POV MYLA
Baja su cabeza y me besa suavemente, agarrando mi rostro con sus manos. Todo se siente diferente. Me ha besado en muchas ocasiones, pero ésta vez se siente totalmente diferente, sus miradas, su tacto, todo se siente diferente y sé que es por lo que va a suceder. Tengo miedo de lo que va a pasar. Tengo tanto miedo que mi cuerpo sigue temblando y me cuesta respirar. En cambio sus nervios se han vuelto de acero. Ya no está nervioso mientras que yo estoy cayéndome a pedazos. Para de besarme y me mira a los ojos.
- Ven - me toma de la mano y comienza a caminar de espaldas en dirección a la cama. Se detiene antes de llegar a ésta y me mira de arriba a abajo - Estás tan hermosa - suelta mi mano y da otro paso más hacia atrás. Se quita su chaqueta y la lanza al suelo lejos de las velas. Sigue con su pajarita y con los gemelos de su camisa. Empieza a desabrochar los botones de su camisa y luego se detiene - Esto lo dejaré para tí - se acerca nuevamente y toma mi mano izquierda y me quita el anillo que tenía puesto. También me quita los aretes y los pone en la mesa de noche. Me mira - No quiero nada en tu cuerpo estorbando. Sólo tú. Y porque no quiero nada estorbando tengo que pedirte algo.
- ¿Qué cosa? - me mira y entrecierra los ojos analizando mi cara.
- No quiero usar protección contigo - no digo nada - Es la única noche que vamos a estar juntos y quiero sentirte a tí, no a una goma. Yo estoy limpio, nunca he estado con una mujer sin protección, y confío en que tú también lo estás. Me has dicho que nunca has hecho esto antes y confío en tí.
- Khris, yo.... - me quedo muda. Comienza a besarme nuevamente y entre besos me dice...
- Por favor, Myla. Te juro que estoy limpio. Por favor - no le hablo, sólo le asiento con la cabeza y espero no arrepentirme más tarde. Me besa succionando mi labio inferior, enviando ráfagas de placer a mi entrepierna. Me agarro fuertemente a su camisa y lo halo hacia mí. Lo beso desesperadamente. Todavía no me ha hecho nada y estoy completamente húmeda y preparada para él. La anticipación me está matando. Mis sentidos están alterados y más receptivos. Besa un camino por mí mandíbula hasta mi oído.
- Tranquila, tenemos toda la noche. Guarda tus energías, las vas a necesitar - me mira de una forma que me hace saber que estoy totalmente jodida. Está hablando muy en serio. Sólo espero poder caminar mañana. Afloja mi agarre de su camisa y camina hasta estar a mis espaldas. Mi respiración es irregular. Pasa una dedo por toda mi columna provocando escalofríos por todo mi cuerpo. Una a una quita todas las horquillas de mi cabello hasta dejarlo caer sobre mis hombros. Lo recoge y lo deja todo sobre mi hombro derecho. Lleva sus manos a mi cuello quita el único botón que sostiene la parte superior de mi vestido - Te ves jodidamente preciosa en este vestido, pero ya no lo vas a necesitar - planta sus cálidas manos en el centro de mi espalda y las sube hasta mis hombros. Sigue bajando sus manos por mis brazos llevándose consigo las mangas de mi vestido. Lo está haciendo todo a una velocidad tortuosa y lenta. Estoy desnuda de la cintura hacia arriba y no llevo sostén. Pega su pecho a mi espalda y ahueca mis senos en sus manos. Instintivamente muevo mi cabeza hacia la derecha dándole acceso a mi cuello. Lo besa y lo succiona. De repente siento un fuerte mordisco en mi hombro izquierdo.
- ¡Auuu! - me agarra del cabello y lo hala suavemente hacia atrás para ver mi cara.
