JI AH
Era domingo y no tenía nada mejor que hacer con mi vida así Ha Na y yo pensamos en dar un paseo por Myeongdong. No solemos venir por aquí porque hay centros comerciales más cercas en el centro, solo venimos aquí si queremos ver otras vistas.
Es mucho más bonito venir por la noche, con las luces y todo eso, pero Ha Na debe volver a casa exactamente a las ocho todos los domingos porque tienen una cena familiar.
No estoy de humor para ir de compras así que fuimos a ver una peli y después fuimos a comer. No era aburrido porque Ha Na no paraba de contarme cosas. Ella mencionó que hay un rumor que está recorriendo por el campus sobre lo que pasó en nuestra clase la ultima vez. Yo no le he confirmado nada porque tampoco es que lo estaba pidiendo. Así que no dije nada.
Estábamos ocupados comiendo helado cuando mi móvil sonó. Esperaba que fuera Tae pero cuando saqué el móvil era el cerdo.
—Sí.
—(Gatita, ¿dónde estás?) —preguntó y no supe que contestar.
Ayer no tuve clases con Ji Min. La última vez que le vi fue el viernes y fue en clase. Siempre se sienta a mi lado para molestarme y a veces también vienen sus amigos y se ponen a hablar sobre coches. Los chicos y sus juguetes.
—Myeongdong. ¿Por?
—(Te recojo.) —dijo y fruncí el ceño.
—¿Por qué? Y si te digo que estoy con Tae Hyung, ¿aún así vas a venir a recogerme? —dije molesta y se rió.
—(Mejor. Pero no creo que estés preparada para eso.) —dijo y gruñí.
—Estoy con mi prima, no necesitas recogerme —contesté.
—(Vamos a ir a algún lado. Me da igual con quién estás, iré a recogerte.)
—Pero Ji-
Me colgó y me quedé boquiabierta mirando el móvil. Estúpido.
—Oh. Dios. Mío —escuché que dijo Ha Na y levanté la cabeza. Estaba tan molesta que había olvidado que estaba con ella y ha escuchado lo que le dije a Ji Min el cerdo pervertido.
—¿Qué?
—Ji Ah, dime la verdad y solamente la verdad. No te juzgaré, ¿él es la razón por la quieres romper con Tae Hyung? —preguntó y fruncí el ceño.
—¿No hemos hablado ya de esto? Él está ayudándome con mi situación con Tae.
—¿Creía que él no te iba a ayudar?
—Eso también es lo que creía. Pero la gente cambia de opinión. Él es mitad humano, así que es normal que cambie de opinión —dije y ella selló sus labios. Me miró como si no me creía.
—Vale. ¿Pero por qué te ha llamado?
—Dice que me va a recoger —contesté y Ha Na sonrió.
—¿Ha dicho por qué?
—No sé. Dice que me va a llevar a algún lado —dije y ella alzó una ceja.
—¿Una cita?
—De ninguna manera —respondí y ella sonrió de lado.
—¿Sabes lo que pienso?
—Tengo un sentimiento que aunque te diga que no, me lo dirás igualmente
—Porque tienes razón —dijo sacando la lengua— Creo que a Ji Min le gustas. Es la razón por la que quiere ayudarte. Porque lo miras por donde lo miras, él no va a sacar ningún beneficio de lo que vais a hacer. ¿Por qué más te ayudaría? —dijo y solté un suspiro.
—A Ji Min le gusta jugar, está aburrido y mi situación le llamó la atención. Él mismo me lo ha dicho. No le des malicia.
—Aún así sigo pensando que le gustas.
—Lo que sea —dije haciendo rodar mis ojos.
Ji Min me mandó un mensaje preguntando donde estamos y le dije el lugar donde estamos sentadas. Él contestó que está fuera y que no va a entrar, por eso Ha Na y yo salimos. Ha Na estaba muy emocionada mientras caminábamos hacia el aparcamiento, porque es su primera vez en conocer a Ji Min.
La verdad es que no sé que es lo que tiene que les gusta de él. Es bien conocido como mujeriego y rompecorazones, ¿pero por qué aún así les gusta? Sí, es guapo y es caliente, pero es desagradable. Vale, digamos que es amable pero cuando quiere. Es coqueto y malditamente reservado.
Mi prima se quedó sin aliento al ver a a Ji Min inclinado hacia su coche. No llevaba su Ferrari, no se cuál es la marca pero es el que siempre lleva a clase.
