FUERA DE JUEGO | LIBRO #2|

By anmariaca

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Él sabía de su existencia al igual que sabía de la existencia de muchos más, pero ella realmente no había lla... More

| Sinopsis |
| Dedicatoria |
| Advertencia |
| Soundtrack |
| Personajes |
| Prólogo |
PRIMERA PARTE
I.
II.
III.
IV.
SEGUNDA PARTE
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Las 10 curiosidades
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
TERCERA PARTE
Capítulo 24
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Epílogo
BONUS
Nota de agradecimiento.

Capítulo 30.

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By anmariaca

—Pues mira que Braxton y tú no andan perdieron el tiempo—Dijo Pame mirando la barriga de su hermana. Aun no tenían un bebé, pero ya estaban trabajando por él y llevaba un año de casada apenas y con todas las ganas de tener la casa llena. La mayor de los Brown golpeo a su hermana en el brazo haciendo que la melliza se quejara de dolor—. Sin golpes, yo solo estoy siendo sincera. Los conejitos de pascuas.

— ¡Pame! —Le reprendió su hermana mayor.

— ¡Basile! —El grito de Johanna se escuchó de fondo—. ¡Macarena con las plantas no! ¡Te voy a dar con la chancla si sigues haciendo eso! —Se escuchó la risa fuerte de una bebé, una risa burlona y picara.

— ¡Macarena ven con papá! —Grito Basile Abbruzzi y luego Johanna apareció acomodando su cabello en la cocina donde las hermanas se encontraban comiendo una torta fría que Samantha había guardado para Pame.

Se encontraba de visita en la ciudad para el cumpleaños número cuatro de Esther la sobrina de Timmy. El chico se encontraba buscando el regalo para la pequeña en un centro comercial de la ciudad con Simon. Pame no quería ni imaginar lo mucho que debían encontrarse sufriendo en la búsqueda de algo para una pequeña como Esther que lo tenía todo. Johanna se sentó al lado de Pame antes de tomar una cuchara y tomar una porción de dulce.

—Voy a llamar a la fábrica de bebes y la devolveré. Se equivocaron con la que me mandaron. Su desarrollo psicosocial está muy acelerado para mi gusto—Comento Johanna cerrando los ojos al llevarse la cuchara a la boca.

—Ya paso el año de garantía—dijo Samantha burlándose.

— ¡Mamá!

—Phineas y Ferb están haciendo los...

— ¡Mamá! ¡Mamá! —Una cabellera rubia apareció en la cocina en ese momento. Sandy Abbruzzi con el tiempo se había convertido en toda una belleza, Samantha era una madre orgullosa diciendo que tenía una hija y era algo que todos sabían. Había tenido el estirón de la edad y ahora comenzaba a lucir como una modelo sacada de revista, sus ojos azules brillaron al ver a su madre y luego a sus tías—. ¡Ganamos el concurso de cocina! —Grito.

— ¿Sí? —Pregunto Samantha comenzando a agradar la sonrisa.

— ¡Sí! ¡Mira! —Grito la rubia entregándole un sobre a la castaña frente a ella. Ya Sandy dentro de poco le ganaría unos centímetros a Samantha y terminaría siendo la más pequeña del lugar—. Nos han mandado la carta y allí dice que pronto se contactaran con nosotros para comenzar a editar y escribir con nosotros el libro de recetas.

La chica abrió la carta y la leyó. A medida iba terminando la lectura su sonrisa se hacía mucho más grande y al final comenzó a hacer un bailecito infantil mirando a su hija quien levanto su mano para que la mujer le diese los cinco.

— ¡Ganamos el concurso! —Grito Samantha abrazándose con Sandy. En ese momento aparecieron los hombres de la casa. Braxton cargaba herramientas en sus manos y se encontraba sucio de grasa. Antes Pame habría apostado que jamás lo vería de esa manera, sucio y sintiéndose tranquilo con eso. Pero desde que conocido a su hermana y ella comenzó a hacer parte de su vida, lo que menos le importaba a Braxton en ese momento era ensuciarse las manos haciendo cosas del hogar—. ¡Amor ganamos el concurso de cocina!

El chico les miro y les regalo una sonrisa asesina. Bradley su sobrino apareció sucio de grasa también siguiendo a su papá. Eran prácticamente una copia idéntica, incluso tenían los mismos gestos. Por último se encontraba entrando Basile Abbruzzi, el hermano menor de Braxton con Macarena su hija de dos años cargada. La pequeña morena con pompones afro en su cabello se encontraba toqueteando la cara de su padre mientras le daba besos y lo hacia reír.

— ¡Vaya, felicitaciones a mis chicas! —dijo Braxton caminando hasta ellas y regalándoles a ambas un beso. Pame adoraba la familia que los cuatro habían formado aun a pesar de las dificultades y ella como hermana no se imaginaba a Samantha en ese momento con nadie más. Johanna se encontraba a su lado recibiendo a su pequeña.

Estar rodeada de parejas casadas y niños le asusto. Porque realmente era algo que se estaba planteando tener en un futuro. Le asusto porque a pesar de las quejas, veia personas felices con sus molestos, raros y un poco difíciles hijos. Bradley se acercó a la chica y puso su mano grasienta sobre el overol de jean, no le importo en ese momento así que le miro desordenándole el cabello.

—¿Dónde está tío T, Tía Pame? —Pregunto el chico.

—Bueno, debe estar en camino aquí. Se encontraba comprándole un regalo de cumpleaños a su sobrina.


    


Nunca más en su vida saldría a comprar regalos de cumpleaños para niños sin Pame. No lo soportaba, llevaba más de una hora frente a la sección de juguetes y no veia nada que le gustase para su sobrina, al final Simon fue quien escogió un juguete, pero esa no fue la parte más difícil. La más difícil de todas fue al llegar a la ropa.

Su sobrina era una chica grande de cuatro años, desde siempre había demostrado que su color favorito era el morado, pero se encontraba en una sección donde toda la ropa era rosa. Miro a su hermano mayor que se encontraba observando tranquilamente la ropa para niña como si supiera lo que estaba haciendo, aunque en el fondo sabía que simplemente estaba moviendo la ropa, él tampoco sabía qué hacer. Tomo una faldita azul que encontró y la miro como si fuese un bicho raro.

— ¿Esto es un vestido? —Pregunto a su hermano mostrándole.

—Es una blusa top—respondió acercándose al chico y tomando el gancho con la falda que desconocían era falda de la mano de Timothy—. ¿Esto no tiene canastas? No le pondré a mi sobrina esta blusa, pero el color está lindo—miro la etiqueta y luego levanto la mirada para ver a su hermano—. No es un vestido ni una blusa, es una falda.

—Si tengo hijos espero que todos sean hombres. No soportaría hacer estas compras de mujer. ¿Por qué hacen una falda con forma de blusa-vestido? ¡No entiendo!

— ¿Les puedo ayudar? —Pregunto una mujer embarazada. Llevaba un carro de compras y sentado en el asiento del mismo iba un pequeñín pelirrojo con un biberón en la boca. Miraron a la mujer y entendieron que lucían como unos idiotas en la sección de ropa para bebes y que por eso la mujer les había ofrecido su ayuda.

—Sí, nos seria de mucha ayuda. Nuestra sobrina cumple cuatro años y queremos comprarle algo bonito. Vimos esta blusa que al final término siendo una falda. Como vera, no estamos acostumbrados a comprar ropa para bebés—comento Timothy a la mujer quien rio y toco su barriga gigante como manera de protección.

—Está bien, les ayudare. Pero primero definitivamente aquí no encontraran ropa para su sobrina.

— ¿Por qué? ¡Yo veo bastante ropa aquí! —dijo Simon mirando a los lados haciendo que la mujer volviese a reír, esta vez mucho más fuerte.

—Sí es cierto, pero esta es el ala materno-infantil, aquí solo encontraran ropa para madres embarazadas y para niños entre los primeros meses hasta el primer año. Las contexturas cambian con el pasar del tiempo y la ropa se encuentra sectorizada—Los hermanos se miraron entre ellos y la mujer rio nuevamente—. Vamos, les acompaño al ala infantil donde se encuentra la ropa de niños y niñas de los 2 años en adelante.

Caminaron con la mujer hasta donde estaba la ropa de niños y allí se encontraron con camisetas de superhéroes y princesas. Realmente estuvieron a punto de llevarle camisetas de la mujer maravilla a su sobrina pero la mujer riendo les brindo ayuda para escoger un conjunto digno. Para ellos la mujer maravilla plasmada en una camiseta era un buen regalo.

— ¿Son casados? —Pregunto sacando algunas prendas de un lugar.

—No—respondieron al unísono.

