El Cortejo de Velkan

By _latamy

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"Aquí no hay un felices para siempre" More

TRAILER/ SINOPSIS
Advertencia
1.El Engaño
2. Primera Vista
3. El Cortejo
4. Luna de Miel
5. Relajo Roto
6. Relajo Encontrado.
7. La Calma
8. De Venenos y Traiciones
9. Advertencias del Pasado
10. A Golpes
11. El error, el temor.
12. La Conversación
13. Pesadilla en Carmín
14. La charla en la Laguna
15. Entre pinos y Eucaliptos
16. Hermoso Error
17. Té contra la Ira.
18. La noche más larga
19. El lobo y la esclava
20. Arrepentimiento y Búsqueda
21. Santas cadenas de plata
22. La historia del Medallón
23. Cuando la Luna se tiñe de sangre
24. Recuerdos del Omega
25. Confesiones
26. Sollozos de Lobo
27. La esencia del juramento
28. Visitas y ofrendas.
29. Llanto en medio de la batalla
30. La suerte de la nueva estrella
31.Lo que no borró las cenizas
32. La Posada del Lobo
34. Antes de la Lluvia
35. La última travesía
36. Seis años después
Agradecimientos
EXTRA: El Engaño - version Lucía
EXTRA : El cortejo de Fausto I
EXTRA: El cortejo de Fausto II
EXTRA: El Cortejo de los Gemelos I
EXTRA: El Cortejo de los Gemelos II
EXTRA: Wolfgang y Lilly
¿TE HA GUSTADO LO QUE LEISTE?
VELKAN VUELVE ESTE 2020

33. La historia del omega

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By _latamy

Se los dije a ambos cuando volví a la casa. Gabriel no creía mis palabras, mientras que Lucía se dispuso a estar silenciosa, mientras abrazaba a Lucero.

Creo entender su miedo.

Decidimos hablar con David, en ese momento no había gente en el piso inferior y la mesa estaba disponible para nosotros. El lobo de la posada pensó que sería agradable hablar ahí.

Nos sentamos en ella y vimos distintas hierbas que reconozco para hacer té. David se hace uno antes de comenzar a hablar.

— Supongo que tienen dudas de como llegue aquí — comenta David bajando la taza de su té— Diré las cosas sin rodeos, los veo ansiosos. Soy lo que se conoce como un lobo omega, una línea dentro de un Clan de mi especie.

Eso me sorprende. Mis expresiones son obvias y más son las de Gabriel al darse cuenta que decía la verdad.

— ¿Dijo un omega, David? — consulta con cuidado Lucía— Si es así, me extraña que tenga hijos. Tengo entendido que los de esa clase tienen prohibido reproducirse.

— Espera, ¿tienen reglas así entre ellos? — comenta Gabriel más extrañado.

— Para que sepas leñador— le hablo a Gabriel— somos una especie con reglas de vida y tradiciones antiguas y marcadas que llevamos a cabo desde que la Luna apareció en el cielo.

Gabriel hace una mueca.

— Creo ya saber como va una de las tradiciones por lo que ha pasado Lucía, lobo — comenta Gabriel molesto.

— Tranquilo los dos— comenta David buscando relajar el ambiente— Bueno Gabriel, como dijo Velkan aquí presente, tenemos reglas y además jerarquías y cada uno tiene tareas y beneficios dentro del Clan. Como imagino de Velkan, el debe ser un alfa. Ellos son los lobos cazadores y que protegen al Clan. Son los que traen comida a la gente y lo administran. Eso lo sé por dos detalles: los alfas tienen patillas en su rostro bien marcadas como las que luce nuestro muchacho.

Esto lo dice haciendo una pausa y señalándome. Instintivamente me llevé una de mis manos hacia el pelo negro de mis marcadas patillas.

— Lo otro es por Lucía y su marca en el hombro— agrega viendo con una suave sonrisa a mi mujer— Los alfas son los únicos que pueden reproducirse para pasar su fuerza y crear lobos como ellos. Esa marca es parte de lo que se llama un Cortejo.

Lucía baja la vista y veo que se toca el brazo donde reposa la marca de mis colmillos.

