Honda DN-01

By NatiiSuperWi

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Escuchaba el rugido de su moto cada noche. La maravillosa máquina soltaba un aullido que se comparaba con una... More

Capítulo 1. Callejera
Capítulo 2. De vuelta a las ruedas
Capítulo 3. ¡Acelera!
Capítulo 4. Recordando y luchando
Capítulo 5. Algo que me pertenecía
Capítulo 6. Friday night
Capítulo 7. Transiciones
Capítulo 8. No estoy sola
Capítulo 9. La nueva tormenta
Capítulo 10. Everywhere
Capítulo 11. Nuevo artista pt.1
Capítulo 11. Nuevo artista pt.2
Capítulo 12. Get along
Capítulo 13. Coincidencias
Capítulo 14. Entrando en crisis.
Capítulo 15. Cayendo
Capítulo 16. Ahogándose
Capítulo 17. Buscando
👻ESPECIAL HALLOWEEN🎃
Remember It
Capítulo 19. Tiempo-fuera
Capítulo 20. Face to face

Capítulo 18. Dying

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By NatiiSuperWi

Quise actualizar ayer, pero Wattpad realmente esta bruto ayer xd (mantención y esas mierditas :3) Así, que ahora... Capítulo 18, mis amores <3

*

Jung HaNi

Porque el tiempo pasa particularmente rápido, Navidad y el nuevo año se acercaban a pasos agigantados. Sin embargo, yo seguía metida en ese agujero de soledad y oscuridad pura que me había empeñado en crear. Ese refugio con altas y gruesas murallas en el cual no se podía avistar más que el humo de los cigarros que jugaba con el pasar del viento; las botellas de cervezas vacías, esparcidas en el suelo de cemento sucio, en el cual me encontraba despreocupadamente sentada.

Mi familia, mis amigos... Ninguno de ellos entraba, nadie sabía de ese paradero mío, muchos menos, de mi deplorable condición física y, por supuesto, mental. Y prefería que siguiera siendo así.

Porque el tiempo no espera ni respeta a nadie, tampoco se dejaba manipular al antojo de los hombres ni mujeres. Injusto y egoísta. No había otra descripción.

El mismo tiempo, la historia y mis propias experiencias, me indicaban, me gritaban juntos al unísono, que sí... Que sí podría haber cambiado el cruel destino de cierto amigo por el mío. Malas decisiones y conductas nos habían llevado al momento en el que estábamos.

Él muerto y yo sufriendo, deseando morir.

*

Noche Buena ya había pasado, y un día después, Yoogeun me mostraba alegremente todos los juguetes que Santa Claus le había traído, alardeando del buen niño que había sido durante todo el año. Entre papeles de regalo rotos y arrugados, mi hermanito menor intentaba demostrarme lo bien que sabía andar en su nuevo monopatín de Pokemon.

- Noona, a que lo hago súper - mientras trastrabillaba perdiendo un poco el equilibrio al poner ambos pies en el patín.- No creo que otro niño lo haga mejor, ¿no? - reí un poco mientras lo veía luciéndose.

- Estás un poco bastante engreído, niño.

- ¿Qué es eso? - preguntó mientras ladeaba un poco su carita hacia un lado.

- Que eres un genio, nene - sonreí.

- ¡Lo sé! - chilló contento levantando ambos brazos a modo de celebración perdiendo la escasa estabilidad que había ganado y cayendo al suelo sobre el cojín de Iron Man, cortesía de "Santa Claus".

- Ten cuidado, Yoogeun - advirtió Jay entrando a la sala con la mirada preocupada.

- No importa, Jay hyung, Iron Man me salvó como siempre - sonrió levantándose del piso y limpiando sus manitos antes de tomar el cojín.- ¡Hyung! ¡Noona dice que soy engreído! - me apuntó con su pequeño dedito haciendo que nuestro hermano mayor me mirara con reproche antes de preguntar.

