Notas a mi Muerte.

By AlexiaNormand

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"Nunca sabrás lo que oculta con una mirada." Sebastian Díaz es un chico normal, nunca había pasado nada fuera... More

Notas a mi Muerte.
Prólogo.
Uno.
Dos.
Tres.
Cuatro.
Cinco.
Seis.
Siete.
Ocho.
Nueve.
Diez.
Once.
Doce.
Trece.
Catorce.
Quince.
Dieciséis.
Diecisiete.
Dieciocho.
Diecinueve.
Veinte.
Veintiuno.
Veintitrés.
Veinticuatro.
Veinticinco.
Veintiséis.
Veintisiete.
Veintiocho.
Veintinueve.
Treinta.
Treita y uno.
Treinta y dos.
Treinta y tres.
Epílogo.
.

Veintidós.

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By AlexiaNormand

Llegué a casa destrozado. Aún tenía ese nudo en el estómago y en la garganta, por la imagen de Val colgada, por las notas de Val, el vértigo que me dio el escalar un árbol de más de cinco metros; la pérdida, el vacío que dejó esta chica.

A veces quisiera ser como otros chicos. Poder no darle importancia a los sentimientos, sé que es feo, pero esos chicos casi nunca salen lastimados, y eso era lo que quería en ese instante. Me puse idiota, todo estaba nublado, pero ya no por miedo o por susto, sino por rabia.

En el camino a casa había visto a un chico del colegio, de un grado menor al mío, él estaba en la calle con otro chico, supongo que con algún familiar, o amigo de alguna otra parte, ya que nunca lo había visto antes.

Él decía "Bueno ella no quiere nada conmigo, yo traté con ella, pero bueno, no importa, vendrá otra mejor." A lo que el otro chico le respondió. "A lo mejor tratas con Katherine, le gustas, y está mucho mejor que ella. ¿Viste su trasero?".

Ejemplo de hombre que no se enamora. Soy demasiado sensible. Ese instante, me enojé. Estaba cansado de sufrir, no entendía el porqué de las cosas, el porqué de lo que yo sentía.

Me boté en el sofá, puse mis pies de un golpe fuerte en la mesa. Estaba encima de un almohadón, y este me molestaba, hacía que curve la espalda, así que lo saqué. - Puto almohadón. - exclamé y, lo lancé hacia la pared, este choco con un cuadro, el cual casi se cae.

- Sebas, ¿Por qué esa actitud? - dijo mamá, acercándose al sofá.

- Es tu culpa. - dije mientras me acomodaba mejor en el sofá.

- ¿Qué cosa? - dijo preocupada.

- Necesito un padre, mamá. Me criaste demasiado sensible, y no lo puedo cambiar, ya no quiero sentir nada, quiero que me deje de importar todo, mamá. Necesito una figura masculina. Un padre.

- Seb...

- ¡No me llames así! - grité. - No tienes derecho. Sólo Valeria lo tenía, esa perra que me dejó así.

- ¡Sebastian! Un poco de respeto, ella está descansando en paz.

- ¡No! ¡Hasta muerta me tortura! De viva no quería corresponderme. -Solté una carcajada. - Nos acostamos, y se suicida.

- ¡Dios mío, Sebastian!

- Si tuviese papá, quizás no me hubiese importado ella, no hubiese sentido debilidad por verla sola, ni por su carita linda.

- No es mi culpa... - estalló en llanto.

La miré. Me levanté de golpe y fui a mi habitación.

- Buenas noches. - Solté, mientras ella se sentaba en el piso a llorar.

Mamá lloró toda la noche. Me sentí muy mal, fue el momento. Sentía mucha vergüenza por mi comportamiento como para ir a pedir disculpas a mamá.

Lamenté demasiado haberme comportado así, pero como dije, todo se nubló, en una espantosa forma.

A veces cuando sólo hay rabia, enojo e ira y, en algunos casos odio, no podemos parar de decir estupideces. En ese momento no nos importa dañar a las personas que más amamos, sólo lo hacemos. No podemos parar de decir estupideces hasta reaccionar.

Debilidad humana.

Después de haberme maldecido por haber dicho todo eso, me armé de valor para pedir disculpas a mamá. Tuve que hacerlo, fui a su cuarto.

- ¡Qué quieres! - gritó ni bien abrí la puerta de la habitación, la cual estaba a oscuras.

