Eleanor
—Buen día señorita —alguien habla detrás de mí, volteo y puedo notar que se trata del mismo chico de ayer observándome de arriba a abajo debido a mi nuevo cambio de uniforme —. Veo que eres oficialmente enfermera.
—Eres el chico que ayudó al hombre del accidente —sonreí ya que nunca creí que lo volvería a ver.
—Soy Matthew, Matthew White —me dice su nombre lo que me ponía feliz ya agradecía poder saberlo finalmente.
—Bueno Matthew nadie puede donar sangre dos días seguidos —dije divertida cruzándome de brazos.
—En realidad no venía por eso.
—¿A no? —lo mire confundida y él niega.
—Quería saber si ya me devolverán mi abrigo —dice adentrándose más a la habitación.
—¿Como dice? —fruncí el ceño.
—Como escucho señorita.
—Pues así no funcionan las cosas Matthew, no podemos devolvérsela hasta el momento en el que ese abrigo haya salido por esa habitación.
—Pues tendrá que devolvérmela porque desde el momento en el que el abrigo me cubrió del frío ayer por la mañana los minutos han sido maravillosos como aquella tarde en que la vi por primera con ese perfecto cabello recogido como también esos grandes ojos Hazel, es por eso que entendí porque que mi corazón latía todo el tiempo cuando pienso en usted y cuando está presente late aún más fuerte —dice entregándome una rosa roja y provocando una sonrisa de mi parte, estaba impresionada.
—Yo nunca había escuchado algo como eso —dije sincera aún sonriendo —. Fue muy cursi.
—¿No sirvió? Porque hice que mi hermano me ayudara a ensayarlo todo el día, no te gusto? —pregunta con esa sonrisa nerviosa que comenzaba a gustarme.
—Claro que no —me acerque a él para abrazarlo y en verdad podía sentir su corazón latir con fuerza.
—¿Quieres ir a comer a un sitio? —pregunta nervioso rascándose la nuca.
—Seguro, puedes pasar por mí hoy a las 7:20 aquí mismo en el hospital —dije apuntando mi número telefónico en un papel —. Te esperare aquí no llegues tarde —le entrego el papel y él sonrió al ver mi número entre sus dedos.
—Jamás llegaría tarde —hicimos un despedida de manos y él sale por la puerta principal del hospital dando brincos discretos debido a la emoción provocando una carcajada de mi parte.
—Leigh-Anne quería decirte que no te molestes en pasar por mí hoy, tendré una cita con un chico —dije emocionada por mi teléfono móvil, después de casi 5 años tendré una cita de nuevo —. ¿Leigh-Anne? —fruncí el ceño al no tener respuesta.
—Me alegró Els —dice en el otro lado de la línea, ella sonaba demasiado seca.
—¿Estas bien? —pregunté y ella asiente despidiéndose y colgando la llamada, en eso pensé que probablemente solo tuvo un mal día.
(...)
—Desde entonces vivo en un pueblo con mi familia cerca de Nueva York pero he tratado de ser más independiente y vivir solo en un departamento aquí en la ciudad —sonrió Matthew.
—Me alegró que hayas tomando esa decisión, no extrañarás a tu familia? —pregunté y asiente, cada segundo que pasaba me gustaba la idea de que él me mirara con esos ojos.
—Bueno como puedes notarlo tengo un acento marcado ya que nací en un establo —me informa y sonrió —. Sufrí burlas en la escuela por ello es por eso que mis padres no pudieron hacer algo más que sacarme de la universidad ya que no teníamos los recursos para pagarlo.
—Te entiendo, pero si no te sientes cómodo hablando de esto podamos dejarlo —dije tratando de que no se presionado.
—Nos vamos? —pregunta y asiento sacando dinero de mi bolso para poder pagar la cuenta —. Nada de eso, lo pagaré yo —deja primero el dinero y antes de decir algo él camina a la salida después de mi.
—Quería pagarlo yo —dije un poco molesta pero él sonríe.
—Yo te invite no? Pagaré yo —dice sonriente quitando por completo mi molestia, él tenía razón.
Sin decir nada más caminamos juntos en silencio por las calles repletas de gente nueyorkina, había pasado demasiado tiempo desde que Sinjin salió de mi vida, en estos últimos años logré poder olvidarme de él por completo, seguí con mi vida en Nueva York pero no tuve el tiempo suficiente como para tener una relación con alguien ya que aún no estaba lista para tenerla, pero cuando conocí ayer a Matthew todo volvió a tomar su color, ahora mismo podía sentir su mirada en mi y no me molestaba la idea de que lo hiciera.