- ¿Y por qué eso te hace feliz?

- Porque soy un genio, ¿cierto noona? - me sonrió nuevamente mostrándome los pequeños dientecitos y los espacios vacíos de su sonrisa.

- Por supuesto, bebé. Un engreído de primera - reí levantando el dedo pulgar de mi mano.

- ¡Sí!

Jay me miró con desaprobación mientras negaba. Yo sólo le saqué la lengua para volver a mirar al pequeño que había entablado una, al parecer, interesante e importante conversación con el peluche.

- Por cierto, HaNi, gracias por tu regalo. Me lo haré pronto - dijo sentándose a mi lado en el sofá y mirando detenidamente la tarjeta escrita a mano que decía: Vale por un tatuaje. De tu hermanita favorita.

- No es nada Jay, si te tatúas mi rostro, te regalaría otro tatuaje con gusto - volvió a negar dándome a entender que volvía a perder toda su paciencia conmigo. - ¿Dónde lo quieres?

- Espalda, definitivamente.

- Ugh ¿te queda espacio?

- No me he tatuado en ella, HaNi.

- Cierto - dije pensativa haciendo memoria de sus otros dos tatuajes de tamaño considerable. - ¿Qué te gustaría?

- Una espada.

- Cliché.

- No es cierto, tonta - gritó prácticamente haciéndome reír.

- Bueno, bueno ¿algo escrito en ella?

- Fear no evil - susurró volviendo a mirar la tarjeta.

- No temas ningún mal - me quedé pensando. Él solo asintió.

Nos quedamos un momento en silencio perdidos cada uno en sus pensamientos, aunque similares posiblemente; viendo como ahora nuestro hermanito menor jugaba con las figuritas de acción de los Vengadores.

La corta vida de Jay, antes de llegar a la familia, desde su niñez hasta los dos años, fue un agujero negro. Padres alcohólicos y violentos que no se preocupaban de sus necesidades en lo más mínimo. Me preguntaba siempre, cómo dos personas no podían amar a un bebé que resultó ser fruto de ambos; un bebé débil y frágil que los necesitaba como al mismísimo oxígeno. Bueno. Esas personas hicieron de esos dos años la peor historia jamás contada de la infancia, quienes, seguramente aún disfrutaban de los millones que nuestros padres les habían pagado para quedarse con la custodia de Jay frente al juicio, apoyados por un hogar de menores que los había acusado de maltrato infantil con lesiones graves e intentos homicidio reiterado.

Luego de eso, Jay luchó contra todas las pesadillas de los que alguna vez se hicieron llamar sus padres biológicos. Años duros y dolorosos. Pero logró salir adelante, porque pasó a ser un Jung.

- Más que nadie sabes lo que he luchado, creciste con eso desde que naciste y muchas veces, cuando tuve miedo, estuviste con tus gorditos brazos enclenques para sujetarme en las noches de terror - a pesar de su semblante nostálgico, sacó una carcajada que yo imité con tristeza a pesar de todo. - Pero, ¿sabes? - Soltó un suspiro y giró a verme - algo bueno sale de lo malo siempre. Esa es la historia de mi vida, y ya no le temo a ningún mal. Mira, luego de esa...pesadilla han construido un hogar para mí durante todos estos años, sin distinciones, como un hijo más.

- Jay...-

- No hay mal que por bien no venga, HaNi. Como una vez te dije, solo son malos tiempos, y no son eternos, si te apoyas en una familia.

