Dicen que enamorarse no es intencional. Y es la verdad, no lo es.
Yo sin intención alguna me he enamorado de mi mejor amiga y es algo inesperado, al igual que doloroso.
-Dios te castiga por ser pelirroja-Me dice una amiga.
Esas palabras están más que marcadas en mi mente, tal vez estoy enamorada de alguien que no me corresponda, pero se siente tan bien querer a alguien, lo que si no se siente del todo bien es que esa persona no te quiera de la misma manera.
Hace 2 años la vi y me pareció la persona indicada, no me importa lo que digan los demás yo me enamore de ella desde que la vi por primera vez y no me importa.
Al estar con ella le dedicó más atención que a otras personas, y aunque Beca Mitchell no sea mucho de contacto físico, aún así hago lo posible para tener todo tipo de contacto con ella y no ha habido ninguna ocasión en la que ella se quejará por ello y eso me pareció una señal de que le gusta.
Nuestra amistad iba del todo bien, al igual que nuestra relación con el grupo de las Bellas. Yo no quería irme y dejarla de ver, así que lo que hice fue reprobar una materia a propósito y así quedarme en la universidad y estar más con ella.
Lo que una persona es capaz de hacer por amor ¿no?
Tal vez no haya sido la mejor de mis decisiones de mi corta vida.
La única que sabe por quién lo hice es mi mejor amiga Aubrey Posen, se lo dije y puede que no haya reaccionado de la mejor manera pero aún así recibí una sonrisa y las palabras que decían "Siempre tendrás mi apoyo Chlo" seguido de un abrazo de los que hacen sentir bien a una persona.
Ya con las Bellas teniendo una casa propia me sentía bien el saber que estaríamos más unidas. Más tiempo con Beca.
Por un tiempo lo fue.
Después ella fue tomando distancia sin motivo. Yo no entendía la razón del porqué lo estaba haciendo y yo simplemente me fui sintiendo mal, puede que yo le haya dicho o hecho algo del que no se sintiera cómoda pero seguía sin entender, ella actuaba como si nada hubiera pasado y yo la miraba, puede que así entendiera que quería hablar con ella pero no fue así.
Un día la invite a cenar y fue algo de lo que no me arrepiento haber hecho.
Ese día fue muy genial, divertido. Habíamos vuelto a aquellos días en los que yo me reía por cada ocurrencia que decía Beca y se sentía bien volver a esos momentos.
Me había comprado una rosa blanca, me pareció un lindo detalle por su parte. Por un lado creí que me lo había comprado porque me amaba.
Me equivoqué.
-¿Es para mí?- Mire a la flor que ella sostenía con fuerza.
-Sí- Me la entrega con una hermosa sonrisa. Me encanta verla sonreír y sin hablar de sus hermosos ojos azules oscuros de los cuales me hacen recordar la noche misma. -Te la compre como disculpa por no estar tanto tiempo contigo-
Eso había dolido en la parte de mi corazón que esperaba que me dijera que me amaba. En el fondo de mi corazón y mis pensamientos seguía con la idea de que ella me lo diría algún día.
Pero seamos realistas.
¿Por qué Beca Mitchell, cuya persona es muy cerrada me amaría?
Días después ella volvió a distanciarse. Siempre salía con mucha prisa todas las tardes y yo quería saber el motivo, así que un día la seguí y descubrí que iba una disquera, al final deduje que trabajaba ahí.
¿Por qué no decírmelo?
Beca es de ocultar muchas cosas, yo siempre hago lo que puedo por que ella saque lo que tiene dentro y me diga lo que me tenga que decir, que de alguna forma se sienta cómoda al contarme cualquier cosa así como yo tengo la confianza de decirle mis cosas.
Quedaba corto el decir que estaba herida el que ella no me dijera nada.
Cada vez que las chicas mencionaban su nombre me daba un poco de nostalgia.
-¿Y Beca?- Pregunta una de las chicas del grupo.
Nos encontrábamos en los ensayos de las Bellas y todas tenían una mirada de curiosidad de dónde se encontraba la chica de los mixes y que tanto me traía loca con solo mirarla.
-No lo sé- Bajé la mirada y pude sentir pares de ojos mirándome.
-Eres la co-capitana, deberías de saberlo- Comenta Ashley.
-Exacto. Soy la co-capitana, no su novia o su madre como para estar pendiente de ella. Ella sabe que tenemos ensayo, sabe a que hora y en dónde. Así que ella pude hacer lo que quiera mientras nos ayude con la música- Mi tono de voz se notaba un tanto enojada. Y no quería que se notara lo sentida que estaba pero creo que me sentí un tanto bien el haberlo dicho.
-Uuu... Tranquila pelirroja- Comenta Stacie y ya todas volvieron a hacer lo que hacían antes, con miedo a volver a decir algún comentario y que arruinara el momento.
Beca no llegó a los ensayos ese día.
Por supuesto que me había enojado por eso, supongo que tenía alguna justificación por lo que había hecho.
Ese día estaba encerrada en mí habitación, la compartía con Emily, la chica nueva. Pero la pobre me dijo que me daría espacio ya que ella sentía que lo necesitaba, y también mencionó que si necesitaba hablarlo con alguien que ella estaría disponible. Muy tierna y me sentía un tanto mal por casi correrla de la habitación, ella no tenía la culpa de nada y aún así le hacía eso.