— Los omegas como yo, en cambio— comenta David — Somos hijos de Clanes vencidos que se han convertido en sirvientes de quienes ganan. Nos encargamos de tareas domésticas, como cuidar plantas con las mujeres del Clan y otras tareas menores. No podemos reproducirnos ni hacer un Cortejo por ser de un Clan o hijos de lobos vencidos. Es la razón por la cual estoy aquí, verán que tengo descendencia: tres maravillosos hijos que me los dio mi fallecida esposa, que la Luna la tenga en su gloria.

Un omega que se ha reproducido y hecho un Cortejo, ¡increíble!

— Yo escapé de mi Clan y veo que ustedes también por la niña que tienen consigo. Las mujeres que nacen en el Clan están prohibidas, causado por la loba blanca en nuestra cultura.

— ¿Loba blanca? — habla Gabriel.

David sonríe amablemente ante la duda del muchacho.

— Es una leyenda de nuestra cultura. Resumiendo, una loba blanca fue la causante de la desaparición de un Clan entero, destruyendo los cultivos y generando guerra entre sus ocupantes. Unos lobos quisieron matarla, pero no lo lograron. Uno sobrevivió y quiso hacer un Cortejo con ella al darse cuenta de que era una mujer interesante y podría crear un Clan poderoso, pero la loba logró aniquilarlo antes exterminando cualquier rastro de ese grupo de hombres lobos.

Las miradas de Lucía como la de Gabriel muestran sorpresa a lo hablado por David.

— Podríamos decir que una loba blanca es sinónimo de un gato negro para los humanos — busca explicar David — desde entonces las mujeres nacidas en el Clan de los lobos está prohibido y se deben matar.

Lucía se ve preocupada ante esto y toma fuertemente a Lucero en sus brazos. David, al ver este gesto busca tranquilizarla con una delicada y paternal sonrisa.

— Lucía, no pienso hacerle daño a tu hija— habla el viejo omega— Ni yo ni mis hijos. Soy el que menos tiene la desfachatez de seguir las reglas de mi gente luego de haber roto una de ellas. Ante mis acciones, me podrían haber llevado al bosque entre alfas y aprovecharse de mí hasta que me mataran.

Sus palabras me rememoran lo ocurrido con aquel omega nocturno y me estremezco.

— Quiero decirles que por favor confíen en mí y mis hijos. Haremos lo posible para que puedan partir pronto y tengan una nueva vida— el omega sonríe, produciéndose calma entre todos.

Diciendo esto nos ofrece el mismo té que ha tomado y algo de comida de manera amena que nos hace relajarnos.

Lucía se ve tranquila mientras amamanta a Lucero, aunque su rostro refleja cansancio. Yo he podido verme en el espejo y también mi rostro presenta esos síntomas ante todo lo ocurrido.

Lucero ha llorado de vez en cuando en las noches despertándonos y pidiendo atención. En los pocos días que hemos llevado aquí ha comenzado a moverse y mostrar esos ojos negros que ha heredado de su abuelo que está con la Luna.

Verla tan pequeña me hace preguntarme cómo será cuando ya comience a caminar: ¿tendrá los rizos de su madre o el cabello lacio de su abuela en el Clan? ¿qué habilidades habrá heredado? Siempre me enseñaron que las mujeres son grandes cuidadoras de la tierra, pero ahora me pregunto si a Lucero le gustarán esas actividades, Lucía las adora y tiene un don para eso, pero también es mi hija y le podría gustar escalar y cazar. Siempre soñé con enseñarle eso a mi hijo, supongo que a Lucero le gustará también si así lo desea ¡Oh, quiero verla crecer y ser feliz con lo que elija!

Entre esa idea me vuelve a la memoria la promesa que le hice a Lucía cuando trató de tentar contra su vida. Le ayudaría a iniciar una nueva vida, pero yo no estaba contemplada en ella.

Supongo que tendré que hacerme esa idea, tendré que dejar de ver a mi estrellita y siento que un pedacito de mi corazón es cortado ante este pensamiento.

