27 de abril:
Sasuke:
Trabajo...
Trabajo...
Era lo único que estaba dentro de mi cerebro, o mejor dicho, lo único que deseaba estuviese allí...no me lastimaba ni arruinaba mi vida.
Tan solo llegar me arranque el condenado collar y lo arroje en alguna parte del cuarto, si se rompió o no poco me importa. Intentaba mostrarme lo menos...irritado posible frente a los demás y funcionaba o se sentían demasiado intimidados por mi expresión para preguntar algo.
- Sasuke.
Camino a la oficina del supervisor me topé con Sai. Últimamente solo me hablaba cuando algo sobresaliente sucedía, eso de saludar a mitad de pasillo ya no existía entre nosotros.
- ¿Qué ocurre?
- Hinata volvió a Feline em... ¿Vamos a verla?
Trabajo...estaba ocupado.
- Tenemos mucho tiempo para hacerlo luego –respondí volviendo mi vista a los documentos siguiendo de largo.
- En realidad no...renuncio.
Pare en seco ¿Escuche bien?
- Vino solo a presentar su renuncia y despedirse... –gire a verle.
- ¿Por qué?
No tenía sentido ¿Qué razón tendría?
- No lo sé, por eso quiero ir a verle, está en la sala civil ¿Vienes o no?
Mis responsabilidades laborales clamaban por atención pero...la curiosidad, eso que no había sentido en un buen tiempo... ¿Me había perdido de algo?
- Está bien.
Envié un mensaje a mi supervisor avisándole que me ausentaría un rato por razones personales y nos fuimos. Mi jefe era comprensivo y no indagaba mucho.
Habitación 12 era el lugar donde, según le dijeron a mi mejor amigo, estaba Hinata esperándonos. A mitad de recorrido nos encontramos con Ino quien se unió gustosa a la reunión. Parados frente a la puerta Sai fue el primero en entrar, luego la rubia y por último yo. No estaba sola, apartando el hecho de que Menma también estaba allí había un tercero...Naruto. Mi visión periférica detecto algo enviando mi sentido de la vista hacia sus manos...estaban entrelazadas. Fruncí el ceño, algo estaba fuera de lugar...mi mente no lograba encontrar el qué pero lo sentía.
- Chicos, que bueno verles –alejandose de su... ¿Compañero? Se acercó a darnos un abrazo en saludo.
- Lo mismo decimos Hinata-chan, nos tenías preocupados –comento Ino mientras nos dirigíamos al sofá.
- Lo siento fue algo...que iba mas allá de mi voluntad.
Tomo asiento junto al rubio número 2, juntando sus manos nuevamente. ¿Qué pieza esta faltando Sasuke Uchiha?
- Este...
Con suma discreción mi mejor amigo les observo interrogante. Aquel par ni ciego habría podido obviarlo. Ambos, ahora civiles, rieron al unísono compartiendo una sutil mirada de complicidad.
- Eso va con la explicación del por qué renuncie.
Nos mantuvimos en silencio, esperando la continuación. Mientras Sai tenia signos de interrogación por toda la cara Ino y Menma no se veían para nada intrigados. Ya sabían y yo también...solo que no lograba encontrar el qué ¿Por qué?
- Hinata y yo nos enamoramos y estuvimos de novios a escondidas bastante tiempo hasta que bueno...salió embarazada por lo que decidimos renunciar, un acuerdo mutuo, finalmente el 14 de octubre dio a luz a Boruto, nuestro hijo... Fuimos enormemente felices varios meses pero... –tuvo que agarrar fuerzas de su pareja para continuar. – Tuvo un accidente y...perdió la memoria, no completa, solo algunos años entre ellos...los nuestros, el doctor nos advirtió que tratar de hacerle recordar era muy peligroso así que...bueno, retomo su vida anterior y yo me quedé en casa con Boruto...
Boruto...
Eso era, la conversación con los padres de Hinata... Una de los tanto recuerdos medio confusos de esas fechas auto bloqueados por mí para protegerme. Ahora todo tenía sentido.
- Pasaron 3 años desde entonces...continue mi vida aquí mientras él y nuestro pequeño se las arreglaban solos, al menos hasta que les vi en el parque... Mi mente se disparó violentamente provocándome un coma, desperté hace unos 7 días, al principio era como un archivo en blanco... pero con algo de ayuda toda la información volvió de manera menos brusca y pues, como es lógico, he decidido abandonar y volver a mi vida –sonrió dando por terminada la historia.
