7 de mayo:
Sakura:
El último recuerdo nítido del incidente fue meterme en el ascensor, escuchar a Kabuto decir "Dos pájaros...de un tiro..." y caer en pánico... En un acto de locura guiado por mis impulsos de proteger a Sarada la baje sosteniendo solo sus manos moviéndola a un lado. Estaba segura que su puntería estaría fija en mi torso, era el único lugar donde nos mataría a ambas así que ponerla en el suelo fue todo lo que pude pensar. Escuche el disparo...sentí un terrible ardor en el abdomen, las fuerza me abandonaron de golpe cayendo de rodillas...abrace a mi niña y...todo desapareció.
Al despertar en la clínica lo primero que vi fue su dulce carita sonriente ante mí, permití que solo la dicha me embargara ignorando incluso las explicaciones del médico, mi hija estaba sana y salva...era todo lo que importaba. Hasta regresar por completo a la realidad... Sasuke... Si yo estaba aquí quería decir que él también ¿no?
-¿Sasuke? –pregunte, temerosa que existiera otra posibilidad.
-Está bien, salió hace un rato con su hermano a buscar algo –suspire sin muchas ganas de disfrazar mi alivio.
Pero aún quedaba otro...asunto.
-¿Kabuto...?
-Muerto... Junto con la ambulancia llamamos también a la policía, costó que cooperaran pero mi tío intervino y entraron a investigar encontrando el cuerpo...falleció por hemorragia interna según escuche.
Todo era perfectamente coherente hasta que menciono a mi padre... Naruto no contaba con otro tío aparte de él pero...no tenía ningún sentido.
-¿Mi padre?
-Sí, tu madre le llamo y en menos de 2 minutos estaba allí...para serte sincero mi tía da miedo...
No me extrañaría que le obligara a cooperar.
-¿Dónde está mi mamá? –tenía que agradecerle.
-Comiendo en la cafetería con Hina y Boruto, por cierto Sakura-chan, tu brazalete ha estado sonando mucho, asumo es Ino.
Me paso el aparato y al desbloquearlo quede sorprendida ante la cantidad de mensajes y llamadas. Decidí marcarle.
-¿Alo? ¿Sakura? –si acaso el primer pitido logro terminar.
-Hola Ino, perdona que desapareciera así de repente...pasaron muchas cosas.
-Lo sé, Sai habló con Sasuke y nos contó todo... ¿Estas bien ya? –la voz se le quebraba...había olvidado cuan sensible podía ser mi mejor amiga.
-Sí, tranquila...ya todo esta bien.
-Quise ir a verte pero me negaron el permiso...estúpidos supervisores.
Nunca fue gran admiradora de los jefes, sin embargo ahora su molestia sonaba...más honda.
-No te preocupes Ino...en cuanto pueda voy a visitarte ¿sí? –hacia mucho que no le iba y a decir verdad quería abrazarle otra vez.
-Sakura... –vacilo terriblemente.
-¿Qué?
-No...nada, esperare ansiosa que vengas.
Ahora mas que antes quise ir...me necesitaba.
-Sera lo más pronto posible...te lo prometo.
Al fondo escuche a alguien llamándole. Se despidió con un "Debo irme, hablamos luego" para luego colgar. Su voz se escuchaba tan apagada y desgastada...
-Mami... –mi hija se removía entre los brazos de su tío queriendo venir conmigo.
-No puede sostenerte ahora preciosa...espera un poco.
Me gustase o no era cierto...mi cuerpo estaba demasiado débil para cargarla.
-Me recuperare rápido y jugaremos juntas de nuevo ¿sí? Solo se paciente –le dije con una sonrisa acariciando su mejilla, me sonrió de vuelta.
11 de mayo:
-¿De qué estás hablando?
Apenas lograba ponerme de pie un par de minutos y si acaso dar un paso. Mis esperanzas de vivir feliz por fin después de tanto se fueron a la basura cuando un muy enojado y determinado Sasuke apareció.
-Que vivirás conmigo de ahora en adelante o me las arreglare para quitarte a Sarada.
No planeaba vivir para siempre en casa de Naruto, claramente pensé buscarme un apartamento cerca para mi hija y yo. El destino parecía haber decidido por mí de una manera bastante abrupta. Jamás imagine algo así, que me forzara a vivir con él amenazándome con arrebatarme a mi hija si no aceptaba.
-No serías capaz...
Eso quería creer pero sus ojos me aseguraban lo contrario.
-¿Por qué no? Tú lo hiciste –apreté los puños, nunca dejaría de reprocharme aquello y no podía quejarme al respecto...me lo merecía.
-Tenía mis razones...
-No me interesan –nunca me dejaba terminar... ¿Por qué era tan testarudo?
