La verdadera alegría se encuentra habitando en nuestros corazones, no es el árbol, los adornos o la chimenea. Es lo que está en cada uno de nosotros lo que realmente le da valor a la navidad.
Y vivir la experiencia por primera vez como pareja no era algo que realmente ambos esperaban. Pero allí estaban, terminando de colocar la mesa para sus amigos. Pame tenía que trabajar durante las épocas decembrinas y Timothy no estaba de acuerdo con irse y dejarla sola. Aunque al parecer no existía soledad para alguno pues el apartamento estaría lleno en segundos.
Una reunión de última hora le unió a sus amigos en San Francisco con ellos. Era la primera navidad que pasaban alejados de sus familiares y en ese momento vivieron por primera vez lo que era una navidad en su nueva familia de dos. No era necesario estar comprometidos o casados para reconocer que lo que ambos tenían de a poco se iba convirtiendo en una gran familia.
El timbre sonó. Timothy desapareció de la vista de Pame mientras esta entraba a la cocina para ver por última vez el pollo relleno que tenía en el horno. No era la primera vez que cocinaba, pero si era la primera vez que un gran grupo de personas iba a comer su comida y en especial, era la primera vez que hacia comida navideña. Así que se encontraba asustada. Pero el miedo fue apagado en cuanto escucho los gritos de Jackson llenando el lugar seguidos de los de Ximena pidiéndole que hiciera silencio.
La melliza escucho la voz de su hermano seguido de una voz irreconocible para ellos. No pasaban navidad alejados de sus padres, pero esta vez lo harían. Aunque no se asustaban o preocupaban demasiado pues sabían que Braxton estaría dando una increíble cena de navidad ese año, teniendo en cuenta que era la primera navidad como casados de su hermana y su cuñado, sabía que el chico pondría incluso fuegos artificiales si Samantha se lo permitía.
Timmy se encontraba saludando a sus amigos uno por uno mientras entraban. Olivia cargaba una canasta con panes y Jackson hablaba sobre el pan de jamón que era la cosa más deliciosa del planeta. Un Michael sonriente con una camiseta de un reno que alumbraba entro cargando galletas en una pequeña canasta, seguido de su esposa Kate que se encontraba embarazada. Loras se reía con una chica desconocida al parecer para todos, pero se encontraba bastante feliz.
Cerro la puerta rápidamente antes de que Jackson comenzase a gritar entrando a la cocina mientras escuchaba a Pame gritar que la dejase en paz porque quemaría el pollo. Esa podría ser ahora su pequeña familia. Se movió caminando hasta la sala donde se encontraban todos reunidos, Ximena contaba anécdotas de su vida en Boston y Michael de la suya en Texas. Pero cuando Timothy quiso volver a hablar simplemente fue interrumpido por el timbre nuevamente.
Se acercó a la puerta para abrirla.
—Hola, Timmy—dijo Mackenzie con una sonrisa en la cara, se encontraba al lado de su hermano Simon que tenía una sonrisa y traía regalos en una bolsa—. Feliz navidad—respondió mientras le regalaba un saludo agradable al chico, lucia calmada, tranquila y no parecía querer enloquecerse y brincar sobre él. Timothy la dejo pasar antes de mirar a su hermano que le regalaba una calmada sonrisa unida por un abrazo.
—Esto fue idea de Pame, no mía—Comento antes de entrar cojeando al lugar.
Todos se acomodaron tranquilamente en la mesa. Jackson se encontraba bailando sensualmente con la música navideña que pasaban por la radio frente al equipo de sonido. Al final había terminado colocando un cd de villancicos en español que apareció dentro del bolso de Ximena. Mientras las chicas acomodaban algunas cosas, Timothy entro rápidamente a la cocina para encontrarse con Pame sacando el pollo del horno con dos grandes guantes navideños. A ella le iba mucho la época festiva y ni siquiera lo sabía.
Podía acostumbrarse a todo esto, más de lo que ya se encontraba. Porque verla tan concentrada en el pollo como se encontraba en ese momento lo único que hizo fue enamorarlo más. La chica se puso las manos en la cintura mientras admiraba prácticamente la refractaria. Pame se sentía orgullosa de su creación, incluso volteo en la búsqueda de su teléfono celular para mandarle una imagen a su madre, en las próximas navidades lo haría en casa. Al ver a Timothy en la puerta observándola dio un brinco.