Los 4 espectadores nos encontrábamos en absoluto silencio...casi se podían oír las tuercas de nuestros cerebros maquinando para procesar la gruesa información que se nos entregó.
- Vaya... Bueno...felicidades, es lo único que se me ocurre decirles...de verdad me alegro que por fin puedan ser felices como se supone debieron serlo desde un principio –mi compañero piel de cebolla expreso lo que pudo.
Por mi parte no sabía que decir... Sentía su historia...pesada, como si tuviese un significado mas profundo para mí...
Irse de Feline por amor... ¿Lo haría...?
Si Sakura hubiese...quedado en estado ¿Me iría con ella?
Le odiaba, o trataba de hacerlo con todas mis fuerzas, pero la verdad es que...sí. Me habría ido con ella... Quizas al principio me pasara pero seguramente luego con ver la sonrisa de mi hijo o hija creo que me bastaría de sobra para seguir...
Apreté los puños, basta Sasuke...deja de soñar...
- Gracias, de verdad, nos hubiese gustado traer a Boruto para que le conocieran pero...ya saben las reglas.
No menores de 7 años. Nunca le di importancia pero la recordaba, me parecía un poco absurda ahora la verdad.
- Tal vez en diciembre vayamos a verles ¿se puede?
Ino, quien no se veía tan impresionada por la historia, hizo una sugerencia que no me molestaría en aceptar de no ser porque...seguramente ella estaría ahí con su hija.
- ¡Claro! No hay problema, nosotros contentos de recibirlos.
Charlamos un poco más después de la confesión, Naruto nos mostró orgullosamente algunas fotos de su hijo quien sin duda alguna tenía bastantes rasgos suyos. Durante la plática entendí por qué Ino y el gemelo no estaban sorprendidos, sabían la historia de principio a fin, uno por haberla vivido y el otro gracias a Sakura. Aparentemente la rubia y ella mantenían contacto todavía, no era sorpresa. Era su mejor amiga sin importar que tan...miserable sea.
Entrada la tarde nos despedimos en la plataforma prometiendo ir a visitarlos, al menos los otros tres, cuando les fuera posible. De vuelta los chicos quisieron ir a cenar, yo opte por irme a mi habitación encontrándome con alguien no muy agradable en el camino... Yakushi Kabuto, ese...ente era como un fantasma que deambulaba por ahí lanzando miradas feroces con maldiciones imaginarias, se estaba tornando algo pesado.
- Buenas noches Uchiha-san –saludo con una cortesía...venenosa.
- Buenas noches.
- Eres una buena persona y un gran profesional ¿sabes? –sus halagos sonaba absurdamente insultantes.
- Gracias, con permiso –entre más pronto me alejara de él mejor me sentiría.
- Es una lástima que paguen justo por pecadores...lo lamento de verdad.
Cada una de sus palabras fue como una gélida caricia del mismísimo averno...
- ¿A qué te...
Me gire para enfrentarlo pero ya no estaba...estoy comenzando a pensar que no es humano...
30 de abril:
Sakura:
Finalmente Hinata se reintegró perfectamente a su nueva vida, estaba buscando trabajo aunque seguramente terminara en el mismo sitio que Naruto. Todo en la casa lo hacía con extrema naturalidad como si hubiese vivido ahí toda su vida lo cual hizo el ambiente mucho mas hogareño y cálido que antes.
- Sakura-chan ¿puedes darle comida a Kurama? –pidió desde su baño en donde estaba dándole una buena ducha a Boruto luego de 2 horas y media de persecución policial por toda la casa.
- Sí.
Baje con mi pequeña en brazos y la coloque en el corral.
- Ya vengo cielo voy a darle comida al perrito ¿sí? –balbuceo un poco regalándome una dulce sonrisa, se la devolví.
Luego de superar la hazaña de caminar con el plato por un trecho de la cocina con una bestia de 70 kilos girando hiperactivamente a mi alrededor logre colocar el envase en el suelo soltando un "buen provecho" con un dejo de reproche y cansancio...
