A Través De Ti [Hidalgos#2] ✔...

By Ariana_Godoy

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¡'Hidalgos' la trilogía original de Wattpad que inspiró las películas de Netflix! La última película se estr... More

Prólogo
1. "¿Qué se siente vivir con tres chicos hermosos?"
3. "Tú eres la excepción."
4. "Te he dicho que olvides ese nombre."
5. "¿Qué estas haciendo, Apolo?"
6. "Estas disfrutando esto, ¿no?"
7. "Eres muy fácil de complacer."
8. "Creando un espacio."
9. "¿Qué es lo que quieres, Artemis?"
10. '¿Y si me estoy equivocando?'
11. 'Hola, Iceberg.'
12. "Hola, sexy."
13. 'Ellos ya están grandecitos, van a estar bien'
14. "¡Dios, lo siento tanto!"
15. "¿The bro code a la mierda?"
16. "Claudia, a ti te estaba esperando."
17. "Es por él, ¿No es así?"
18. "Más tonto eres tú."
19. "Esto fue una mala idea."
20. "Mierda, esa chica te tiene mal"
21. "No estoy hablando contigo."
22. ¿Jugando rudo, no?
23. "Nunca es tarde para cambiar tu vida, Artemis."
24. "Artemis, no me gusta la oscuridad."
25. "Haces que me duela el corazón por tí."
26. "Mi silencio es su respuesta."
27. 'Pensé que ya me habías derretido.'
28. "¿Cómo no querer a este hombre?"
29. "¿Enamorada yo? ¿De ese Iceberg?"
30. ¿Estás coqueteando conmigo, Artemis?
31. "Eres muy sexy, Artemis Hidalgo."
32. "Hice algo estúpido."
33. "Ya nos conocemos, ¿no es así, Claudia?"
34. ¡Cómo me has preocupado!
35. "No juegues con algo así, Claudia."
36. "Ya soy un desastre."
Capítulo Final
Epílogo
¡A través de ti en papel!

2. "Las chicas siempre quieren más que solo sexo."

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By Ariana_Godoy

¡Feliz Sabado de actualización! Espero que estén teniendo un maravilloso inicio de año y que este disfrutando de A través de ti tanto como yo. Y después de leer el capítulo si no tienen nada que hacer, dense una vuelta por mis otras dos historias Sigue mi voz y Almas perdidas, tal vez sean unas lecturas que les interese, o tal vez no, no sabrán sino lo prueban ;) 

Capitulo II

Artemis Hidalgo

—Vamos, sonríe un poco.— Cristina ruega, dándome una de sus miradas de reproche.

No le respondo, mis ojos en el camino frente a mi, manejando a través de esta carretera que conozco tan bien. Volver a casa no me emociona en lo absoluto, ese lugar esta lleno de muchos recuerdos amargos que preferiría olvidar. Cristina, por otro lado, esta radiante de la alegría, ella ha querido conocer a mi familia desde hace mucho tiempo, nunca entenderé su necesidad de aprobación familiar. Tal vez esa sea su manera de asegurarse de que estoy tomando nuestra relación en serio luego de salir por un año.

—¿Por qué estas tan serio?— su pregunta se queda en el aire, no tengo ánimos para explicarle nada y ella al parecer lo nota, —Odio cuando te pones en modo silencio extremo, es irritante.

Luego de eso, me deja en paz, repasando su maquillaje. Debo admitir que se ve hermosa con su vestido de rojo que se ajusta a sus curvas perfectamente, su cabello rojo esta suelto, con ondas en las puntas. Estoy seguro que mi madre la adorará, tiene clase y viene de una familia de prestigio, eso es todo lo que mi madre siempre ha querido para mí.

Mi celular vibra en mi bolsillo y me pongo el bluetooth en el oído, encendiéndolo para contestar, —Dime.

—Señor,— la voz de David, mi mano derecha resuena al otro lado de la linea, —Lamento molestarlo hoy, se que—

—Al grano, David.