-No entiendo...es evidente que me odias ¿Por qué quieres que viva contigo?
Sería mucho más sencillo vivir en casas separadas...ya veríamos como repartir el tiempo con nuestra hija.
-Por Sarada, no me gustaría alejarla de su madre, no soy como tú...pero si no cooperas no lo pensare dos veces.
Lo que salía de sus labios eran navajas ardientes disparadas a toda velocidad enterrándose en mi corazón. Tuve ganas de llorar, el Sasuke atento, cariñoso y juguetón del que me enamore había desaparecido, o mejor dicho...yo lo había eliminado.
-Está bien...
Mi vida de aquí en adelante probablemente sea un infierno pero...siempre y cuando Sarada no se dé cuenta supongo que estará bien.
-Buena decisión, empaca tus cosas hoy, mañana pasare temprano a buscarles.
Mi mente sugirió que utilizara ese tiempo para huir, idea descartada de inmediato...solo empeoraría las cosas y en mis condiciones no llegaría muy lejos. El hecho de su presión significaba que ya había adquirido una vivienda, no debió extrañarme...estos días cuando no estaba con la niña salía con su hermana, asumo a buscar un lugar donde vivir.
-¿Puedes pasarme la dirección para darse a Naruto?
-Se la enviare a Hinata luego.
No dije más nada.
Naruto y Hinata me ayudaron a recoger mis pertenencias. Ninguno de los 2 estaba del todo de acuerdo con la situación, tuve que pedirles de favor que no hicieran nada, yo me había buscado esto y estaba dispuesta a pagar las consecuencias. Con todo empacado bajamos a cenar, algo ligero ninguno tenía mucho apetito.
Nos acomodamos en la sala a ver televisión. Sentada de piernas cruzadas con Sarada en mi regazo acurrucada contra mi pecho, mientras del otro lado del sofá mi primo apoyado al respaldo, Hinata entre sus piernas recostada en su pecho y el pequeño Boruto felizmente sentado en sus piernas con Kurama echado a un lado de la familia. Una escena conmovedora si me lo preguntan...algo que nunca viviré en carne propia, eso es seguro. Los niños se durmieron a la media hora, nosotros decidimos quedarnos un rato más hasta pasada la media noche.
Somnolienta, la pareja se despidió al unísono escurriéndose por el arco con mi sobrino en brazos de su madre. Devolví con una cansada sonrisa. Active el robot de ayuda que al instante se pegó a mí facilitándome la tarea de ponerme de pie y subir las escaleras con mi bebé.
-Mañana iremos a vivir con papá cariño...seremos una familia...
Mentirle dolía aunque, al menos yo, haría mi mejor esfuerzo por aparentar ser eso...algo como aquel par tal vez no pero lo más cercano posible a una familia feliz.
12 de mayo:
Murmure un par de palabras entre dientes cuando la alarma me levanto ¿Tenía que sonar tan...irritante? Suspire pidiendo con voz clara y tajante que se detuviera, justo al hacerlo Sarada comenzó a removerse en su cuna.
-Mami...
Lentamente, con la ayuda de las maderas de la cuna, se fue levantando hasta quedar aferrada al borde observándome con una sonrisa, su cabello alborotado con mechones en todas direcciones. No reírme sería un crimen.
-Buenos días pequeña ¿Cómo amaneces?
Doblo sus rodillas y luego se irguió repitiendo varias veces esas extrañas sentadillas a la vez que reía.
-¿Estas emocionada por ir con papá?
Mientras estuve en el hospital supe que Sasuke la había cargado varias veces y la niña lucía bastante contenta en sus brazos. Active el robot yendo hasta su cuna para sacarla de allí.
-Nos daremos un baño y te pondremos guapa ¿de acuerdo?
Al principio la bañaba solo a ella hasta que descubrió lo divertido de golpear el agua y mojarme por completo...desde ese día opte por bañarnos de una vez las 2.
Llene la tina entrando poco a poco con ayuda del robot...era algo frustrante depender de una máquina para hacer casi todo. Al sentir el agua movió sus bracitos consiguiendo que muchas gotas volaran por los aires, algunas regresando a su lugar otras aterrizando en mi rostro. Le encantaba el agua, esperaba que la nueva casa tuviera una piscina como la de Naruto o al menos espacio para una. Con cuidado lave su cabello que ya le llegaba a los hombros. Tras acabar todo el proceso de aceo la dejé unos cuantos minutos para que jugara mientras yo me ocupaba de mi limpieza.
Puso mala cara cuando la saque pero se alivió al darle otro juguete, seco. Me decidí por una camisa blanca con adornos de conejo y una braguita de vestido, en el cabello 2 medias colas.
