-Brooklynn quédate tranquila.
-Bien.
Me quedo quieta pero vuelvo a removerme.
-Brooklynn...
-Que ya, cabrón.
Rueda los ojos y vuelve a lo suyo.
Miro al techo y muerdo mi labio inferior sintiendo que ya viene, trato de controlarlo pero...
-¡Joder, no puedo hacer esto si te mueves cada dos segundos!
-¡Pero no puedo evitarlo!-chillo de vuelta y lo miro de manera molesta.
-Inténtalo, pero con ganas. Si quieres que lo haga bien deja de moverte y déjame terminar.
-Vale- gruño irritada y le dejo seguir.
Trato de respirar con normalidad y dejar de moverme pero es inútil, me da picazón en la barriga.
-¡Ya está, terminado!
Se aparta de mí con la frente perlada de sudor y siento un tremendo alivio.
-¿Ya está? No ha sido tan complicado, ¿verdad? Creí que tardarías más, has sido bastante rápido.- le digo con una sonrisa que él devuelve y me ayuda a ponerme en pie.
Me acerco al espejo de cuerpo completo de la habitación y observo emocionada mi barriga.
¡Yei! Creí que tardaría un poco más en hacerme el tatuaje de henna pero tan solo han sido unas poquitas horas. ¡Me encanta!
-¡Es hermoso!- grito y me llevo las manos con cuidado a los bordes de mi barrigota.- Oh pero qué guapas están hoy mis niñas, ¿ah que sí?-siento sus pataditas en señal de aprobación y observo nuevamente mi reflejo.- Gracias.-me doy vuelta y abrazo a Alexis.
-De nada. ¿Te apetece algo de comer o beber? Tengo los brazos acalambrados y sed. No creí que tardaríamos tanto.
-Tonterías, si solo han sido un par de horitas. Vamos, te prepararé algo liviano para recompensarte. Pero antes tómame unas fotos porfi- hago un puchero y le entrego mi cámara.
Poso para él y saca algunas demasiadas fotografías antes de entregarme la cámara para que revise el trabajo hecho.
-¿Qué te puedo decir? Soy muy hermosa, la cámara me ama.
-Ya, no creo que te ame más de lo que tú te amas a ti misma.
Le saco la lengua y salgo de ahí.
Me sigue a la cocina y me deja ahí antes de ir a despertar a Gea de su siesta. Preparo unos sándwich de jamón y tomate y sirvo tres vasos de jugo de fresas.
-¿Qué tienes sobre las niñas?
-¿Esto? Tu tío me ha hecho un tatuaje de henna, ¿te gusta pequeña?
Gea se adelanta y se queda parada frente a mí, con la carita a la altura del vientre observando de manera meticulosa cada centímetro de mi barriga. Pasa la mano por los bordes y luego acerca la cara a la piel para hablar con susurros. Sonrío, Gea ha tomado la costumbre de hablarle a mi vientre y, según ella, dice que las niñas le entienden y responde.
-A ellas y a mí nos encanta.- seguido me muestra una gigante sonrisa y me abraza.
-Uff, es un alivio. No quería tener que quitármelo si no les gustaba a ustedes, gracias.- le guiño un ojo y nos sentamos a la isla de la cocina.- ¿Y tu tío?
-Aquí estoy.- entra y besa mi mejilla, luego la frente de la niña haciendo que ambas nos miremos cómplices y ella suelte una risita.- Estaba refrescándome un poco.- se sienta junto a mí y mira la comida.- Mmm, esto se ve delicioso.
Comenzamos a comer, como se ha hecho costumbre ya, entre risas.
-¿Ustedes se van a casar?- hasta que bam, todo se pone tenso.
Tomo un poco de jugo para pasar el sándwich y miro a Alexis de soslayo.
¿Por qué cuando todo va bien, viene un niño y, con su inocencia, lo pone tenso?
-¿Por qué dices eso, cariño?-pregunto con una muy, muy falsa calma y sonrisa. Lo bueno que ella es niña, no sabe interpretarme.