—Oh Dios mío —dijo en un susurro. Quería reírme. También quería reaccionar como ella porque Ji Min parecía un modelo mientras está apoyado a su coche mirando el móvil.
Sentí algo en el estomago al verle tecleando en el móvil. Probablemente está escribiendo a su lista larga de chicas. Hice rodar los ojos.
Ji Min levantó la mirada cuando nos acercamos. Guardó su móvil en el bolsillo y me sonrió de lado. Miré a Ha Na que sonreía ampliamente. Ahora quiero tirarle de los pelos porque actúa como si hubiera visto a su crush.
—Hola gatita.
—Deja de llamarme así —dije. No sé para que lo digo si igualmente no me va a hacer caso. Ha Na me dio un codazo.
—Ji Min, ella es mi prima, Ha Na. Ha Na, él es Ji Min —dije. Ha Na extendió su mano y Ji Min lo recibió. Ha Na estaba mirando a Ji Min con admiración. Sus ojos brillaban. Era insoportable de ver.
—Regla de cinco segundos —tosí. Ji Min se rió y Ha Na soltó su mano con un suspiró.
Ji Min sacó su móvil de nuevo del bolsillo. Frunció el ceño al ver algo.
—Debemos irnos.
—¿Dónde vamos? —pregunté.
—Shh —dijo. Ya sé que significa que no me lo va a decir. Hice pucheros y miré hacia Ha Na que está aún atónita.
—¿Puede venir Ha Na?
—Eh... —balbuceó Ji Min, sin querer ofender a Ha Na.
—No, no quiero venir. ¡No quiero sobrar! ¡Adiós! —dijo Ha Na. Me dio un beso en la mejilla y luego a Ji Min. Abrí los ojos sorprendida y ella me sonrío. Me quedé boquiabierta mientras ella se alejaba.
—Tu prima es linda —dijo Ji Min y le di una mirada afilada.
—No te atrevas —dije y él levantó las dos manos con una sonrisa amplia en los labios. Hice una mueca y luego entré en el coche.
Ji Min no dijo nada en todo el camino así que yo tampoco hablé. Me picaba por preguntar dónde íbamos pero seguro que solo me va a callar.
Abrí la boca al ver a dónde íbamos.
—No —musité. Agité la cabeza cuando nos acercamos al lugar.
—Llévame a casa —dije.
—No seas c-
—Ni te atrevas a terminar esa palabra —dije y él se rió. No me hizo caso y aparcó el coche.
—Vamos gatita —dijo y sacó la llave del contacto. Salió del coche y no pude hacer nada que seguirle.
Había mucha gente en la entrada. Algunos están emocionado mientras que algunos quieren irse a casa como yo. Sentí mi estomago revolverse. Tengo ganas de vomitar.
—No puedo hacerlo —dije dándome la vuelta. Ji Min me agarró rápidamente del brazo y me jaló a su lado.
—Puede hacerlo. Será divertido —dijo con una sonrisa. ¿Divertido? Lo último que pensarías al ver estas puertas del infierno es la palabra divertido.
Ji Min me jaló dentro. Ni siquiera se puso en la cola y fue directamente delante. La gente nos miraba ceñudos y me entró tanta vergüenza que quería hundir mi cara detrás de Ji Min. El personal tampoco nos detuvo. Ji Min so dijo su nombre completo y nos dejaron pasar.
—¿Cómo hiciste eso? —pregunté.
—Tengo conexiones —dijo encogiendo los hombros.
Soltó mi mano y miré alrededor de nosotros. Todo el lugar se ve espeluznante y vi algunas personas disfrazadas. Aunque sé que son personas todavía no se me quita en la mente que están representando zombis.
Ji Min me llevó en un parque temático de terror.
—¿Lista? —preguntó.
—No —contesté y Ji Min sonrió.
—No te preocupes gatita. Estoy aquí, te protegeré —dijo y le pegué en el brazo. Se río y luego agarró mi mano para llevarme a algún lugar.
Me jaló hasta un árbol muerto. Sé que es falso pero parece verdadero. Me sobresalté al escuchar a alguien gritar por eso me agarré al brazo de Ji Min.
—¡Quiero irme a casa! —dije y se rió.
—Ni siquiera hemos empezado —dijo y agité la cabeza.