Gabriel no ha vuelto a beber, parece ser que la botella que le quitó David ha sido la única que tenía consigo, no he vuelto a escuchar el ruido del líquido en su pantalón ni ese hedor que deja en su boca cuando habla o bufa de agotamiento. Luce algo apagado, los únicos momentos que me recuerdan a su antigua forma de ser es cuando Lucía le permite cargar a nuestra hija, algo que me incomoda mucho, pero parece animarlo cuando lo hace, se lo debo de tanto sufrimiento y si Lucero puede aliviarlo está bien.

En ese momento David, tan sigiloso como siempre, me hace saltar levemente del susto cuando me habla. En ese momento llevaba un canasto de mimbre y unos palos delgados con un extraño hilo.

— No quería asustarte— se disculpa con una risa agradable en su rostro.

— Lo sé— comento al reponerme un poco.

— Quiero que me acompañes a un río que no está lejos de aquí— me comenta mostrando los palos de madera — pescaré algo para los huéspedes.

Veo receloso la oferta que me ofrece.

— David, no soy bueno en la pesca— le comento incómodo por su oferta.

— Tranquilo — me sonríe— yo tampoco era bueno hasta que aprendí el estilo humano para esto, llega ha ser relajante, te enseñaré.

David comienza a moverse esperando que le siga, pero me quedo estático en mi lugar.

— Lucía no se moverá de ningún lugar y si llegase a pasar algo, quédate tranquilo que tengo dos lobos, que son mis hijos, que nos avisaran con un aullido. Ella estará bien.

David sin darse cuenta, ha leído mi mente.

Sé que puedo negarme a su petición. El siendo un omega no debería darme órdenes, pero ha pasado tanto tiempo fuera de un Clan que es más un humano que lobo, además le debo muchas cosas. Nos ha alojado y prestado ayuda mientras el caballo de Gabriel se mejora. Al final accedo, no sin antes ver de vez en cuando hacia la casa de madera que nos hospeda.

— Bonito ¿eh? — comenta David — Mi difunta esposa Rosa y yo pasamos aquí buena parte, haciendo picnics cuando nuestros niños eran pequeños ¡amaba este sitio!

— Es hermoso— le confirmo.

David me entrega una de las maderas que denomina caña de pescar y me explica el procedimiento para usarla.

— Traje unos gusanos de tierra como carnada, con eso atraeremos a los peces.

David se encarga de atravesar a los gusanos en el anzuelo de la caña de pescar y se encarga de decirme que hacer.

Lanzo la caña, haciendo que el gusano se perdiera en el agua.

— Ahora hay que esperar— comenta David.

— ¿Sólo eso?

— Sí, la pesca para los humanos tiene algo de relajo también. La idea es aprovechar de observar el paisaje y olvidar las cosas malas por un tiempo.

David se sienta en el suelo y me invita a hacerlo también.

— Velkan — habla David— la razón de invitarte aquí era porque quería comentarte que he hablado con Gabriel sobre lo de la otra vez. Él no está bien.

— Lo sé — le comento — y en parte es mi culpa.

— Me dijo que mataste a la hermana menor de Lucía antes de tu Cortejo. Se que en los Cortejos hay sangre, pero no recuerdo uno así, o tal vez ya estoy muy viejo para recordar eso.

— En ese momento era una buena idea para mí. Pero ahora, luego de todo lo ocurrido entiendo la rabia de ambos: de Lucía y Gabriel. Isabel nunca fue una persona de mi agrado, ocultaba cosas a las personas que quería y su forma de actuar nunca me gustó.

— Me imagino.

— Lamentablemente no puedo caminar hacia atrás y volver a ese momento. Ahora debo asimilar mis culpas y errores y tratar de hacer las cosas bien. Por eso necesito que Lucía con Lucero estén a salvo, iniciando una nueva vida.

— Veo que has meditado las cosas.

—Isabel fue el inicio de mis malas decisiones tomadas por mi obsesión a Lucía.

— Cuando uno es joven parece que toma las mejores decisiones y te das cuenta que no es así.

— ¿Lo hablas por ti, David?

— La mejor decisión de mi vida fue el Cortejo, Velkan. Me hizo ver que tenía un propósito en mi vida y me salvó de atentar contra la mía.

