Cada día a tu lado era el mejor, me siento muy tonta el pensar que algún dia los encontrarás y los leerás, pero creo que eso no importa, siempre y cuando haya evidencias de nuestro hermoso amor.
En la escuela todos nos miraban raros; claro que lo harían, pensar que unas personas extrañas como nosotros estábamos juntos.
No sabía exactamente qué éramos tu y yo, pero no me importaba siempre y cuando pudiera estar cercas de ti. Éramos tan unidos que yo te esperaba afuera de tu salón o tu lo hacías conmigo, no sabía que te decían tus hermanos al salir, a ti parecía no darte importancia siempre que salía de mi salón, tus ojos tristes me miraban con una pequeña sonrisa en tus labios siempre corría a tus brazos y te abrazaba, tu te tensabas y jamás me regresabas aquel abrazo, jamás me importo siempre y cuando pudiera sentirte.
Un día, decidimos no entrar a clases y quedarnos en el patio, nos sentamos en nuestras misma banca de siempre admirando la luz de la luna y las estrellas, yo sobre tu regazo y tú con tus manos en mi cintura, tus ojos se veían tan perfectos que no podía dejar de verlos, son bastante hermosos, como todo de ti.
"Tengo.. algo en la.. cara?" Eso fue lo que dijiste al ver que te estaba mirando durante un cierto tiempo ,yo solo desvíe mi mirada avergonzada sin decir nada más, tu soltaste una risa tierna y tomaste mi rostro para verte; tus ojos seguian viéndose tristes y mi sonrisa desvaneció al verlos tan tristes.
"Sucede.. algo?" Volviste a preguntar, yo solo te miraba, tu cara era angustiada así que solo suspiré y tome tus mejillas para darte un beso, tu sonreíste a la mitad del beso y yo también. Nuestro beso bajo la luz de la hermosa luna.