— ¡Amor, me asustaste! —Exclamo antes de tocarse el pecho—. Iba a buscar el celular para tomarle una foto a esto, me quedo hermoso ¡Ven a verlo! —Dijo caminando hasta él y tomándolo de la mano para acercarlo al mesón de la cocina. A Timothy en ese momento no le importaba que el pollo estuviera horrible o que se hubiera quemado, para él el pollo estaba perfecto. Si mantenía a la chica tan feliz, entonces el lo comería con toda la felicidad del mundo y eso le pareció la cosa más tonta y cursi del mundo al pensarlo bastante a fondo, pero era la realidad.
—Sí, está bastante bonito—dijo mirándole el color al pollo. Aunque cocinaba y sabia muchas cosas sobre comida, jamás había preparado la cena navideña, era algo que su madre hacia todo el tiempo. Pero la preparación lucia bastante bien.
— ¿Quieres probarlo? —Pregunto la chica sonriéndole con cariño. Él asintió y ella tomo utensilios para sacar un poco de pollo y luego jugar con el antes de dárselo en la boca a Timothy quien por culpa de la risa, por poco lo bota—. ¡Timmy! —Grito Pame en cuanto la boca del chico atrapo el tenedor y no quería soltarlo.
Lo probó y sabía muy bien. Tan bien como podía admitirlo en realidad. Al parecer Dios no solo había tocado la vida de Pame, también sus manos las había bendecido con el poder de la culinaria. Timothy agradeció internamente por eso antes de levantar sus dedos pulgares haciendo que la chica comenzara a dar pequeños saltitos de un lado a otro con una sonrisa en su cara. Ella nunca había lucido tan hogareña como en ese momento.
—¡Tómalo Gordon Ramsay! ¡He pasado la prueba! —Grito antes de hacer reír a al chico frente a ella. La chica había pasado los últimos meses enganchada en las series de cocina y concurso de lo mismo en los cuales se encontraba el chef Gordon Ramsay. Había sido un dolor de cabeza para Timothy y su dieta, pues la chica paso gran parte de una semana viendo un canal de hogar y tuvo que aguantar todo tipo de platos extraños.
—Quedo bastante bueno, para ser tu primer pollo relleno para navidad fue toda una exquisitez. Pues si no les gusta a nuestros invitados, no los comemos juntos viendo cualquier programa tonto de televisión—respondió Timothy tomándola de la cintura—. Aunque dudo mucho que no les guste. Ya eres toda una experta en cosas del hogar.
—Sí, me estoy preparando—dijo—. Tú sabes, en cualquier momento comenzaran a venir los sobrinos y esas visitas para con la tía, Pame. Toca esforzarse—Rio antes de ganarse un beso en la mejilla del chico.
—Hablando de visitas, Mackenzie está en la sala, te gustaría explicarme eso. No hay ningún problema pero Simon me ha dicho que has sido tu la que la invito.
—Sí, fui yo—se separó del chico antes de comenzar a moverse por toda la cocina buscando algunos ingredientes para preparar una salsa—. Es su último año aquí en el país, su padre ha decidido llevársela a África con él. Está siendo tratada para su trastorno de personalidad y lo sé porque la contacte hace unos meses, su padre tuvo que irse a Nueva York y pasaría navidad sola y realmente no es algo que yo hubiese deseado. Así que le pedí a Simon que fuese por ella y le regale los pasajes para que la pasara con nosotros. Es navidad, nadie debería estar solo. ¿No te molesta cierto? Yo me encuentro bien con eso y ella está totalmente de acuerdo ahora con nuestra relación así que, yo creo que estaría bien pasar la página.
Él sonrió antes de tomar a la chica de la cintura sin previo aviso y levantarla del suelo. La subió al mesón de la cocina y la hizo llenarse las manos sin querer de salsa de tomate.
— ¡Timmy! —Grito para que el chico parara.
Cuando lo hizo se posiciono entre sus piernas. Mantenía las manos al aire para no mancharlo con la salsa de tomate.
—Te quiero—dijo regalándole un beso tierno en la nariz.
—¡¿Van a seguir besuqueándose en la cocina o vamos a comer?! ¡El pan de jamón me está haciendo mofas! ¡Coño nojombre! —Grito Jackson haciendo que las frentes de Timothy y Pame se chocaran antes de comenzar a reír.
