Año 2.139
7 de enero:
Sasuke:
Estaba intentando llegar a mi estudio pero cierto ser me lo impedía, Sano, el gato que le regale a Sakura ¿En qué pensaba? Hacerla feliz...eso está claro pero a veces me arrepentía, el animal era extremadamente hiperactivo debido a su temprana edad, algunas veces se subía a la cama despertándonos con maullidos o sus patas en la cara...como me enojaba aquello.
-Sano basta, deja de zigzaguear cerca de mí –como si me diriguiese a la pared –. Demonios ¡Sakura! ¿Podrías controlarlo? –la puerta de su estudio se abrió.
-Sano ven –silbo un poco y al segundo el felino ya estaba dentro del cuarto.
-Gracias –al menos le obedecía a alguien.
-Prometo educarlo.
-Lo esperare con ansias –escuche su dulce risa antes de cerrar la puerta...por ello aguantaba a la bola de pelos con garras.
Mi hija se encontraba con Tenten y Neji en una "tarde de juegos" con los mellizos. No tenía ningún problema de no ser por el niño...Satoshi, ese pequeño diablillo me crispaba los nervios estando siempre como garrapata con mi pequeña bebé, entiendo que sean amigos pero...hay límites y el chiquillo se está excediendo.
Prácticamente me deje caer como muerto sobre la silla, el trabajo me tenía acaparado...aun ahora que estaba en casa debía terminar varios documentos. Apoye mi frente en la mesa, un respiro antes de empezar no me matara, luego sin rechistar comenzaría con mis labores.
-Sasuke-kun.
A no ser que mi pareja entre.
-Tenemos que ir al clínica –le escanee minuciosamente.
Le veía bien y la expresión en su rostro lucía...no tan desesperada por lo que descarte a Sarada, de ser ella me estaría arrastrando fuera de la casa.
-Algo le ocurrió a Naruto.
El temblor en su voz se convirtió en pequeñas garras que acarician mi garganta. No estaba tan atrasado con el trabajo así que podía darme el lujo de mandarlo todo al demonio...y aun si lo estuviese igual lo dejaría de lado, la familia siempre es primero.
Sin pedir más detalles le seguí hasta el auto, ya en la clínica me informaría mejor. Conduje más o menos rápido, si fuera muy grave me estaría apurando a gritos ¿no? O quizás ella tampoco tenía muchos datos de la situación. Al llegar encontramos a Tenten con los niños en sus coches. Sarada, quien no estaba acostumbrada a viajar allí estiro sus bracitos hacia nosotros rogándonos con la mirada que la sacáramos de aquella cómoda prisión, Sakura fue la primero en llegar complaciendo la silenciosa petición de nuestra hija.
Boruto lloriqueaba en el regazo de Neji... De acuerdo tal vez si era grave.
-¿Qué pasó? –inquirió mi novia con la angustia pintando su voz.
-Estaban cenando en un restaurant y entro un loco gritándole a todo el mundo que era un robo o algo así... ¿Quién hace eso hoy en día...?
Era increíble como actualmente seguía existiendo gente como esa.
-El ladrón comenzó a disparar balas eléctricas hacía el techo ordenando que se tendieran en el suelo pero no todos hicieron caso... Las cosas se salieron de control, la histeria colectiva hizo lo suyo... El tipo cayó en crisis disparando hacía la gente...una de las balas le dio a Naruto...
Eso...definitivamente era muy malo, aquellas malditas balas estaban prohibidas a nivel mundial por su nefasto efecto... No importa el sitio...donde diera perjudicaba todo el cuerpo...
-¿Cómo está...? –la castaña negó.
-No sabemos nada...
-¿Hinata...?
-En una habitación...poco después de llegar comenzó a vomitar...se descompenso a tal punto que se desmayó... –respondió señalando la puerta frente nuestro.
-¿Sola?
-No, Konohamaru está con ella...
Konohamaru era un amigo de Naruto recién mudado a la ciudad con su padre, le conocimos en la fiesta del 31 el año pasado.
-Sinceramente prefiero que este inconsciente...no soportaría verla en ese estado nuevo.
-¿Menma sabe...? –negó otra vez.
-No hemos querido decirle nada...sabes cómo se pone...simplemente no piensa.
No es de extrañar, es su hermano gemelo. Una duda existencial y muy desubicada apareció en mi mente ¿Presentirá Menma que su hermano está en peligro?