Al decir esto, el rostro de David, siempre alegre y brillante cambia. Su rostro luce envejecido y sus ojos nostálgicos.

— David ¿por qué hiciste un Cortejo? Me gustaría saber tu historia. Si puedes.

David suspira hondo antes de hablar.

— Los peces se tardarán en picar, supongo que lo puedo hacer.

David deja las cañas atrapadas con piedras y en un hoyo en la tierra que los mantiene estables antes de empezar a hablar.

— Para iniciar esta historia Velkan, te quiero decir que a los omegas nos gusta servir, sabemos que somos buenos en eso al ser hijos de un Clan vencido por otro más fuerte, nos queda solo servir, supongo, no tengo recuerdos de otra cosa si me preguntas. Dejamos de tener madera de líderes ni de guerreros y por eso buscamos tranquilizar peleas, curar heridos y buscar provisiones. ¡A mí me gustaba ayudar, mucho! Era bueno recolectando, tanto que tuve permisos especiales por eso.

David mantiene su voz jovial al hablar cuando recuerda su época de omega. Comentaba las tareas que hacía y que le gustaba hacer.

— ¿Sabes? Por tus características físicas, creo que conocí a tu padre — dice de pronto David — Amarok es el nombre de tu padre, ¿verdad?

Me sorprendo cuando dice eso. La Luna me ha llevado hasta un antiguo omega de mi Clan.

Yo asiento.

— Era mi padre— le comento— falleció.

Su rostro se entristece.

— Lo siento— comenta— Era un lobo muy bueno y justo.

— Muchas gracias.

— Tuve que ir muchas veces con él al bosque y con un lobo llamado Joel, no sé si lo conoces.

— Era mi jefe.

— Bueno, Velkan. Será algo extraño lo que te cuente, pero lo necesito decir para comprender cómo es que llegué aquí. Tú sabes que los omegas no podemos desobedecer órdenes de los alfas.

— No, no pueden— le confirmo— lo tienen prohibido.

— Así es, así inicia un poco lo ocurrido, en no poder negarle algo a un alfa.

Su mirada se perturba un poco, pero busca relajarse al ver el lago.

— Lamentablemente desperté sentimientos extraños en un alfa, tu jefe Joel. Yo era joven y solo quería hacer bien mi trabajo. Tal vez fue eso, mi chispa de joven hizo que Joel deseara algo de mí que no podía negarle por más que quisiera.

La cabeza me cosquillea y el aire desaparece de mis pulmones cuando busco conectar lo que me dice David, ese hombre de cuerpo delgado y de cabello color trigo. Ahora se le ve cansado, su rostro y barba denotan los años, pero si lo pusiera al lado de aquel omega que vi entrar a la casa de Joel de seguro sería su reflejo de juventud.

— Es extraño que un lobo te desee como se supone que debe hacerlo con una mujer, pero Joel parecía sentir eso por mí— David suspiró— yo no quería eso, respetaba a Joel como un gran alfa, no como un amante, es más, nunca tuve sentimientos por nadie porque sabía que tenía prohibido ir más allá. Pero él no parecía entender. ¿Sabes lo que se siente a que te fuercen a hacer algo que en verdad no quieres?

La pregunta me toma por sorpresa, yo niego su respuesta, comprendiendo a lo que se refería.

— Es lo que sentí por muchos años en el Clan luego de que Joel me dijera sobre lo que sentía y lo peor es que no me podía negar a la petición de él por ser de un lobo de mayor rango que el mío.

David suspira agotado, pero busca continuar la conversación.

— Ahora te preguntarás como es que hice el Cortejo con una mujer luego de lo que me estaba pasando.

Yo asiento, pero todavía impactado por lo que me ha confesado.

— Hasta el día hoy, considero que la Luna se apiadó de mí por lo que pensaba hacer— comenta David— lo único que deseaba en ese momento era escapar, pero tenía miedo de que Joel me fuera a buscar. Así que decidí irme al único lugar que no me seguiría. Junto a la Luna, la cual me cuidaría por toda la eternidad.

Los hilos de la caña de pescar se mueven por el movimiento del agua y el viento mientras David sigue hablando.