Luego de unos minutos ambos salieron de la cocina con la comida en sus manos. Todos se encontraban sentados en la mesa. Loras presento a su nueva novia quien era bastante bonita y risueña, le agradaba a Pame y al parecer a todos en el lugar también. En la mesa había todo tipo de comida. Empanadas, pan de jamón, papas, galletas, dulces, muchos chocolates burbujas y salsas de todo tipo. El increíble pollo en la mitad y sobre todo el ambiente hogareño y familiar. Los anfitriones se miraron antes de regalarse una sonrisa.
Timmy hizo la oración dando gracias por todo y al final todos comenzaron a comer. Fue una cena dulce y llena de sentimentalismo. Todos compartieron un momento especial entre risas y se habían escapado una que otras lagrimas con los recuerdo y en ese momento todos descubrieron que el amor, la familia, los amigos y Dios como eje central, era todo lo que podía realmente hacer a las personas felices.
La navidad no se trata de un cuento de hadas o de un hombre gordo y barbudo que cae por la chimenea. No se trata de los regalos que esperar recibir al día siguiente, si no el momento de calidad que pasas al reunirte con las personas que más amas. Antes la navidad era una simple fecha para Pame, algo comercial y sin sentido, pero ahora había encontrado una bonita razón para celebrar; celebrara el amor, la vida, la familia y la unión.
No se sabe a ciencia cierta en qué fecha nació Jesús pero le gustaba celebrar como todos los días que el habitaba en sus corazones. Que aún existía el perdón y la reconciliación, que la vida era más que guerras, que el mundo necesitaba más unión y menos tristeza. La navidad no era en ese momento para ellos una fiesta ostentosa, era simplemente un recordatorio de que había algo más grande que ellos viviendo en sus corazones y que lo había dado todo una vez y si tuviese que hacerlo lo haría de nuevo.
Pame coloco su cabeza sobre el hombro de Timmy y ambos se encontraron cómodos con el gesto de la chica. En ese momento se sintieron felices por las personas que los rodeaban y sabían que este era solo el comienzo de muchas celebraciones más.
Todos se encontraban dormidos en la sala menos Michael y Kate que se encontraban compartiendo como casados la habitación de huéspedes. Pame aún no dormía, se encontraba en pijama con chocolate caliente en sus manos frente al ventanal increíble de piso a techo viendo la ciudad llena de luces. Eran pasadas las dos de la mañana, todos habían caído rendidos a eso de la una de la mañana después de pasar una hora riendo mientras jugaban al monopolio en grupo.
Simon se había perdido en la oscuridad del cuarto de su hermano con uno de sus libros mientras hablaba con su madre por teléfono y le contaba cómo iba la noche. Timothy apareció de la nada con una taza de chocolate caliente en sus manos también y se sentó al lado de la chica.
—Adoro esta vista, a veces cuando no puedo dormir en las noches, vengo aquí y observo como las luces se van apagando—dijo haciendo sonreír a la chica—. Me calma mucho.
—Es preciosa—dijo embelesada mirando todo a través de sus gafas. Pero Timmy no se encontraba viendo lo mismo que ella, en realidad él se encontraba viéndola a ella.
—Sí, es preciosa—afirmo.
—No se vale decir que algo es precioso si no lo estas mirando, Timothy—dijo colocando su mejilla sobre la rodilla que había levantando.
—Lo sé.
— ¿Y por qué no lo miras entonces? —Pregunto.
—Ya lo estoy mirando.
— ¿Yo? —Pregunto sonrojándose. Poniéndose roja como un tomate.
—Tú.
Sonrieron antes de abrazarse.
—Tengo un regalo para ti—dijo Pame metiendo su mano al bolsillo y sacando del un papel doblado. Lo desdoblo y le mostro al chico una foto de una casa. En realidad era una de las casad que estaban volviendo loco al chico últimamente. Le miro con extrañeza—. Te dije que eventualmente íbamos a casarnos y que quería que planeáramos un futuro antes de hacerlo. Esta es nuestra futura casa.
Él sonrió mirándola.
—Di la cuota inicial ayer, no te lo dije porque pensé que sería un buen regalo de navidad. Ahora, ya comenzamos a planear el futuro y sabemos que al final tendremos una linda casa. Justo como tú la querías—Timmy comenzó a reír con ella en brazos—. No te rías, es verdad.