Luego de esa conversación y de rechazar la invitación de mi hermanito a jugar con un lo siento, cielo, hoy no puedo, corrí...Corrí a mi refugio miserable de tristeza y de dolor digno de un mendigo sin hogar, y eso era lo que más me pasaba, porque yo ¡tenía un hogar, una familia que me apoyaba y no hacía uso de ello! Me sentí como una estúpida luego de las palabras de Jay, reprochándome a mí misma por no ver de lo que me perdía, los juegos, los chistes, las charlas amenas, todo eso había sido distanciado de mi día a día, mejor dicho, yo me había distanciado de todo lo que amaba. Pero no podía volver, no con el corazón y la mente llenos de dolor odio hacia mí persona. Yo no los merecía, a ninguno de ellos. Ni a mamá con su amor y comprensividad, ni a papá con su alegría y consejos justos, ni a Hyorin ni a Jay con su preocupación constante, ni a Hoseok con sus bailes estúpidos y risas escandalosas, ni a Yoogeun, a ese pequeño niño con su inocencia infinita, carita bonita y alegre, su bondadoso corazón.

Me sentí una vil y gran mierda.

Pero me sentía a gusto en ese basurero de lugar olvidado a un lado de las ruinas de la fábrica. Con latas de cerveza y colillas de cigarros, bolsas con drogas y papelillos. Ese era mi lugar.

Me encontraba en mi refugio deplorable cuando una cabellera negra y brillante traspasó el cerco de alambre cortado. Me puse alerta de inmediato pero sin levantarme del suelo, solamente levanté la vista con los posiblemente rojos de tanto llorar y sintiendo la garganta adolorida, por antes haber gritado de frustración, mientras pasaba saliva.

- Suga - mi voz salió ronca debido a las cuerdas vocales desgarradas.

- ¿Qué haces? - se acercó con lentitud mirando las mierdas que estaban botadas a mi alrededor, pateando una que otra botella. - HaNi - murmuró inclinándose y tomando mis muñecas viendo mis nudillos ensangrentados por tanto golpear los bloques de cemento para liberar mi rabia. Yo negué con los ojos cerrados - ¿qué has hecho?

- Pura mierda, YoonGi, eso es lo que he hecho. Soy un asco - me solté de su tacto.- Sólo, déjame sola. En realidad no soy una buena compañía ahora.

- Pero mírate - frunció el ceño mientras me examinaba con la mirada - ¿desde cuándo estás aquí así?

- No importa, YoonGi - me tomé la cabeza tirando con fuerza de mi cabello revuelto.- ¡Nada importa, por favor, déjame sola! - grité apretando los párpados sintiendo que me quedaría sin voz pronto.

- ¿De qué hablas? ¡Estás loca! - Exclamó marcando la mandíbula haciendo que las venas que cruzaban su cuello se bordaran - ¡Hay jodidos cinco grados bajo cero y tú estás vestida con una camiseta!

- ¿¡Y qué!? ¡Si viniste a decirme que me abrigara mejor vete porque no pienso moverme de aquí, joder! - por la rabia pura corriendo por mi cuerpo me puse de pie y grité, grité como nunca forzando mi voz - ¡MIERDA, VETE, YOONGI!

En cambio, en vez de hacer lo que le había pedido a gritos, él simplemente se acercó, encarándome y acorralándome contra el muro haciendo gala de la diferencia de tamaño.- No, no me voy a ninguna parte sin ti, así que deja el drama y sígueme de una buena vez.

A mí me descojonó cada una de sus imponentes acciones, pero la que me hizo estallar en definitiva, fue el estúpido y jodido tono calmado de voz que uso mientras sus ojos disparaban dagas a los míos.

- ¡Y una mierda, Min YoonGi! - Lo empuje con todas las malditas fuerzas del infierno que me quedaban y logré que retrocediera varios pasos - ¿Un jodido drama? ¿Eso es lo que te estoy mostrando ahora? ¡Bien! No te estoy obligando a verlo, así que vete.

- Bien - suspiró pasándose una mano por la cara apretando el puente de su nariz en el transcurso.- No tengo todo el día, Jung HaNi. Hoseok me llamó. No has vuelto a tu casa desde ayer en la tarde y nadie sabía en dónde mierda estabas metida. Y te encuentro aquí, como una basura deshecha a las siete de la mañana, vestida con prácticamente nada en pleno invierno. No dormí ni un puto minuto por andar buscándote, así que ahora, mueve ese culo y camina hasta la jodida moto. Por... favor - terminó apretando los puños a cada lado de su cuerpo.