— No quería que encontraran mi cuerpo tan fácilmente, así que gracias a los permisos que tenía por ser tan servicial me atreví a salir de nuestros territorios con una canasta que ocultaba una soga que utilizaría para acabar con mi vida.

Me pongo a pensar en la terrible desesperación de aquel David joven, ante lo que estaba pasando y sintiendo para decidir acabar con su vida. Y de pronto recuerdo a Lucía, esa vez que se encontraba apagada y agotada con su vientre abultado, cuando me confesó que quería morir tanto aquella vez que había caído envenenada por una serpiente o con aquella hoja de plata.

— Cuando ya tenía listo para suicidarme escuché algo extraño— habló David— el grito de desesperación de una mujer. Cuando fui a ver me encontré no muy lejos con una chica que colgaba de una rama de árbol que estaba cediendo, era la de un pino, siempre recordaré eso.

David ríe suavemente antes de seguir.

— La pobre chica está aterrada porque estaba alto para ella, así que le dije que no se preocupara, yo la atrapaba. Ella estaba algo insegura, pero logré tranquilizarla y que aceptara soltarse. Logre atraparla sin problemas.

Al omega se le ilumina el rostro por unos momentos.

— Ella era tu mujer, ¿verdad? — le consulto.

— Mi querida y dulce Rosa, que la Luna te guarde — recita David con una sonrisa triste— Si era ella, una chica bajita y de cuerpo ancho con el pelo tomado en dos trenzas castañas en esos tiempos. Estaba asustada por lo ocurrido, tanto que no me soltó cuando la alcancé, me negaba con la cabeza pidiendo que no la soltara mientras se aferraba a mi cuerpo— habló David con nostalgia y alegría.

Veo un suave sonrojo en lo visible de sus mejillas cuando termina de hablar.

— Nunca había estado tan cerca de una mujer en mi vida— me confesó— Quien alguna vez me había abrazado así había sido Joel, pero la sensación era distinta, menos fuerte que la del lobo y poco posesiva, ella buscaba protección así que me quede con ella no se cuanto tiempo entre mis brazos hasta que se relajó. Ahí vi por primera vez su cara. Me llamaron mucho la atención sus ojos verdes. Ella se disculpó conmigo y me comentó que quería darle una sorpresa a su familia con las coníferas de los pinos: quería hacer una decoración para que oliera bien su casa y el lugar donde trabajaban, pero la rama cedió y tampoco era muy buena escalando.

Mientras habla, veo como a David se le ilumina la cara.

— Decidí ayudarla y sin ningún problema subí al árbol y ella me indicó que piñas le bajaba. Estaba agradecida y sorprendida por mi facilidad al escalar. Yo le dije sin muchos rodeos lo que era: un hombre lobo omega y ella al principio no me creyó.

David ríe un poco al acordarse de eso y me contagia su alegría.

— Le hice una demostración de mi agilidad, subiendo y bajando los árboles a nuestro alrededor y luego de eso se dio cuenta de que le decía la verdad ¡no me creía! — comentó David lanzando una carcajada — Luego de eso, conversamos un rato. Y antes de irse me pidió que me prometiera vernos a la misma hora el día de mañana.

Yo alcé una ceja de manera curiosa ante esto.

— Como me gusta servir a la gente, le dije que sí. Logré escabullirme del Clan y me encontré con ella, lo primero que encontré extraño fue un aroma agradable que la acompañaba, tenía una canasta con unos panes calientes que, luego me dijo, los había preparado en manera de agradecimiento.

David sonrió.

— ¡Nadie se había portado tan bien o me había regalado algo en mi vida! y no sé... — habla con dificultad David— ¡fue lindo! Por primera vez en mi vida me sentía libre en el bosque. Luego de lo que sentía cada día en la casa de Joel y como era obligado hacer cosas que no quería... era liberador.

David suspira ante sus palabras antes de continuar hablando.

— Nuestras juntas fueron cada vez más frecuentes — comentó David — Pensar en ella y en los momentos en que hablábamos era un escape a mi realidad. Seguía teniendo trabajo entre las frazadas de Joel, pero en esos momentos comenzaba a pensar en el bosque, los panes que hacía ella y en sus ojos verdes. Joel no era tonto y creo que sabía que pensaba en otra cosa.