Él se tensó antes de separarse de ella y mirarla a los ojos.
—Pame, ¿estás hablando en serio? —Ella asintió.
—No te mentiría con algo así, en serio esta será nuestra casa. Hasta que no la terminemos de pagar no es nuestra pero técnicamente ya empezamos por algo—La chica sonrió antes de que Timothy la tomara de los cachetes y la besase una y otra vez—. Feliz navidad—La lleno de muchos más besos haciendo que por poco derramasen el chocolate que habían dejado a sus lados minutos atrás.
—¡Acabas de hacer ver mi regalo horrible! —Exclamo sonriendo con los ojos cristalizados. Pame amaba la sensibilidad que caracterizaba a Timothy en todo momento, era un chico al que no le daba miedo demostrar sus sentimientos o soltar lagrimas porque se encontraba feliz, lo amo mucho más al verlo tan vulnerable como esa noche— ¡Te quiero muchísimo! —le beso nuevamente y separándose enseguida de ella.
Pame no pudo evitar sentirse emocionada hasta las lágrimas. Tuvo que secarlas rápidamente mientras Timothy sacaba una bolsa pequeña de terciopelo color negro.
—Yo también tengo un regalo para ti—Dijo. La chica ya tenía el corazón a mil por horas y estaba a punto de comenzar a gritar—. No coloques esa cara, no te voy a pedir matrimonio. No aún, esto es algo diferente.
>> Mamá y Papá cuando se conocieron eran muy jóvenes, mucho más jóvenes que tú y yo. Se enamoraron pero no se podían casar porque aún eran menores de edad, así que usaron anillos de promesa. Cuando crecí y le comente a mamá que había dejado que Dios escogiese mi esposa, ella me regalo los anillos promesa y nunca tuve la necesidad de ponerlos en las manos de alguien más. Pero ahora quiero hacerlo contigo. Estos anillos significan la promesa de un futuro y de un amor real que aún le falta tiempo para llevarlo a la formalidad.
—T—hablo Pame sonriendo hasta achinar los ojos.
—El amor es un juego que necesita de dos participantes y de la única forma que quiero quedar fuera del juego es si tu también lo haces. Es solo una promesa de un futuro, justo como la casa—dijo sacando los anillos de la bolsita. Estaban contramarcados con la palabra "Jugador #1" y "Jugador #2" — Mis padres en su tiempo fueron grandes deportistas y por eso están contramarcados, pero yo les di un nuevo significado. Te gusta la tecnología y aunque no lo admitas eres una buena jugadora de videojuegos y yo soy un deportista, así que aquí hay dos jugadores, y esta es la promesa que un futuro seremos solo uno. Ahora, ¿quieres hacer esto conmigo? Jugar el juego y terminar ganándolo.
— ¡Claro que quiero! —Grito Pame haciendo que todos se levantaran y tumbando a Timothy con un beso.
Pame se había convertido en algo que juro nunca ser. Ahora era una chica hogareña, que pensaba en un futuro con hijos y casada. Era una cursi de primera aunque al principio no lo creyera y ahora lo aceptaba. Le gustaba. Era algo que causaba simplemente el verdadero amor.
Timothy nunca imagino estar haciendo una promesa con la chica que "torció" su tobillo en la biblioteca ese día que fue todo un desastre para él hasta que la vio.
No creían alguna vez que sus vidas pudieran unirse de la manera como estaban unidas ahora. Pero así trabajaba la vida y sus vientos, lo que menos esperas de un momento a otro puede suceder. Así trabajaba la vida para unir corazones, a veces no necesitaba amor a primera vista, a veces simplemente necesitaba tiempo. Ellos tuvieron tiempo, para conocerse entre ellos y para conocerse cada uno.
Tiempo para cambiar y tiempo para crecer, al final de ese tiempo su amor seguía fuerte y eso solo significaba una cosa; que ya podía avanzar y amarse sin medida alguna.
En el amor se tiene que aprender a esperar, porque es la espera lo que realmente permitirá al final que las cosas nazcan. Porque el amor al igual que las personas es como el fruto de una planta, tiene sus temporadas para mostrarse al mundo, pero necesita tiempo y proceso para mostrarse como realmente es.
Nada era fácil en la vida, ni siquiera el amor. Pero de todas las dificultades; amar era una por las que valía la pena cualquier sacrificio.
¡Feliz navidad!