—Tienes que tener mas cuidado —reí mirando como Matthew chocaba con una mujer mayor ya que estaba muy distraído mirándome, él profundiza sus ojos con los míos tomándome del rostro con una mano mientras que la otra estaba sobre mi cintura cosa que provocaba mis nervios, se acerca mas para poder besarme pero me molesto al sentir como Matthew no pensó ni en un segundo poder hacerlo.
Aún no estaba lista para dar un beso así que por inercia me separo de sus labios sujetándolo del pecho y dándole una bofetada, Ay no ¿Por que hice eso?
—Perdón no sabía que te molestarías —dice arrepentido tocándose la mejilla con un poco de dolor.
—Pues no advertiste que me besarías —me excusó molesta.
—Lo lamento —dice sincero pero yo aún seguía molesta de que me besara por lo que decido ignorarlo negándome a mi misma y seguir con mi camino dejándolo quieto detrás de mi. Pero me arrepiento al instante de abandonarlo así que sin dar un paso más me detengo en seco dando un suspiro, Matthew no era él culpable de que me sienta así.
—¿Vienes? —preguntó mirándolo detrás de mi y él camina asintiendo pero en su camino un taxi se atraviesa que estaba a punto de arrollarlo asustándome de por vida, él sonríe de nuevo acercándose a mi y lo miro impresionada, él estaba totalmente loco.
Leigh-Anne
Guarde mis cosas en mi bolso y tomo esta vez el ascensor para llegar al primer piso, camino con velocidad hacia la salida ya que no quería encontrarme de nuevo con Liam.
—Leigh-Anne espera —escuchó su voz llamarme pero no volteo así que solo lo ignoro, este logra alcanzarme dándome vuelta y respondo con furia soltándome de su agarre.
—No vuelvas a tocarme, te lo dejé en claro hace tiempo —dije enojada y él me suelta.
Era impresionante, Liam estaba demasiado cambiado debido a que tenía su cabello más largo y sinceramente ese traje que llevaba puesto lo hacía lucir muy guapo.
—Lo siento —se disculpa y respondo rodando los ojos —. Jamás pude volver a localizarte, es como si hubieras de vida —me observa de pies a cabeza probándome incomodidad.
—Eso a ti no te importa —dije fría y él se sorprende por mi comportamiento burlonamente.
—Solo trato de ser amable de acuerdo? —alza su voz molesto haciendo que yo también me moleste, provocando que comencemos a discutir.
—No te sirve de nada ser amable conmigo —alzo la voz de la misma manera —. Ahora aléjate de mi y no vuelvas a llamarme —camine directo a la salida y espero con desesperación a que Jade aparezca con el auto.
—Ahora por fin después de años me dirás quién es mi hijo —pare en seco y trato de pensar en algo antes de que comenzara a invadirme con preguntas.
—Lamentó decirte que tú no tienes ningún hijo —sonreí sarcástica mirando el reloj de mi muñeca.
—No te sirve de nada ocultármelo porque confirmaste que tendríamos un bebé hace años, donde está? —cierto ya se lo había dicho que estúpida soy.
—Saliste de mi vida por siempre y ahora solo eres un extraño que decidió aparecer cuatro años después! —respondí furiosa.
—Tu decidiste salir de mi vida y quisiste que yo saliera de la tuya, también me negaste ver a mi hijo es ilógico que digas lo contrario Leigh-Anne.
—No te vuelvas a acercar —le advierto alejándome cada vez más —. ¿Por que no vuelves a tu vida en Londres?
—Estoy aquí por un trabajo y es sacar a tu querida empresa de un enorme problema financiero que solo yo puedo resolver —dice más enojado acercándose nuevamente a mi —. Deberías agradecerme.
—¿Agradecerte? —suelto una carcajada sarcástica —. ¡Já! Si algún día llegará a agradecerte sería solamente por ser un imbésil.
—Leigh-Anne no sabrás lo que me pasó hoy, tengo un cupón de comida italiana! —dice Jade asomando su cabeza por la ventanilla y mostrando el cupón entre sus manos, como un premio, al ver la presencia de Liam aún lado mío deja su emoción de lado y se esconde detrás del volante al ver que Liam pudo distinguir que se trataba nada más y nada menos que Jade.
—Hola Jade —saluda Liam más relajado y avergonzado al ver que ella noto nuestra discusión por la incomodidad que teníamos pero ella solo contesta con un respiro de incomodidad. No dije nada e ignore completamente a Liam entrando a la camioneta haciendo que Jade acelere con fuerza.
—No digas nada —dije después de mirar como Liam se hacía cada vez más pequeño debido a la distancia que ya teníamos.
—¿Que diablos Leigh? ¿Que hace él aquí? —pregunta molesta apretando con fuerza sus manos al volante tratando de no explotar.