Comencé a llorar sin parar y no sabía el motivo del porqué tenía lágrimas recorriendo mis mejillas.
¿Qué había hecho mal?
Después me di cuenta de que estaba llorando por coraje. Por no afrontar la realidad y decirle a Beca lo que siento por ella.
Quería hacerlo, en serio que sí.
Pero siempre existirá el miedo.
Ese miedo que no te deja avanzar, el que te hace dudar de ti mismo.
Tenía miedo de como reaccionaría, de que si mis sentimientos arruinarían nuestra amistad. Pero pensándolo bien, ya no nos frecuentamos tanto, ella ya no me llama para decirme que un extraño la volvió a confundir con otra persona.
¿En realidad perdería mucho al decirle mis sentimientos?
Eso es algo que me daba vueltas en la cabeza. Esa pregunta había hecho que mis lágrimas cesaran y me pusiera a reflexionar.
Escuché que alguien estaba del otro lado de la puerta. Lo supe porque en esta casa al dar cualquier paso, por más leve que fuese, la madera rechinaba y más si era antes de entrar a esta habitación. Yo siempre trataba de evadir esa parte del suelo, porque llego un punto en el que ya no aguantaba ese ruido.
Seguían del otro lado de la puerta y yo esperaba a que tocaran la puerta y eso nunca pasó, al menos por esos segundos, los cuales fueron los más largos de toda mi corta vida.
-¿Chloe?- Fue un susurro por parte de la persona que no quería ver en esos momentos. Pues si lo hacía el asunto no terminaría bien.
-¡Vete!- Limpie el camino de lágrimas en mi rostro.
-¿Estás bien? Sobre lo de el ensayo... tenemos que hablarlo- Subió un poco su tono de voz, pero no lo suficiente como para que se escuchara por la casa. Pues si lo hacía las Bellas lo escucharían.
-Estoy muy cansada ahora. Lo hablamos mañana- Se podía sentir el peso que había en mis palabras. No quería que se fuera, quería que se quedará y que me abrazara, que me dijera que todo estaría bien.
-Quiero hablarlo ahora Chloe- La preocupación en su voz era nula. O al menos eso quería que creyera.
-¡No Beca!- Lágrimas volvieron a salir.
No pasó mucho tiempo y se abrió la puerta reflejando a una Beca Mitchell que no me había tocado ver en el tiempo que llevo de conocerla.
Me cubrí el rostro con mis manos. Me encontraba sentada en mi cama recargando mi espalda en el respaldo de la cama. Ella se acercó y se sentó en la orilla de la cama.
-¿Está todo bien?- Sabía que el preocuparse por las personas no era lo suyo, pero en este momento hacía lo posible por hacerlo bien.
-No quiero hablar ahora, Beca. Por favor sal, quiero estar sola por el momento- No pretendía mirar su ojos y al final de cuentas sin querer lo terminé haciendo.
-¿Por qué estás llorando?- La preocupación en su cara me estaba asustando, ella no era así.
Quería decirle que lloraba por ella, por no saber como expresarle mis sentimientos pero siempre estaba ese nudo en la garganta que no te dejaba expresarte.
-Por favor Beca...- Negué con la cabeza.
-¿Qué?- alza sus cejas sin entender nada.
-¿Por qué entraste? Te dije que lo de las canciones lo veríamos mañana. Ve a tu habitación- Señalé a la puerta con poca energía.
-No entre por lo del ensayo, entre porque quería ver cómo estabas-
-Bueno, ya viste que estoy viva. Ahora por favor te pido que salgas-
-¿Alguien te lastimó?-
-Por favor- Cierro mis ojos con desesperación, si se quedaba un segundo más ahí iba a llorar más y yo no quería que me viera llorar.
-Recuerda que tu eres mi pelirroja y yo soy tu Becs, y sin mi pelirroja no hay Becs. Siempre estaré para escucharte Chloe, sé que me estás ocultando algo. lo puedo ver en tus ojos, te quiero... y si necesitas algo estaré en mi habitación esperando por tu llamado- Beca coloca su mano en mi rodilla y me dedica una leve sonrisa para después salir de la habitación y cerrando la puerta.
¿Acaso Beca Mitchell había mencionado la palabra prohibida en su vocabulario?
Ella me había dicho que me quiere, nunca la había escuchado mencionando ese tipo de palabras. Ella sabía como hacerme sentir bien sin hacer mucho. Y sigo sin entender en como es que lo hace.
Esa noche me la había pasado dándole vueltas a todo. Lo que me había dicho Beca, mis sentimientos hacía ella, en todo...
Ya no lo soporté más y lo que hice después fue levantarme de mi cama y dirigirme a la habitación de Beca, con mucho sigilo daba cada paso, ya tenía a la vista mi objetivo y al lado de mi objetivo se encontraba Amy roncando. No pude evitar sonreír al escucharla. Me acerqué a la cama de Beca. Ella estaba tan tranquila durmiendo dándole la espalda a el lado de Amy.
Había un espacio y sin ningún problema me recosté en ese lado de la cama y me acurruqué a ella. Beca dejó salir un suspiro y se acercó más a mí.
Ella tenía razón.
Becs sin su pelirroja no era Becs y la pelirroja sin su Becs no era nadie.