-Estas preciosa, papá se desmayara al verte –comente llenándola de besitos y cosquillas.
Por mi parte, pantalones y camisa negros más un suéter rojo. Daba igual lo que usara a Sasuke solo le importaba nuestra pequeña estrellita.
Un desayuno simple, cereal para mí y una papilla de frutas para ella con un poco de jugo de tomate, era increíble lo mucho que le gustaba. Mi brazalete vibro junto con un tono de llamada. Casi acabando recibí una llamada de Sasuke preguntando si estábamos listas, sinceramente no pero... ¿Lo estaría algún día? Lo dudaba. tras informarme que llegaróa en 5 minutos tranco sin más, esto quizás sería mucho más digicil de lo que imagine.
Metí el código a la máquina de equipaje, todo tenía que estar preferiblemente listo antes que él llegara...no deseaba hacerlo enojar. Terminada esa tarea me senté fuera con mi niña en la piernas, mientras esperábamos la alzaba haciéndola reír. Cuando finalmente apareció le tomo menos de un minuto meter las cosas al auto...algunas de mala gana, mejor dicho, las mías. Asegurada Sarada en su silla partimos hacia nuestra nueva casa con el silencio y la incomodidad de acompañantes dando saltos por el auto, para mi suerte el lugar no quedaba tan lejos de donde vivía...podía huir a casa de mi primo al menos.
Una casa enorme de 2 pisos, tal vez un tercero escondido arriba o abajo, color blanco con azul oscuro. Caminito de piedras antes de llegar al arco en donde la puerta principal se hallaba escondida. El segundo piso tenía un bello ventanal aunque en ese momento estaban cubiertos con protectores. Sasuke mando por el ducto primero las pertenencias de nuestra pequeña y luego las mías a los respectivos cuartos, allí pensé ¿Dónde dormiré? Definitivamente no en la misma habitación que él y el hecho de enviar los muebles por separado quería decir que tampoco con mi hija entonces ¿Dónde?
Con la pequeña en brazos ingreso a la casa, respire hondo antes de activar el robot. Pasillo no muy largo, de un lado una mesita donde poner las llaves y abajo los zapatos, del otro un sofá pequeño color azul, al continuar caminando pasando aquel pedazo apareció un lugar realmente hermoso. Del lado derecho un enorme ventanal que daba al patio...tenía piscina, del lado izquierdo un muro de piedra hasta el techo con una abertura en el centro por donde se podía visualizar la cocina, por las sillas aquella unión de piedras era un comedor. En el centro de la sala un hundimiento de forma cuadrada donde había un largo y mullido sofá verde. Al final un televisor de grandes dimensiones que del lado derecho le acompañaba una puerta mientras que en el lado izquierdo se encontraban unas escaleras en espiral, solo al seguir su trayectoria me fije que existía un puente cruzando gran parte de la casa. Al subir las escaleras encontrabas 2 puertas, si cruzabas el puente te topabas con 3 puertas más.
-Bien esas 2 puertas de allá son tu lugar y mi lugar...puedes hacer con tu estudio lo que quieras. De este lado, la primera es mi habitación, la segunda es la de Sarada y la tercera es tu cuarto ¿entendiste? –asentí, bueno al menos no me envió al sótano...
-¿Puedo...ver el cuarto de Sarada? –sonadaba como una pregunta bastante absurda pero...con él no sabía cómo hacer las cosas.
-Ven.
No supe que pensar al abrir la puerta... ¿Era real esto? Del lado derecho una puerta corrediza que asumo es el closet de color blanco con decoración de hadas prácticamente opacaba toda la pared...de un ladito pegada al final otra puerta. Lado izquierdo, otra puerta, un televisor y su sitio para cambiarla pegado a lo que me tenía sorprendida, al final...eso ¿Era una cuna? Parecía un castillo...enorme con un agujero en el centro donde se visualizaba la cama pegada a la ventana, del lado derecho un estante vació y del izquierdo una especie de...compuerta que daba paso a un escondite junto al castillo/cama. El decorado era de hadas, rosado con blanco y verde.
-Vaya, esta hermosa –no cabe duda que no le faltara el amor de su papá en ningún momento.
Luego de aquel espectáculo me dispuse a ordenar tanto mis cosas como las de Sarada. No fue realmente un trabajo muy arduo. Mi habitación era similar a la que tenía en casa de Naruto, un poco más pequeña tal vez pero cómoda. Con respecto al cuarto de Sasuke...no quise entrar, me daba...miedo.
-Viviremos aquí de ahora en adelante cariño...los 3 juntos ¿Estás contenta?
Su repuesta fue una risilla junto con aplausos, estaba feliz...sin embargo yo no podía decir lo mismo...