—Me da igual. Ya no quiero, Ji Min. Dijiste que si eres valiente deberías saber tu limite. Este es mi limite.
—Buen intento gatita pero esto no es peligroso como para que apliques la regla de limite. ¿A menos que tengas una enfermedad del corazón? —dijo arqueando la ceja.
—No tengo enfermedad del corazón —contesté.
—Entonces asustarte unas pocas horas no es dañino.
No sé cuantas veces he gritado pero Ji Min solo se reía. Parece que no tiene ningún miedo. Se queja cuando le pego y después solo se ríe. Cuando aparecen zombies me oculto detrás de él y cuando nos persiguen no suelto su mano.
Seguramente que si estuviera sola me sentaría en una esquina para llorar. Es patético, aunque sé que todo es falso sigo teniendo miedo. Entramos en el primer laberinto, mi garganta está cansada pero seguía gritando.
Cuando salimos del laberinto fuimos a comer porque tenía hambre. Luego caminamos y vimos una actuación. Solté a Ji Min cuando de repente apareció alguien a mi lado y me asustó. Creo que no saldré viva de aquí. Probablemente muera de un paro cardíaco del susto aunque no tuviera enfermedad del corazón.
Escuché a las personas reírse y después aplaudieron a los que estaban actuando. Ji Min se estaba riendo de mí así que le di un codazo en el estomago. Caminé primero molesta.
—¿A qué ha sido eso? —dijo e hice pucheros.
—¡Siempre te estás riendo de mí! —dije y se rió de nuevo. Grité frustrada.
—Lo siento, lo siento. N-No puedo evitarlo... —dijo riéndose de nuevo pero luego paró— Vale, ahora en serio. ¿Vamos al último laberinto?
Estaba tan molesta que se me olvidó que tenía miedo.
—Lo que sea —dije haciendo rodar mis ojos.
Ji Min me rodeo con su brazo y me llevó dentro del último laberinto. Este es el final y seguro que es más difícil salir de aquí.
Dentro estaba oscuro y habían luces rojas que parpadeaban muy rápido. Grité más de cinco veces. Seguimos en el laberinto hasta llegar a una parte donde estaba muy oscuro. Alguien me agarró y gruñó, por eso solté a Ji Min para gritar. Estaba agarrando a Ji Min por la cintura y estaba detrás de él.
—Mierda. Suelta. Joder —escuché a Ji Min maldecir y fui empujada. Moví mi mano por delante para comprobar que Ji Min estaba allí, pero no. Me giré y extendí la mano delante de mí pero no estaba allí.
—¿Ji Min? —dije pero nadie contestó. Mi corazón empezó a acelerarse y las lágrimas estaban empezando a formase en mis ojos.
Un gritó hizo eco en el área y también grité. Me tapé el oído y cerré los ojos. Me quedé congelada en un lugar.
—¡No me gusta este juego! ¡Ji Min por favor! —grité.
Escuché algo arrastrarse, era una señal que se acercaba un zombi. Abrí los ojos y me abracé. No podía ver nada. Escuché a alguien haciendo sonidos raros de zombi. Alguien está cerca. Luego una luz parpadeó y grité al ver al zombi cerca de mí. Corrí gritando mientras que las luces parpadeaban-
—¡Ji Min! —gritaba llorando y choqué con alguien. Le empujé pero me agarró de los brazos.
—Shh. Eh, soy yo —escuché pero seguí empujándole.
—Gatita —dijo y lentamente me calmé. Paré al escuchar la palabra gatita.
—¿Ji Min?
—Sí, gatita —dijo y respiré aliviada. Me puse de puntillas y le abracé hundiendo mi cara en su cuello. Sus hombros se pusieron rígidos cuando le abracé pero luego se relajaron.
—¡Me dejaste! ¡Idiota! ¡Me dejaste! —gritaba mientras le pegaba por el pecho con una mano. Se rió entre dientes.
—Alguien chocó conmigo. Lo siento —dijo Ji Min. Mis lágrimas cayeron en su cuello y él paró de reírse.
—No hagas eso de nuevo. Nunca me dejes así. Me asusté, Ji Min.
—Está bien. Tranquila —dijo Ji Min. Me rodeó por la cintura y me jaló para abrazarme más fuerte.
NOTA: ¡Hola! ¿Qué tal? Espero que os haya gustado el capítulo.