Capítulo sesenta.

18K 788 55
                                    

-Cuando conocí a tu padre pensé que era el hombre más atractivo e inteligente que había visto nunca. Me encantaba lo caballero que era, era divertido pasar tiempo con él. En ese entonces yo tan solo tenía veinte años, estaba incursionando recién en el mundo de la moda, estudiaba en la universidad y trabajaba de ayudante de un famoso sastre inglés, que fue cómo nos conocimos. Tu padre fue a la tienda una tarde a tomarse las medidas de un traje que Stefan, mi jefe, debía confeccionar para una importante ceremonia a la que debía asistir. Como Stefan no estaba ese día me pidió tomarle las medidas yo.- suspira con una sonrisita.- Lo amé al segundo. Siempre ha sido un hombre muy atractivo, pero me enamoró la ternura con la que me trataba en privado, una verdadera sorpresa debido a su fama de hombre de hielo. Tuvimos unas cuantas citas a escondidas, tu padre era diez años mayor que yo y no creía que mis padres se tomaran bien nuestro romance, menos aún queríamos estar en el ojo de la prensa amarillista, además yo no estaba segura de que lo nuestro durase mucho. Donald tenía, además, un largo listado de chicas detrás suyo, era un mujeriego de tomo y lomo. Otro punto en contra.- se calla unos segundos.- Pese a todo, me pidió ser su novia unos meses después de que lo conocí. Desde ahí en adelante dejamos de esconder lo nuestro y, aunque mis padres se opusieron en un principio y fuimos el centro de atención de la prensa, fue todo maravilloso. Cada día junto a él era perfecto, me amaba y yo lo amaba a él, nada más importaba que nosotros. Fue cuando cumplimos un año de noviazgo cuando nos casamos, fue una decisión precipitada pero no nos importó, queríamos pasar el resto de nuestras vidas juntos. Había encontrado al hombre de mi vida y no pensaba desaprovechar la oportunidad de ser feliz a su lado. De ahí en adelante todo marchó sobre ruedas; cada día nos levantábamos más enamorados que nunca...- sonríe pero luego su sonrisa decae-...Hasta que, después de tres años casados, me enteré que estaba embarazada.- aparta la vista y la clava en la lejanía, el mar Egeo.-Me emocioné tanto, una pequeña muestra de nuestro amor crecía dentro de mí, no me importó ni siquiera lo que un bebé supondría en mi carrera, lo único en lo que pensaba era en lo maravilloso que era estar esperando un pedacito de Donald. Todo era mágico y nuevo para ambos, tu llegada suponía dejar mi trabajo de momento de lado y tener nuevas responsabilidades, los dos, pero estábamos tan felices y nos sentíamos tan dichados que no nos importó. Todo iba bien, hasta que la barriga comenzó a crecer como señal de que venías bien, pero las cosas comenzaron a enfriarse entre Donald y yo en la habitación, dejamos de tener sexo porque nos daba miedo dañarte-sonríe con tristeza y emoción- no quería dañar a mi niña, así que preferí distanciarme de él. Llegados los ocho meses, Donald comenzó a ser nuevamente el frío hombre de negocios, pasábamos menos tiempo juntos; no llegaba a cenar por alguna reunión importante de trabajo, comenzó a viajar aún más dejándome semanas sola, tenía que encargarme de comprar tus cosas sola, ir al médico sola, decorar tu habitación sola, yo me encargaba de cuidar mi embarazo, mientras él seguía trabajando. No me importaba, me gustaba ver cómo evolucionaba mi embarazo y creía comprenderlo; para ambos nuestro trabajo siempre fue importante, y si al menos uno de los dos podía seguir trabajando en lo que amaba, me alegraba por ello.-resopla y se seca las lágrimas con dolor.-Tiempo después, cuando tan solo faltaban semanas para el parto, quise darle una sorpresa a tu padre y aparecí por su oficina. Fue lo peor que pude haber hecho, la verdad.- Donald solo baja la cabeza.- Encontré a tu padre casi teniendo sexo con su secretaria sobre su sofá. Por eso no llegaba a casa. Por eso se iba de viaje. Por eso no insistía en tener sexo. Estaba con ella. Mientras yo, embarazada de casi nueve meses, me quedaba en casa y confiaba en él, él se divertía con su guapa secretaria.-cierra los ojos haciendo una mueca de un profundo dolor en el rostro. Donald traga saliva y besa su frente con el mismo dolor que ella, pero añadiéndole culpabilidad y arrepentimiento.- Los increpé, y estábamos en medio de una crisis de gritos, llantos y lamentaciones, cuando decidiste que ya no querías estar dentro de mí y querías ver al mundo.- ríe con suavidad, añadiendo dulzura en su mirada.- Naciste prematura, pero la doctora dijo que todo iba bien. Todo, menos yo.- sigue llorando.-Lo siento, lo siento, lo siento. Sé que es una estupidez pero...- solloza con fuerza- No te quería. Después de tanto tiempo esperarte... creía que todo era tu culpa, que desde que quedé embarazada todo había ido en picada, te culpé por la lejanía de Donald, por su infidelidad... suena estúpido y lo sé, me odio por eso. Tú solo eras una bebé pequeñita que solo quería amor... es solo que yo no me sentía capaz de dártelo...

Beauty And The Beast (Terminada)Where stories live. Discover now