—No lo se, André dijo que es abogado y la empresa lo contactó desde Londres para que los ayude a sacarlos de una extensa demanda.
—¿Qué te dijo? —pregunta mirándome cuando detuvo el auto en luz roja.
—Preguntó por Amber —dije encogiéndome en mi asiento —. No quiero que se acerque a mi vida o a la de mi hija —sentí como las lágrimas comenzaban a salir y Jade pudo notarlo acariciando mi mano con su mano libre mientras la otra está sobre el volante del auto —. ¿Y que si trata de quitármela?
—Solo trata de ignorarlo en todo momento que trate de tener una conversación contigo.
—Pero él puede quitarme a Amber si él se llegara a enterar de su existencia —dije quitando las lágrimas de mis mejillas.
—Veras que todo saldrá bien, ambas sabemos que él solo está aquí por negocios y se irá a Londres olvidándote por completo —dice mientras se estacionaba en la enterada del trabajo de Perrie.
—Estoy muy cansada —dice quitándose los tacones, Jade y yo la miramos en la parte trasera y nos mira confundida —. ¿Por que traen esas caras?
—Liam está aquí en Nueva York y preguntó por Amber —dije.
—Oh Leigh —se acerca abrazándome —. No te estés torturando por eso, tú sigue con tu rutina diaria y trata de ignorarlo cada minuto que pase y así él podrá entender que su hijo no está o piense que posiblemente que está muerto, trata de darle malos pensamientos.
—La preocupación aquí ahora es que dijiste que probablemente Harry y Zayn estarán aquí en cuatro meses —dice Jade sin dejar de mirarme.
—Dijeron Malik y Styles, hay demasiadas personas con esos apellidos en Londres —dijo Perrie encogiéndose de hombros.
—Solo trata de estar atenta sobre esos dos y si son ellos realmente buscaremos la manera de evitarlos —Jade enciende el auto y llegamos a casa en un recorrido silencioso.
—Que bueno que llegan, la cena está en la cocina —dice la niñera tomando su bolso y abrigo —. Que descansen —nos despedimos de la misma manera y ella sale sin decir nada más.
—Hoy me enseñaron cosas nuevas en la escuela —dice Emma corriendo a los brazos de Perrie.
—¿Enserio? —Perrie se arrodilla a su altura poniendo toda su atención en ella.
—Ya tranquilízate —me dice Jade sirviendo la cena, la ayudo con eso mientras Perrie se aseguraba de que los niños se hayan lavado las manos, todos nos sentamos en la mesa y antes de comer Eleanor llega con una cara de enamorada impresionándonos.
—¿Por que esa sonrisa? —pregunta Perrie y ella se sienta a lado de Alice saludándola y besándole la mejilla con mucho cariño, cosa que no veía hace meses.
—Salí a comer hoy con un chico y su nombre es Matthew —sonrió probando un bocado de la comida.
—¿Enserio? —la miro impresionada y ella asiente, hace muchos años atrás que no volví a ver a Eleanor tan feliz desde que nos presentó a Sinjin como su novio —. ¿Cuando lo conociste?
—Lo conocí ayer —Jade abre sus ojos más de lo normal y yo trato de sonreír.
—¿Ayer? ¿No es demasiado pronto como para tener una cita? —pregunto confundida.
—Lo se pero solo fuimos a comer Leigh.
—¿Como lo conociste? —pregunta Perrie curiosa con una sonrisa en el rostro, a las tres nos alegraba la idea de que Eleanor por fin le diera una oportunidad al amor pero no estaba segura de que se trataba de eso.
—Bueno como saben el hospital tuvo errores asignándome como enfermera en vez de cirujana pero no se preocupen solo es temporal esto de la enfermería, mientras yo drenaba la sangre de algunos pacientes Matthew apareció mirándome justo como un imbésil enamorado pero pude darme cuenta de que él no era como los demás, incluso hoy trato de decirme un poema.
—Que tierno —suspira Perrie y Eleanor asiente con una sonrisa mirando a su pequeña hija.
—Me gusta —dijo sincera —. Y para desmontarlo tal vez algún día podría invitarlo a cenar para que puedan conocerlo personalmente.
—¿Y sientes que puedes tener un futuro con el? —pregunté curiosa ya que por un momento de este tiempo de conversación del nuevo amor de Eleanor quería sacar a Liam de mi cabeza.
—No —dice con una pequeña sonrisa en el rostro —. O no lo se a penas lo conocí ayer.
—Porque ahora que lo pienso me gustaría que ambos tengan una relación formal y estable —opine —. Me gusta verte tan feliz.