- Mierda, mierda, MIERDA. ¡Que no me voy a ir a ninguna jodida parte! - un mareo me había azotado de la nada y volví a apegarme al muro debido a que tuve la necesidad de apóyame en una superficie para no caerme en medio de la discusión. - Yo no te pedí que me buscaras - hablé luego de cerrar los ojos y estabilizarme medianamente.- Pero ¡bien!, me encontraste, ya sabes dónde estoy en el puto mundo, así que vuelve a tu ricachona casa y dile a Hoseok que estoy bien. Punto.

YoonGi, se acercó unos pasos sin dejar de verme fijamente con la mirada retadora.- ¿Que estás bien? Mírate, tan débil que ni siquiera te puedes mantener de pie. Te voy a llevar con tu primo en este instante, quieras o no, así que te propongo que lo hagas voluntariamente.

- No entiendes, YoonGi, nadie entiende ni una jodida cosa - frunció el ceño. No recordaba haber dicho tantas malas palabras en una conversación desde hacía tiempo.

- Qué, qué cosa es la que nadie entiende - su voz era grave, enfurecida, y, en contraste con la mía, no flaqueó nunca.

- Estoy cansada - dije en un susurro mirando hacia el suelo.- Estoy agotada de tanta mierda, de lo que se ha convertido mi vida, repartiendo vicios a personas por dinero, por una jodida promesa, por un jodido dolor aquí - llevé una de mis magulladas manos a mi pecho haciendo presión, como si eso fuese a calmar la maldita sensación que venía sintiendo hace ya mucho tiempo.- Y nadie entiende...

- Nadie entiende - llevó una de sus blancas manos a mi rostro para secar las lágrimas rebeldes que inconscientemente había soltado - qué.

- Que quiero morir - dije en un sollozo cargado de frustración. - Ya no quiero estar aquí, quiero desaparecer. Ojalá estuviera muerta, mierda.

- HaNi - susurró - ¿qué te pasa?

Por fin, luego de todo ese tiempo, lo miré a los ojos, esos cafés y profundos ojos que me escaneaban como tratando de entender.- Me estoy volviendo loca. Por favor, sólo, quiero morir ¡Quiero morir, por favor sólo déjame morir aquí! ¡NO TENGO NADA MÁS QUE PEDIRTE, YOONGI, SÓLO DÉJAME MORIR!

Y lloré, todas las lágrimas que me quedaban en el cuerpo. Me deshice en las malditas lagrimas que me ahogaban noche tras noche, día tras días, viviendo en la mierda que habitaba en mi mente. ¿Dónde estaba la HaNi fuerte y ruda que se imponía frente a las maldades de la vida? Parecía una niña buscando consuelo en alguien porque había soñado un sinfín de pesadillas en la oscuridad de su cuarto. Pero, en eso se había convertido mi vida, en una pesadilla.

YoonGi me sostuvo de la cintura con ambos brazos cuando mis piernas cedieron por fin al dolor mental que me atormentaba y al entumecimiento por el frío, y se quedó ahí conmigo. Respiré de su cuello hasta que me desvanecí en el olor de su perfume.

Y de pronto, todo se fue a negro. Y deseé, realmente deseé, no despertar jamás. Deseé morir guardando en mi memoria sensorial ese relajante olor a menta fresca del cuello del hombre que sirvió de pedestal.


*


Min YoonGi

- Anemia.

- ¿Anemia? - pregunté.

Kyuhyun, un amigo de la universidad que cursaba el último año de medicina, asintió con preocupación.

- Anemia e hipotermia moderada - suspiró.- Tiene treinta y dos grados de temperatura.

