Capítulo quince.

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-Brooklynn...

Silencio de mi parte.

- ¿Puedo entrar?

No.

-Entraré de todas formas a cerciorarme de que no te has suicidado.

Quería gritarle que se fuera, que me dejara sola, pero no me sentía con las fuerzas suficientes para siquiera pronunciar algo sin sollozar.

Me encontraba frente al ventanal de mi habitación, sentada con las piernas apoyadas en mi pecho y mirando el jardín con las lágrimas bajando por mis húmedas y sonrojadas mejillas.

No quería hablar, no con él. No lo quería ver, no lograba entenderlo del todo.

Aunque la verdad no quería ver ni hablar con nadie. No había contestado el celular, a pesar de las incontables llamadas y mensajes, suponía que era Issa, era la única que insistía cuando no contestaba a la segunda llamada.

Sentí la puerta abrirse y rápidamente escondí el rostro en mis rodillas.

- ¿Brooklynn?-susurró con cautela.

Tragué el nudo en mi garganta y aclaré la voz.

-Vete.

Esperé atenta para escuchar sus pasos alejarse pero no lo hizo.

-Oye...-titubeó, y sus pisadas se acercaron- ¿Estás bien?

Claro. Todo lo bien que se puede después de ser tratada de estúpida y descuidada, además de recordar cosas o personas de tu pasado. Sí, estaba bien.

¡CLARO QUE NO ESTOY BIEN!

-Lo estoy. -murmuré.

-Brooklynn-regañó.

Sentí sus grandes manos en mi cabeza, intentando sacarme del confort que me proporcionaba mi escondite.

-Déjame Howland-gruñí e hipeé. Eso no me hacía ver ruda, joder.

No me hizo caso, ¿no entendía que no quería ver a nadie?

Forcejeé pero no hubo caso; desenredó mis brazos y me abrazó. Me resistí, pero él es más fuerte por lo visto. Tenía la cabeza enterrada en su pecho y las manos en su torso, intentaba soltarme pero no me dejaba, sus brazos se cerraron sobre mi cuerpo y me apretujó con fuerza.

Su aroma se colaba por mis fosas nasales por lo que me permití aspirarlo.

Aunque no quisiera, necesitaba esto. Un abrazo.

El nudo en la garganta incrementó y sin previo aviso mis ojos soltaron las lágrimas que había estado conteniendo.

Sollozaba sobre su pecho y mojaba su camisa, parecía no importarle eso, su mano acariciaba mi cabello y susurraba para que me calmara, lentamente se sentó y me hizo sentarme sobre él, apoyé mi cabeza en su pecho y seguí llorando.

....

- ¿Ya estás mejor?

Suspiré, ¿lo estaba?, eso creía.

Asentí, seguíamos en la misma posición y estaba más tranquila gracias a sus caricias en mi cabello. Había tenido un muy lindo gesto, después de todo, y me sentía inmensamente agradecida con él.

-Sí, gracias por todo.

-Brooklynn, -dudó un poco, aparté la mirada de la ventana y giré la cabeza para verle.

La luz de la luna pegaba de lleno en su rostro, iluminaba sus ojos azules de una manera fantástica, era una muy buena imagen de él, digna de enmarcarse, lo que daría por tener mi cámara en este momento.

Beauty And The Beast (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora