Capítulo Treintaiuno: Golpes
Sky apretó los dientes debido a la fuerza que ejercía el chico sobre su muñeca, no le dolía mucho, pero le incomodaba que un extraño la agarrara de tal manera.
—Dije que no. —Sentencio Sky jalando con fuerza su mano, logrando zafarse del agarre.
De inmediato se acarició la muñeca sin quitar la mirada de aquel tipo.
— ¿Cómo qué no?, si hace unos segundos te movías como toda un pe...
Sky se llevó las manos a la boca al ver aparecer el puño de Axel impactándose contra el rostro del chico. El desconocido de inmediato se desestabilizó y cayó de bruces contra el piso, llamando la atención de la gente que estaba en los alrededores. Ella posó sus ojos azules en su novio quien tenía el pecho agitado y su mirada oscura se enfocaba en el hombre que sangraba.
— ¡Axel! —Chilló acercándosele.
Sky solo había visto dos escasas veces al chico transformado en un demonio. Axel solo cambiaba cuando estaba realmente molesto cosa que aveces pasaban en sus peleas. Con la mirada preocupada, Sky se posó en frente de él agarrándolo por los brazos.
— ¡Estoy bien, estoy bien! — Le dijo tratando de encontrarlo en los pozos negros. —No me hizo nada. Estoy bien. — Apretó los brazos del rubio. — Tranquilo. — Dijo cuando al fin logro conectar la mirada con aquella oscurecida.
De inmediato la mirada del rubio se dulcificó.
—Lo siento, no quería asustarte. — Pronuncio volviendo en sí, casi asustado por el hecho de ella le llegara a temer.
Sky respiró al saber que poco a poco Axel iba volviendo. Sonrió con paciencia dándole caricias en los grandes brazos de su novio, que parecían estar a punto de explotar por lo tensos que estaban.
—Está bien. —Tranquilizó.
—Me enfurecí al verlo agarrarte así, me nublé. — El chico fijó su vista en uno de sus puños que estaba salpicado de sangre.
—Lo sé, no te preocupes.
Santi y Ed ayudaron a levantar al tipo que no dejaba de tapar su nariz y gemir de dolor. Alaia y el chico desconocido habían detenido su baile y miraban con atención la escena.
—Ven, vamos al baño. — Agarrando de una de sus manos, Sky comenzó a jalarlo.
Axel simplemente se dejó llevar ahora más tranquilo. Sin importar las miradas lo metió al baño con él pues era bastante amplio y no se llenaba mucho. Bajo la atenta mirada de Sky se lavo las manos.
Gruñó levemente al recordar como el tipo agarraba el brazo de Sky. Lavó sus manos con fuerza, sintiendo querer devolverse a terminar de golpear al tipo, ni siquiera había empleado la fuerza necesaria para volverlo mierda.
Las manos de Sky acariciaron su espalda y después lo abrazó medias.
—Creo que lo odio. — Musitó Axel sin quitar la vista de sus manos. — Mira como tienes la muñeca. — Dijo con odio mirando la rojiza muñeca de su novia.
—No pienses más en eso. — Pidió la chica sin dejar las caricias.
—Es que no puedo olvidarlo. — Gruñó volteándose hacía ella. — Nadie puede hacerte daño, yo no puedo dejar que nadie te haga daño. — Confesó apretando los dientes. — Los mataría todos, inclusive a mi si en algún momento te llego a hacer daño.
Sky lo miró con ternura.
—Amor, tú me harás daño. — Sentenció la rubia agarrándolo del rostro.
Axel frunció el ceño confundido.
—No, yo jamás...
—Sí, lo harás. — Repitió Sky. — Para llegar a la felicidad hay que pasar por el dolor, nadie se salva nunca. — Ella acarició la cara de su novio, tratando de hacerlo relajar el ceño.
—No quiero hacerte daño. —Negó él.
Ella sonrió.
—Lo sé. — Respondió. — Yo tampoco. — Se encogió de hombros.
El dio un paso hacia atrás.