Yo no sabía nada de medicina, pero sabía que eso estaba muy por debajo del promedio. Así que solo agarré mi cabeza con ambas manos y seguí escuchando atentamente sobre el estado de la chica recostada en mi cama. Inconsciente.

- La hipotermia se produce por un descenso involuntario de la temperatura corporal, obviamente, en este caso, fue por la exposición prolongada al frío - dijo mirando por mi ventana viendo como los copos de nieve caían a fuera.- ¿Sabes cuánto estuvo allí?

- Hoseok me llamó a las una de la mañana - respondí sin dejar de mirar a HaNi.- Me dijo que no había vuelto desde ayer en la tarde y que no había llevado su abrigo.

- Desde ayer - murmuró Kyuhyun con una mueca pensativa.- Catorce horas al frío, - dijo por fin - sin mencionar que la temperatura baja demasiado en la noche.

- Y en pleno invierno - Jooheon, otro de mis amigos, entró a mi habitación junto con la cocinera de mis tíos, cargando un montón de mantas que comenzaron rápidamente a poner sobre la cama.

- Qué hay de la anemia - pregunté a Kyuhyun viéndolo nuevamente suspirar.

- La anemia es más complicada, se acumula en el tiempo. Es una falta de glóbulos rojos que no le permite al cuerpo oxigenarse adecuadamente, por eso, las personas con anemia duermen mucho, o están cansados y fatigados.

- Y eso... ¿por qué se produce?

- Mala alimentación, falta de vitaminas o de hierro, aunque - tomó un gigantesco libro azul que tenía grandes letras en la tapa, y luego de leer un poco, me preguntó - ¿no sabes si es crónica?

- Mmh - eso me dejó pensando - no creo. Posiblemente Hoseok me lo hubiera comentado antes, pero nada.

Después de asentir y leer un poco más, Kyuhyun se acercó a HaNi y puso la palma de su mano en su frente aun con el libro en la mano.- Bueno, viendo en las condiciones que se encontraba, es posible descartarla como enfermedad crónica. Más bien, puedo deducir que fueron una serie de cosas que la llevaron a este estado.

- Creo que no ha comido en días - murmuré.

- Si, está muy baja de peso, sus mejillas están hundidas - comentó Jooheon luego de agradecerle a la señora y hacer que se retirara de la habitación.

- Y muy pálida, hace unas semanas que está así. Ese no es su color natural.

- Eso es común de la anemia, uno de sus síntomas - explicó el futuro médico. - No sé si habrás notado algo de mareos en ella, o quizás algún dolor de pecho.

Asentí con seguridad.- Cuando discutíamos, tuvo que apoyarse en la pared, y yo noté algo extraño. Después me dijo que no sabía qué hacer con el dolor de su tórax. Aunque yo lo asocié a otra cosa - murmuré lo último.

- Entiendo. Seguramente ha estado pasando por situaciones difíciles.

- Ni te imaginas.

- Al menos la encontraste - Jooheon puso una de sus manos en mi hombro.- Sólo unas horas más y...-

- La muerte dulce - continuó el pelirrosa.

Fruncí el ceño de tan sólo pensarlo.

A lo primero que había acertado cuando HaNi se desmayó, fue a sentarme con ella encima, sacarme el abrigo y ponérselo a duras penas. Su espalda se sentía dura por los sube y baja de los huesos sobresalientes en su piel; sus piernas antes contorneadas con músculos, parecían dos simples y débiles hilos que rodeaban mi cadera, y eso por nombrar algunas cosas. Manos huesudas, muñecas delgadas, brazos consumidos, pómulos marcados, mejillas hundidas.

Como las condiciones no eran normales (aunque con HaNi ninguna cosa era normal), llamé al primer casi experto que se me ocurrió, que resultó ser Kyuhyun. Junto con Jooheon, volaron en su auto hasta la fábrica en ruinas y me ayudaron a subirla, encendiendo la calefacción al tope.

Así terminamos en la casa de mis tíos, que se encontraban de viaje navideño y posiblemente no volverían en algunos días.