Además, si supiera que en estos momentos en lo último que pienso es en casarme. Ni ahora ni en un futuro lejano. No gracias, esa experiencia ya la he vivido y no la encuentro muy genial. Paso palabra.
-Bueno, los he visto besarse, los papás se besan. Los míos lo hacían y estaban casados.-se encoge de hombros con una gran sonrisa, creyendo que lo que dice es lo más natural del mundo.- Los papás de Theo están casados y se quieren mucho, y viven juntos. Yo quiero que nosotros vivamos juntos, así no tenemos que irnos a casa y luego volver, y tú no tienes que quedarte aquí solita.
-Cariño- interrumpe Alexis- Esto es un asunto de adultos, tú eres muy pequeña y no comprendes ahora, pero cuando seas mayor lo harás.- no me mira, solo la mira a ella y soy completamente consiente de su tensión.- Con Brooklynn nos llevamos bien, pero no es necesario estar casados para estar juntos, ¿de acuerdo? Ahora pídele disculpas a Brooklynn.
-Perdón.- Gea agacha la cabecita con ternura.
-Tranquila, no pasa nada.- le sonrío y estiro el brazo para acariciar su carita.- Ahora ¿alguien quiere postre? Esta mañana me he encontrado con una vecina y me ha dado una receta de pastel, ¿quieren un poco? No sé cómo ha quedado pero espero que Alexis coma primero, así si él muere intoxicado sé que no debo comer.-me levanto con una gran sonrisa contenta de cortar el aire pesado que había.
Gea alza la mirada con renovada alegría y asiente con felicidad. Alexis me mira como pidiendo disculpas pero me encojo de hombros. Suspira aliviado y me ayuda a servir el pastel.
Con Gea nos esperamos hasta que él coma un trozo de pastel para comenzar a comer nosotras una vez que le da el visto bueno. Uf, no quiero morir por comer algo mal cocinado, por mí encima. ¿Se le podría llamar a eso suicidio?
Mientras Alexis y Gea dicen que es el mejor pastel que han comido (cosa que sé, obvio. Todo lo que hago es un éxito, ¿aún les queda duda? Soy ge-ni-al) escucho el timbre.
Alexis se levanta para ir a abrir y yo me quedo con Gea riendo.
El sonido de unas voces llega con claridad a la cocina. Frunzo el ceño al notar que la persona que llamó es un hombre, y por su tomo no parece nada contento.
-¿Qué sucede?- pregunta Gea curiosa, mirando hacia la puerta de la cocina.
-Será que es algún hombre vendiendo cosas, espérame aquí y termínate todo el pastel.
Me levanto y camino con cuidado hasta la cocina.
-Alexis, ¿Sucede algo?- Alexis se voltea al sentirme y dice algo que no logro entender porque toda mi atención se centra en la persona que está detrás de él, en la puerta, en mi casa. Mirándome, o más bien dicho, mirando mi barriga.
-Oh, te buscan...
Una sensación de aprensión se apodera de mí y siento las rodillas débiles, a tal punto de casi perder el control de mi cuerpo. Si no fuera por Alexis que se acerca inmediatamente me habría caído.
- ¿Qué hace él aquí? ¡Fuera! ¡Fuera de mi casa! ¡Vete ahora mismo!
-Brooklynn...- Alexis, confundido, trata de detenerme pero yo me levanto hecha una furia luego de recuperar el control, camino hasta él y lo empujo.
-¡VETE DE AQUÍ, NO ERES BIEN RECIBIDO!
-Cálmate...
-¡Vete!
Alexis me aparta del otro ser humano con fuerza pero cuidado, y trata de mantenerme alejada de él mientras yo me remuevo entre sus brazos histérica.
-¡No lo quiero aquí, sácalo!- miro a Alexis y luego a Leinghton.- ¡No te quiero aquí!
-Cálmate, no le hace bien ni a ti ni al bebé.
Entrecierro los ojos y siento como el calor se apodera de mi rostro. ¡Lo voy a matar!
-¡Estoy calmada!