El tiempo transcurría sin novedades, Tenten le pidió a una de las enfermeras si por favor podía mantener a Hinata sedada a lo que la mujer accedió tomando en cuenta las violentas consecuencias que los nervios tenían en ella, sin embargo nos advirtió que no se le permitía administrarle por mucho tiempo una dosis alta ya que la salud del bebé se vería afectada. El pequeño Boruto, cansado de llorar, se había quedado dormido en los brazos de Neji mientras su pareja buscaba que sus hijos fueran con Morfeo también, por nuestra parte Sakura caminaba de un lado a otro con una adormilada Sarada en los brazos.
-Si sigues así no se dormirá...dámela.
Sin quejas me la paso, los bracitos de mi hija se enroscaron automáticamente a mi cuello. Yo también estaba preocupado pero intentaba mantenerme lo más sereno posible, otro en crisis no ayudaría y menos cuando Sakura parecía estar al borde de la locura.
-Chicos... –el joven alto apareció tras la puerta con expresión nerviosa.
-¿Qué sucede Konohamaru? –la castaña salto hacía él.
-Hinata-san está despertando... ¿Qué hacemos...?
Habían pasado varias horas y aun no sabíamos nada del rubio, lo cual nos traería severas consecuencias con la embarazada. Ninguno tenía cabeza para pensar en una solución, la cantidad de sentimientos aglomerados en nuestras mentes era abrumadora a tal punto que nos bloqueaba por completo.
-Hay que entretenerla –sugirió Neji acomodando al niño mejor en su regazo.
-No funcionara, apenas pueda hablar preguntara por Naruto y no habrá fuerza en el mundo que la distraiga.
Nos gustase o no mi pelirrosa tenía toda la razón.
-Demonios...
Fue lo único que pude pronunciar y por lo visto era un sentimiento unánime, nadie dijo nada más.
Finalmente Sakura se ofreció para intentar controlar la crisis que próximamente absorbería a la peliazul, esperábamos que mencionarle a su bebé le ayudaría a estar menos...nerviosa. Recosté a mi pequeña en su coche moviéndolo adelante y atrás incapaz de tenerla en mis brazos sin que comenzara a llorar por mi pésimo estado de ánimo. Creo que si acaso pasaron un par de minutos antes que los gritos de Hinata se escucharan por todo el pasillo.
-¡NO! ¡Naruto-kun!
La puerta continuaba cerrada pero esa barrera no evitaba que sus gritos se filtraran con perfecta claridad.
-¡Hinata espera! ¡Tranquilízate!
Escuchamos golpes dentro del cuarto...estaba completamente fuera de sí. Neji llevo lejos al pequeño de 4 años quien había comenzado a despertar por el escándalo, sinceramente era lo mejor.
-¡Déjame! ¡¿Dónde está?!
Tenten y yo cruzamos miradas presos por la incertidumbre del momento ¿Deberíamos entrar? Al menos uno mientras el otro se queda con los niños que por cierto no lucían nada felices con el griterío, Shiori incluso tenía los ojos aguados y los labios temblorosos.
-¿Hina?...Hinata ¿Qué tienes? Hey... ¡Ayuda!
Me quede quieto dándole a Tenten el mensaje involuntario para ser ella quien acudiera. La puerta se deslizo, los acontecimientos ocurrieron en cámara lenta...
Hinata tumbada en el suelo temblando a la vez que se aferraba a su vientre con la expresión desfigurada mientras Sakura se encontraba tras ella completamente pálida.
Me mantuve pegado a la pared con los coches, observando lo que ocurría como si de una película se tratase. Era un caos...médicos iban y venían.
Hinata gritaba. Los mellizos lloraban a todo pulmón al igual que mi hija. Tenten temblaba llena de pánico. Sakura estaba al borde del colapso con los ojos cristalinos, la respiración agitada y una desaparición total del color en su rostro. Neji se mantenía lo más lejos posible de la situación por seguridad de Boruto aun cuando deseaba estar con su pareja e hijos.
Esto no podía continuar así. Desbloquee mi brazalete... Primero debía arreglar el asunto de los bebés.
-¿Sasuke? ¿Qué tan mal es...?
-Mal, escucha lo mejor será llamar a alguien para que se lleve a los niños, yo puedo pedirle a mi hermano que venga ¿Qué dices?
Con los 3 pequeños dando gritos asustados y el mayor del otro lado estresado y a punto de quedar traumatizado era imposible actuar libremente.
-Me parece excelente, no te preocupes por mis hijos...yo llamo a mis padres –agradecí por ello, no estaba seguro que mi hermana y su esposa pudiesen con los 4 niños...
