor. Libéralas conmigo - su cuerpo se pone más tenso, le beso el cuello y luego muerdo el lóbulo de su oreja y se estremece. Un gruñido sale de su garganta cuando agarro su enorme erección por encima de los pantalones. Me agarra fuerte del cabello con ambas manos y la sensación de escozor en mi cuero cabelludo es exquisita. Un agudo quejido sale de mi garganta.

- Maldición, Myla. No.

- Sí. Ésta vez te lo estoy pidiendo. Te estoy pidiendo todo lo que necesito y te necesito a tí. Necesito tu enorme polla dentro mí. Fuerte y duro y ......

No termino la frase porque estampa su boca contra la mía con violencia. Me sigue empujando hasta quedar pegada de la mesa del vestíbulo dónde estuvo antes el florero de cristal. Me agarra por el trasero para levantarme y dejarme sentada en el borde de la mesa. Separo las piernas de inmediato para hacerle espacio. Lo agarro por la corbata y lo atraigo hacia mí para desvestirlo, pero no me lo permite. Agarra mis manos y las pone en el borde de la mesa.

- No las muevas - las dejo donde están.

Mete su mano bajo mi vestido hasta acercarla a la fina tira de mi tanga. Tira de ella con fuerza hasta romperla y yo suelto un grito ahogado por la sorpresa. Al estar sentada en la mesa nuestros rostros están casi a la misma altura. Sus hermosos ojos tienen las pupilas dilatadas y su mirada es salvaje. Me mueve un poco más hacia el borde de la mesa y me abre las piernas aún más.

- Manténlas abiertas y tus manos quietas - asiento con la cabeza.

Mi corazón golpea fuerte en mi pecho y mi respiración se acelera. Acaricia la cara interna de mis muslos con la punta de sus dedos y me muerdo el labio inferior con fuerza. Abre de golpe la parte superior de mi vestido y los delicados botones que lo decoraban salen volando. Acerca su cuerpo al mío y mete su mano por debajo de mi vestido nuevamente, pero ésta vez para penetrarme profundamente con sus dedos. Mi espalda se arquea y aprovecha la ocasión para morder y chupar uno de mis pezones erectos por encima del encaje de mi sostén. Me sigue torturando con sus dedos y su boca hasta que mi cuerpo no lo puede tolerar más y explota. Trato de no cerrar mis piernas pero me es imposible, aunque de todos modos no las puedo cerrar por completo ya que él se encuentra entre ellas y prácticamente me aprieto contra él. Me he agarrado tan fuerte de la mesa que me duelen las manos. Él ladea la cabeza y entrecierra los ojos.

- Has cerrado las piernas y te dije que no lo hicieras.

-¿Qué? - digo con la respiración entrecortada.

- Me has desobedecido y no creo que eso me agrade - me pellizca los pezones con fuerza y grito. Me baja de la mesa y me da la vuelta. Mis piernas están como gelatina. Me empuja para que mi pecho quede sobre la mesa. Me levanta el vestido hasta la cintura y mi culo desnudo queda a su total disposición. Lo acaricia con suavidad - Dime qué quieres, qué necesitas.

- Te quiero a tí. Duro y fuerte. Quiero que me hagas gritar. Quiero que me hagas olvidar.

-¿Así? - pregunta luego de darme un fuerte azote.

- ¡Oh, Dios, sí! - me da varios azotes más hasta que mi garganta está en carne viva. Escucho el glorioso sonido de su cremallera. Todavía está totalmente vestido. Me separa las piernas y siento el enorme glande rozando mi hendidura húmeda y muy preparada.

- Agárrate fuerte a la mesa - pero ni siquiera tengo tiempo de hacerlo porque me penetra de golpe.

Con una fuerza brutal. Mis pies se despegan del suelo con cada embestida y mi lado izquierdo de la cara se roza con la dura madera de la mesa. No me tardo en correrme pero el no se detiene y sigue con sus embestidas por un rato más. Mis gritos hacen eco por todo el espacio abierto del apartamento. Cuando por fin se corre, mis piernas pierden toda la fuerza y tiene que sostener mi cuerpo para que no me caiga al suelo. Sale de mí con cuidado y siento el semen bajar por mis muslos y escucho un gruñido de su parte.

- Vamos, no he terminado y estaremos mucho más cómodos en la cama - me toma en brazos y me lleva a la habitación.

Me despierta el aroma del café y una caricia tierna en mi mejilla. Abro los ojos y veo a Khris sentado a mi lado en el borde de la cama con una taza de café en sus manos.

- Buenos días, preciosa - me dice mientras aleja el cabello de mi cara. Le sonrío.

- Buenos días. ¿Es para mí? - le digo señalando la taza en sus manos.

-¿Y para quién más iba a ser? - sonrío más ampliamente. Estoy acostada de mi lado izquierdo, así que me enderezo y me siento en la cama. Extiendo mi mano en busca de la taza mientras Khris está embelezado con mis pechos que han quedado al descubierto. Me remuevo el cabello de mi cara y cuando me mira el terror desfigura su hermoso rostro.

-¿Khris, qué sucede? - se levanta de golpe de la cama pero no me contesta - Por Dios, ¿qué pasa?

-¡Mierda! - sale de la habitación como si hubiese visto un demonio, pero a quién miraba era a mí. Voy al baño para mirarme al espejo y entonces entiendo su horror. Tengo un pequeño moretón en mi pómulo izquierdo, probablemente provocado por la mesa del vestíbulo. Salgo en su busca y me doy cuenta de que ha limpiado todo el desastre de la noche anterior. Lo encuentro en su estudio mirando a través de los cristales. Me acerco y lo abrazo por la espalda. Se tensa de inmediato.

- No fue tu culpa. Me lo hice con la mesa del vestíbulo.

-¿Y quién diablos te empujó contra la mesa? - se voltea y hace una mueca de dolor al mirarme - Dios, Myla. La boda es ésta tarde. Todo el mundo lo verá.

- Nadie lo verá. Estoy acostumbrada a tener moretones por todos lados, tengo maquillaje para eso. Lo cubriré de la misma forma que cubrí mis muñecas ayer. Y hoy no es un día para empezarlo de ésta manera. Quiero tomarme ese rico café que me has preparado y luego darnos una ducha rápida. Tenemos que estar listos a tiempo, somos los padrinos - le sonrío abiertamente pero la sonrisa que me devuelve no es igual. Hoy es un día súper importante para nuestros mejores amigos y nada ni nadie lo va a estropear.

Ga verder met lezen

Dit interesseert je vast

2.5K 198 10
-No soy un sueño imposible -dijo Neil- No iré a ninguna parte. -No te pregunté. -Pregúntame -insistió Neil -o quédate lo suficiente para descubrirlo...
783K 40.1K 61
Bella es una chica de 17 años que no sabe lo que significa: maltrato, abuso, muerte... Hasta que se encuentra en una de las peores situaciones... La...
508K 78.5K 46
Segunda temporada de Un cambio de Guión A pasado un tiempo desde que Yoongi y Jimin acordaron ser padres aún estando separados. Las cosas han cambiad...
1.1M 192K 160
4 volúmenes + 30 extras (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso jus...