—¿Por que carajo tardaste tanto al subir? —preguntó mi compañero de auto molesto mientras conducía fuera de la vista de los demás.
—Hoy salí tarde —dije con nervios observando como pasaba de molesto a enojado.
—Realmente crees que soy estúpido? —voltea a verme unos segundos y yo desvió la mirada.
—Ya te e dicho lo qué pasó, salí tarde y es todo.
—Vamos a casa, que quiero darte tú castigo.
—Por favor! No lo hagas! —rogué pero en ese momento llegamos a casa con demasiada rapidez y cuando entramos lo primero que hizo fue golpearme.
(...)
Cuando terminó de quitar su coraje en mi se acerco a mi rostro pero me aleje de él hasta que la pared me lo impidió.
—Tienes un cuerpo sexy hermosa y te vistes de esa manera, en realidad creo que está bien que lo hagas porque tu eres solo mía y solo te puedo ver yo; sabes? No puedo esperar a que cumplas tu mayoría de edad para que tengas el mejor sexo de tú vida —me beso apasionadamente y toda su boca sabía a alcohol, que asco.
Después tomo dinero y salió por la puerta principal, no podía estar más agradecida. Mi labio inferior temblaba y mis sollozos se escuchaban por toda mi casa. El miedo me está matando.
Mi historia no a sido la mejor de todas, yo puedo reconocerlo pero era difícil poder tener los recuerdos completos sin llorar, pero ya estoy acostumbrada a este tipo de actos de la parte de ese hombre.
Mi madre era una mujer muy religiosa cuando era niña ella cuidaba de mí hasta que ví como me apuntaba con una pistola porque ella creía que yo era una mala señal desde el otro lado. Nuestra casa literalmente parecía iglesia y eso no me molestaba, lo único que me molestaba era que mi mamá siempre había tratado de suicidarse, siempre de distintas maneras.
Mi padre nunca supo de mi o al menos eso supongo ya que mamá se alejo alejo de él.
Un día cuando regrese de la escuela a mi casa, ví a mi madre en el piso de la cocina, sangrando sin parar con un cuchillo en su mano, a penas puedo recordar cuando llore y después tome su cabeza asustada mientras le decía cosas para que despertara. "¿Mamá que te paso? ¡Mami!" entonces fue cuando se me pasó por la mente que ya estaba muerta.
La policía llegó gracias a mis gritos quemados por los vecinos y fue cuando me confirmaron que ya era tarde. Ella estaba muerta.
No tenía familia alguno esperándome así que me adopto una mujer muy dulce junto a su esposo. Al principio era una niña tímida y muy cerrada con la pareja que vivía pero ellos entendieron por lo que pasaba así que simplemente me dieron mi tiempo y espacio. Un día decidí pasar un tiempo con mi nueva familia fuimos a almorzar felizmente y cuando queríamos regresar, en media carretera el cielo se torno de gris y comenzo a llover demasiado en si a lo que hizo que mi padre adoptivo acelere.
Pero como las cosas nunca salen bien cuando estoy presente tuvimos un accidente contra otro auto.
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