-Brooklynn mírame- Alexis me hace apartar la vista de Leinghton y centrarla en él.- Tiene razón, no sé quién es pero veo que te altera mucho, y eso no es bueno para ti, mucho menos para ellas. Piensa en ellas y tranquilízate, sea quien sea estoy aquí para ayudarte, ¿vale? Confía en mí.- me tranquilizo de a poco, a mis niñas no les hace bien. Lo hago por ellas. Ellas son todo.
<Confía en mí>
Siento que la rabia vuelve a invadirme pero logro refrenarla a tiempo. Respiro hondo varias veces tal y como me dice Alexis, qué bueno que iba conmigo a yoga.
-Estoy calmada- murmuro.
Me suelta un poco y yo trato de normalizar mi corazón y poner orden a mi mente.
Vuelvo a mirar a Leinghton solo cuando sé que puedo hacerlo manteniendo el control. Cometí una estupidez perdiendo la calma frente a él, haciéndole creer que puede afectarme, pero no es así. Hace mucho que dejó de afectarme y se lo demostraré.
-¿Cómo me encontraste?
Podría preguntar qué hace aquí, muero por saberlo, pero saber cómo llegó hasta aquí es mucho más interesante ahora, a mi punto de vista.
-Eso da igual.- me mira directo a los ojos y siento... odio. Mierda.- Lo importante es que he venido, y he venido para hablar contigo y aclarar todo.
-¿Aclarar?- suelto una risa siniestra.- ¿Aclarar qué? Entre nosotros no hay nada que aclarar, todo quedó claro el día en que nos divorciamos.
Siento su nerviosismo y su expectación, pero sobre todo su ira. Frunzo el ceño y sigo su mirada. Oh, claro.
Alexis me mantiene sujetada de la cintura, seguramente para que no me escape y le parta todo lo que se llama cara a este canalla, y no ayuda mucho que todavía vaya en sujetador.
-Claro que hay cosas que aclarar y lo sabes, y pienso hacerlo.
-Perfecto, aclara todo lo que quieras contigo mismo y vete a la mierda. No pienso hablar contigo, ni hoy ni nunca. ¿Qué parte de que no quería volver a verte no entendiste?- la rabia vuelve a apoderarse de mí, Alexis solo permanece cerca mío atento de todo, tal vez teme por la vida del desgraciado, hace bien. ¡Si pudiera ponerle las manos encima, maldita canalla idiota!
-Brooklynn...- Leinghton gruñe y nos quedamos mirando a los ojos fijamente sin apartar la mirada del otro.
-Hola, ¿eres amigo o enemigo?
La voz de Gea me obliga a apartar la mirada y dejar de matarlo con ella, me relajo un poco al verla mirando con atención y curiosidad a Leinghton, luego caigo en sus palabras y casi sonrío, si no fuera por lo tensa que estoy. La he entrenado bien.
-Enemigo- gruño yo y me gano una mala mirada de Alexis. ¿Qué hice ahora?
-No pasa nada cariño, ve a colorear.- le responde Alexis con su ternura natural. ¡De un hombre así podría enamorarme y no me quejaría, maldición!
Una vez la niña desaparece de nuestro campo de visión, volvemos a la batalla.
-Debo suponer que tú eres su exmarido, ¿no?- dice Alexis centrando su mirada seria en Leinghton.
-¿Y este quién diablos es?- estalla Leinghton apuntándolo con el dedo y mirándome enfadado.
-¿Y a ti que más te da?- me quejo indignada y molesta.- No es asunto tuyo Howland. No eres quién para presentarte en mi casa a venir a buscar explicaciones, ¡no puedes ser más cara dura!
-Me parece que ambos deberían calmarse.-intervine, nuevamente, Alexis. ¿Pero este no ve que estoy en medio de una disputa por el todo? ¡Tiene que apoyarme y romperle la madre al tonto este!- Brooklynn, recuerda que estás embarazada. Y tú, recuerda que está embarazada.- señala a Leinghton.
Leinghton se acerca a él con pasos amenazantes pero Alexis no se deja intimidar. Ese es mi chico.
-¿Quién te crees tú que eres para venir a decirme qué debo o no hacer?
-Una persona que se preocupa por su bienestar.