—Si, señor.— hay una pausa, —Tenemos un problema, el departamento de maquinarias reportó un accidente con uno de los bulldozers.

—Esto tiene que ser bueno,— murmuro, apretando el volante del auto, —¿Qué pasó?

—En el trabajo del nuevo canal, al parecer, hubo un declive durante el trabajo y el bulldozer cayó en el canal, las grúas ya lo sacaron pero no esta funcionando.

—Mierda.— Cristina me da una mirada preocupada, —¿El operador de la maquina esta bien?

—Si, señor.— eso me alivia, —¿A donde quiere que mandemos la maquina? ¿A sus fabricantes o a nuestro taller?

—A nuestro taller, confío en nuestros mecánicos, mantenme informado.— le cuelgo después de escuchar su afirmación.

Puedo sentir los ojos de Cristina sobre mí, —¿Todo esta bien?

—Si, problema de maquinarias.— estaciono el auto, y me quito el cinturón de seguridad.

—No puedo negar que estoy nerviosa.— ella admite, soltando una risa nerviosa.

Me bajo del auto y le paso por el frente para abrirle la puerta a Cristina. Ella sale, tomando mi mano y nos dirigimos a la puerta principal.

Mi casa...

Aunque no he vivido aquí, solo visitado en los pasados cinco años, la sensación de familiaridad me invade y a mi mente llegan un par de ojos negros que me molestan cada vez que los recuerdo.

—No se escucha nada, dijiste que habría una fiesta.— Cristina murmura, acercando su oído a la puerta.

—La hay, pero mi madre espera que sea sorpresa.— tomo el pomo de la puerta, —Actua sorprendida.

Claudia

La vida puede tener momentos que se sienten como si pasaran en cámara lenta aunque estén pasando en tiempo normal, especialmente, si están cargados de emociones. La puerta se abre, se encienden las luces y los aplausos hacen eco por la gran sala de la casa.

Me molesta notar como mi corazón se acelera cuando lo veo: Artemis. No puedo evitar notar lo mucho que ha cambiado, ya no es el chico de ojos brillosos de 17 años que tomó mi mano aquel cuatro de Julio. Es un hombre, hecho y derecho, lleva puesto un traje que lo hace lucir mayor de lo que en realidad es. Sus padres lo saludan, y le siguen un montón de personas, ha cambiado demasiado, ya no sonríe tan seguido y su mirada esta apagada y fría.

No puedo negar que se ha vuelto aún más apuesto, sus facciones han madurado, y una ligera barba decora su rostro. Mis ojos por fin se dignan a dejar de mirarlo y es cuando noto a la pelirroja a su lado. Es una mujer muy hermosa de curvas y un sorprendente escote, ella toma un mechón de su cabello rojo y lo pone detrás de su oído, sonriéndole a la mamá de Artemis. Por la forma en la que se mantiene pegada a Artemis, debe ser alguien muy cercana a él.

¿Y a ti que más te da, Claudia?

Meneo la cabeza y estoy a punto de girarme cuando pasa: Nuestras miradas se cruzan. Esos ojos café que siempre me han parecido bonitos se encuentran con los míos y dejo de respirar, el aire cambia a mi alrededor y una tensión es palpable entre nosotros, como si un hilo de sensaciones nos conectara entre este montón de gente.

No soy lo suficientemente valiente para sostener su mirada así que la aparto, dándome la vuelta.

Me encuentro a Gin de frente, —Es aún más apuesto en persona.

No le digo nada, pasándole por un lado. Jon me recibe en el mini-bar con una gran sonrisa, —¿Por qué siempre tan seria? Sonreír no es un delito.

Le paso la bandeja vacía de copas de champagne para que las llene,—No tengo motivos para sonreír.

Jon me pasa otras copas llenas, —No siempre tienes que tener un motivo, ademas,— se inclina sobre la barra, —Te ves muy bonita cuando sonríes.