—Ya veo, esto es algo que aprenderán con el tiempo, al tener hijos lo entenderán. Miren, esta es la ropa que podrían llevarle. Los vestidos son lindos y las faldas también. Últimamente hay mucho rosa en la ropa, creo que estaría bien un morado—les mostro un vestido color morado con muchas flores estampadas, negaron con la cabeza y realmente comenzaron a pensar que la camiseta con la cara de la mujer maravilla era una mejor opción.

Al final la mujer les mostro un conjunto de blusa con pantalón bastante bonito y decidieron llevarle ese. La mujer se despidió de ellos y siguió su camino. Ese día Timothy aprendió dos cosas: escoger ropa de bebé era difícil y que podía confundir una falda con una blusa. También descubrió que quería niños y no niñas, porque no soportaría el peso de tener que pasar por esta travesía de nuevo. Simon miro a Timothy, la mirada de su hermano la entendió completamente.

—Llevemos la camisa de la mujer maravilla también. Le gustara—dijo Simon y Timmy asintió.

Luego de pagar fueron por Pame a casa de su hermana Samantha.


  ❋  


— ¡Tío Timmy! —El grito tierno de una pequeña de cabello rubio con un moño color rojo gigante en adornando su cabeza. Se trepo a los brazos del chico y este le dio un beso en la mejilla haciéndola reír—. ¡Hola Pame! —Exclamo extendiendo sus brazos para abrazar a Pame que se encontraba al lado de Timothy.

La familia Fitzpatrick no era tan grande como la suya, pero la de Sasha sí que lo era. Había muchísimos niños corriendo y dulces, dulces por todos lados. Pame internamente tuvo que calmarse al ver la mesa gigante de dulces que adornaba el patio trasero de la casa de Mateo y Sasha. La madre de Timmy levanto su mano en forma de saludo para señalarles que allí se encontraban, al lado de la mujer se encontraba el padre del chico y este estaba siendo acompañado de los pastores de la iglesia a la que asistía todo en la familia. Varias chichas se encontraban en una de las sillas seguidas de Zoe y Derek.

Esther bajo de los brazos del chico y le mostro a ambos su increíble chaqueta de cuero que decía "Queen Esther" con tachas doradas. Ambos sonrieron porque sabían el juego bíblico que estaban manteniendo sus padres en ese momento con la chica y seguido de eso se encontraba Mateo y Sasha con chaquetas de cuero negras a juego con las de su hija.

Pame y Timmy caminaron hasta la mesa donde se encontraban las caras familiares. Pame no había visto a muchos desde hace mucho tiempo y les guardaba cariño. Simon no se encontraba allí aun y todos comenzaron a preguntarse donde se encontraba. Porque si había alguien que podía sacar el tonto que había dentro de él esa era su sobrina Esther. Más nadie.

Pasaron gran parte de la tarde sonriendo y comiendo. Timothy entendió las miradas de Pame a su lado y ambos habían acabado más cerca de la mesa de dulces que de la mesa con sus padres. Esther al parecer disfrutaba demasiado su cumpleaños porque con música de ronda infantil bailaba y brincaba con sus amigos. Durante una canción había hecho que la Pame bailara con ella. Aunque era malísima para eso, lo hizo, porque a los ojos de la pequeña no se le podían decir que no. Era buenísima con el poder de convencimiento.

La madre de Timmy se encontraba preguntándole a Pame como había ido San Francisco y como la estaba tratando. Toco su mano y vio el anillo que ella una vez había llevado entonces sus ojos se cristalizaron antes de darle un abrazo y un beso a la chica. No podía decir que le había ido mal con la suegra jamás, porque la madre de Timmy era realmente un amor con ella, toda su familia en realidad.

No pasaba todo el tiempo, pero ella se alegró de saber que podía contar en un futuro con su suegra ya que su relación era buena. Su momento de charla fue interrumpido por el ruido de una guitarra siendo afinada. Mateo y Sasha aparecieron con una torta en sus manos que llevaba el número 4 y velas volcanes al lado encendidas. Esther se encontraba brincando con sus amigas tomadas de la mano y Pame no pudo evitar sentir su corazón lleno.

Entonces escucharon la voz de Simon por los altavoces.

—Feliz cumpleaños, Pollita Esther—Dijo saliendo con la guitarra y una sonrisa que Pame no había visto hace mucho tiempo en su cara. La pequeña niña ignoro por completo la torta que traían sus padre y fue atrapada por su tío quien se encontraba besándola y colocando la guitarra en un para la su lado. Solo había una cosa que volvía a Simon a la normalidad y esa era su sobrina, hiciese lo que hiciese, ella lo hacía feliz y ser el tonto que era antes.