- ¿Recuerdas que una vez te dije que cuando te hiciera mía me ibas a sentir en cada parte de tu cuerpo aunque no te estuviese tocando? ¿Qué me iba a encargar de dejarte bien dolorida? - sip estoy totalmente jodida - Eso es lo que está a punto de suceder. Quiero que recuerdes ésta noche por el resto de tu vida. Quiero que recuerdes cada cosa que voy a hacerte. Sí esto es lo único que vas a darme, voy a hacerlo memorable. Voy a arruinarte para cualquier otro hombre - dice succionando el área del mordisco. Todo lo que hace se siente tan erótico, se nota que tiene mucha experiencia pero descarto ese pensamiento inmediatamente, no quiero pensar en eso ahora. Baja la pequeña cremallera de mi vestido situado en mi trasero y lo deja caer al suelo. Me insta a dar un paso hacia atrás para que salga fuera de mi vestido. Estoy desnuda sólo en mis tacones y un tanga negro de encaje. Sigue a mis espaldas y no puedo ver su cara. Pasan unos segundos y no dice nada ni me toca, hasta que siento la palma de su mano azotar mi trasero con fuerza. Me escuece y grito, pero antes de poder reaccionar y alejarme, me abraza por la espalda y besa mi cuello, lo que hace que no pueda pensar en el dolor que tengo en mi trasero. La sensación de dolor y placer a la misma vez me tiene apretando mis piernas ya que no puedo controlar la increíble punzada que siento en mi coño. Sigue un rastro de besos y mordiscos por toda mi espalda hasta llegar a mi tanga. Se arrodilla y me sigue besando. Agarra el tanga con los dientes y lo comienza a bajar. El aire queda atrapado en mis pulmones. Nunca pensé que algo tan simple se sintiera tan caliente. Una vez lo baja hasta la mitad de mis muslos lo arranca con sus manos.
- Separa las piernas, cielo - me toma un segundo procesar lo que me pide porque mis sentidos están descontrolados pero lo hago lentamente.
Besa y lame los hoyuelos de mi espalda baja. Besa y muerde mis nalgas. De repente separa mis nalgas con sus manos y entierra su cara en ellas arrancándome un fuerte gemido de mi garganta. Trato de hacer balance para no caerme y me agarra fuerte de mis caderas para mantenerme en mi lugar. Su lengua se pasea desde mi coño hasta mi agujero prohibido una y otra vez torturándome. Sin previo aviso me voltea y me separa las piernas nuevamente y sumerge su cara en mi coño provocando que casi me doble sobre su espalda. Me agarro fuerte de su cabello. Mis gemidos son cada vez más fuertes y cuando estoy a punto de correrme se aleja. Deja un camino de besos por mi pelvis y mi abdomen. Se levanta del suelo y llega hasta mis senos, prestándoles igual atención. Agarra mi rostro y me besa. Aún puedo saborear mi propio sabor de su boca y su lengua. Esto es tan jodidamente erótico que creo que voy a correrme en este mismo instante. Se aleja de mí dando unos pocos pasos.
- Ahora es tú turno, todavía sigo vestido. Puedes hacer lo que te plazca conmigo - y tengo en mente exactamente lo que quiero hacerle. Sí esto es lo único que vamos a conseguir el uno del otro, tengo que sacarle el máximo provecho. Me acerco con manos temblorosas, las coloco en su pecho. Las subo hasta sus hombros y empujo su calmisa. Él baja sus brazos para dejarla caer al suelo. Acerco mi cara a su pecho. Quiero olerlo, besarlo y lo hago. Mis tacones me dan la estatura perfecta para poder llegar a su cuello. Lo beso y lo muerdo mientras desabrocho su cinturón y su pantalón. Noto cómo se le eriza la piel. Me agarra y tira fuerte de mí cabello - Creo que va a costarme un infierno controlarme y ser delicado contigo - su pecho sube y baja rápidamente. Forcejeo con él hasta que me suelta. Sigo un camino de besos por su pecho y su paquete de ocho abdominales hasta llegar al elástico de sus boxer donde su erección está a punto de salirse. Una vez allí bajo un poco el elástico y paso mi lengua por su sexy y muy marcada V en su parte baja del abdomen. Poco a poco voy liberando su enorme y preciosa erección. Lo agarro con una mano y lo lamo desde la cabeza hasta su base. Cierra los ojos y su respiración se vuelve irregular. Lo meto a mi boca y succiono fuerte. Él hecha la cabeza hacia atrás y un gemido gutural escapa de su garganta. No me pierdo detalle de su reacción. Todos los músculos de su pecho están contraídos y su mandíbula está apretada. Ya que lo tengo en mi boca bajo por completo sus boxers y lo ayudo a salir de sus zapatos y pantalones. Vuelve a fijar su mirada en mí y succiono con más fuerza. Le hago sexo oral por varios minutos hasta que gruñe algo que no puedo entender, me levanta del suelo y me lanza sobre la cama. Los pétalos que se encuentran sobre la cama salen disparados en su mayoría. Me quita los tacones y en un segundo ya se encuentra sobre mí, basándome y tocando todo lo que puede de mi cuerpo. Se arrodilla entre mis piernas y las separa exponiendo mi coño totalmente hacia él. Pasa sus dedos arriba y a abajo por mi hendidura y es una sensación increíble.