David extrañamente se toca los brazos.

— Todavía recuerdo una vez que debía ver a Rosa y Joel pareció descubrir que quería salir del Clan— David me mira asustado — Su rostro se desfiguró de ira, porque estaba saliendo a escondidas. Me tomó de los brazos fuertemente y me arrastró a su casa.

David mira el cielo por un rato largo.

— Logré salir de esa casa luego de que Joel se agotara de todo lo que hizo con mi cuerpo, apenas si pude caminar. Mi señora me esperaba y se espantó al verme con marcas en mi cuello y en brazos. Ella sabía algo de Joel, pero nunca le dije lo que realmente me hacía o los sentimientos enfermizos que me dedicaba. Ella nunca supo lo que me hacía realmente ni en el momento de su muerte se lo confesé, sentía vergüenza de eso, porque debía estar obligado a estar con alguien que no quería mientras mi afecto a ella crecía y no podía hacer nada por eso.

— Siento mucho saber lo que pasaste.

David me sonríe.

— Ella me dijo que escapara con ella, ¿sabes? — comentó David— Me dijo que me aceptaba como lo que era y que deseaba estar conmigo. Que podría empezar una vida con ella y su familia, yo acepté.

El omega mira la laguna con tranquilidad por un rato, revisa las cañas con la vista antes de seguir hablando.

— Ella ya sabía sobre lo que era un Cortejo, en nuestras conversaciones hablé de mi cultura y ella de la suya. En un principio hablé de eso porque al inicio de nuestras reuniones era mi amiga y un escape. Sabía que no podría hacer uno por mi estado. Pero ella aceptó ser mi mujer en mi cultura como yo lo haría en la suya. Fue quien tomó la iniciativa, yo estaba asustado por todo lo que me había hecho Joel antes, pero ella me quitó el miedo e hicimos un Cortejo... — David niega con la cabeza— No, hicimos el amor — corrige su frase— Rosa siempre me dijo que hicimos el amor, no un Cortejo — sonríe.

Al contarme eso, David me hace ver mis antiguos errores en mi inicio con Lucía. David sufrió por parte de alguien quien decía le profesaba cariño, pero desde su lado, no era recíproco. Joel y yo cometimos los mismos errores, nunca vimos lo que la otra persona quería y nos dejamos cegar con nuestro amor... no nuestro deseo tóxico.

Hago memoria de lo contado por Lucas, de cuando David se fue Joel se volvió loco y casi muere por eso. Yo fui en busca de Lucía y casi perdí la cabeza por un hacha y perdí a mi padre por culpa de mi insensatez. Soy un lobo idiota, demasiado idiota.

— ¿Viviste en el pueblo, entonces? — comento — ¿En el pueblo con tu mujer?

David niega con la cabeza.

— Lamentablemente las cosas no salieron como esperábamos — me dice David — Al llegar al pueblo, mi esposa me presentó a su padre y hermana diciendo que quería casarse conmigo. Los dos hablamos con la verdad, les dije desde el primer momento lo que era y que hicimos.

En el rostro del omega puedo percibir algo nuevo: enfado.

— El padre de mi mujer la trató de la peor manera lo más suave que he retenido de aquel día fue la frase "no crié a una zorra". Yo estaba en shock, buscaba relajar las cosas, siempre tuve facilidad para eso, pero está vez no fue así. Lo último que recuerdo en ese lugar fue una cachetada que la hermana de mi mujer le dio a ella, luego vi todo rojo y mi mujer en estado de shock.

David mira sus manos luego de hablar.

— Los había matado ¡había matado a la familia de mi mujer! — me dice sumamente adolorido — Entré en pánico, escuchaba a la gente venir, tuve que tomar en mis brazos a mi esposa que seguía gritando por todo lo ocurrido, nos atacaron y no sé cómo es que la Luna me guio hasta las afueras del pueblo. Fue un momento muy duro, mi mujer... todavía recuerdo su rostro de dolor.