Hoseok iba a matarme.

- ¿Qué puedo hacer para que mejore?

Kyuhyun me miró fijamente y pensó por algunos segundos, mirando detenidamente el cuerpo de HaNi cubierto por las acolchadas y numerosas mantas.

- Primero, tienes que hacer que coma, definitivamente. Quizás una sopa caliente de pollo, eso le ayudará a estabilizar su temperatura y a ganar algunas vitaminas que le faltan - asentí anotando todo mentalmente.- Pero no le pongas alguna estufa cerca, con el estímulo adecuado, el cuerpo vuelve a crear calor lentamente. Con la alimentación apropiada, la anemia debería ir cediendo. Aunque es aconsejable que vaya al hospital para estar seguros.

- No creo que quiera ir, le tiene odio a los hospitales - aseguré recordando todos los dramas anteriores.

- Y creo que es con razones suficientes - acordó Jooheon. - Supe lo que pasó con Tony - explicó a Kyuhyun que nos miraba sin entender del todo. - HaNi se culpó de todo. Las malas lenguas dicen que ahora se dedica al narcotráfico con el grupo del barrio bajo.

- ¿Quiénes te dijeron eso? - me puse de pie hablando con severidad.

- Ahm - tartamudeó Jooheon mirando hacia el suelo.- Todos los que van al estacionamiento hablaron de eso hace algunos días. Dijeron que un tipo había comprado coca y HaNi fue quien se lo entregó. Aunque, no estoy seguro...

- En serio, las malas lenguas no paran - comentó Kyuhyun con una sonrisa, al parecer no se creía nada. No tenía ni idea. - Entonces, YoonGi, si haces todo lo que te dije, HaNi debería estar bien en algunas semanas. Es lento y delicado, así que cuando se lo digas a sus padres, hazlo con tacto.

- ¿Padres? - me miró frunciendo el ceño con extrañeza.

- Claro, tienes que decírselo. O por lo menos a Hoseok. Todo por lo que pasó, y está pasando, es grave.

- Mierda, Hoseok. Ya vuelvo, tengo que hablarle.

Salí de la habitación sin esperar nada más y busqué mi teléfono en mis bolsillos. Caminé por el largo y ancho pasillo del segundo piso, haciéndome la idea de que tenía que decirle a mi amigo que HaNi, prácticamente, casi había muerto de hipotermia, y que, además, tenía anemia.

Si no me mata, Dios existe y los milagros también.

Cuando ya sentí que el piso se iba a hundir junto conmigo por tanto andar de allá para acá, decidí hablarle y decirle...casi toda la verdad.

[Chat con Jung Hiperactivo Hoseok]

8.15 am.

Hola Hobi.

¡Hyung! ¡Por favor, dime que la encontraste!

Está conmigo.

OH POR DIOS, HYUNG

Creí que moriría de desesperación

¿Está bien?

¿Dónde estaba?

Dime que está entera

Está bien, Hobi, cálmate.

Estaba en la casa de Tony, agarró un fuerte resfriado, así que la estoy cuidando ahora.

Pero sí, está entera.

¿Un resfriado?

Esa mocosa, le dije que se pusiera algo encima.

Iré a buscarla con Jay y la llevaremos al médico.

nO

Es decir no, Hobi, no le digas a nadie.

Compramos medicina y ahora está durmiendo.

Oh.

Lo siento por las molestias, hyung.

Pero, ¿estás seguro de que está bien?

Claro, claro, sólo un resfriado, dije.

Ah.

Aun así creo que Jay o Hyorin noona deberían saber, están preocupados.

Diles que está conmigo.

Y con SunHi, ella está aquí igual.

¿SunHi?

Más temprano la llamé y no sabía dónde estaba HaNi tampoco.

Acaba de llegar, HaNi la llamó.

Nos ocuparemos de ella y se mejorará, ya verás.