- Joder, estás tan mojada. Tienes un coño precioso, no me cansaré de repetirlo - Dios este hombre va a matarme con esas palabras. Levanta mi pierna izquierda y lleva mi pie hasta su hombro derecho. Repite lo mismo con mi otra pierna. Comienza a besar uno de mis tobillos y me agarro fuerte de las sábanas cuando siento su lengua caliente. Sigue subiendo por mis pantorrillas, besando, lamiendo y mordiendo. Lame y succiona la parte trasera de mi rodilla y mis gemidos se vuelven gritos. Sube por mis muslos besando mis arañazos aún visibles. Llega a la unión de mi muslo y mi coño. La sensación es tan intensa que me agarró de su cabello y halo duro. El gruñe pero no se detiene. Acto seguido sopla su aliento en mi coño y pierdo el control de mi cuerpo por completo. Mi espalda se arquea y un orgasmo estruendoso se apodera de mí. Mis muslos se cierran alrededor de su cabeza. No puedo controlar los espasmos de mi cuerpo. No puedo creer que me haya hecho correr sólo con eso. Cuando mis espasmos van desapareciendo y mis muslos se relajan entierra su cara en mi coño para torturarme con su lengua. Lame y succiona. Los espasmos del orgasmo anterior no han terminado cuando los espasmos de uno nuevo comienzan. Estoy empujando su cabeza con mis manos para sacarlo de entre mis piernas pero no lo consigo. Mi nuevo orgasmo llega sin que pueda evitarlo y siento que voy a perder el conocimiento. No sé cuánto tiempo pasa antes de que mi cuerpo se calme y se relaje. Khris me da tiernos besos en la cara interna de mis muslos, por todos mis arañazos. Vuelve a acercar su boca a mi coño y mí cuerpo no lo va a resistir.
- Khris, por favor, detente. No puedo más.
- Te dije que no me iba a detener, cielo - ahora entiendo a lo que se refería.
- Por favor, ya mi cuerpo no va a resistirlo - digo empujando su cabeza.
- Sí puedes y me vas a dar uno más... y luego varios más hasta que por fin termine contigo, y para eso faltan varias horas - me mira con una sonrisa perversa y vuelve al ataque de nuevo. Grito ante la sensación de su lengua caliente presionando en mi clítoris sensitivo.
- Khris, para - No me hace caso, en cambio entierra dos dedos en mi coño y comienza a penetrarme. Toda la parte superior de mi cuerpo abandona el colchón y los dedos de mis pies se curvan. Pareciera que me están realizando un exorcismo. El orgasmo es inminente y es tan intenso que me hace llorar, es demasiado. Me es difícil respirar. Mi garganta arde. Mi cuerpo yace inerte en la cama. No puedo mover mis extremidades. Siento cálidos besos por todo mi vientre, mi pecho, mi cuello, mi cara. Se acomoda entre mis piernas.
- Hey, cielo - mis párpados están pesados. Él sigue besando mi cara y mis labios - Eres jodidamente perfecta - recuesta el peso de su cuerpo en su brazo derecho. Levanta mí pierna derecha y la sube hacia su cadera. Ahora su polla está presionando en mi entrada. Él vuelve a presionar un poco más y doy un respingo.
- Khris, duele .
- Nena, lo sé. Te va a molestar un poco. Cielo, necesito que te calmes y trates de relajarte. Estás muy apretada. No quiero hacerte daño. Relájate - presiona un poco más.
- ¡Khris, me duele! ¡Es muy grande, no cabe! - se ríe y me mira con ternura. Estoy empujando su cadera pero no se mueve.
- Cielo, una vez te dilates entrará sin ningún problema. No pienses en eso, sólo no pienses - su tono de voz es bajo, suave y tranquilizante, seductor. Y yo estoy hecha un manojo de nervios. Empuja una milésima más y chillo. Duele, duele mucho. Mis nervios se apoderan de mí y estoy a punto de llorar. Sigo empujándolo pero no se mueve el condenado.
-¡Para, duele mucho! - estoy entrando en estado de histeria.