—Igual nadie va a dañarte mientras yo esté cerca. — Prometió el chico.
Ella volvió a sonreír.
—Todos pueden hacerme daño o intentarlo. — Lo miro sonriendo de lado mirando a Axel. — Pero nadie me hará más daño de lo que tú puedes hacerme. — Axel se sorprendió por la declaración pero cuando estaba dispuesto a hablar, Sky se acercó a él. — Para entonces espero que estés ahí para recoger los pedazos.
— ¡Me puedes explicar por qué carajos apareciste en el Reality Show de chismes! — Pidió su padre, casi haciéndola saltar.
—Bueno, hola para ti también. — Ironizó Sky.
—Oh, sí, hola querida hija, que alegría escucharte. — Fingió. — Eres tú la que olvidas mencionar el pequeño detalle de que ahora eres modelo y soy yo el que salgo a deber. —Reprochó.
Sky soltó un suspiro sabiendo que su progenitor tenía razón.
—Lo siento. —Murmuró. — ¡Fue culpa de Maxi! —Se defendió de inmediato,
Escuchó el suspiró que su padre botó. Se mordió el labio nerviosa.
—Explícate. — Exigió el hombre a través del teléfono.
Fue entonces cuando Sky comenzó a relatar la discusión que tuvieron Maxi y ella al enterarse de que la había inscrito, hasta el momento en el que ganó el concurso. Su padre no la interrumpió ni una sola vez. Sky sabía que su padre la apoyaría en cualquier momento en lo que fuese, por eso estaba tranquilo pues sabía que no pasaría nada malo, sin embargo, no excusaba el hecho de que no le hubiera contado desde el principio.
—Bendito Maxi...— Masculló. — Ustedes dos son iguales.
Sky sonrío de lado al escucharlo.
—Lo sé, pa.
— ¿Y qué piensas hacer con la universidad? — Inquirió el padre de Sky.
Sky frunció el ceño al escuchar la pregunta de su padre.
—Nada papá, voy a seguir estudiando. — Aclaró. — Supongo que tendré que viajar algunas veces pero seguiré con lo mío.
—Eso me tranquiliza. — Dijo. — Espero que te estés alimentando, no tienes por qué cohibirte...
—Papá. — Lo detuvo. — No soy como ella.
El silencio hizo presencia y Sky no dudo en revocar los recuerdos de su madre prohibiéndole la comida.
—Lo sé, por supuesto que sé eso. — Dijo su padre totalmente firme.
—Estaré bien, me voy a cuidar, estoy aprendiendo cómo es esto. — Aseguró. — A parte sabes que Maxi no dejaría que algo me pasara. — Recordó.
Pudo imaginarse a su padre sonreír.
—Gracias a Dios vives con él. — Murmuró. — Está bien, intentaré no enloquecer en lo que voy a verte. — Río.
Sky sonrió.
— ¿Cuándo vendrás? —Preguntó ella de repente emocionada.
—No sé aún, pero iré. — Aseguró. — Tengo algunos asuntos pendientes y Alessandro está en el colegio.
—Está bien papá, de todas maneras veré si yo... ¡Oh! ¡Hasta ahora lo recuerdo! — Exclamó La rubia. —Tengo un desfile en un mes en Milán. — Dijo.
— ¡Santo cielo, Sky! — Chilló su padre. — ¿y lo dices así de natural? Te recuerdo que hasta ahora asimilo que estás en los canales de chismes. — Dijo. — ¿Se puede saber dónde desfilaras?
Sky inconscientemente se encogió de hombros.
—Aún no lo sé. — Dijo. — Es para Dolce and Gabanna.
—Dios, no sé ni cómo sucedió esto. — Masculló para sí mismo su padre.
—Pero de que hablas si estas más que acostumbrado a las cámaras. —Dijo Sky restándole importancia.
Su padre resopló.
—Estamos hablando de Televisión, Sky. — Recordó. —El mundo de la moda es mucho más que eso, inclusive más dañino. —Aclaró el hombre.