- Mamá... Lo siento...

- No importa. Felicidades, querías ser un insensible, lo fuiste. Tu padre no estaría orgulloso de ti. Tú eres cómo él, o eso creí hasta esta noche. Vete Sebastian, no sé en qué te has convertido.

- Mamá... Lo siento...

- ¡Que te vayas! - me lanzó una almohada. Había jodido todo épicamente. Eres una mierda Sebastian, una mierda, mierda, mierda...

Cerré la puerta y me fui. Lloré. No solía llorar, pero lloré. Mucho. Demasiado.

Fui un idiota. Un estúpido. Toqué el tema que destroza a mamá, y sin sentido alguno.

Hablé mal de Val, la llamé perra. Oh, Dios. Soy un idiota. ¿Qué podía hacer?

- Val. - dije mientras lloraba en la ventana. - Lo siento, no eres una perra. Lo siento. Soy el peor chico del mundo. No sé qué pasó. Yo te amaba, lo hago. Por favor... - empecé a llorar más fuerte. - vuelve...

~~~~~~~~~~~~~~

A la mañana siguiente decidí hacer desayuno para mamá, como forma de disculpa, pero ella no salió de su habitación, decidí ir a llamarla.

- Mamá, ya iré al colegio, te hice desayuno, ven.

- Deshazte de él.

- No. Mamá. Por favor. Lo siento tanto, fui un idiota, eres la mejor mamá del universo. - Silencio. - Necesito contarte lo que me he estado guardando.

No dijo nada, así que me fui, y salí de mi casa para ir al colegio. Me subí a la bicicleta, y empecé a pedalear lentamente, no quería llegar muy rápido, sentía que el tiempo se congelaba y que la vida era una mentira, así podía ser feliz.

De repente, me vino un recuerdo a la cabeza, sentí que alguien se agarraba de mis hombros, cerré los ojos e imaginé a Val. Recordé como la llevaba en mi bici, pero, al abrir los ojos me di cuenta de que no era real, que la vida no era una mentira, que el tiempo corría, las horas pasaban, ella ya no existía.

Empecé a pedalear muy rápido. Llegando a una esquina, casi me atropella un auto, ya que no estaba respetando los semáforos, sólo quería escapar de mi vida, del tiempo, de quien era yo.

- ¿Qué diablos te pasa, niño? - gritó el hombre desde la ventana de su auto.

- Lo siento. - Seguí pedaleando.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Pasé Ciencias solo, me iba muy mal, eso no cambió. Pasé Música, todos cantaron una canción pero yo me quedé en una esquina, en silencio.

Al toque del timbre que indicaba salida, fui a mi casillero.

- Hola Sebastian. - me di la vuelta. Era Samantha.

- Hola Samantha.

- Quería pedirte las gracias por contarme la verdad de Laura, Matteo también me lo contó.

- Ah.

- Y quería decirte que lamento lo de Valeria.

- Ok.

- Lo siento, no sé qué me pasó, quería ser como Laura, deseada, astuta, perfecta.

- Samantha, sólo se quién eres, las personas que te quieran por cómo eres en realmente, te van a ser sinceras y será un cariño verdadero, aparentar ser alguien que no eres sólo te hará hacer estupideces. Lo sé. Créeme, ahora lo sé muy bien. Se fiel a ti misma, vas a encontrar a alguien que te quiera por cómo eres en verdad.

- Gracias Sebas. - Me dio un abrazo. - Valeria Carter tuvo muchísima suerte en tener un amigo como tú. - soltó el abrazo y extendió su mano derecha frente a mí. - ¿Sin rencores?

- Sin rencores. - Sonrió y se fue.

Me sentía un poco feliz. Solo una pizca, Samantha no era mala, sólo estaba confundida, al menos algo bueno sucedió con ella.

Al menos algo bueno podía pasar cuando todo estaba mal.

______________________________________________________________________

Hola a todos, lamento hacer a Seb así, sé que quizás se molesten por cómo se comportó, pero todos tenemos nuestros momentos de estupidéz, nadie es perfecto. Eso es lo que quería demostrarles con este capítulo. Una lección de vida, no se sientan mal si hacen algo estúpido, es normal, somos seres humanos y no somos perfectos.

Los quiero!.

Voten, comenten, hagan preguntas :)

- Alexia.

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