— ¡Tiopollo! —Grito sonriente mientras todos comenzaban a cantar el cumpleaños.

La chica no se separó en ningún momento de su tío e incluso espero que las velas se apagaran con su tío en brazos. Luego Simón la sentó en una silla a su lado antes de comenzar a cantarle la canción favorita de Esther. Todos sabían cuál era porque la chica una vez la habia escuchado en radio Disney y no había parado de pedir que la reprodujeran para ella.

Look at me now, I'm falling

I can't even talk, still stuttering

This ground of mine keeps shaking

Esther bajo de la silla mientras se movía al ritmo de la canción y la cantaba a todo pulmón. Para los niños y para Simon fue un momento más de diversión en una fiesta. Pero para su familia era volver a ver al viejo Simon. Al que tanto querían de vuelta.


  ❋  


Nadie llega a un lugar por casualidad. Nadie toca la vida de otro por cosas del destino. Nadie nace en una familia porque sí, todo ha sido escogido hace mucho tiempo ya y todo con un propósito divino.

Jeremías 1: 5 dice: "Antes de que te formaras en el vientre de tu madre, yo ya te conocía". No estamos en este mundo como aves de paso, no estamos aquí por pura casualidad o por error. Estamos aquí porque alguien nos amó y nos conoció, antes de que incluso nosotros nos conociésemos.

La vida es difícil, nadie dijo nunca que sería fácil, pero cada esfuerzo realizado en ella vale la pena. Vivir no debe ser una obligación; debe ser una necesidad. Pero vivir para dejar huella, no para sentarse y dejar que la vida pase.

Hoy somos jóvenes y mañana no lo seremos. Ayer fuimos niños y ahora ya no lo somos. Nuestros procesos suelen sentirse lentos y otras veces pasan demasiado rápido, pero todos son necesarios para nuestra realización. Para conocer quien realmente somos.

Somos pedazos: de miedo, de amor, de desamor, de engaño, de rabia, de ilusión, de sueños, de inconformidad...etc. Somos como un rompecabezas, todas las piezas allí son necesarias. Sin una no se da la imagen perfecta y eso somos, una imagen imperfecta de un ser imperfecto que quiere perfeccionarnos.

Ahora lo tenemos todo, mañana no sabemos. Por eso amemos ahora y siempre, amemos aun en la dificultad y el reto. Aprendamos a esperar con paciencia y a disfrutar después de alcanzar la meta.

Pame Brown no conocía el significado entero de la palabra amor. Ahora lo conocía y no solo eso; lo veia. En cada cosa que llegaba a su vida, incluso en lo peor ella veia amor. Nunca se imaginó que la persona que simplemente fue un enamoramiento de colegio ahora era la persona con la que compartía incluso hasta sus más grandes miedos. Existían cosas por arreglar, muchos sueños por cumplir y muchos rompecabezas por armas, pero en el camino ya no se encontraba sola.

Timothy pensó que su vida había tomado otro rumbo, pero en realidad simplemente era el mejor camino para llegar de nuevo a la meta estimada. Fue duro y difícil en el proceso, pero valió la pena cada minuto de él. Siempre se imaginó haciendo la vida con alguien, pero nunca se imaginó con quien y ahora que lo sabía solo podía dar las gracias, porque era mejor de lo que esperaba.

La búsqueda de la felicidad está en el diario vivir, en la lucha y las pruebas. La juventud no es para siempre; pero el amor sí. A lo mejor podía sentir frio en la noche, pero estarían alli para darse calor. Nadie les diría que lo que se avecinaba era fácil y no querían eso, porque sabían que lo fácil no era lo mejor. Lo que si sabían es que no estaban solos, que siempre tenían a alguien que los acompañara.

Amen siempre y amen con todo lo que tienen. Entreguen y háganlo con todo lo que tienen y sufran, porque eso también hace parte de la vida. Pero no dejen de ser lo que son por alguien más, siempre sean fieles y dignos a ustedes. Somos rompecabezas y el mundo es el paisaje completo, sin una pieza se pierde por completo la plenitud del increíble y maravilloso paisaje. 

Extrañare mucho esta novela...Uy ya conocieron a mi pinpolla Esther!!!

El próximo capítulo es el epilogo. ÑO QUIERO.

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