-De acuerdo –colgué y volví a marcar.
-¿Sasuke? Es raro que llames a esta hora ¿Qué ocurre?
Eran aproximadamente las 11:30 de la noche.
-Niisan necesito ayuda.
-¿Qué pasa? ¿Qué es todo ese escándalo? ¿Estás bien?
Los gritos a mi alrededor me abrumaban, mi mente simplemente estaba bloqueada...pedirme un informe sobre esta situación no pudo resultarme menos complicado.
-Te explico luego... ¿Podrías venir por Sarada y Boruto?
-Claro ¿Dónde estás?
-En la clínica cerca de mi casa...
-Voy en seguida.
No quería dejar el lugar así pero tan solo sería un momento ¿Qué podría suceder en un par de minutos? Mejor no provocar al destino. Me encontré con Neji en la salida, sus padres ya estaban allí esperando por los mellizos, mi hermano llego segundos después.
-¿Qué sucedió?
Se bajó apresuradamente corriendo hasta mí en pijama, Sarada continuaba llorando y Boruto agarrado a una de mis manos lucía igual a una estatua...
-Le dispararon a Naruto y Hinata entro en crisis –susurre, tal vez su hijo no entienda todavía el significado de mis palabras pero...más vale no arriesgarse. – Por eso necesito que te los lleves...
Aun eran demasiado pequeños e inocentes como para que las crueldades del destino comenzaran a quebrar las burbujas en la que todos vivimos de niños... Esa denominada "niñez" que tiende a romperse más adelante con los golpes de la vida. No, todavía no les tocaba y si por mí fuera buscaría una manera en la que jamás tuviesen que conocer...esta realidad.
-No hay problema, vamos pequeña...
Mi hermano mayor intento cargar a Sarada, sin embargo esta se negó rotundamente a soltarme.
-Nena, papá no puede estar contigo ahora, ven –agito la cabeza de lado a lado observando ferozmente a su tío, suspire...
-Sarada...papá debe ir con mamá ¿sí? Prometo que iremos más tarde por ti ¿de acuerdo? Ahora ve con Itachi...por favor princesa.
Junte mi frente con la suya cerrando los ojos rogándole al cielo que comprendiera mis sentimientos. Dejo de resistirse permitiendo que mi hermano la sostuviera. Bese su cabecita a modo de despedida.
-Boruto ¿Recuerdas a mi hermano Itachi? –me agache quedando a su altura, el niño simplemente asintió. – Ella cuidara de ustedes un tiempo, en su casa podrán comer, dormir y jugar más cómodamente, se bueno ¿de acuerdo? –le revolví un poco el cabello, era más sencillo tratar con él.
-No...quiero ir con mami y papá...
Justo ahora tenía que equivocarme... Explicarle a un pequeño de 4 años que sus padres están...uno en estado crítico y el otro inestable tanto mental como físicamente no es fácil por donde lo mires, es más, me atrevo a decir que no hay un modo de decirlo sin traumatizarlo o confundirlo.
-Boruto escucha...
-¡Quiero ir con mis papas! –con sus puñitos apretados fuertemente grito dándose media vuelta dispuesto a buscarles.
-¡Boruto espera! ¡No puedes ir! –salí corriendo en su busca pero dudaba llegar a él antes de perderlo en las enormes instalaciones, gracias al cielo Neji le logro interceptar.
-¡Suéltame! ¡QUIERO A MIS PAPAS! ¡PAPAAAA! ¡MAMIIII!
El infante forcejeaba con todo lo que tenía soltando desgarradores gritos acompañados por una nueva tanda de lágrimas.
-Boruto-kun, tranquilo...todo está bien –Neji le abrazo alzándolo rápidamente evitando así otro intento de escape.
-Pe...pero...papá, en el sitio de comer...se cayó al suelo...mami grito...
-Les dolía el estómago.
Engañar...condenada técnica de irritante gran utilidad en ciertas circunstancias.
-¿El estómago?
-Sí... Cuando te sientes mal ¿Qué hacen tus papas?
Entendí por dónde iba la conversación, a Neji se le ocurrió una muy buena idea para convencer al niño de irse con Itachi-nii.
-Me hacen comida rica.
-Eso... ¿Por qué no haces tú lo mismo por ellos?
-Mi hermano tiene una cocina muy bonita y te puede ayudar a prepararles algo muy rico a tus papas –le seguí el juego.
-¿Se sentirán mejor si lo hago?