Levanto una ceja, —Ya te he dicho que tus intentos de coqueteo no funcionan conmigo.

Gin aparece a mi lado, —Por supuesto que no funcionan, a Clau le gustan más los chicos con barba.

Jon hace puchero, —Puedo dejarme crecer la barba por tí.

Estoy a punto de hablar cuando un par de brazos fuertes se envuelven a mi alrededor desde atrás, el olor a una colonia que conozco llega a mi nariz, Ares me aprieta con fuerza,—Me salvaste, gracias.

Me libero, girandóme hacia él, —Es la última vez.

Él sonríe ampliamente, —Lo prometo.

—Eso dijiste la última vez.

—¿Te lo super-prometo?— usa esos ojos de corderillo que seguramente le han conseguido muchas chicas.

Ni siquiera le respondo y le golpeo la frente con mi dedo. Ares se ríe y por encima de su hombro puedo ver a Artemis y a su pegajosa pelirroja acercarse a nosotros, seguramente buscando saludar a Ares.

Esa es mi señal para huir.

—Iré por más bocadillos.— murmuro, dejando a Gin con la protesta en la boca porque ambas sabemos que aún hay suficientes.

La cocina es mi lugar seguro.

Es donde crecí, dibujando garabatos sobre el mesón mientras mamá cocinaba y arreglaba. Es el lugar menos visitado por los Hidalgo de esta casa: Mi territorio. Y aunque suena un poco machista pero crecí en este pequeño espacio, no planeé que se volviera mi lugar seguro, solo pasó.

Acomodo lo que ya esta listo, actuando como si estuviera haciendo algo en caso de que alguien entrara, solo estoy perdiendo tiempo y si la señora Hidalgo se da cuenta tal vez me de un regaño, ni siquiera se porque estoy huyendo de Artemis ahora.

En mi mente esta noche se había desarrollado de manera diferente, jamás habría pensado que estaría aquí en la cocina escondiéndome de Artemis como una cobarde, ¿Qué me pasa?

Solo estas impresionada por lo maduro que se ve, es todo.

Nunca has dejado que nadie te intimide, no dejes que él sea el primero.

—¿Todo bien?— la voz de Apolo, el menor de los Hidalgo me hace saltar en sorpresa.

Me volteo hacía a él, —Si, todo bien.

Apolo es la versión inocente de sus hermanos, con esos grandes ojos cafés y sonrisa infantil, sin embargo, es muy lindo y me atrevo a decir que con el tiempo llegará a ser incluso aún más atractivo que sus hermanos y con mejor personalidad por supuesto.

—Entonces, ¿Por qué te estas escondiendo?— se recuesta contra el mesón de la cocina con brazos cruzados.

—No me estoy escondiendo.

Apolo levanta una ceja, —¿Y qué estas haciendo entonces?

Abro la boca, y la vuelvo a cerrar, pensando que inventar, hasta que se me ocurre algo, —Estoy—

—Perdiendo el tiempo.— me interrumpe Sofia Hidalgo al entrar a la cocina, —¿Se puede saber donde has estado los pasado 20 minutos?

Suspiro, —Solo me aseguraba que—

—¡Shh!— me calla, —No quiero tus excusas, solo vuelva ahí afuera y atiende a mis invitados.

Me muerdo la lengua, le prometí a mi madre que me comportaría y que sería buena, solo por eso.

De mala gana, le paso por un lado a Apolo y vuelvo a esa farsa que llaman fiesta. Atiendo a la gente, sirvo bebidas y sonrío como una idiota. Mantengo mis ojos y mi mente alejadas del centro de atención de esta noche.

Para mi desgracia, mi preocupación por no encontrarme a Artemis me lleva a estrellarme contra el pecho de la persona que menos esperaba ver aquí: Daniel.

Sus ojos brillan cuando encuentran los míos, —Mi bella genio.

Mierda.