- ¿Dónde está la niña mas hermosa de la casa? –estiro sus bracitos contenta soltando risillas y balbuceos. – ¿Damos un paseo cariño? –pestañeo observando al suelo para luego mirarme, lo tome como un sí.
La baje lentamente agarrando solo sus manitos impulsándola para que caminara. Era divertido y emocionante como se tambaleaba al levantar la pierna para luego, un tanto brusco, bajarla hacia delante consiguiendo dar un paso. Recorrimos toda la sala hasta que doblo sus rodillas con la clara intención de sentarse en el suelo, no lo permití tomándola en brazos rápidamente.
- Eres un poco floja ¿eh?
Recostó su cabecita en mi hombro aferrándose a la tela de mi camisa, le sentí bostezar y supe que tenía sueño.
- Vale...vamos a la cama.
Subí tranquilamente hasta el cuarto, para mi sorpresa al llegar Sarada estaba profundamente dormida en mis brazos, reí por lo bajo...hoy habíamos ido a un parque es lógico supongo.
- Buenas noches mi linda estrellita...
Ya recostada y arropada con su manta bese su frente para dejarla dormir tranquila.
Me di un baño caliente para relajar los músculos antes de ir a la cama en donde Kurama me esperaba acurrucado a un lado de la cama, era común que de vez en cuando viniera a dormir conmigo por una u otra razón.
- Buenas noches a ti también –susurre deslizándome bajo la suave cobija ligeramente delgada para no sofocarme del calor.
Pasando varios canales encontré un programa de animales, de caballos para ser específicos, eran seres realmente majestuosos. No estoy segura de cuanto dure viendo aquello, el sueño me entro de una manera muy peculiar... Me sentía pesada, sin fuerza siquiera para mantener los parpados abiertos, por más que intente moverme y apagar la televisión no pude...el cuerpo se me fue apagando involuntariamente...
Lo último que escuche fue a Kurama estornudando repetidas veces.
-¡MAMIIIIIIIIIIIIII! ¡PAPAAAAAAA!
De un saltó me erguí sobre la cama ¿Qué fue eso...?
Parpadee un par de veces buscando enfocar algo en la oscuridad, el televisor seguía encendido pero el programa había terminado. Tarde un par de minutos en identificar que el grito pertenecía a Boruto ¿Una pesadilla tal vez? Bastante intensa y terrorífica asumo para haber gritado de esa manera.
-¿Qué ocurre cie... ¡NARUTO-KUN!
Volé fuera de la cama en dirección a la habitación de mi sobrino...Hinata no llamaría a mi primo por un mal sueño. En el pasillo frente a la puerta mi cuñada cargaba a un aterrorizado Boruto que no hacía mas que llorar en silencio mientras Naruto miraba consternado al interior de la alcoba.
- ¿Qué sucede?
Ninguno respondió. Mire por la puerta encontrando un enorme desastre... No de los comúnmente vistos sino uno hecho con violencia... juguetes rotos, la ropa regada, las cortinas rasgadas y 3 dinosaurios del niño colgados del cuello al ventilador...
- Dios mío...
Entre en pánico corriendo hasta mi habitación en busca de Sarada, de un jalón aparte la manta que la cubría, sin embargo...el bulto debajo no era hecho por ella...sino por un peluche destrozando...
Mi hija...
El corazón se me congelo, gire la cabeza bruscamente en todas las direcciones buscándola.
- ¿Sarada?... ¿Sarada?
La cama...el closet...el baño...vacíos, no estaba por ninguna parte...
- ¿SARADA?
Corrí fuera del cuarto metiéndome en todas las puertas de la casa abriendo o levantando cualquier cosa en la que mi pequeña pudiera estar pero...
No la conseguí...
- ¿Sakura-chan? ¿Qué pasa?
Mis rodillas chocaron entre sí obligándome a caer en el suelo...imposible...debía tratarse de una cruel pesadilla...
- No esta....no está... –murmure sin creer mis propias palabras... – No esta....mi hija...Sarada...no esta...
Temblaba de pies a cabeza respondiendo con la voz quebradiza.
- ¿Có....cómo...? –una mano sobre mi hombro...
El miedo y la confusión en la voz de mi primo... No podía...no quería creer que fuera real...mi corazón aún en negación me ordeno dejar salir un hecho desgarrador...
- ¡MI HIJA DESAPARECIO NARUTO!