Mientras David comentaba su historia, dejé de respirar nuevamente. ¡Conozco lo que me ha dicho! pero de otra boca y otra perspectiva. Claudio, aquel anciano del pueblo de Lucía me lo comentó mientras me amenazaba con su medallón de plata.

¡No puedo creerlo! David no es únicamente el lobo que hizo enloquecer a Joel en su juventud. Sino que también, sin pensarlo, le trajo la tragedia a aquel anciano que conocí en el pueblo, aquella hermana que habla David es la mujer que amaba Claudio. Por la Luna, ¡sigo sin creerlo!

Quiero preguntarle cosas, pero en ese momento la caña de pescar comenzó a moverse. David pausa su relato y me dice como tomar la caña de pescar y desde el agua sale un pez grande.

— Muy bien Velkan, muy bien.

Veo mi primer pez conseguido de manera humana.

La caña de David también se mueve y tenemos un compañero al pescado que tenía en la canasta. Volvemos a poner carnadas en los anzuelos y a esperar por un nuevo pez.

— El sistema humano es algo lento, pero relajante — me comenta David nuevamente — ¿no lo crees?

Yo asiento antes de hablar.

— David — le hablo — ¿qué pasó luego?

— Una etapa difícil que logramos superar — responde David — Buscamos donde vivir, no podía estar en el Clan ni menos en el pueblo y mi pobre mujer estaba muy mal, tal vez más que yo. Se culpaba del final de su familia, comentaba que debió meditar las cosas mejor. Estaba destrozada, está vez yo me tendría que encargar de levantarla y que volviera a ver la vida nuevamente como ella lo hizo conmigo. Yo todavía me culpo de esa pérdida de control mía, pero mi mujer nunca, pero nunca me recriminó nada, jamás volvió a hablar de eso, aunque estuviera enfadada conmigo y me regaló una razón de existir y tres hermosos hijos. Que la Luna me la cuide siempre.

Volvemos en la tarde con la canasta con una cantidad decente de pescados. Los hijos de David se encargan de llevar las cosas a la cocina y se ponen a trabajar en ella, mientras en la sala de estar veo a Gabriel con Lucero entre sus brazos. Mi hija le sonríe al leñador haciendo que sus ojos negros se achinen como los de su abuela Andrómeda mientras un cantarín sonido, que es su risa, llega a distintas partes de la casa. Lucía sonríe ante esto y cuando nos ve nos hace señas para que nos acerquemos.

— Gabriel aceptó ser el padrino de Lucero — me dice con alegría.

— ¿Qué es un padrino? — consulto

— Es una costumbre humana — comenta David palmeándome el hombro — Gabriel promete proteger y cuidar de Lucero en todo y mucho más si te ocurriera algo a tí o a Lucía. Eso es un padrino.

— Oh.

Gabriel sonríe como no lo había visto hacer hace tiempo y recordándome una antigua imagen de sí mismo.

— Bueno, celebraremos comiendo algo de pescado, ¿les parece? — comenta David — Necesitaré ayuda con la mesa, ¿les gusta frito o como un ceviche?

Lucía le acompaña mientras yo me quedo viendo ese pequeño bulto que es mi hija, jugando con el leñador que ha prometido protegerla. Y extrañamente sonrío.

Si bien ha sido un día de revelaciones, me siento agradecido de David por confiarme su pasado. El prometió que mi hija no peligraría por su nacimiento y ahora veo a Gabriel quien ha jurado protegerla.

Les estaré infinitamente agradecido, ahora me toca a mi cumplir mi promesa.

Pronto nos iremos.

Quise hacer la entrega en este día muy especial. Un 19 de Abril, pero del 2016 se publicó el primer capítulo de El Cortejo de Velkan, ¡van dos años! Y no puedo estar más feliz de todo su cariño y apoyo en esta aventura de mostrar mi primer original. Si bien la historia no es perfecta me ha hecho aprender cosas que espero mejorar.

También les cuento que la historia esta a punto de terminar, posiblemente quede un capítulo más o dos antes del epílogo ya que estoy cerrando muchas cosas que quería contar en la historia y ya tengo sentimientos encontrados.

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