—Hola.— le saludo con la mano y estoy a punto de pasarle por un lado cuando me detiene del brazo.

—Ey, ey, espera,— me gira hacia él, —Si crees que voy a dejarte escapar esta vez, estas muy equivocada.

Me suelto de su agarre, —Estoy un poco ocupada ahora.

—¿Por qué has estado ignorado mis llamadas?— esta era la conversación que no quería tener, —Entiendo que estés jugando a hacerte la dura pero, ¿Dos meses ignorandóme no es mucho?

Ay, Daniel.

Para resumirles la historia, Daniel fue el resultado de una noche de alcohol y ganas de tener sexo acumuladas. Él juega en el equipo de fútbol de Ares, y esta jodidamente bueno a pesar de que es un año menor que yo, es muy bueno en la cama. Si el sexo fue muy bueno pero solo fue eso: Sexo.

Si, soy muy honesta respecto a mi sexualidad y a lo que quiero. Que se joda la sociedad, las mujeres también tenemos derecho a follar cuando nos de la gana, como nos de la gana, con quien nos de la gana, mientras me proteja y me cuide a mi misma no tiene porque ser el problema de los demás. Tal vez, mucha gente me juzgue, pero no importa ni un poco.

No me interesan las relaciones, pero disfruto de la compañía sexual de un hombre atractivo y que sepa lo que hace, ¿Hay algo malo con eso? Mi vida es solo mía para decidir lo que hago con ella. Esto no quiere decir que no apoyo a las personas que si están en una relación o aquellas personas que si consideran el sexo algo sagrado, respeto sus creencias así como pido que respeten las mías. Cada quien cava su propio túnel para llegar a la oscuridad y eventualmente surgir a la luz.

Así que con la frente en alto, le digo a Daniel, —Daniel, eres un hombre muy atractivo.

Él sonríe, —Gracias.

—Pero solo fue una noche loca, honestamente no me acordaba así que por favor, déjalo ir, olvídate de mi.

Su sonrisa no solo se desvanece sino que la confusión de esparce por todo su rostro, —¿Qué?

Me paso una mano por la cara en frustración, la gente a mi alrededor, la presión de que no me consiga otra vez la señora de la casa sin hacer nada, despierta mi lado directo y frío, —Daniel, fue solo una noche de sexo y ya. No estoy jugando a hacerme la dura, solo quería follarte, lo hice, y ya.

—No te creo.

Suspiro, —¿Por qué?

—Las chicas siempre quieren más que solo sexo.

—Supongo que no soy una chica entonces porque estoy 100% segura de que no quiero más.

—No se a que carajos juegas, Claudia pero para, ya me tienes lo suficientemente interesado, no tienes que esforzarte así.

Hombres...

¿Por que es tan difícil creer que una chica solo quiere disfrutar su sexualidad sin querer más?

—No estoy jugando a nada y—

—¿Pasa algo?

Ares se nos une, dándonos una mirada cuestionable, yo le sonrío, —No, de hecho ya me iba.

Desaparezco tan rápido como puedo, dejando a Daniel con la palabra en la boca.

La fiesta transcurre con normalidad y cuando se acaba, Gin y los demás me ayudan a limpiar antes de irse a descansar. Me aseguro de que mi mamá este durmiendo bien, y vuelvo a la cocina para revisar que todo este ordén.

Me paso las manos por la cara, suspirando.

—¿Cansada?— dejo de respirar al escucharlo. Su voz también ha cambiado, es mucho más varonil, gruesa, demandante de lo que recuerdo.

Me volteo para enfrentarlo por primera vez en tanto tiempo.

Artemis. 

----

Nota de la autora: 

Tenemos una nueva sección en la nota de autora y serán un comentario escogido de los que ustedes dejan en mi instagram y otro de twitter. Esta semana, en twitter, la dedicación de Flor para ponerlo en el calendario y todo. 

Mientras tanto en instagram:

Muakatela,

Ariana G. 

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