Gracias, hyung.

De verdad, gracias.

Más tarde iré a verla.

Como quieras.

Pero no le digas a nadie.

Ya sabes cómo es HaNi, prácticamente no quiere ver a nadie.

Sí, sí, entiendo.

Bueno hyung, creo que ahora puedo dormir algo.

Sí, Hobi, descansa. Ya pasó lo peor.

Sí, me iré a la cama.

Descansa tú igual, hyung.

Ajá, lo haré en un rato.

Adiós.

Adiós, nos vemos más tarde.

Maldito, maldito mentiroso. Me repetía una y otra vez en la mente. Esperaba que mis nulas habilidades para actuar me ayudaran, y que Hoseok no se diera cuenta de que usé el meloso Hobi todo el tiempo.

Con esas esperanzas, entregadas a cualquier ser divino que me escuchara, busqué rápidamente el número de SunHi en mi móvil decidido a pedirle ayuda antes de que Hoseok la llamara o cualquier otra cosa del destino.

- ¿Todo bien? - Jooheon asomó su cabeza por la puerta abierta de mi habitación a los segundos de haber colgado la llamada. - Llevas tiempo aquí afuera.

- Sí, todo bien - suspiré.- Sólo llamaba a una amiga de HaNi. Ella me ayudará.

- Qué bien - sonrió haciendo desaparecer sus ojos.- Supongo entonces que podemos irnos. Le dejaré dicho a la señora de la cocina que haga la comida para HaNi - asentí haciéndome a un lado para que los dos chicos salieran.

- Toma, YoonGi - Kyuhyun me entregó un papel con cosas escritas en él.- En caso de que sienta mareos y dolor en el pecho, deberías comprar estas medicinas. Son de compra libre, así que no necesitas receta, aparte de que yo no puedo darlas.

- Está bien, Kyuhyun - les sonreí a ambos.- Gracias a los dos, no sé cómo agradecerles. No sabía qué hacer...

- Oye - el pelirrosa puso una mano en mi hombro - tranquilo, ella se mejorará, será difícil, pero lo hará. Es joven y fuerte.

- Y guapa, ¿no? - rió el castaño.

- Estúpido, estoy teniendo una conversación seria aquí - bufó Kyuhyun.

- Pero hyung, no puedes negar que ella es linda.

- Jooheon, espérame en el auto.

Al ver que el chico pelirrosa se había puesto serio, intentó discutir, pero se quedó con la palabra en la boca, y luego de susurrar un Hasta luego, YoonGi, se dio media vuelta y caminó hasta las escaleras. Kyuhyun suspiró y yo sonreí de lado. Esos dos eran un dúo muy disfuncional.

- Ese tipo...- susurró cerrando los ojos.

- Es tu mejor amigo, no te quejes - le dije riendo levemente.

- A veces me arrepiento. Pero bueno - rió - a lo que iba. Si tienes cualquier duda o contratiempo sobre lo que le pasa, no dudes en llamarme o mandarme un mensaje. Ahora que estamos de vacaciones, tengo tiempo.

- Claro, lo haré - respondí comenzando a caminar por el pasillo junto a él.

- Por cierto, YoonGi - me detuvo y lo miré expectante. - ¿Quién es HaNi?

- Mh. Ya te dije, la prima de Hoseok, mi mejor a-

- Ya lo sé - me interrumpió.- Pero pregunto, quién es ella para ti.

- ¿P-para mí? - la pregunta no me había podido extrañar más.

- Sí. Con lo que te conozco - sonrió mirando hacia la puerta de mi habitación - no estarías tan preocupado por la prima de tu mejor amigo - hizo comillas con los dedos.- En realidad, me atrevo a decir que no te preocuparías por nadie.

- E-eh. Kyuhyun, no sé de qué hablas - me excusé. Él rió.

- Cuídala YoonGi, te necesita - palmeó mi espalda en gesto amistoso.- Y no la dejes ir.

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