Los perlados ojos de mi cómplice buscaron los míos, ambos debíamos ser un espejo del otro...con la misma culpa arrancándonos pedazos del alma.
-Seguramente –susurre implorando perdón divino por mis pecados...
Deseaba desde lo más profundo no estarle mintiendo del todo pero por el momento nuestras palabras continuaban tejiendo una fina esperanza en el niño que podría reventarse con el soplo gélido del destino.
Finalmente accedió a subirse en el auto despidiéndose de nosotros por la ventana, devolvimos el gesto fingiendo una sonrisa hasta perder el vehículo de vista retornando a nuestras expresiones originales.
-Regresemos con los demás –murmure desganado. El chico me siguió sin decir palabra.
Al llegar no escuchamos ningún ruido. En una de las sillas Tenten se hallaba sentada con la cabeza entre las rodillas, su esposo corrió a verle, yo busque a mi novia pero...no había señal de ella.
- ¿Qué pasó? –inquirió Neji.
-Entro en labor de parto –con todo el ajetreo...era de esperarse supongo.
-Pero están bien ¿no? Ella y el bebé.
-No lo sé...las cosas se complicaron...le están practicando una cesárea... Según nos dijeron el cordón se le enredó en el cuello...
Mis conocimientos sobre nacimientos eran realmente escasos pero sabía que cuando aplicaban métodos antiguos no era bueno.
-Estarán bien Tenten... –le estrecho fuertemente entre sus brazos justo cuando estaba comenzando a llorar.
-¿Y Naruto?
-Nada todavía...
-¿Sakura?
Tomando en cuenta el estado en el que la deje estaba excesivamente justificado mi alto nivel de preocupación.
-En el baño... Menma llamó preguntando por su hermano y tuvimos que mentirle pero luego de colgar Sakura-chan se sentía un poco mal.
-Iré a buscarla.
Desde afuera no se escuchaba nada pero eso no hacía más que aumentar mi angustia, el silencio no era siempre buena señal...casi nunca en realidad. Por un segundo me debatí entre si violar la norma o no... Al demonio, estaba justificado. Le encontré enjuagándose la boca con la mano temblorosa...seguía pálid y ahora sudorosa. Dos zancadas bastaron para llegar a su lado, volteo lentamente su mirada, lucía cansada.
-No deberías estar aquí –su voz tampoco sonaba mejor.
-Si nos descubren al verte seguro entenderán ¿Qué tienes? –pose mi mano sobre su espalda acariciando un poco, estaba caliente y se sentía perfectamente el tiriteo del cuerpo.
-Vomite un par de veces... –detuve mis movimientos en seco.
-¿Qué? ¿Y por qué estás aquí? Vamos con...
-Tuve que engañar a mi primo...él sabe que algo va mal con Naruto, siempre desde pequeño sentían cuando algo malo le ocurría al otro y esta vez no fue diferente... Se escuchaba tan angustiado...no fue fácil controlar mi voz y asegurar una falsedad, me puse nerviosa...eso es todo, tranquilo estaré bien.
Tenía sentido pero no me servía de consuelo.
-Vamos a que comas algo.
-Hinata y Naruto...
-Tenten y Neji están allí, si sucede algo nos avisaran.
Medio a regaña dientes le lleve a la cafetería, no ingirió mucho pero al menos ocuparía algo de espacio en su recién "limpiado" estómago, nos encontramos con Konohamaru sentado en una mesa con su plato por la mitad. Subimos los 3 juntos a reencontrarnos con la pareja esperando tener noticias, sin embargo al llegar las cosas permanecían sin cambio. En el pasillo no se escuchaba nada como si allí solo estuviese el viento, cada quien sumergido en su propio mar de angustia que con cada segundo nos iba ahogando más.
-Disculpen.
El silencio fue quebrado por la voz áspera de la doctora quien se acercaba con su respectiva expresión neutral.
-Tsunade-san... ¿Cómo están?
Incluso en esas circunstancias me sorprendió un poco que Sakura la conociera, sin embargo justo ahora no eran el momento.
-Delicadas, la joven Hinata perdió mucha sangre en el proceso, fue bastante complicado, actualmente estamos haciendo todo lo posible para estabilizarla pero no podemos asegurar nada y la bebé está en observación, aún no sabemos que daños pudo causarle el cordón.
Mi novia, quien se había levantado, se dejó caer nuevamente sobre la silla cubriéndose el rostro con las manos.
-Tengan fe.
Era frustrante, eso era lo único que podíamos hacer "tener fe".