-Mira, Leinghton, no eres nadie para venir aquí con tus malditos aires de grandeza. Hazme un favor, por una vez en la vida, y márchate. En mi casa se respeta a mis invitados, y tú no lo eres, tu dinero y poder no tienen cabida aquí.
-No me iré hasta que hayamos hablado.
-¿Vas a seguir? ¡Que no quiero hablar contigo!
Suelto un grito de frustración y siento un pequeño malestar en el vientre, lo que me hace perder el norte y apoyarme en Alexis para no caer.
-¡Brooklynn!
-¿Estás bien? ¿Qué pasa?- ignoro que Leinghton se acerca a mí y respiro con fuerza.
-No ha sido nada- miro a Alexis- Estoy un poco tensa- miro a Leinghton de reojo- pero nada más.
-Te traeré un vaso con agua.- Alexis me acompaña a sentarme en el sofá más cercano y antes de dejarme pedirle que se quede conmigo va a la cocina.
Solos. Incómodo.
-Quiero matarte.- murmuro con la mano en la barriga, lo miro mal logrando que se aleje de mí.- Leinghton, no sé qué fuerza o magia oscura te trajo hasta aquí, pero es mala idea.
-¿Que qué me trajo aquí? Llevas a mi hijo en tu vientre, ¿y preguntas porqué estoy aquí?
Hijas. Dos.
-Y si tanto te preocupa tu hijo ¿por qué hasta ahora te presentas aquí? ¿Por qué no viniste cuando te enteraste que estaba embarazada?- pregunto frunciendo el ceño. Se queda mirándome angustiado y aparta la vista.- Claro, no sé ni por qué pregunto. No creías que pudiera ser tuyo, eso es.-suspiro, le sonrío con ironía.- Tu desconfianza te va a matar algún día. Pero dime ¿Qué te ha hecho cambiar de opinión? Porque no creo que de un día para otro confíes en mí, los milagros no existen.
-Leonard fue a mi oficina hace dos días, me confesó que entre ustedes nunca...
Alzo la mano al aire para callarlo y me levanto seria.
-Claro, en él sí confías. Fue a verte, seguramente te dijo que todo había sido planeado y que el beso lo comenzó él, te dijo que no se había acostado conmigo desde que yo estaba contigo y tú le creíste. Me emociona tanto lo idiota que eres, confiando en el hombre que se acostó con tu novia hace años y solo ha querido dañarte.- hago un puchero- El gran Leinghton creyendo en su viejo amigo.
-Aquí está tu agua.- no aparto la vista de Leinghton mientras Alexis me entrega el vaso con agua.
-Gracias.- bebo del agua dejando que el silencio se instale entre los tres.- Mira, Leinghton, sí, eres el padre y no puedo hacer nada contra eso. Nunca pretendí dejarte fuera de sus vidas y pensaba llamarte pronto, el que estés aquí antes solo acelera todo y me saca un peso de encima. Hablaré contigo, de acuerdo, no quiero pelear y no estoy en condiciones de hacerlo, así que siéntete agradecido. Hablaremos, pero no hoy porque estoy muy cansada y verte me ha quitado la calma que he conseguido en este lugar y ha revivido las ganas de patearte el culo que tengo, así que no es conveniente hacerlo hoy. Ven mañana, a las cinco y media en punto, y hablaremos de todo lo que quieras hablar. Ahora, sal de mi vista y piérdete por ahí.- le entrego el vaso a Alexis y me volteo para caminar a las escaleras.- Buenas noches.
Subo sin detenerme con la espalda rígida, entro en mi habitación y cierro la puerta detrás de mí. Recién ahí, en la comodidad e intimidad de mi habitación me permito recordar.
-¿Por qué?-murmuro dejando que las primeras lágrimas corran por mis mejillas.- ¿Por qué apareciste ahora, ahora que todo va tan bien? Me siento al borde de mi cama y miro al infinito con las manos sobre las dos criaturas que se remueven inquietas en mi interior.- Pero no dejaré que vuelvas a derrumbarme, lo lograste una vez y eso fue suerte. No me permitiría nunca una segunda.
Su presencia o su ausencia, qué más da... al final nunca ha importado.
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