- Por eso necesito que te relajes. Si estás tensa voy a hacerte daño y no quiero eso. Estaremos aquí toda la noche si es necesario hasta que te sientas calmada - comienza a besarme toda la cara, el cuello, los labios. Acaricia mi rostro y mi cabello. Lo hace por varios minutos hasta que me voy tranquilizando un poco. No ha movido su cuerpo en absoluto, pero su polla sigue presionando en mi entrada. Analiza mi rostro. Me mira fijamente a los ojos - Por favor, perdóname - lo miro extrañada.
- ¿Porq.... - un agudo dolor me parte en dos cuando me penetra de golpe y desgarra mi carne. El dolor es inmenso y sollozo como una niña pequeña. Mi garganta está en carne viva.
- Cielo, cielo, shhh, lo siento. Joder, lo siento. ¡Ahhggg, santo Dios, mierda! - sigo sollozando, de verdad me duele horrible - ¡Myla, nena, no te contraigas más, mierda! ¡Joder! - estoy enterrándole las uñas por todos lados. Su polla comienza a temblar en mi interior provocando que me contraiga más. Su cuerpo tiembla. De repente siento una calidez en mi interior muy placentera. Se está corriendo. Siento un hormigueo en mi interior y mi espalda se arquea recibiendo otro orgasmo. Khris está gruñendo y su cuerpo está totalmente rígido. Después de unos minutos nuestros cuerpos y nuestras respiraciones se van calmando un poco - Joder, estás exprimiendo mi polla - sonríe y yo le sonrió de vuelta abochornada. Estamos sudados y pegajosos. Acaricia mi cabello, mí nariz con la suya y me da tiernos besos. De repente me mira serio a los ojos - Veinticuatro horas - Lo miro confundida, no lo entiendo - Quiero veinticuatro horas, una noche no va a ser suficiente - oh, oh. Esto no es bueno, aunque no entiendo porqué me suena familiar esa frase. Ha seguido exigiendo más y más cosas a lo largo del camino, y no creo que esto sea buena idea.
- Khris, no... No puedo. No me sigas exigiendo más de lo que te he dado. Esto no nos va a llevar a ningún lado - me siento cansada, débil y somnolienta. No tengo fuerzas y diría que hasta un poco mareada. Siento todo mi trasero mojado y la cama también.
- Sí no nos va a llevar a ningún lado, entonces qué más da que aceptes. Además cuando todo esto termine cada uno irá por su lado - está jugando con mi mente. No conforme con eso juega más sucio aún. Comienza a salir de mí muy despacio, pero no del todo, haciendo que me agarre de las sábanas otra vez. Ya no duele tanto, es más bien una molestia. Sus labios se curvan en una sonrisa maquiavélica y vuelve a entrar jodidamente despacio torturándome.
- Oh, por Dios.
- ¿Qué sucede cielo? ¿No puedes creer lo malditamente bien que se siente tener mi polla dentro de tí? Porque yo estoy en el jodido paraíso - su respiración es entrecortada.
- Khris - digo en un suspiro. Estoy gimiendo como una gata en celo. Mi cuerpo cobra vida una vez más. El dolor desaparece mientras él sigue entrando y saliendo de mí con lentitud y sumo cuidado, penetrando cada vez más profundo en mi interior y cierro los ojos ante tanto placer.
- Dime que sí - le niego con la cabeza. Me penetra un poco más fuerte lo que me hace gritar y abrir mis ojos de par en par - Dime que sí - mantiene el ritmo - Sé que lo quieres, estás increíblemente mojada, estás empapada. Dame mis veinticuatro horas o no voy a parar en horas - aumenta la velocidad y la profundidad. Esto es demasiado. No lo está haciendo de una forma brusca, pero es un hombre grande allá abajo. Sigue sin detenerse y a mí me está faltando el aire. Mi cuerpo se está alterando nuevamente y creo que sí me corro nuevamente me voy a desmayar - ¡Dime que sí! - me penetra un poco más fuerte y mi cuerpo convulsiona. Creo que el me sigue con su orgasmo, pero no estoy segura. He perdido mis fuerzas y estoy mareada. Escucho un fuerte zumbido en mis oídos y creo que voy a desmayarme.
- ¿Khris? - le digo en un susurro. Su rostro se vuelve borroso y trato de levantar mi mano para tocarlo, pero no puedo.
- ¿Myla? ¿Myla, te encuentras bien? - escucho su voz muy lejana - ¡Myla, oh cielo santo! ¡Myla! - quiero preguntarle porqué suena tan desesperado, pero todo se vuelve oscuro antes de poder preguntarle.