Sky entonces supo que no debió haberlo comparado pues su padre se pondría a darle una catedra de cómo debía evitar irse por los malos caminos; así que antes de que él lo logrará ella decidió cerrar el tema.
—Muy bien, papá, me quedó clarísimo. — Dijo ella. —Estaré al pendiente de ustedes, debo colgar.
—Bien Sky, no olvides lo que te dije, te amo. — Dijo su papá dándose por vencido.
—Y yo a ti.
Entonces colgó sin más botando un suspiro de alivio. Guardo su celular en su bolso y se dispuso a prender su auto. Tenía que ir a un casting para un desfile que había en Nueva York pronto. Después de Dolce and Gabanna vinieron muchas más propuestas, de verdad no esperaba tener tantas llamadas, o tal vez Maxi y ella no se habían dado cuenta de la magnitud de las cosas.
Sus amigos se habían quedado en la cafetería de la universidad, ahora eran los tres chicos y ella, la única mujer entre ellos. Ahora se ganaba muchas más miradas curiosas en la universidad pues no era novedad en quien se estaba convirtiendo Sky. Curiosamente llamaba mucho la atención y eso no le agradaba del todo.
Cuando estaba dispuesta a arrancar, se sorprendió al ver una pequeña figura de pie en frente de su auto, por un momento quedó en shock al ver de quien se trataba pero al ver como la chica levantaba una ceja, se obligó a si misma a apagar el motor de su auto y abrir la puerta del carro.
—Emily. — Dijo sin más cerrando la puerta de su carro dando unos pasos hacía la chica.
—Uao, me impresiona que sepas mi nombre. — Habló la pelirroja, sonando un poco a la defensiva. Sky frunció su ceño levemente pensando en que no sabía que responder ante tal comentario. —Supongo que estás feliz.
Su ceño se pronunció esta vez.
—No sé de qué estás hablando. — Admitió sincera la rubia.
—Ya los tienes a todos pendientes de ti, a mis amigos, pendientes de ti. — Puntualizó.
Sky encontró los celos que la chica llevaba en su voz.
—Esa nunca fue mi intención. —Aclaró la rubia.
—Por supuesto que sí, primero fue Axel, después los chicos y ahora toda la universidad. Los alejaste de mí. — Dijo con resentimiento.
—Alto ahí. —Dijo la rubia, evidentemente molesta por las insinuaciones que hacía la pelirroja. — Yo no aleje a nadie de ti, tengo entendido que fuiste tú la que se alejó.
Emily soltó un bufido.
—Me sentí abandonada. —Confesó. —Y el alejarme solo me dio a entender que ellos se habían olvidado de mí, solo eras tú, tú y tú. — Dijo molesta. — Eran mis únicos amigos.
Sky negó.
—Yo nunca quise hacerte sentir de esa manera. —Dijo Sky acercándose a pasos lentos. — Admito que tenía celos porque Axel me gustaba y solo estaba contigo, pero en realidad nunca he tenido que ver en lo que respecta a ustedes dos.
—De una forma u otra, eres tú la responsable. — Dijo sin más. — Igual ya no importa, puedo estar sin ellos aunque me duela. — Dijo relajando los hombros. — Y aún hay algo que no sabes de Axel, que puede hacer que lo que ustedes tienen se acabe. — Soltó de golpe la pelirroja.
Sky quedó impactada por tal declaración.
— ¿De qué estás hablando? — Preguntó la rubia.
Emily solo la miró.
—No me corresponde a mí decírtelo. —Se encogió de hombros. — Solo no confíes mucho, porque los tres lo saben. — Confesó refiriéndose a sus tres amigos. — Y no te va a gustar mucho, rubia.
Sin más, Emily se fue de ahí dejándola totalmente confundida, preocupada y lastimada. ¿Debía creerle? Bien podría ser que la chica estuviera manipulándola para hacerla sentir así. Se notaba lo herida que estaba por el alejamiento de sus amigos, o bueno, de ambas partes porque no todo fue culpa de ellos.
Se obligó a ingresar de nuevo a su auto, con la cabeza hecha un lío. No sabía si decirle a Axel aquel encuentro, o si no decírselo. ¿Y si era cierto lo que Emily había dicho? ¿Qué era eso que Axel ocultaba?, a su mente llegó la escena de hacía unas noches en el baño del bar.
¿Qué era lo que podía hacer que lo de ellos se acabara?, descubrió que ahora que tenía la intriga no podría sacársela de la cabeza. Sí era cierto que él le ocultaba algo, ella lo iba a descubrir, de eso no cabía duda.
— ¡Acabalo, amor! — Gritó Sky totalmente poseída por la emoción y la euforia.
Seguido de eso se escucharon muchos más gritos de sus acompañantes y del público presente. Axel seguía golpeando al hombre como si no tuviera botón de apagado, de su labio no dejaba de salir a borbotones sangre que solo hacía más escándalo en la escena. Ambos sangraban, Axel había recibido varios golpes al inicio de la pelea.
Usualmente el rubio dejaba inconscientes a sus contrincantes antes de que la campana sonara, pero este no, este era muy bueno. No era para menos, el que ganara iba directo a la final con Aron Cromwell, que prácticamente era – junto con Axel – de los más fuertes de la competencia. Sky podía ver venir lo que se avecinaba.
—Quien iba a pensar ver una modelo en este tipo de lugares. — Masculló un tipo pelinegro a su lado.
La concentración de Sky se vio volcada en el tipo que tenía los ojos fijos en la pelea. Lo reconoció de inmediato.
—Creo que eso es algo machista. — Comentó ahora algo fría volviendo la vista a su novio. — A cualquier mujer le pueden gustar las luchas. — Miro al chico.
El chico, con una sonrisa divertida surcándole en el rostro fijo sus ojos en los de ella, por fin conectando miradas.
—Tienes razón. — Aceptó. El ojiazul le dio una barrida con los ojos de pies a cabeza, haciéndola sentir completamente incomoda. — El bastardo tiene suerte. — Escupió sin más. Ella frunció el ceño sintiéndose de todo menos halagada. Los gritos de sus amigos la alertaron a mirar hacia arriba, justo donde Axel respiraba entrecortado con gran dificultad mientras tenía el rostro totalmente lleno de sangre, su contrincante estaba tirado en el piso totalmente ensangrentado. Axel estaba en la final. — Pero veremos quien tiene más suerte en la próxima pelea. — Dijo el chico haciéndola volver la vista hacía él.
Sky sonrió de repente totalmente segura.
—La suerte es para los mediocres. — Finalizó ella dando vuelta, comenzando a caminar hacia el pasillo de los camerinos.
Dejando ahí al próximo contrincante de su novio, Cromwell.
Esta vez no espero ser la última quien lo saludara, se lanzó sin más al rubio en medio del pasillo, pues ni había terminado de llegar al camerino. Axel la envolvió a medias, trastabillando por el cansancio.
—Estamos en las finales. — Dijo emocionada cuando se separó de él.
Axel sonrió con ternura, pasando la toalla que tenía entre sus manos por la mejilla de la chica, quitando los rastros de sangre que se habían pegado a ella.
—También estoy feliz, nube. — Dijo el suave. — Pero me gustaría estar contigo cuando no este envuelto en la mierda de ese.
Con el tiempo, había aprendido que así como Axel podía ser totalmente dulce, puede llegar a cambiar radicalmente cuando se trata de las luchas. Ella dio una sonrisa sin más.
—Bien, te esperamos. — Aceptó ella alejándose de él.
Axel le dio un beso leve en la cabeza, y pasó por su lado rápidamente, con los demás siguiéndole los pasos. Sus ojos se encontraron nuevamente con los ojos de Aron, que a lo lejos solo la veía a ella de brazos cruzados. Algo le recorrió la espalda, le envió una mala mirada antes de voltearse y seguir la ancha espalda de su novio.
Perdonen mi demora, ando con poca inspiración últimamente.
Se vienen los problemas, sí señor.
Dejen un lindo voto y comenten qué tal estuvo este capítulo.
Picos🍑
CK.